En 1875, el matrimonio Ward se traslada a la localidad de Arkham con el fin de hacerse el marido con unas posesiones heredadas. Ciento diez años atrás, su antecesor Joseph Curwen fue quemado en la hoguera por brujería. Ahora, el espíritu del hechicero parece morar en los corredores de la mansión y poco a poco se irá haciendo con la voluntad de su descendiente…
Dirección: Roger Corman. Producción: Alta Vista Productions, La Honda Productions para American International Pictures. Productor: Roger Corman. Productores delegados: Samuel Z. Arkoff, James H. Nicholson. Productor asociado: Ronald Sinclair. Guion: Charles Beaumont, con diálogos adicionales de Francis Ford Coppola, según la novela corta The Case of Charles Dexter Ward de H. P. Lovecraft. Fotografía: Floyd Crosby. Música: Ronald Stein. Montaje: Ronald Sinclair. Dirección artística: Daniel Haller. FX: Verne Langdon (prótesis), Donald C. Glouner (productor de efectos visuales). Intérpretes: Vincent Price (Charles Dexter Ward / Joseph Curwen), Debra Paget (Ann Ward), Lon Chaney Jr. (Simon Orne), Frank Maxwell (Dr. Marinus Willet / Priam Willet), Leo Gordon (Edgar Weeden / Ezra Weeden), Elisha Cook Jr. (Peter Smith / Micah Smith), John Dierkes (Benjamin West / Jacob West), Milton Parsons (Jabez Hutchinson), Cathie Merchant (Hester Tillinghast), Guy Wilkerson (Gideon Leach / Mr. Leach), I. Stanford Jolley (Carmody, el cochero), Harry Ellerbe (ministro), Barboura Morris (Mrs. Weeden), Darlene Lucht (Miss Fitch), Bruno VeSota (Bruno, el tabernero), Jack Tornek (miembro de la multitud linchadora)… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1963. Duración y datos técnicos: 87 min. – Pathécolor – 2.35:1 – 35 mm – Panavision.
Mientras Roger Corman rodaba La obsesión (The Premature Burial, 1962) concibió la idea de adaptar la novela de H. P. Lovecraft El caso de Charles Dexter Ward (The Case of Charles Dexter Ward, 1941)[1], y su intención era que los protagonistas fueran los mismos de aquélla, Ray Milland y Hazel Court, junto a Boris Karloff. En los inicios del rodaje de esa adaptación de Poe, la producción corría a cargo de Pathé, y esta aceptó la propuesta, pero cuando llegaron a un acuerdo con AIP, vendieron la idea a la compañía. El concepto de Corman, por lo demás, era que la película fuera nominalmente una adaptación de Lovecraft, es decir, sin nada que ver con Poe, como es lógico. Sin embargo, el estudio, para aprovechar el éxito comercial del ciclo, incorporó la presente al mismo, cambiándole el título por The Haunted Palace, que es un poema que, con posterioridad, el escritor incorporó a su relato «La caída de la Casa Usher», añadiéndose al film, como era norma, dos fragmentos del mismo al inicio —tras el prólogo— y al final, que, en su ambigüedad, más o menos encaja.
El guion corresponde al escritor Charles Beaumont, quien ya había escrito el de La obsesión. De la novela de Lovecraft elimina los trabajos de creación de engendros semihumanos en los sótanos de la mansión[2], y lo reemplaza, más o menos, con esos mutantes sin ojos que rondan por las neblinosas calles de Arkham, y que lucen un pésimo maquillaje obra de Verne Langdon. También mete de su cosecha, amén, por supuesto, del elemento femenino de la esposa de Ward, esa venganza en la cual Curwen se empeña, así como el intento de resurrección de su antigua amante. Al final, Curwen hace bien poco, pues solo al final, de una vez, se empeña en su gran misión, que no es otra cosa que convocar el retorno a la Tierra de los Primigenios.
Lo mejor del film se concentra en tres elementos. En primer lugar, el apartado interpretativo, donde entre los habitantes de Arkham se reúnen algunos de los grandes secundarios del cine norteamericano y, por encima de todos, un Vincent Price pletórico, que otorga dos interpretaciones estupendas como Joseph Curwen y como Charles Dexter Ward. Como el segundo aparece pusilánime y débil, y como el primero rotundo y despiadado. Es sorprendente cómo con un simple cambio de mirada deja claro cuál de las dos personalidades rigen el cuerpo, amén del cambio de entonación de voz.
También tenemos una excelente puesta en escena por parte de Roger Corman. Llama la atención el detalle de que, poco antes, el realizador se podía mostrar tan desmañado, incluso chapupero, y, sin embargo, en este film hace uso de una elegancia portentosa, con grandes movimientos de grúa o elegantes travellings laterales, de carácter envolvente, que potencia la atmósfera, y redefinen a los personajes. El bonito diseño de producción —pese a los interiores de cartón piedra, con esas losetas que se perciben con los bordes dibujados—, con abundantes neblinas, árboles de aspecto torturado y lápidas mortuorias, ayudan a conceder un aire gótico admirable.
Y también tenemos, en parte, el guion de Beaumont, que resulta más interesante cuando más sutil es. Tanto el prólogo como el inicio, con la llegada del matrimonio a Arkham y el cochero mostrando sus reticencias al lugar —como en el Drácula de Bram Stoker—, el ambiente de superstición del pueblo, la exploración de la mansión y la influencia maligna del cuadro de Joseph Curwen sobre Charles Dexter Ward son momentos excelentes, que saben implantar una atmósfera, un misterio, que crean una emoción en el espectador amante del género. Luego, sin embargo, de forma sorprendente, se trivializa en exceso, con esa pueril venganza, o todo el clímax de lo más anticlimático. Vincent Price recita el Necronomicon con pueriles citas en latín, y el propio personaje refiere: «Ni nosotros tenemos muy claro cuál es nuestra misión». La entidad primigenia que acecha en el pozo es otra chapuza del equipo de efectos especiales —pese al filtro distorsionador que pretende disimularlo—, y de pronto, sin que se explique, los dos ayudantes de Curwen desaparecen de la trama, y la influencia del cuadro sobre Ward parece contradecirse.
Sobre estos detalles, el propio Roger Corman apuntaba:
Mi acercamiento a Lovecraft se produjo en circunstancias desafortunadas. Teníamos que hacer «El palacio encantado» de Poe, pero el libreto no estaba listo a tiempo. En nuestros cajones había un guion de El caso de Charles Dexter Ward que tenía algunas similitudes con Poe. Pero los distribuidores solo querían películas de la serie de Poe (dado el éxito de las anteriores). Utilizamos el relato corto de Lovecraft, mezclamos elementos de Poe e introdujimos El palacio encantado de Edgar Poe. En realidad era hacer trampa. Era solo en parte Lovecraft, y realmente no intenté penetrar en el interior de su universo.
Sin embargo, prefiero a Poe. Sus símbolos son más sutiles. Lovecraft es directo. Él aplicó conscientemente lo que Poe encontró inconscientemente. Por ejemplo, vemos pozos en Lovecraft, pero se presentan como un símbolo sexual obvio, mientras que en Poe hay algo más. El simbolismo en «El pozo y el péndulo» con el autor de «El cuervo» es obvio después de leer a Freud, pero mientras que Poe no lo presentó como tal, Lovecraft sí lo hizo[3].
Narrativamente, pues, el film va de más a menos, pero entre la potente puesta en escena de Corman y el soberbio papel doble de Price, apoyado todo ello por la siempre excelente fotografía de Floyd Crosby y una pujante música compuesta por Ronald Stein, ayudan a que, con todo, el resultado de The Haunted Palace [tv/vd/dvd/bd: El palacio de los espíritus, 1963], puede considerarse, aún a día de hoy, como una de las mejores aproximaciones al mundo de H. P. Lovecraft.
Anecdotario
- Título alternativo: The Haunted Village. El título del libreto original era The Case of Charles Dexter Ward.
- Título en Argentina y Venezuela: El palacio encantado. Título en México: El palacio embrujado.
- Terminado de rodar en abril de 1963.
- Francis Ford Coppola colaboró sin acreditar en el guion, escribiendo diálogos adicionales.
- Tras la presente película, Debra Paget abandonó el cine, haciendo solo dos participaciones televisivas en la serie policial El agente Burke (Burke’s Law, 1963-1966).
- Vincent Price y Debra Paget ya aparecieron juntos con anterioridad en Los diez mandamientos (The Ten Commandments, 1956), de Cecil B. De Mille, y también en Historias de terror (Tales of Terror, 1962), de Corman.
- Primera vez oficial que una obra de H. P. Lovecraft es adaptada al cine. Es, también, la primera cita al Necronomicon, así como a Cthulhu y a Yog-Sothoth.
- Joseph Curwen menciona que el palacio perteneció a Tomás de Torquemada (1420-1498). Dado que se refiere que el edificio fue traído piedra a piedra de Europa, no es absurdo.
- La novela de Lovecraft se volvió a adaptar en The Resurrected (1992), de Dan O’Bannon. También tienen similitudes evidentes con ella The Black Sleep / Dr. Cadman’s Secret [tv/dvd: El sueño negro, 1956], de Reginald Le Borg y la producción mexicana La marca del muerto (1961), de Fernando Cortés.
- Siguiente título de la saga Poe-AIP: La máscara de la Muerte Roja (The Masque of the Red Death, 1964).
- Estrenada en Estados Unidos el 28 de agosto de 1963 en Cincinnatio, Ohio, y el 29 de enero de 1964 en Nueva York. En España quedó inédita hasta su pase por TVE, en un ciclo dedicado a Poe, el 3 de octubre de 1976. Después se ha editado en DVD.
Bibliografía
«El palacio encantado», incorporado a «La caída de la casa Usher». En Cuentos completos. Edición comentada; por Edgar Allan Poe; recopilación de Fernando Iwasaki y Jorge Volpi; traducción de Julio Cortázar. Madrid: Páginas de Espuma, 2008. Colección: Voces; nº 113. T.O.: «The Haunted Palace» – «The Fall of the Usher House» (1839).
El caso de Charles Dexter Ward; por Howard Phillips Lovecraft; traducción de Francisco Torres Oliver. Madrid: Valdemar, 2014. Colección: Terror; s/n. T.O.: The Case of Charles Dexter Ward (1941).
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] La novela fue escrita a principios de 1927, pero no apareció publicada hasta la muerte del genio de Providence. Primero, de forma abreviada, en dos partes, en las entregas de mayo y julio de 1941 de la revista Weird Tales (volumen 35, números 9 y 10); y después, completa, en la antología Beyond the Wall of Sleep (1943) de Arkham House.
[2] Ese es, sin embargo, el tema central de la adaptación apócrifa de la novela The Black Sleep / Dr. Cadman’s Secret [tv/dvd: El sueño negro, 1956], de Reginald Le Borg.
[3] En «Corman Speaks»; por Bertrand Tavernier, Bernard Eisenschitz y Christopher Wicking. Roger Corman Interviews; edited by Constantine Nasr. Jackson: University Press of Mississippi, 2011; pág. 15.