Estiria, en Europa Central, 1790. El general Von Spielsdorf pierde a su núbil hija a manos de Mircalla Karnstein, un no muerto, y jura vengarse, con la ayuda del barón Hartog, experto cazador de vampiros. Mientras, Mircalla se aloja en un colegio para señoritas y fija su atención en Laura…
Dirección: Roy Ward Baker. Producción: Hammer Films, [Fantale Films, sin acreditar] para MGM-EMI [RU], American International Pictures [EE.UU.]. Productores: Harry Fine, Michael Style. Productor asociado: Louis M. Heyward. Guion: Tudor Gates, según la adaptación de Harry Fine, T. Gates y Michael Style de la novela corta Carmilla de J. Sheridan Le Fanu. Música: Harry Robinson [Harry Robertson]. Fotografía: Moray Grant. Dirección artística: Scott MacGregor. Montaje: James Needs. FX: Tom Smith (supervisor de maquillajes). Intérpretes: Ingrid Pitt (Marcilla / Carmilla / Mircalla Karnstein), Pippa Steel (Laura), Madeline Smith (Emma Morton), Peter Cushing (general von Spielsdorf), George Cole (Roger Morton), Dawn Addams (la condesa), Kate O’Mara (Mme. Perrodot, la gobernanta), Douglas Wilmer (barón Joachim von Hartog), Jon Finch (Carl Ebhardt), Ferdy Mayne (doctor), Kirsten Betts [Kirsten Lindholm] (primera mujer vampiro), John Forbes-Robertson (hombre de negro), Shelagh Wilcocks, Harvey Hall, Janet Key, Charles Farrell, Graham James, Tom Browne, Joanna Shelley, Olga James, Jill Easter, Lindsay Kemp, Sion Probert, Vicki Woolf… Nacionalidad y año: Reino Unido, Estados Unidos 1970. Duración y datos técnicos: 91 min. Color 1.85:1.
Joseph Thomas Sheridan Le Fanu (1814-1873) fue un autor irlandés de cuentos de terror y representa uno de los más fundamentales en la historia del género. Tocó diversas modalidades de la especialidad: escribió melodramas góticos —el novelón El tío Silas (Uncle Silas, 1864)—, creó uno de los primeros detectives de lo sobrenatural, el doctor Martin Hesselius, pero fue, en lo fundamental, un autor de espléndidos cuentos de fantasmas. De él, el maestro M. R. James dijo: «Está sin lugar a dudas en el primer rango de escritor de historias de fantasmas»[1].
En 1872 publicó la antología In a Glass Darkly, un conjunto de tres relatos y dos novelas cortas, donde se incluían diversas «aventuras» de Hesselius. Los relatos son «Té verde» («Green Tea»), «El familiar» («The Familiar») y «El señor juez Harbottle» («Mr Justice Harbottle»), y una de las novelas cortas era La posada del Dragón Volador (The Room in the Dragon Volant). Y la otra, por supuesto, es Carmilla (Carmilla), que se ha convertido en una de las historias de vampiros más influyentes del género, y aparece editada de forma constante en antologías de la materia.
Aparecida, como hemos visto, en 1872, es antecesora del Drácula (Dracula, 1897) de Bram Stoker, sobre la que ejerció una notoria influencia. En ambas novelas, el vampiro del título resiste la luz solar, aunque ve mermadas sus facultades sobrenaturales. En un momento determinado Carmilla es examinada por un médico, que le detecta pulso y no descubre nada anormal en ella, salvo una lánguida debilidad, que de manera ocasional mejora cuando está junto a la protagonista y narradora, Laura, una joven que habita en un castillo de Estiria junto a su padre y dos acompañantes, una señora mayor y otra más joven, ambas francesas. La amistad entre Carmilla y Laura pronto adquiere tintes claramente lésbicos, que el autor nada disimula. En la historia hace aparición otro médico, el doctor Spielsberg, que en su condición de galeno, sin embargo, detectará la condición sobrenatural del mal que aflige a Laura. Más adelante hace aparición otro personaje, el general Spielsdorf[2] —obsérvese la similitud de nombres entre el presente y el previo— que ha sufrido en su ahijada una circunstancia muy análoga a la acontecida en Laura, con fatales consecuencias. Ambos personajes masculinos parecen haber supuesto, fusionados, el origen del profesor Van Helsing de Stoker. Cabe resaltar que la narración inicial, efectuada por Laura, y la posterior de Spielsdorf son muy afines argumentalmente, de ahí que en diversas películas se refiere solo una de ellas, solapando la otra, o fusionándolas.
Una obra tan seminal, por supuesto, fue motivo de diversas adaptaciones al cine y la televisión. Se suele considerar en esa lista la magnífica La bruja vampiro (Vampyr, Carl Theodor Dreyer, 1932), pero es erróneo; en los créditos figura como basada en In a Glass Darkly, y la trama es una mezcla difusa de varias de las historias del libro, mas no de Carmilla. Entre las versiones para cine más importantes destaquemos, al menos, la coproducción franco-italiana Et mourir de plaisir/Il sangue e la rosa [tv: Sangre y rosas, Roger Vadim, 1960], con una extraordinaria fotografía que mezcla el color y el blanco y negro, y de la que los norteamericanos hicieron un espantoso remontaje[3]. O también la coproducción hispano-italiana La maldición de los Karsnstein/La cripta e l’incubo (Camillo Mastrocinque, 1964), con Christopher Lee. Y entre las versiones televisivas, al menos destaquemos una española para la serie Ficciones en 1973, dirigida por Jaume Picas y con Marisa Paredes como Carmilla; o la adaptación norteamericana para Nightmare Classics, dirigida en 1989 por Gabrielle Beaumont, con Meg Tilly como Carmilla acompañada de Roddy McDowall.
Y, claro está, la trilogía que rodó la Hammer, y que comenzó con The Vampire Lovers [vd: Las amantes vampiros; tv: Las amantes vampiras; vd/dvd: Las amantes del vampiro, 1970]. La película nació como un acuerdo de coproducción entre la Casa del Martillo y la norteamericana American International Pictures[4], famosa, dentro del campo del cine de terror, por las adaptaciones de principios de los sesenta de relatos de Edgar Allan Poe dirigidas por Roger Corman y protagonizadas por Vincent Price. La idea era aprovechar la relajación de la censura y hacer una película de vampiros con elementos sexuales más explícitos. Por algún motivo, la censura era más flexible cuando la acción tenía lugar en un período histórico lejano y no en el entorno cotidiano. Así pues, se escogió la novela de Le Fanu, que en la versión de Roger Vadim ya había sido bastante clara en esos términos.
El libreto de The Vampire Lovers fue debido a Tudor Gates, a partir de un argumento concebido por este y los productores Harry Fine y Michael Style. La idea procedía de Harry Fine, quien había encontrado una edición del libro de Le Fanu con fotos de una versión teatral. Tudor Gates era conocido de Harry Fine, pues juntos habían trabajado en teatro, y ambos escribieron un tratamiento, que fue enviado a James Carreras, quien quedó cautivado con el título, que en aquel entonces era To Love a Vampire. El 25 de noviembre de 1969 se firmó el acuerdo, y un mes después se formalizó la cofinanciación con la AIP.
Tudor Gates (1930-2007) era un autor teatral que comenzó a escribir guiones para televisión y cine. En 1968 colaboró en Barbarella (Barbarella), adaptación del famoso cómic de Jean-Claude Forest producida por Dino De Laurentiis y dirigida, precisamente, por Roger Vadim, que ofreció una franqueza sexual abundante para la época, no en vano el original invitaba a ello.
Una vez terminado el libreto, como era norma este fue enviado al censor, John Trevelyan, quien, por supuesto, advirtió acerca del lesbianismo explícito de la historia, y les señaló que otra película británica anterior de igual temática, The Killing of Sister George [tv/dvd: El asesinato de la hermana George, Robert Aldrich, 1968], se había visto amputada en cinco minutos. La productora respondió que este no era un tema que ellos hubieran elegido motu proprio, desde luego, sino que, casualmente, ya estaba en la historia original de Le Fanu. Ante esto, Trevelyan reculó.
Se pensó en Shirley Eaton, antigua chica Bond, para el papel de Carmilla, pero James Carreras la rechazó, considerando que era demasiado mayor. En su lugar se eligió, pues, a Ingrid Pitt, que era más joven; diez meses, en concreto. En todo caso, la actriz tiene una edad algo elevada para el papel, que debía ser encarnado por una muchacha de unos veinte años, pero el contraste de madurez y seguridad que establece con sus víctimas otorga un contrapunto interesante.
El papel del misterioso hombre de negro que aparece de forma ocasional fue ofrecido a Christopher Lee, mas este lo rechazó. En su lugar se contrataría a John Forbes-Robertson, quien precisamente más adelante haría de Drácula en Kung Fu contra los siete vampiros de oro (The Legend of the 7 Golden Vampires, Roy Ward Baker, [Cheh Chang, sin acreditar], 1974). Peter Cushing, por su parte, fue contratado a ultimísima hora.
Roy Ward Baker se leyó la novela dos veces y comentó que seguía sin ver ningún componente lésbico. Sin embargo, según Antonio Ballesteros[5], «lo cierto es que la narración entre la narradora y la vampiresa se lee en nuestro contexto con los ecos de una sexualidad de tintes lésbicos», y añade que «la irregular adaptación cinematográfica de la obra, significativamente titulada The Vampire Lovers, del año 1970, enfatiza estos rasgos»[6].
Por su parte, Ingrid Pitt refiere que encarnó a Carmilla, no como lesbiana, sino como una criatura asexual. Interpretándolo desde esta perspectiva, veríamos que los acercamientos amorosos que realiza hacia Laura no son tanto por satisfacción sexual propia sino como intento de seducción hacia su víctima para conseguir sus fines depredadores. Eso queda resaltado cuando embelesa al criado, con el que utiliza una técnica sexual similar: no le interesa el sexo de sus víctimas, sino que aprovecha sus facultades fascinadoras en ese aspecto según le convenga. Insistiendo en el tema, la propia Pitt refirió:
Cuando Jimmy Carreras me ofreció el papel de The Vampire Lovers, la verdad es que estudié en torno al tema. Y en la historia de Le Fanu hay un poderoso componente sexual. Creo que el director, Roy Ward Baker, hizo justo lo que le correspondía, pese a que los productores eran dos tipos lascivos. Con respecto a mi escena de desnudo con Madeline Smith, salí del tráiler con la bata puesta y nada debajo, y vi a esos tipos caminando a mi lado con las cabezas gachas. Pensé, «qué demonios, les daré satisfacción», y me abrí la bata. ¡Su expresión fue para enmarcar![7]
Ingrid Pitt (1937-2010) nació como Ingoushka Petrov en Polonia, y tras sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial se convirtió en una celebrada actriz en la escena berlinesa. Empezó trabajando en cine en España, donde hizo tanto superproducciones rodadas en nuestro país, como Doctor Zhivago (Doctor Zhivago, David Lean, 1965), como producciones propias, así Un beso en el puerto (Ramón Torrado, 1966), junto a Manolo Escobar. Pero ya en esa época apareció en una cinta del género tan interesante como El sonido de la muerte (José Antonio Nieves Conde, 1966). Tras algunas películas europeas más, la Hammer cuenta con ella para esta película, y repetirá en Countess Dracula tv/dvd: La condesa Drácula, Peter Sasdy, 1971]. Para la Amicus aparecerá en La mansión de los crímenes (The House That Dripped Blood, Peter Duffell, 1971) y también participa en la mítica The Wicker Man [vd/tv/dvd: El hombre de mimbre, Robin Hardy, 1973]. Actriz de turgencias rotundas, no excesivamente capacitada para la interpretación, sin embargo su magnetismo confería una gran intensidad a sus papeles.
El londinense Roy Ward Baker (1916-2010), por su parte, comenzó a trabajar como chico para todo en los Gainsborough Studios y tres años después se convirtió en ayudante de dirección. Después de trabajar durante la guerra en la unidad de cine que manejaba el escritor Eric Ambler, este le dio la oportunidad de debutar como realizador con la cinta criminal The October Man (1947), basada en una novela suya. En 1952 se trasladó a Hollywood, donde dirigiría, por ejemplo, Niebla en el alma (Don’t Bother to Knock, 1952), con Marilyn Monroe, y volvió a Inglaterra en 1958, donde ofreció La última noche del Titanic (A Night to Remember, 1958), una de las mejores visiones del célebre tema. La Hammer decidió contar con él para rodar la excelente ¿Qué sucedió entonces? (Quatermass and the Pit, 1967). Hasta ese momento, todos sus filmes los había firmado como Roy Baker, pero en la Hammer trabajaba un editor de sonido que firmaba precisamente con ese nombre, así que se le añadió el célebre «Ward» —apellido de soltera de su madre— a partir de entonces. Colaboró con asiduidad para la Hammer y la Amicus, y se convirtió en uno de los nombres fundamentales en el cine de terror de la época. Sobre la presente cinta, Baker comentaría: «No es una película que yo hubiera hecho. En verdad no tenía la más mínima apetencia por este tipo de material»[8]. Ello, aunado a la escasez de medios que destila la película —más de lo normal que en otras de la Hammer— queda patente en los resultados, donde la pobreza en la planificación elimina lustre a los resultados, quitando potencia a muchas escenas.
Reincidiendo en su participación en esta película, Roy Ward Baker declaró:
La Hammer me llamó y me dijo: «Estamos pensando en hacer una película de terror» […] Si me hubieran ofrecido un Drácula o un Frankenstein dudo que hubiera aceptado […] Entonces me preguntaron si había leído el libro Carmilla de Joseph Sheridan Le Fanu. Dije que lo había leído y me gustaba mucho. De hecho, la primera vez que lo leí fue cuando tenía catorce años. Así que me interesó. Dijeron: «Lo estamos convirtiendo en un guion. Creemos que tiene un trasfondo lésbico y lo queremos eliminar». Bien, sacudí la cabeza y decidí salvar por mi cuenta la dignidad del libro para al menos atenuar el lesbianismo y hacerlo con seriedad y buen gusto. La Hammer tenía ciertas dudas, pero Ingrid Pitt estaba de acuerdo conmigo[9].
Lo que más llama la atención sobre el film es que en muchas referencias se la califica como «adaptación libre» de la novela de Le Fanu, cuando en realidad es bastante fiel salvo algunos detalles. El film arranca con un prólogo, que podría ejercer por sí mismo como un excelente cortometraje, donde se presenta al personaje del barón Joachim von Hartog (Douglas Wilmer), que viene a ser un trasunto del barón Vordenburg, el cazador de vampiros de la novela. Todo ese prefacio es un añadido totalmente original, ausente del libro.
Después se nos muestra al general von Spielsdorf (imponente Peter Cushing, siempre recto y firme en su uniforme). Lo que aquí se nos cuenta es lo que, en la novela, formará parte del flashback situado casi al final que nos narra Spielsdorf —a nosotros y al resto de los personajes—, pero con la peculiaridad de que la hija de este (en la novela, sobrina) no se llama Bertha, sino Laura (Pippa Steel), que es la protagonista de la narración. Una vez logrados sus objetivos, Mircalla abandona el lugar y entra en la vida de los Morton (en la novela no conoceremos su apellido), con la joven Emma (Madeline Smith). A partir de ahí, la historia trascurre prácticamente igual que en la novela, eliminando el personaje del buhonero, y añadiendo a un jovencito, Carl Ebhardt (Jon Finch), prometido de Laura, y que tras la muerte de ella procederá a proteger a Emma.Podría parecer, en un inicio, que este personaje está construido para heterosexualizar a Laura, pero por otro lado sirve como contrapunto a la labor depredadora de Carmilla/Mircalla; la relación «normal» que ella tenía con su prometido se ve turbada con la irrupción de la vampira, que representa la ruptura con esa supuesta «normalidad».
Con Emma vive Mademoiselle Perrodot (voluptuosa Kate O’Mara, con un maquillaje de ojos nada favorecedor), gobernanta del chateau —era una de las dos damas de compañía del libro—, y que protege a la muchacha mientras observa con desconfianza a Carmilla. Cuando esta percibe esa suspicacia, procederá a seducirla también. Se juega en la película con el concepto de que Emma es una muchacha joven e inmadura, que se verá atrapada en el juego lésbico que le tiende Carmilla, sin realmente compartir esos impulsos —se la percibe extrañada y sorprendida con algunos de los acercamientos—; mientras, Perrodot, con mayor experiencia, sabe a lo que juega y de hecho busca esa satisfacción. Por cierto que resulta un elemento muy peculiar el hecho de que la acción transcurra en Austria; los actores, por supuesto, hablan todos en inglés, pero en una escena concreta Emma recibirá lecciones por parte de Perrodot… de alemán.
Al film se incorpora un personaje que es nuevo, mas no del todo. En la novela, durante el baile que celebra el general von Spielsdorf, después de que la madre de Mircalla se haya dado a conocer a esta, entra en la mansión un hombre, sirviente de la condesa, que le informa de algo y le hace salir para dejar a la joven vampira en la casa. En la película tiene lugar también esa escena, pero después el personaje reaparece, y es identificado en los créditos como el Hombre de Negro; de vez en cuando es vislumbrado por el espectador rondando la villa, contemplando en silencio o riendo a carcajadas y mostrando los colmillos, al tiempo que se percibe que tiene una especie de control telepático sobre Carmilla, obligándole a efectuar las acciones que comete. De hecho, hacia el final, esta se compadecerá de Emma, no queda claro si porque se ha enamorado de ella o por cierta simpatía, e intentará huir con la muchacha.
La propia Carmilla, al fin, es retratada de un modo similar a como se muestra en el libro, como un vampiro que aparece a la luz del día, con bruscos arrebatos coléricos, y que es capaz de convertirse en una especie de gato gigantesco y peludo[10] —en la novela, la criatura es un ser más indefinido y terrorífico—. Un elemento muy interesante sobre Carmilla resulta ser su capacidad de teletransportarse: cuando Carl le lanza un cuchillo, ella se difumina y desaparece en el aire. Y también se nos informará que el vampiro ha de dormir en su tumba provisto asimismo con el sudario con el que se le enterró.
Puede que a Roy Ward Baker le ruborizara rodar las escenas de sexo, pese a lo cual estas se hallan filmadas con una gran elegancia y belleza, y juega muy bien con las sombras para aplicarle cierto distanciamiento. Las actrices muestran sus desnudos con total naturalidad y no resulta forzado verlas en esas circunstancias. Las escenas de terror, con todo, están filmadas con mayor intensidad. Cabe destacar, en especial, el referido prólogo, que es todo un prodigio de atmósfera, ambientación y poesía, y la voz en off, en lugar de explicar en exceso, ayuda a conferirle esa aura de conseja popular. Los planos de la mujer vampiro saliendo de la tumba, envuelta en el sudario y avanzando a cámara lenta entre la niebla del cementerio poseen una fuerza evocadora apabullante y muestran un uso muy atinado del ralentí —elemento que, personalmente, casi nunca me convence—.
El final se queda abierto en un par de sentidos. Por un lado, se subraya de forma patente que el Hombre de Negro escapa sin que sea detenido por los cazadores de vampiros —estos, de hecho, serán totalmente desconocedores de su existencia, pese a que Spielsdorf lo viera—. Y, por otro lado, la condesa, supuesta madre de Carmilla, desaparece de la trama sin que se vuelva a saber de ella, en un obvio agujero de guion.
Anecdotario
- Título en Argentina: Amores de vampiros. Título en México: Amor entre vampiros.
- El rodaje de la película se había iniciado el 19 de enero en los Estudios Elstree de Londres y finalizó el 4 de marzo de 1970.
- Se rodó en los terrenos de la mansión de Moor Park, en Hertfordshire, representando Estiria, en Europa Central. Producida con un presupuesto relativamente bajo de 165.227 libras, fue la última película de la Hammer financiada con dinero estadounidense (la mayoría de las posteriores contaron con el respaldo de Rank o EMI).
- Durante el rodaje, en una escena Ingrid Pitt debía morder a Kate O’Mara; los colmillos se le soltaron y se colaron en el generoso escote de la actriz, perdiéndose entre sus senos. Al fin, con un poco de chicle le recolocaron los colmillos y pudieron rodar la escena mientras intentaban no reírse.
- A Ingrid Pitt le ofrecieron un papel en la secuela, Lujuria para un vampiro (1971), pero no le gustó el guion y prefirió protagonizar La condesa Drácula (1971). Esta es la única película en la que interpreta a Carmilla Karnstein.
- Esta película fue clasificada R por la Motion Picture Association of America debido a las mordeduras de vampiro infligidas en los pechos de las mujeres.
- El efecto sonoro de la decapitación se consiguió cortando un repollo.
- Secuelas:
Lust for a Vampire [tv/vd/dvd: Lujuria para un vampiro, Jimmy Sangster, 1971].
Drácula y las mellizas (Twins of Evil, John Hough, 1971).
Se estrenó en el Reino Unido el 4 de octubre de 1970, y en Estados Unidos unos días más tarde, el 22 de octubre. En España, por supuesto, no se estrenó por motivo de la censura. Más adelante tuvo diversas ediciones en vídeo y emisiones televisivas, con diferentes títulos, según se le ocurriera al traductor.
Bibliografía
«Carmilla»; por J. Sheridan Le Fanu. En Vampiras. Antología de relatos sobre mujeres vampiro; recopilación de Charles G. Waugh y Martin Harry Greenberg; traducción de Juan Antonio Molina Foix. Madrid: Valdemar, 2011. Colección: El Club Diógenes; nº 115. T.O.: «Carmilla» (1872).
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***½
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Citado en The Penguin Encyclopedia of Horror and the Supernatural; editado por Jack Sullivan. Nueva York: Viking, 1986; pp. 233–35.
[2] En la película que nos concierne es encarnado por Peter Cushing. La descripción que se hace de él en la novela se ajusta como un guante al gran actor.
[3] Y que es la que se programó por Tele5 en la emisión televisiva citada, un día de madrugada.
[4] La compañía norteamericana estaba en buenas relaciones con la Hammer, y había distribuido previamente diversos films de la productora británica, pero una coproducción como tal no se produjo hasta ese instante.
[5] BALLESTEROS, Antonio: Vampyre Chronicle – Historia natural del vampiro en la literatura anglosajona. Zaragoza: unaLuna ediciones, 2000. Colección: Villa Dionysos; nº 3; pág. 72.
[6] Íbid.
[7] Forshaw, Barry: British Gothic Cinema. Basingstoke: Palgrave MacMillan, 2013.
[8] En el obituario publicado por The Guardian: https://www.theguardian.com/film/2010/oct/08/roy-ward-baker-obituary
[9] En el número 3 de la revista Bizarre, a principios de los ochenta, y tal como es citado en el libro Roy Ward Baker, de Geoff Mayer. Manchester: Manchester University Press, 2004; págs. 156-157.
[10] En el tráiler de la película, que viene como extra en la edición española en DVD por parte de Filmax, esa criatura es vislumbrada con mayor facilidad que en la propia película. Además, hay insertos de un gato que no se ven en el film (el gato que aparece en este es muy diferente).