La señora Oliver sufre constantes pesadillas, donde se ve acosada por un desconocido o dentro de un ataúd; además, tiene un extraño temor al fuego, y su marido, un abogado constantemente centrado en su trabajo, le insiste en que se quede en casa y tenga un bebé. Sin embargo, la mujer sufrirá una extraña “posesión” y, tras cambiar de indumentaria, comienza a adoptar otro comportamiento.

Dirección: Gordon Hessler. Producción: The Shpetner Company para National Broadcasting Company (NBC). Productor: Stanley Shpetner. Productor asociado: Richard Matheson. Guion: Richard Matheson. Fotografía: Frank Stanley. Música: Morton Stevens. Montaje: Jerry Garcia, Frank Morriss. Intérpretes: Karen Black (Miriam Oliver / Sandy), George Hamilton (Greg Oliver), Robert F. Lyons (Mark), Lucille Benson (casera), Jean Allison (Mrs. Dempsey), Gloria LeRoy (dependienta), Burke Byrnes (camarero en la playa), Asher Brauner (bailarín en el bar), Charles Cooper (Mr. Logan), Danna Hansen (Mrs. Logan), William Kerwin (anciano), Nancy Hahn Leonard (Rose), Macon McCalman (ministro), Boyd Holister [acreditado como Robert Palmer] (obrero), Delos V. Smith Jr. (hombre de las flores), Sunny Woods (la auténtica Miriam)… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1977. Duración y datos técnicos: 78 min. color 1.33:1.

 

The Strange Possession of Mrs. Oliver (1977) dispone de un guion original de Matheson no basado en ningún texto previo, ni propio ni ajeno, y está dirigido por Gordon Hessler, director de origen alemán muy célebre en esa década dentro del círculo de aficionados al cine de género fantástico. En realidad, ya en los sesenta irrumpió en el género con la pobretona Catacombs (1965), a la que siguieron The Oblong Box [vd/tv/dvd: La caja oblonga/El ataúd, 1969], Scream and Scream Again [vd/tv/dvd: La carrera de la muerte, 1970], Murders in the Rue Morgue [vd/tv: Asesinatos en la calle Morgue, 1971] y, en especial, El viaje fantástico de Simbad (The Golden Voyage of Sinbad, 1973). En televisión había tenido ya una experiencia amplia, sobre todo por ser productor asociado de La hora de Alfred Hitchock (The Alfred Hitchcock Hour; 1962-1965), pero en la década de los setenta pasó a dirigir de forma profusa telefilmes como Grita, linda Peggy (Scream, Pretty Peggy, 1973) o series como Kung fu, Lucas Tanner o La Mujer Maravilla.

La presencia de Karen Black al frente del reparto ha conducido a que este telefilm sea comparado con la Trilogy of Terror de Dan Curtis y, muy especialmente, con el segundo de los sketches, dada la relativa similitud existente entre el personaje que aquí interpreta, Miriam Oliver, y la Millicent Larimore a la que daba vida allí. El rodaje fue un tanto complicado, pues la actriz acababa de dar a luz y puso como condición dar el pecho a su hijo —Hunter Carson, el niño de Invasores de Marte (Invaders from Mars. Tobe Hooper, 1986)—; ello originó retrasos, y al final la llegaron a rodar mientras daba de mamar a la criatura (sin entrar en plano, claro).

La película contó con producción asociada del propio Matheson, y como productor figuró Stanley Shpetner, amigo del escritor, quien creía contar con un título con gancho, ese The Strange Possession of Mrs. Oliver, por lo cual se asoció con el autor de El hombre menguante para que escribiera la historia. En una entrevista[1], Karen Black declaró: “No era una película de terror. Era una historia de misterio acerca de una mujer obsesionada con una pintura que se parece a ella, para descubrir la verdad sobre la difunta mujer que posó para el cuadro, y tomar su personalidad. Protesto cuando la gente me identifica como una actriz del género de terror”.

Hessler rueda con el característico estilo de los telefilms de la época, haciendo uso del zoom y de los grandes angulares para enfatizar detalles, pero busca la creación de una atmósfera de misterio por medio de la banda sonora —con un uso insistente de la melodía de la canción “Venus” de Frankie Avalon—, las brumas y la inquietante mirada de Karen Black. El film se podría interpretar como una fábula feminista, donde un ama de casa aburrida busca huir de la rutina; es curioso que la “posesión” acontezca por medio de la apariencia de la protagonista, buscando un tipo de vestimenta distinta, así como una peluca rubia. Es decir, trata de disgregarse de su propia identidad para asumir otra diferente.

Al principio, la señora Oliver usa gafas pero, cuando la posesión sea arrogada —en la escena de la revelación, ante el espejo de la tienda—, la mujer cambia hasta tal punto que no precisar de anteojos. Varía también de personalidad, buscando ser más femenina y más alegre, lo cual altera a su marido, un hombre demasiado ocupado en sus negocios —un hierático George Hamilton, muy adecuado para el papel— y para quien su esposa no es sino otra de sus posesiones de las cuales dispone cuando regresa al hogar, y a la que da órdenes tajantes. Cuando la vea con su nueva apariencia, al intentar seducirle, él la rechazará de manera drástica. El trato arrogante y posesivo de su marido, pues, provocará esa “posesión” en la mujer, en su búsqueda de una nueva identidad, más liberada, menos sumisa. Pero, ¿se trata de un hecho sobrenatural, o es algo que acontece en el subconsciente de la señora Oliver? ¿Es un caso de trastorno de identidad disociativo, o la posesión de un espíritu de un difunto sobre un ser vivo? El espectador habrá de deducirlo en este atractivo telefilm que, tal como declaraba Karen Black, es más de misterio o suspense que de terror.

 

Anécdotas

  • Exhibida originalmente en la televisión norteamericana el 28 de febrero de 1977.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Realizada por Harvey F. Chartrand para la revista Filmfax, y citada por Matthew R. Bradley en Richard Matheson on Screen – A History of the Filmed Works. Jefferson, Londres: MacFarland & Co., 2010.