Alan Brooks se dirige en tren a la localidad alpina de Trollenberg. En el mismo vagón viajan las hermanas Pilgrim; repentinamente, una de ellas entra en trance y se desmaya, y cuando se recupera manifiesta la imperiosa necesidad de descender en la misma estación que Brooks. Cuando llegan al hotel averiguan que, desde hace un tiempo, en el monte que domina el valle, llamado de igual modo Trollenberg, ha habido extrañas muertes de alpinistas.
Dirección: Quentin Lawrence. Producción: Tempean Films. Productores: Robert S. Baker, Monty Berman. Guion: Jimmy Sangster, según argumento de Peter Key. Fotografía: Monty Berman. Música: Stanley Black. Montaje: Henry Richardson. Dirección artística: Duncan Sutherland. Efectos especiales: Les Bowie. Intérpretes: Forrest Tucker (Alan Brooks), Laurence Payne (Philip Truscott), Jennifer Jayne (Sarah Pilgrim), Janet Munro (Anne Pilgrim), Warren Mitchell (profesor Crevett), Frederick Schiller (mayor Klein), Andrew Faulds (Brett), Stuart Saunders (Dewhurst), Colin Douglas (Hans), Derek Sydney (Wilde), Richard Golding, George Herbert, Anne Sharp, Leslie Heritage, Jeremy Longhurst, Anthony Parker, Theodore Wilhelm, Garard Green, Caroline Glaser, Jack Taylor… Nacionalidad y año: Reino Unido 1958. Duración y datos técnicos: 84 min – B/N – 1.66:1 – 35 mm.
Todo aficionado sabe que la película que lanzó a la fama a la Hammer, El experimento del doctor Quatermass (The Quatermass Xperiment, Val Guest, 1955), estaba basada en una mini-serie televisiva previa, The Quatermass Experiment (1953), de Rudolph Cartier. Sin embargo, no fue la Casa del Martillo la única en tomar como constante este tipo de adaptaciones. La presente cinta, de hecho, procede de igual fuente; previa a esta película existió una mini-serie televisiva de seis episodios, de igual título, producida en 1956 para la ATV, dirigida por el mismo Quentin Lawrence y escrita por Peter Key, y en la cual ya aparecían Laurence Payne y Stuart Saunders en iguales papeles que aquí acometen. Comoquiera que, según parece, la serie ha desaparecido, esta es la única manera de que podamos aproximarnos a ella.
La producción corre a cargo de Robert S. Baker y Monty Berman, dos nombres importantes dentro de la industria del cine de terror británico, aunque hoy día están un tanto olvidados debido a la fama detentada por las producciones Hammer o Amicus. Ese mismo año habían producido su primera incursión en su ciclo de horrores brittish con la estimable La sangre del vampiro (Blood of the Vampire), de Henry Cass, y al año siguiente se acercarían a uno de los mitos de las Islas con Jack the Ripper, ya con dirección de ellos mismos, y en la cual contaron de nuevo para el guion con Jimmy Sangster, célebre profesional de la Hammer que ya había intervenido en la cinta de Cass, y que de igual modo escribiría el presente filme.
La trama, como suele ser característico en la ciencia ficción británica, adquiere tonos intimistas y de intriga, con un pequeño grupo de personajes encerrado en un hotel de una localidad suiza llamada Trollenberg (en alemán, más o menos, «la montaña del control») y con extraños sucesos que acaecen en el lugar. Existe una gran amplitud de elementos que adornan la intriga, con dos hermanas que practican fraudulentas sesiones de exhibición telepática, hasta que de pronto una de ellas comienza a revelar realmente esos dones, o el poder que ostentan las criaturas alienígenas de resucitar a los muertos y convertirlos en zombis a sus órdenes, que actúan de un modo torpe pero con conciencia.
John Carpenter refiere que esta película, con sus criaturas ocultas en la bruma, fue su inspiración para La niebla (The Fog, 1980). Y, en cierto sentido, así es, si bien el director de La cosa (The Thing, 1982) efectúa una «versión» lejana, transformando a los alienígenas en espectros vengadores, y trasladando la acción de una zona montañosa a una marina. En realidad, más parecido ofrecen con la presente un par de historias escritas por Stephen King como son La niebla (The Mist, 1980) y Los langolieros (The Langoliers, 1990), en lo que respecta a las entidades ignotas que surgen con la niebla y atacan a los humanos; inclusive los monstruos de The Trollenberg Terror disponen de largos tentáculos, algo que se da asimismo en las dos novelas cortas de King.
Como ya se ha referido, el director, Quentin Lawrence, se hizo cargo tanto de la mini-serie como de su remake cinematográfico. Su carrera la hizo en su mayor parte en televisión, tocando en escasas ocasiones el cine, siendo la única estrenada en España la cinta de espionaje El hombre que murió tres veces (The Man Who Finally Died, 1963), con Stanley Baker y Peter Cushing. Entre las numerosas series en las que colaboró figura la versión británica de El hombre invisible (The Invisible Man; 1958-1960), Cita con la muerte (Danger Man; 1964-1966), Detective público (Public Eye; 1965-1975) o Extraños (Strangers; 1978-1982), su última aportación al medio. En sus inicios también dirigió otra mini-serie que gozó de traslación cinematográfica, The Strange World of Planet X (1956), derivando en la homónima de 1958 dirigida por Gilbert Gunn y protagonizada, al igual que la presente, por Forrest Tucker. Aunque lo más llamativo de este realizador es que, paralelamente a su trabajo en cine y televisión, era al mismo tiempo físico, y como tal registró patentes relativas a control de reactores nucleares o equipos de transmisión televisiva.
En la presente cinta Lawrence se centra en crear un clima de inquietud, haciendo transcurrir gran parte de la trama en espacios cerrados donde busca la tensión por medio de los personajes. Gran importancia, en este sentido, asumen los muertos resucitados dominados por las entidades alienígenas, a los que rueda empleando una iluminación dramática y con planos en contrapicado que otorgan gran fuerza a las imágenes. Los medios son muy limitados, y eso se deja acusar en unas pocas escenas de acción resueltas con excesiva celeridad –véase la escena de la niña, donde además la inexpresividad de la criatura, mientras le atacan los monstruos, obliga a acortar los planos aún más–. Mayor importancia, pues, poseen los personajes y sus relaciones, así como la intriga que se crea en torno a ellos. Amén, por supuesto, del delicioso clímax con los monstruos, al fin, atacando en masa, resuelta con sencilla efectividad.
Destaca el protagonismo del estadounidense Forrest Tucker, un actor especializado en el wéstern que, curiosamente, fue incorporado a bastantes películas británicas para que gozaran estas de exportación a territorio norteamericano; choca ver a este westerner metido tan a menudo, en estos casos, dentro de intrigas de ciencia ficción.
Anécdotas
- Título en Estados Unidos: The Crawling Eye.
- Otros títulos alternativos anglosajones: The Creeping Eye / The Flying Eye / Trollenberg Terror / Creature from Another World.
- Para su estreno en Estados Unidos, los distribuidores cortaron el film hasta una duración de 75 minutos, pues consideraban que los monstruos tardaban mucho en salir.
- En la novela de Stephen King It (It, 1985) la criatura emerge en un momento determinado como una aparición de uno de los niños.
- Última película producida en los estudios Southall, uno de los pioneros en el Reino Unido.
- Estrenada en el Reino Unido el 7 de octubre de 1958; en España permanece inédita.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra