En la asociación astronómica de París, el profesor Barbenfouillis explica sus planes para viajar a la Luna. Una vez aprobado el proyecto, se construye una nave en forma de bala y se lanza hacia el satélite, con varios astrónomos en su interior. Alcanzado el objetivo, exploran el nuevo mundo, descubren setas gigantes y extrañas criaturas, y son capturados por los selenitas. Llevados ante el Gran Rey de la Luna, se inicia una lucha, siendo abatido el rey con rapidez, que al caer estalla convirtiéndose en humo. El profesor huye y lanza el proyectil por un acantilado, refugiándose en su interior. Un selenita se agarra al casco y caen a la Tierra, estrellándose en el mar.

Dirección / Productor / Diseños / FX: Georges Méliès. Producción: Star-Film. Guion: Georges Méliès, Gaston Méliès, según las novelas De la Tierra a la Luna de Jules Verne y Los primeros hombres en la Luna de H. G. Wells. Fotografía: Théophile Michault, Lucien Tainguy. Dirección artística: Charles Claudel. Intérpretes: Georges Méliès (profesor Barbenfouillis / la Luna), Bleuette Béron (La Dama de la Luna), Victor André (astrónomo), Henri Delannoy (capitán del cohete), Kelm Brunnet (astrónomo), Jehanne d’Alcy (secretaria / estrella / asistente con el cohete), Delpierre (astrónomo), Farjaux (astrónomo), Kelm (astrónomo), François Lallement (oficial de los Marines), Jules-Eugène Legris (líder del desfile), bailarines del cuerpo de baile del Châtelet, acróbatas del Foliés-Bergère… Nacionalidad y año: Francia 1902. Duración y datos técnicos: 15 min. – B/N coloreado a mano – 1.20:1 – 35 mm.

El Viaje a la Luna de Georges Méliès es una película fundamental, pues se trata, en cierto modo, del primer film de ciencia ficción de la historia del cine. Georges Méliès (1861-1938) era un mago e ilusionista que tenía un teatro, el Robert Houdin, en París. Cuando los hermanos Auguste y Louis Lumiére organizaron sus proyecciones en el Boulevard des Capucines a partir del 28 de diciembre de 1895, mostrando su reciente invento, el cinematógrafo, entre los asistentes a una de esas sesiones estaba Méliès, quien decidió comprar un aparato, entusiasmado por las oportunidades que ofrecía. Los hermanos declinaron vendérselo a Méliès, aludiendo que era una mera curiosidad científica y que carecía de futuro. No se desanimó: compró un aparato muy similar patentado en Inglaterra (la invención del cine aún sigue originando discusiones) y comenzó a rodar sus primeros films de inmediato.

Las primeras películas de la historia del cine eran meros rodajes de acontecimientos cotidianos, y así Méliès debuta con Une partie de cartes (1896), que ofrece simplemente a unas personas jugando a los naipes, tal como los Lumière y otras hacían por aquel entonces. Poco a poco, sin embargo, comienza a interesarse por la técnica y los trucajes que esta puede ofrecer; ese mismo año nuestro hombre rueda Escamoteo de una dama (Escamotage d’une dame Chez Robert Houdin), un sencillo truco de magia rodado de cara a la cámara pero haciendo uso de efectos de stop-motion, descubierto accidentalmente por el mago: una mujer es tapada con una tela y, cuando se destapa, se ha convertido en un esqueleto (evidentemente, se para el tomavistas y se procede a la sustitución).

Poco a poco se deriva en películas con más argumento, si bien siempre siguiendo una estructura teatral. Así, en esos inicios del cine, en lugar de escenas se podrían dividir las cintas por «cuadros», con la cámara fija y los personajes entrando y saliendo, como en una representación de teatro. Viaje a la Luna exhibe esa característica, algo habitual en 1902, pero el problema de Méliès fue que no evolucionó, y mientras el lenguaje cinematográfico se desarrollaba, él siguió anclado en sus mismas técnicas. En 1912, cuando David Wark Griffith (1875-1948) ofrece su The Musketeers of Pig Alley, film policial donde desarrolla dramáticamente el uso del primer plano, Mélìes está realizando A la conquista del Polo (A la conquête du Pôle), simpática peliculita pero que supone una auto-imitación, en temática y estilo, de su mítica Viaje a la Luna. Al año siguiente, Méliès rueda Les chevalier des neiges y Le voyage de la famille Bourrichon, y después abandona el cine, pues su estilo está trasnochado, y acabará muriendo en el olvido, aún con un tímido homenaje que se le tributará concediéndosele la Medalla de la Legión de Honor. Fue un cineasta crucial en una época, mas luego esta pasó.

Viaje a la Luna, pues, hay que juzgarla por la época en que fue rodada, una época de mayor ingenuidad —cuando, en 1895 los espectadores a esas primeras sesiones que hemos mencionado vieron La llegada de un tren a la estación (L’arrivée d’un train en gare de La Ciotat), se levantaron y corrieron asustados, creyendo que el convoy se les echaba encima—. Ello, además, no es óbice para disfrutar aún hoy día con ella, con su humor, frescura e ingenio, con su brillantez inclusive; con el talento que exhibe, dentro de su escaso metraje y anecdótico planteamiento. Sin Méliès el cine no existiría tal como hoy es, tanto por su lenguaje, por su técnica y por sus constantes narrativas. Ni tampoco el cine de ciencia ficción.

 

Anécdotas

  • Rodada con un presupuesto estimado de treinta mil francos, si bien otras fuentes indican diez mil.
  • La película dura 14 minutos con 12 segundos si se proyecta a una velocidad de 16 fotogramas por segundo (que es como se rodaba y proyectaba el cine mudo de la época), y algo más de ocho proyectada a 25 f/s (que es la velocidad actual).
  • Es lugar común atribuir el guion como basado en las novelas de la bibliografía, pero se trata de una inspiración muy lejana.
  • Después de terminar la película, Georges Méliès tenía la intención de estrenarla en Estados Unidos y así ganar dinero. Desafortunadamente, los técnicos de Thomas A. Edison ya habían hecho copias en secreto, que se mostraron en todo Estados Unidos en cuestión de semanas. Méliès nunca ganó dinero con las proyecciones estadounidenses de la película y quebró varios años después. Edison hizo una fortuna con eso.
  • Existe una copia que está ilustrada musicalmente con el tema «Echoes» de Pink Floyd. Hay también una versión de TCM de 12 minutos, narrada en inglés poniendo acento francés [!]. Existe una diversidad de copias, unas en blanco y negro, otras coloreadas, y otras con el coloreado a mano original; también incluyen narración y diferentes metrajes.
  • En 2002 se descubrió una copia en un granero en Francia. No solo es el montaje más completo de la película, sino que estaba completamente coloreada a mano. Fue restaurada y estrenada en el Festival de Cine Mudo de Pordenone al año siguiente.
  • Con anterioridad Méliès rodó otro film similar, La Luna a un metro (La Lune à un mètre, 1898), aunque el presente no puede considerarse un remake, pese a ciertas coincidencias. Excursión a la Luna (Excursion dans la Lune, 1908), de Segundo de Chomón, puede considerarse un plagio manifiesto.
  • Rodada entre mayo y agosto de 1902 en los Méliès Studios, Montreuil, Seine-Saint-Denis, Francia.
  • Estrenada en Francia el 1 de septiembre de 1902.

 

Bibliografía

De la Tierra a la Luna; por Jules Verne; traducción de Shahrazad. Barcelona: Anaya, 2014. Colección: Tus Libros Selección; nº 77. T.O.: De la Terre à la Lune (1865).

Los primeros hombres en la Luna; por H. G. Wells; traducción de Jaime Elías. Barcelona: Plaza & Janés, 1972. Colección: Rotativa; s/n. T.O.: The First Men in the Moon (junio 1901).

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: *****

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra