La ciudad es asaltada por unos misteriosos crímenes. Todas las víctimas están vinculadas por conocer hace tiempo a un atleta universitario que, por un accidente en el que estuvieron implicadas aquéllas, quedó con el rostro deformado. Ahora ha vuelto y pretende vengarse por el mal que soporta.

Dirección: Jean Yarbrough. Producción: Universal Pictures. Productor: Ben Pivar.  Guion: George Bricker, M. Coates Webster, según argumento de Dwight V. Babcock. Música: Hans J. Salter, William Lava, Charles Previn, Paul Sawtell, Frank Skinner. Fotografía: Maury Gertsman. Dirección artística: John B. Goodman, Abraham Grossman. Montaje: Philip Cahn. Efectos especiales: Jack P. Pierce (maquillajes). Intérpretes: Tom Neal (Clifford Scott), Jan Wiley (Virginia Rogers Scott), Jane Adams (Helen Paige), Donald MacBride (capitán de la policía M. J. Donelly), Peter Whitney (teniente de la policía Gates), Fred Coby (joven Hal Moffet), Janelle Johnson Dolenz (Joan Bemis), Rondo Hatton (Hal Moffet, ‘The Creeper’), Mary Ann Bricker, Peggy Converse, James Nolan, Jack Parker, Oscar O’Shea, John Hamilton… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1946. Duración y datos técnicos: 58 min. B/N 1.37:1.

 

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Amén de los clásicos del terror de la Universal que hoy día se veneran en toda la bibliografía del género, la productora también efectuó pequeñas películas como la presente, de menores ambiciones artísticas, y que sólo buscaban cubrir un hueco en el comercio cinematográfico. Algunas de estas películas ofrecían en su reparto (nunca como protagonista, aunque era el mayor reclamo de las mismas) al actor Rondo Hatton, un hombre que, si bien atractivo en su juventud, con la edad comenzó a desarrollar una enfermedad denominada acromegalia, que deformaba sus facciones, y por lo cual hicieron uso de él como “monstruo” en los referidos filmes. Esta fue la última película en la que intervino, pues falleció poco antes del estreno de un ataque al corazón; tras su fallecimiento, la productora se quedó algo contrita por el provecho económico que había sacado a la enfermedad del actor, por lo que decidió vender los derechos del film a una productora de serie B, la Producers Releasing Corporation.

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La presente película es, en realidad, una producción policíaca, con unos pocos elementos de terror, en especial durante su arranque, y el uso de la iluminación y el personaje de Hatton para conferir un toque siniestro al producto. El guion es bastante convencional y previsible, destacando en particular la facilidad con que se puede uno colar en las casas de la ciudad donde acontecen los sucesos, o que una ciega haga alarde de ir a encender la luz. Ya que mencionamos a la ciega, destaquemos ese recurso argumental, la amistad del hombre deforme y la muchacha invidente, que acaso pudiera ser un recurso arrebatado a una de las mejores escenas de la magistral La novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, 1935), de James Whale, en concreto aquella en la cual el monstruo comparte cabaña con el violinista ciego (aquí, la muchacha toca el piano). En todo caso, pese a lo cursi que pudiera semejar este elemento, no es del todo desdeñable, dado la solidez y convicción de los intérpretes, incluso Rondo Hatton, que era algo más que una mera presencia física, y que otorga de empuje, fuerza e interés a muchos de los momentos del film (determinados elementos argumentales de la película, por cierto, coinciden con la biografía del actor).

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Prosiguiendo con el guion, cabe destacar la escena final, en la cual los personajes, tanto la policía como la muchacha ciega, muestran escasos escrúpulos hacia Hal Moffet, el asesino, “al fin y al cabo era un enfermo”, dice el capitán (el excelente actor de comedia Donald MacBride, aquí un poco fuera de lugar), para dar con eso por zanjado cualquier recato que pudieran sentir ante el modo en que tratan al personaje.

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La puesta en escena de Jean Yarbrough es rutinaria, destacando el aprovechamiento que hace de una magnífica fotografía debida a Maury Gertsman, y el empleo de un excelente plano en picado en la escena en la cual Hatton asciende las escaleras la primera vez que se cuela en el apartamento de la muchacha ciega.

Una película sencilla y elemental, pero que resulta entretenida y se deja ver sin esfuerzo, clásico ejemplo del cine de complemento de la época.

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Anécdotas

  • Título alternativo: The Brute.
  • Título en Argentina y México: Rastro de muerte.
  • En Inglaterra fue creada la calificación moral ‘H’ (de “horroroso”) específicamente para este film, que fue calificado para mayores de dieciséis años.
  • Considerada secuela de House of Horrors (1946), del mismo director. En realidad, lo único que tiene que ver es la coincidencia en el reparto de Rondo Hatton y que su personaje sea llamado “The Creeper”.
  • La presenta película, a su vez, es una especie de derivado de La perla maldita [tv/dvd/bd: Sherlock Holmes y la perla de la muerte] (The Pearl of Death, 1944), de Roy William Neill.

  • El rodaje tuvo lugar durante el mes de noviembre de 1945.
  • Estrenada en Estados Unidos el 1 de octubre de 1946. En España no se estrenó; en 2008 fue editada por L’Atelier 13 Pictures en un pack titulado “Los grandes clásicos del cine de terror, vol. 2”.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)