El Dr. David Marlow se encuentra realizando unos estudios sobre el comportamiento del ser humano frente al miedo. Intrigado por el oscuro y terrible pasado de una antigua mansión, forma un equipo junto a otras tres personas, todas ellas insomnes, para juntos continuar con dicha investigación mientras permanecen en la casona deshabitada.

Dirección: Jan de Bont. Producción: Dreamworks Pictures, Roth-Arnold Productions. Productores: Susan Arnold, Donna Roth, Colin Wilson. Productores ejecutivos: Jan de Bont, Samuel Z. Arkoff, Steven Spielberg. Guion: David Self, según la novela de Shirley Jackson. Música: Jerry Goldsmith. Fotografía: Karl Walter Lindenlaub. Diseño de producción: Eugenio Zanetti. Montaje: Michael Kahn. FX: K.N.B. EFX Group Inc. (efectos de maquillaje y animatrónicos), Tippett Studio (efectos visuales y animación), Industrial Light & Magic (efectos visuales y animación adicionales), CIS Hollywood (efectos CGI adicionales). Intérpretes: Liam Neeson (Dr. David Marrow), Catherine Zeta-Jones (Theo), Owen Wilson (Luke Sanderson), Lili Taylor (Nell), Bruce Dern (Mr. Dudley), Marian Seldes (Mrs. Dudley), Alix Koromzay (Mary Lambetta), Todd Field (Todd Hackett), Virginia Madsen (Jane), Michael Cavanaugh (Dr. Malcolm Keogh), Tom Irwin (Lou), Charles Gunning (Hugh Crain), Saul Priever (Ritchie), M. C. Gainey (hombre alto), Hadley Eure (Carolyn Crain), Kadina Halliday [Kadina de Elejalde] (Rene Crain), Alessandra Benjamin, Karen S. Gregan, Brandon Jarrett, Mary McNeal, Bill Minkin, Debi Derryberry, Jessica Evans, Sherry Lynn, Miles Marsico, Courtland Mead, Kelsey Mulrooney, Kyle McDougle… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1999. Duración y datos técnicos: 113 min. Color 2.35:1.

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Posiblemente el nombre de Jan de Bont no les sonase a algunos aficionados hasta su irrupción como cineasta con la adrenalínica Speed – Máxima potencia (Speed, 1994), pero su relación profesional con el cine viene ya de lejos como director de fotografía. Y es que el neerlandés ha estado al servicio de cineastas de peso como Paul Verhoeven, John McTiernan, Ridley Scott o el propio Richard Donner entre otros. Con La guarida, el director de fotografía de La jungla de cristal (Die Hard, 1988) aborda su cuarto largometraje como director tras Twister (Twister, 1996), Speed 2 (Speed 2: Cruise Control, 1987) y la antes apuntada Speed; tres títulos asentados sobre el cine de acción y catástrofes. Precisamente, como cineasta pondría su punto y final, hasta la fecha, con la posterior Lara Croft Tomb Raider 2: La cuna de la vida (Lara Croft Tomb Raider: The Cradle of Life, 2003).

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A priori, es difícil papeleta la de hacer lo que parece a simple vista un remake de todo un clásico del terror psicológico como es La casa encantada (The Haunting, 1963), de Robert Wise. Por desgracia, los más que correctos y esperanzadores primeros minutos terminan siendo un mero espejismo.

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Eleanor es una chica que ha vivido junto a su madre enferma en el piso de esta última (interesante detalle ese cartel de una corrida de toros en el salón, posible símbolo de valentía y aventura, valías que Eleanor parece echar en falta), donde se ha dedicado, en cuerpo y alma, a cuidarla durante muchos años, hasta el momento de su fallecimiento. En la actualidad anda discutiendo con su hermana y su cuñado por la herencia del piso, el cual la pareja intenta vender, lo que dejaría a la pobre Eleanor de patitas en la calle. Un inesperado anuncio de trabajo en el periódico parece ser, además del consiguiente alivio económico, el empujón perfecto para dar ese golpe de timón a su vida.

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Ya en la mansión, la joven Eleanor, que se nos muestra como una persona bastante cohibida, conoce a la exuberante Theo, la otra chica del grupo, que es todo lo contrario que ella: desinhibida, bastante liberal en el tema sexual y muy directa. Ambas recorren algunas de las estancias de la enorme y fastuosa morada, repleta de un sinfín de excentricidades, lo cual nos proporciona una idea de la singular personalidad del dueño ya fenecido. El descomunal tamaño de las esculturas, las puertas, las chimeneas le otorga cierta monstruosidad a la casona y establece un extraño contraste con los seres humanos que ahora la ocupan, confiriendo a estos ciertos sentimientos de insignificancia e indefensión ante la misma. Precisamente, uno de los puntos más fuertes del filme reside en el maravilloso diseño de los decorados de la apabullante mansión, el cual fue obra del argentino Eugenio Zanetti, que luego ganaría un Oscar en su carrera por labores parecidas.

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Algo más tarde, el profesor David Marrow y el cínico Luke Sanderson, los dos personajes del grupo que faltan, se suman al mismo, y el conjunto ya completo comienza a conocerse. En esta primera parte, donde se lleva a cabo la presentación de los personajes, sus motivaciones y las premisas generales del argumento es donde reside la mejor parte del film. Todo es sugerido, nada es mostrado. El estupendo diseño de sonido arropa esa impresión de amenaza latente que parece anidar entre los muros de la ostentosa edificación.

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Por desgracia, todo se viene abajo cuando lo antes sugerido es mostrado. Y lo hace de una forma bastante aparatosa, que linda más con lo fantasioso que con lo aterrador, y de una forma nada ambigua, zanjando así cualquier posibilidad de una doble lectura que hubiese aportado una mayor riqueza al discurso. Toda la tensión generada hasta el momento se va por el desagüe de forma irremediable, y los efectos especiales, maravillosos, eso sí, se hacen dueños y señores de la función. A partir de entonces, todo es tan pomposo, tan hiperbólico que llega a agarrotar la narración. La película se convierte en un simple desfile de efectos especiales, más propio de un portafolio de una empresa dedicada a la creación de los mismos que a otra cosa.

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Es cierto que tenemos un desentrañamiento de un misterio y un enfrentamiento entre el bien y el mal, y el filme termina con un pulso, demasiado estrepitoso, eso sí, entre Eleanor (piedra angular de la historia) y la propia casa, pero el abuso de los efectos especiales sepulta todo su valor como herramienta narrativa, y donde el propio espectador, fatigado de la sempiterna danza de efectos, termina desconectando de la película. Una losa demasiado grande.

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La película visualmente es bastante gozosa, y es apreciable el aprovechamiento de los maravillosos decorados por parte de su director, al mover la cámara por las distintas estancias y recovecos, o en captar la grandiosidad de la mansión cuando muestra los exteriores, especialmente en su primera parte.

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En el apartado musical, el compositor con el que había contado anteriormente el cineasta, Mark Mancina, le cede el testigo a Jerry Goldsmith, el célebre compositor de la maravillosa banda sonora de La profecía (The Omen, 1976), y crea una partitura que logra una destacable ambientación.

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Lili Taylor es la que se muestra más acertada en su papel como Eleanor, el papel más apetitoso, con diferencia. Es la que tiene mayor calado psicológico, con ese pasado un tanto atormentado. Se trata de una persona bastante retraída, posiblemente debido a esa reclusión para cuidar de su madre, y en el contacto inicial con Theo parece aflorar en ella cierta orientación lésbica. Liam Nelson anda correcto en su papel como doctor, mantiene un gesto que parece navegar entre lo tristón y cierta impasibilidad profesional —se echa en falta un desarrollo mayor de las motivaciones de su interesante trabajo—. La exuberante Catherine Zeta-Jones resulta creíble en el desempeño de mujer liberal, mantiene cierta actitud juguetona con el resto de los integrantes, con la que parece disfrutar a la hora de manejar las situaciones, hasta que la cosa se pone seria. Por último, el cínico personaje de Owen Wilson, posiblemente sea el más plano de todos ellos; se le ve como algo fuera de onda, y cuando no está haciendo de las suyas queda demasiado anulado, como si desapareciese. Posiblemente, el haberlo visto en otros papeles tan diferentes a lo largo de su carrera tenga parte de culpa en dicha apreciación personal.

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En resumen, uno tiene la impresión de haber asistido a dos películas bien distintas: una donde parece prevalecer esa máxima de “menos es más” y otra que parece ser justo lo contrario, o sea, la otra cara de la misma moneda. Una verdadera lástima, pues se desaprovecha la oportunidad para hacer algo más interesante en una labor más homogénea.

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Anécdotas 

  • Título de rodaje: The Legend of Hill House.
  • Título en Argentina, México y Uruguay: La maldición.
  • En los premios Razzie del año 2000 fue nominada a peor película, director, guion y pareja (C. Zeta-Jones y L. Taylor).
  • No es exactamente un remake del film de Robert Wise, ya que la compañía de producción no tenía los derechos de remake. No se les permitió replicar ni una sola toma de la película de 1963. Está basada en la novela The Haunting of Hill House, de Shirley Jackson. Stephen King llegó a escribir el primer borrador del guion. Cuando este no prosperó, sirvió como semilla para su miniserie Rose Red.
  • La casa utilizada en la película está ubicada en Grantham, Inglaterra, y es propiedad de la Universidad de Evansville (Indiana). Era utilizada por estudiantes extranjeros.
  • El exterior de la casa, así como algunos interiores, se filmaron en Harlaxton Manor, en Inglaterra.
  • El proyecto fue originalmente de Dimension Films, con Wes Craven en la dirección.
  • Michael Tolkin hizo una reescritura del guion sin ser acreditado.
  • El set diseñado por Eugenio Zanetti y construido por Spruce Goose son de los interiores más grandes jamás construidos.
  • Steven Spielberg terminó tan disgustado por la calidad final de la película que eliminó su nombre y se aseguró de que en los créditos no se hiciera mención alguna a su persona.
  • Estrenada en Estados Unidos el 23 de julio de 1999. En España se estrenó el 1 de octubre.

 

Bibliografía

La maldición de Hill House; por Shirley Jackson; traducción de Óscar Palmer Yáñez. Madrid: Valdemar, 2008. Colección: Gótica; nº 72. T.O.: The Haunting of Hill House (1959). Editada con anterioridad como The Haunting (La guarida) (Plaza y Janés) y La casa encantada (Ediciones de Blanco Satén).

 

Jesús Mayoral Velázquez de Castro (Sevilla, España).

 

CALIFICACIÓN: *½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra