Un amplio grupo de trabajadores en electrónica se traslada a una mansión antigua, con fama de estar encantada, con el fin de efectuar un trabajo de mejora sobre la cinta de videotape. Pero cuando perciben que las presencias fantasmales de las que se habla son reales, deciden aprovechar el equipo científico de que disponen para estudiar el fenómeno.

Dirección: Peter Sasdy. Producción: British Broadcasting Corporation (BBC). Productor: Innes Lloyd. Guion: Nigel Kneale. Música: Desmond Briscoe. Montaje: Geoff Higgs. Diseño de producción: Richard Henry. FX: Peter Day (diseñador de efectos visuales), Desmond Briscoe (efectos especiales de sonido). Intérpretes: Michael Bryant (Peter Brock), Jane Asher (Jill Greeley), Iain Cuthbertson (Roy Collinson), Michael Bates (Eddie Holmes), Reginald Marsh (William Crawshaw), Tom Chadbon (Hargrave), John Forgeham (Maudsley), Philip Trewinnard (Stewart Jessop), James Cosmo (Cliff Dow), Neil Wilson (sargento Paterson), Christopher Banks (vicario), Michael Graham Cox (Alan), Hilda Fenemore (ayudante del bar), Peggy Marshall (mujer del bar)… Nacionalidad y año: Reino Unido 1972. Duración y datos técnicos: 90 min. color 1.33:1.

 

Tras el éxito de la trilogía original de Quatermass en televisión, en la BBC, Nigel Kneale siguió otros rumbos profesionales, hasta que, a finales de la década de los sesenta, regresó a la casa. Allí trabajó en una nueva versión de 1984, que con anterioridad había sido uno de sus grandes éxitos, así como diversos episodios de series como Theatre 625 (1965-1968), The Wednesday Play (1969-1970) y Out of the Unknown (1971). Para el año 1972 surgió la idea de un especial navideño, un cuento de fantasmas.

A mediados de 1972, Christopher Morahan, Jefe de Dramas en la BBC2, y que había dirigido la referida nueva versión de 1984, entre otras creaciones de Kneale, le pidió que escribiera una obra para ser transmitida durante el período navideño. Al aceptar el encargo, Kneale rápidamente decidió que, de acuerdo con la tradición, escribiría una historia de fantasmas, pero con una diferencia: los espíritus antiguos entrarían en conflicto con la ciencia moderna.

La idea de combinar lo sobrenatural con la alta tecnología era una característica de la obra de Kneale; en su radionovela You Must Listen (1952), un ingeniero de telecomunicaciones descubre que una línea telefónica ha preservado la conversación final entre una mujer y su amante antes de su suicidio, y se suele considerar el antecedente más importante de The Stone Tape. El tema científico y sobrenatural también se halla presente en Quatermass and the Pit, que, además, comparte elementos similares con The Stone Tape como una casa abandonada con reputación de encantada, así como el hecho de reunir pruebas documentales sobre el fantasma (que también recuerda a la obra del gran M. R. James, un escritor muy admirado por Kneale) y la sensibilidad de ciertos personajes hacia lo sobrenatural. Además, la relación entre los científicos y los aldeanos locales se hace eco de lo visto en Quatermass II. Añadamos también, ya que hablamos de influencias, que el planteamiento de The Stone Tape recuerda un tanto al de la novela La casa infernal (Hell House, 1971), de Richard Matheson, autor del cual Kneale ha bebido con insistencia.

Para las instalaciones de investigación en Taskerlands, Kneale se influenció por una visita que había hecho a las instalaciones de investigación y desarrollo de la BBC, que estaban ubicadas en una antigua casa de campo en Kingswood Warren en Kingswood, Surrey. De igual modo, los investigadores que trabajan en Kingswood Warren influyeron en la representación de los miembros del equipo de investigación de Ryan en The Stone Tape. Kneale recordó de su visita a Kingswood Warren: «La impresión que recibías de la gente que trabajaba allí era de un aire juvenil. Eran muy alegres. Todo era bastante divertido para ellos, que es una forma muy inteligente de efectuar una investigación intensa… Eran buenos tipos, de los que obtuve algunos sólidos ejemplos para mi trabajo»[1].

Kneale entregó su guion, inicialmente titulado Breakthrough [Ruptura] y luego rebautizado como The Stone Tape, en septiembre de 1972. Debido al tema, se consideró que encajaría mejor como una entrega de Dead of Night, una serie antológica sobrenatural producida por Innes Lloyd[2], pero al final, se emitió como un telefilm independiente, pero la producción estuvo a cargo del equipo de Dead of Night bajo la dirección de Lloyd. La grabación comenzó el 15 de noviembre de 1972 con las escenas exteriores de la casa, que en tiempos fue propiedad de Ada Lovelace, hija de Lord Byron y patrocinadora del pionero de la informática Charles Babbage. La producción se trasladó luego al Centro de Televisión de la BBC entre el 20 y el 22 de noviembre de 1972. Desmond Briscoe, del BBC Radiophonic Workshop, proporcionó música y efectos de sonido incidentales, que demostraron ser importantes para establecer el ambiente de la obra.

The Stone Tape se emitió el 25 de diciembre de 1972 en BBC2 con una audiencia de 2,6 millones. The Evening Standard elogió la obra y la describió como «una de las mejores obras de este género jamás escritas. Sus virtudes no son solo la columna vertebral de la historia, sino la forma en que los personajes cambian, como en la vida real»[3]. Esta fue también una de las últimas obras que Nigel Kneale escribió para la BBC: se había ido desencantando cada vez más con la compañía, principalmente como resultado del rechazo de varios guiones como Cracks, una propuesta para Play for Today y una cuarta serie de Quatermass. Se pasó a Independent Television, donde escribió y creó series como Beasts y Kinvig, y logró que su guion rechazado de Quatermass se produjera en 1979.

Como director se eligió al húngaro Peter Sasdy, quien debutó en televisión con el drama de hospitales Emergency-Ward 10 (1957-1967), de la Associated Television. Más adelante dirigió, entre otros, bastantes episodios de la serie Patrulla fantasma (Ghost Squad, 1961), Out of the Unknown (1965-1966) o Viaje a lo desconocido (Journey to the Unknown, 1968), así como una adaptación en formato de mini-serie de Cumbres Borrascosas, Wuthering Heights (1967). Dirigió dos episodios de la serie Sir Arthur Conan Doyle (1967), que adaptaba relatos del gran escritor, y también el episodio “The Illustrious Client” (1965) de la serie Sherlock Holmes con Douglas Wilmer, “The Case of the Blind Man’s Bluff” (1979), de Sherlock Holmes and Doctor Watson con Geoffrey Whitehead, y la mini-serie Sherlock Holmes y la prima donna (Sherlock Holmes and the Leading Lady, 1991), con Christopher Lee. En cine debutó con El poder de la sangre de Drácula (Taste the Blood of Dracula, 1970) para la Hammer, y a lo largo de su carrera para la pantalla grande rodó nueve películas, en su mayoría del género fantástico, siendo tal vez la mejor Las manos del destripador (Hands of the Ripper, 1971).

La película, como era norma en las producciones británicas de la época, tiene rodadas las escenas de interiores, que comprenden algo así como el noventa por ciento de todo el metraje, en videotape, lo cual le confiere ese look tan característico, y que puede echar atrás a muchos espectadores. También, como es norma, está rodada como si se tratara de una representación dramática, focalizando la atención en el libreto y los actores, con las cámaras solo ubicadas con el fin de retratar lo que acontece. Ello no es óbice para que, en ocasiones, Peter Sasdy busque la intensidad por medio de la imagen, como un espléndido plano de grúa de Jill, cuando es consciente de las presencias fantasmales, o un extraordinario travelling por un largo pasillo precediendo al chico del bar cuando se arrastra histérico por este, hasta confluir en la puerta de la que sale Jill en su auxilio.

El guion de Nigel Kneale está trabajado a fondo, buscando por un lado desarrollar unos personajes complejos independientemente del contexto en que estén situados, e incluso el protagonista lo retrata con perfiles no demasiado atractivos. La historia busca el contraste entre el concepto sobrenatural y el avance científico, y en ese sentido recuerda un tanto a Quatermass and the Pit, como ya se ha referido. Es una narración seca, que explora las situaciones de un modo desapasionado y clínico, pese a que algunas notas de humor se dispersen a lo largo de la misma, y el abrupto final va encaminado a que el espectador prosiga mentalmente la situación. La historia acaba, pero no sus consecuencias. Peter Sasdy aplica su estilo funcional e ilustrativo a un guion sólido de un telefilm que merece mucho la pena.

 

Anécdotas

  • Los planos exteriores de la mansión Taskerlands corresponden a Horsley Towers, East Horsley, Surrey, Inglaterra, Reino Unido.
  • La chica del bar comenta que un soldado afroamericano llamó a las presencias de la mansión “duppies”. Un duppy (no existe plural para la palabra, por cierto) es una palabra de origen africano comúnmente utilizada en varias islas del Caribe, incluidas Barbados y Jamaica, que significa fantasma o espíritu. Los duppy son considerados generalmente espíritus malévolos. Se dice que en su mayoría salen y persiguen a la gente por la noche, y la gente de los alrededores de las islas afirma haberlos visto. El «Rolling Calf» [literalmente, “becerro rodante”] (una criatura aterradora que se dice que tiene cadenas alrededor de su cuerpo), «el caballo de tres patas» y «Old Higue» son ejemplos de los espíritus más maliciosos. En muchas de las islas de las Antillas Menores, los duppy se conocen como jumbies. En las Barbados también se usa la palabra duppy y tiene el mismo significado que en Jamaica.
  • Exhibida originalmente en la televisión británica el 25 de diciembre de 1972. En España jamás se ha visto.

 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Murray, Andy: Into The Unknown: The Fantastic Life of Nigel Kneale. Londres: Headpress, 2006; pág. 115.

[2] La serie constó de siete episodios emitidos a lo largo de 1972, narrando historias originales de terror. Hoy día solo sobreviven tres de ellos.

[3] Abery, James: «The Stone Tape». Shivers nº 41; mayo 1997. Pág. 24.