La joven Brenda es una joven idealista que va en busca de su príncipe azul. Abandona a su madre en Liverpool e incursiona en el Londres de los setenta, pensando que a la vuelta de la esquina hallará aquel al que busca, enfrentándose empero con la cruda realidad. Cuando se topa con un perro que ha escapado de su dueño, se lo lleva a casa, lo baña y lo devuelve, todo guapo, a su propietario, cuya dirección viene en la chapa del cuello.
Dirección: Peter Collinson. Producción: Hammer Films para Anglo-EMI Film Distributors. Productor: Michael Carreras. Guion: John Peacock. Música: Roland Shaw. Fotografía: Brian Probyn. Dirección artística: Scott MacGregor. Montaje: Alan Pattillo. Intérpretes: Rita Tushingham (Brenda Thompson), Shane Briant (Peter Clive), James Bolam (Joey), Katya Wyeth (Caroline), Annie Ross (Liza), Tom Bell (Jimmy Lindsay), Clare Kelly (Margo Thompson), Harold Berens (Mr. Harris), John Clive (vendedor de periódicos), Tommy Godfrey (Mr. Godfrey), Mavis Villiers (princesa india), Lola Willard (cliente), Tinker (Tinker), Paul Brooke (hombre inquieto en semáforo), Mike Mungarvan (cliente de Mr. Harris), Guy Standeven (hombre en Park Bench)… Nacionalidad y año: Reino Unido 1972. Duración y datos técnicos: 95 min. – Technicolor – 1.66:1 (copia de estreno) / 1.85:1 (copia en Blu-ray) – 35 mm.
El inglés Peter Collinson (1936-1980) quedó huérfano a los dos años de un padre músico y una madre actriz. Fue criado por sus abuelos, y entre los ocho y los catorce años asistió al Actor’s Orphanage de Chertsey, Surrey, donde pudo escribir e interpretar infinidad de obras teatrales. El presidente del orfanato, por aquel entonces, era el célebre autor Noël Coward (Un espíritu burlón), quien se convirtió en su padrino y, con el tiempo, le ayudó a obtener empleo en la industria del espectáculo[1]. Hizo una audición para la RADA, es decir, la Royal Academy of Dramatic Art, pero fue rechazado, así que, con catorce años entró a trabajar en el teatro New Cross Empire. Desempeñó diversas labores en ese mundo hasta 1954, cuando fue requerido para hacer el servicio militar, y durante dos años sirvió en la llamada «Emergencia Malaya», un conflicto colonial en la Malasia británica que se libró durante 1948-1960. A la vuelta, entró a trabajar en televisión en la BBC, donde practicó diversas tareas, hasta llegar a la realización de telefilmes y episodios de series, y durante ese período conoció al productor Michael Klinger, quien le ofreció su debut como director de cine con The Penthouse [tv: El ático, 1967], un thriller psicológico acerca de tres rufianes (dos hombres y una mujer) que aterrorizan a una pareja adúltera en un ático. Consiguió llamar la atención de la crítica con su segundo film, Up the Junction (1968), sobre las experiencias de una joven rica y aburrida de Chelsea que decide probar experiencias en el deprimido barrio de Battersea.
Aunque su carrera transcurriría con cierta diversidad genérica, lo cierto es que el thriller tenso y morboso sería la norma en el cine que desarrolló. Dentro de los títulos algo fuera de esa corriente figura su labor más popular, el film de atracos Un trabajo en Italia (The Italian Job, 1969), interpretado por Michael Caine, y con coprotagonismo de su mentor Noël Coward. Añadamos también, por ejemplo, el drama bélico Todo un día para morir (The Long Day’s Dying, 1968), el wéstern anglo-italo-español Un hombre llamado Noon / The Man Called Noon / Lo chiamavano Mezzogiorno (1973) o el drama infantil con animalito Mi nuevo campeón (The Earthling, 1980), su último filme.
Pero, como se ha dicho, los thrillers más o menos tensos son la característica fundamental del cine de Collinson, apoyado por cierto rebuscamiento formal, que se rige por determinados elementos inherentes a la narrativa cinematográfica de su época, como son los grandes angulares, los contrapicados o el uso del zoom. Dentro de esa corriente podemos incluir títulos como Acosadas por el pánico (Fright, 1971) o sus versiones de Diez negritos / …e poi, non ne rimase nessuno / Ein Unbekannter rechnet ab / Dix petits nègres / And Then There Were None / Ten Little Indians (1974) y La escalera de caracol (The Spiral Staircase, 1975). …Y después, sin parar, hasta el final (Straight on Till Morning, 1972) es una producción Hammer que Collinson abordó justo después de Acosadas por el pánico.
El film surge como una propuesta de programas dobles por parte de Michael Carreras para ofrecerle a Bernard Delfont, director de Anglo-EMI, compañía que en aquel entonces financiaba las producciones Hammer. El primer díptico se lo planteó bajo la denominación «Women in Terror!» [¡Mujeres aterrorizadas!], y estaría compuesto por la presente junto a Miedo en la noche (Fear in the Night, 1972, Jimmy Sangster). El caso es que la propuesta comenzó y terminó ahí, y no hubo más entregas de esos programas dobles temáticos para EMI.
Como guionista se optó por John Peacock, un autor teatral responsable de una obra, Children of the Wolf (1971), que Carreras tenía interés en adaptar[2]. Peacock también fue coguionista del drama ambientado en un centro de retención de mujeres The Smashing Bird I Used to Know (Robert Hartford-Davis, 1969), así como adaptador de la novela que dio origen a la película Hammer La monja poseída (To the Devil a Daughter / Die Braut des Satans, Peter Sykes, 1976), y luego participaría como editor de historias para la serie también Hammer La casa del misterio / Misterio (Hammer House of Mystery and Suspense, 1984)[3].
En Straight on Till Morning, título que alude a la obra de J. M. Barrie Peter Pan, donde Peter le dice a Wendy que la Tierra de Nunca Jamás está «second star to the right, and straight on till morning» (la segunda estrella a la derecha, y recto hacia la mañana), se juega ampliamente con, no solo esa narración, sino con la mitología inherente a los propios cuentos de hadas. La protagonista, Brenda, es una bibliotecaria que, además, se dedica a escribir; su voz en off recita las fábulas que escribe, y todas se circunscriben en torno a la búsqueda del «príncipe azul». Esa norma también regirá su decisión de abandonar el protector entorno familiar, donde vive con su madre, para dirigirse a Londres y hallar allí «al padre de sus hijos». Su ingenuidad le impele a pensar que el primer hombre que aparezca caerá rendido a sus pies, pero la cruda realidad le hará constatar que la vida no es un cuento de hadas.
En cuanto a Peter, su propio nombre ya nos marca la pista de cuál es el mito que lo rige. Por si hay dudas, tiene un perro al que llama Tinker (Campanilla), y a Brenda la rebautizará como Wendy. Para completar esas alusiones a los cuentos, dispone de un ático misterioso, donde por un instante nos da la impresión de que estarán los cadáveres escondidos de sus anteriores parejas, como si fuese Barba Azul. Según parece, el guionista John Peacock tenía especial querencia por la reinterpretación de las narraciones infantiles desde una óptica morbosa. Véase esa nota a pie de página que mencionábamos, sobre «Hansel y Gretel», y añadamos que también fue guionista del episodio «Red Riding Hood» (Joan Kemp-Welch, 1973) de la serie Armchair Theatre (1956-1974), donde una bibliotecaria (¡Rita Tushingman de nuevo!) se topa con una pareja peligrosa, en una reinterpretación, esta vez, de «Caperucita Roja».
La Amicus, productora rival de la Hammer en lo que a películas terroríficas se refiere, ya había abordado con la interesante Su vida íntima (A Touch of Love, Waris Hussein, 1969) el drama ubicado dentro del contexto del free cinema inglés. Esta parece la propia aportación de la Hammer a ese estilo, en una integración al tipo de cine que, en aquel entonces, era el único valorado a nivel crítico procedente de las Islas Británicas. Para acentuar la relación con esta corriente artística se cuenta con el protagonismo de una de las musas de la misma, la citada Rita Tushingman, intérprete de la maravillosa Un sabor a miel (A Taste of Honey, Tony Richardson, 1961), una de las piezas fundamentales de la tendencia. La acompaña el enigmático Shane Briant, apuesta por parte de la Hammer para reemplazar a las veteranas estrellas Christopher Lee o Peter Cushing, o como alternativa a un Ralph Bates, por ejemplo. Firmó con la compañía un contrato por cuatro títulos, el primero de los cuales fue Demons of the Mind [tv/vd/dvd: Los demonios de la mente, Peter Sykes, 1972], y que se completaría con Frankenstein and the Monster from Hell [tv/vd/dvd: Frankenstein y el monstruo del infierno, Terence Fisher, 1974] y Captain Kronos Vampire Hunter [vd: Capitán Kronos, cazador de vampiros / El cazador de vampiros; tv/dvd: Capitán Kronos, cazador de vampiros, Brian Clemens, 1974][4]. La aportación de Rita Tushingman es sencillamente soberbia, demostrando que es una de las grandes intérpretes de la escena británica; Shane Briant era un actor mucho más limitado, pero aquí ofrece lo mejor de sí mismo, y crea un interesante personaje que bascula entre la fragilidad y la prepotencia, y que puede quebrarse en cualquier momento.
Peter Collinson arranca el film con una reproducción del Swinging London muy acorde a las corrientes del momento. Hace uso, al mismo tiempo, de un atrevido montaje por parte de Alan Pattillo que despistará a los espectadores actuales, tan centrados en la narración lineal del cine contemporáneo. Aquí expone de manera simultánea dos acciones que transcurren en momentos diferentes, saltando de una a otra por medio de planos de apenas uno o dos segundos; lo abrupto de ello se hace notar también en la partición de la banda sonora, con la música no diegética interrumpiéndose con esa misma cadencia, otorgando a las imágenes un aire experimental. Pasado un tanto de metraje, Collinson aparca este estilo de narración, para recuperarlo hacia el final. Es como si esa dispersión espacial del inicio se viera interrumpida cuando la pareja se une, pero vuelve a disociarse cuando el final trágico se aproxima.
De tal manera, se nos expone una historia con un ochenta por ciento de free cinema y un veinte por ciento de suspense/terror a la Hammer, al estilo de la propuesta hermana de la presente, Miedo en la noche. Todo ello, con dos personajes manipuladores que se engañan uno a otro, planteado a modo de fábula infantil distorsionada de modo morboso, y dentro de la fórmula también se puede ofrecer, como refiere Kevin Lyons en su comentario sobre la película[5] «la canción de los Beatles “She’s Leaving Home”». Es un film extraño, atípico dentro de la corriente de la Hammer, con determinados fallos formales y narrativos. Pero al mismo tiempo es una rareza, digna de interés, que puede interesar a los cinéfilos aburridos de «siempre lo mismo» y que intentan explorar territorios diferentes. Además, el final del film es de una desolación terrible.
Anecdotario
- Títulos en Estados Unidos: Dressed for Death / Til Dawn Do Us Part.
- En Italia adoptó el muy giallesco título de Quattro farfalle per un assassino (Cuatro mariposas para un asesino).
- En la cocina de Peter se ve un bote de «Café Collinson». Es una broma en alusión al director.
- El hombre inquieto al que Brenda aborda en el semáforo, al principio del film, está interpretado por Paul Brooke sin acreditar (son dos segundos), en su debut fílmico. Después incorporaría al policía vampiro de The Lair of the White Worm [tv/dvd: La guarida del gusano blanco, Ken Russell, 1988) o al subastador de El fantasma de la ópera de Andrew Lloyd Webber (The Phantom of the Opera, Joel Schumacher, 2004), entre otras.
- La película se rodó en Elstree, varias ubicaciones de Earl’s Court y el South Bank Center.
- Estrenada en el Reino Unido el 9 de julio de 1972. En España se estrenó el lunes 30 de septiembre de 1974, en Barcelona, en los cines Bosque, Palacio Balañá y Principal Palacio.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Esa etapa de su vida fue adaptada al formato de radionovela en Mr Bridger’s Orphan por parte de Marcy Kahan en 2013.
[2] Pese al título, no es de temática licantrópica, sino un claustrofóbico drama sobre una pareja de mellizos, abandonados al nacer, que atraen a su madre a un misterioso caserón, en una especie de inversión macabra de La casita de chocolate / Hansel y Gretel.
[3] También sería guionista de un curioso telefilm que bascula entre el suspense y el terror psicológico, La tercera víctima (Mousey / Cat and Mouse, 1974), protagonizado por Kirk Douglas y Jean Seberg, y que en España se estrenó en cines.
[4] En el momento de su muerte (2021) estaba anunciada su participación en una película titulada Sherlock Holmes vs. Frankenstein, a dirigir por Gautier Cazenave, y donde nuestro actor no interpretaría ni a uno ni a otro personaje del título.
[5] https://eofftvreview.wordpress.com/2021/02/28/straight-on-till-morning-1972/