En un pueblo norteamericano, Steve y Jane están una noche morreando cuando distinguen algo cayendo del cielo. También lo ve un anciano que vive en una cabaña, quien, al acercarse a explorar, descubre un meteorito que se abre y de su interior sale una masa gelatinosa que se le prenda en la mano. Steve y Jane se lo encuentran y lo llevan al médico, pero la masa sigue expandiéndose por el cuerpo del hombre, devorándolo…

Dirección: Irvin S. Yeaworth Jr., [Russell S. Doughten Jr., sin acreditar]. Producción: Tonylyn Productions Inc., Valley Forge Films, Fairview Productions, para Paramount Pictures. Productor: Jack H. Harris. Productor asociado: Russell S. Doughten Jr. Guion: Theodore Simonson, Kay Linaker [acreditada como Kate Phillips)], basado en una idea original de Irvine H. Millgate. Fotografía: Thomas E. Spalding. Música: Ralph Carmichael; canción de los créditos: Burt Bacharach. Montaje: Alfred Hillmann. Diseño de producción: Bill Jersey, Karl Karlson. FX: Bart Sloane (efectos especiales, efectos de animación, pinturas matte). Intérpretes: Steve McQueen [acreditado como Steven McQueen] (Steve Andrews), Aneta Corsaut [acreditada como Aneta Corseaut] (Jane Martin), Earl Rowe (teniente Dave), Olin Howland [acreditado como Olin Howlin] (anciano de la cabaña), Stephen Chase (Dr. T. Hallen), John Benson (sargento Jim Bert), George Karas (oficial Ritchie), Lee Payton (Kate), Elbert Smith (Henry Martin), Hugh Graham (Mr. Andrews), Vincent Barbi (George), Audrey Metcalf (Elizabeth Martin), Jasper Deeter (voluntario de Defensa Civil), Tom Ogden (jefe de bomberos), Elinor Hammer (Mrs. Porter), Julie Cousins (Sally), Keith Almoney (Danny Martin), Robert Fields (Tony Gressette(, James Bonnet (‘Mooch’ Miller), Tony Franke (Al), Pamela Curran, Ralph Roseman, Charlie Overdorff, David Metcalf, Josh Randolph, George Gerbereck, Eugene Sabel, Molly Ann Bourne, Diane Tabben, Molly Ann Bourne, Diane Tabben, Russ Conway, Howard Fishlove, Jack H. Harris, Vincent J. Mastrangelo, Theodore Simonson… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1958. Duración y datos técnicos: 86 min. – color – 1.66:1 – Color by Deluxe – 35 mm.

 

Primera película del productor Jack H. Harris, que en aquel entonces era distribuidor. La inspiración, según parece, procede del descubrimiento de la «jalea de estrella»[1] en Pensilvania en 1950. En el guion original se llamaba a la «criatura» «la masa», y luego se le denominó «el globo», hasta que averiguaron que ese apelativo se usaba en un libro infantil de Walt Kelly[2]. Al final, fue adoptada la calificación de «the blob», que significa «mancha» o «gota».

The Blob [tv/dvd: La masa devoradora, 1958] es una típica película de ciencia ficción de los años cincuenta del pasado siglo. Como muchas de esas cintas, está protagonizada por adolescentes (aunque los actores y actrices que los encarnan tengan ya veintimuchos años encima) y están destinadas a los adolescentes, que se supone se sentirán identificados con aquéllos. Así pues, la trama se centra en los problemas que podían tener estos jóvenes, por lo general, la incomprensión de los adultos, que los minusvaloran y consideran unos gamberros que solo se dedican a hacer travesuras. Muchos de los adultos del presente film muestran esa desconfianza hacia los muchachos, como el ayudante del sheriff, el sargento Jim Bert, que llega a unos límites de estupidez bastante exagerados.

La película, podría decirse, se divide en dos partes: la trama «juvenil», por un lado, y la de ciencia ficción por otro, siendo la primera bastante más extensa. Da la impresión de que esa segunda porción da poco de sí, y los guionistas, Theodore Simonson y Kay Linaker[3], se dedican a estirar la historia y, sobre todo, a desarrollar diálogos inútiles con el fin de rellenar metraje, con unas conversaciones sorprendentemente ilógicas. Es llamativo que haya tantos parlamentos por completo superfluos, y en ningún momento el personaje de Steve se detenga a explicar al sheriff con todo detalle lo que ha sucedido, en lugar de divagar y no concretar. Pero ese es otro truco del guion, así como el que, en determinados momentos, los personajes actúen de un modo absurdo, con el fin de que el argumento se conduzca hacia los objetivos que se pretenden.

El libreto, así, es bastante flojo, y se pudiera argumentar que el de muchas cintas de ciencia ficción de la época también lo eran, pero el hecho de que The Blob haya devenido en clásico repercute de forma negativa en los resultados que al final arroja. La película, en cualquier caso, se ve engalanada, ante todo, con una deliciosa fotografía en color, y el director, Irvin S. Yeaworth Jr., que hasta entonces había rodado filmes propagandísticos religiosos, ofrece algunas resoluciones visuales atractivas, como la forma de filmar la gelatina, aunque en ocasiones sea debido a factores de economía.

La masa viscosa del título está alojada en el centro de un meteorito del tamaño de un balón de fútbol —al menos, ese es el volumen en que queda una vez atraviesa la atmósfera terrestre y se estrella—, que es una especie de globo de gelatina espesa y opaca, que luego estalla y se pone a reptar por el palo con el cual el viejo lo explora, de un color transparente blanquecino. Cuando se adhiere al anciano comienza a adoptar un color rojo —sin duda, a causa de la sangre que absorbe— y a crecer. Va diluyendo a sus víctimas, absorbiéndolas del todo, y aquí la película, como no podía ser menos, dada la época, es muy discreta, al contrario que su superior remake de los ochenta. La entidad gelatinosa se percibe que tiene un tamaño relativo, por lo cual en las tomas finales, cuando se supone que tiene un diámetro de cuatro o cinco metros, es ubicada entre maquetas de los edificios o con transparencias.

Como se ha referido, el film se centra en exceso en los personajes adolescentes y sus «problemas». Cuando Steve y Jane llevan al viejo al médico, este les encarga ir a la zona del suceso e investigar si hay testigos de lo que pasó, para sacar deducciones. Pero una vez salen por la puerta, hay una larga escena en la cual Steve se bate en duelo verbal con un grupo de chavales chulitos, se retan en una carrera… En fin, elementos poco interesantes, en verdad, que lo único que hacen es dilatar una trama de la que esperamos otras cosas. Podría haber sido interesante explorar esa relación entre jóvenes y adultos, cómo unos desconfían y otros han de luchar contra esa desconfianza, pero todo no son sino tretas fáciles del guion para inflarlo, sin real interés en hacer un análisis medianamente serio.

El personaje de Steve (interpretado por McQueen en su debut, demostrando que ya tenía cierto carisma que lo convirtió en una estrella, pero que nunca destacó por ser un gran actor) parece alguien centrado, más maduro de lo que sería de esperar de su edad (se supone que tiene diecisiete años, aunque durante el rodaje tenía veintiocho), y busca sobre todo ayudar a la población a librarse del monstruo —aunque luego sea incapaz de explicarse—. El grupito con el que se encuentra al principio parece formado por unos chulitos y macarras pero, cuando descubren que Steve es un tío legal, se unen a él. Como suele pasar en estas películas, son los adolescentes quienes solucionan el cotarro: Steve avisa a toda la población y descubre el modo de combatir a la bestia, y el resto de la panda ayuda, portando infinidad de extintores de CO2 para atacarla. Entre los adultos, quien más caso lo hace es el jefe de policía, el teniente Dave, acaso para ofrecer una imagen positiva de la ley, en contraste con su ayudante, que es un cretino total.

Así pues, The Blob es una película simpática, agradable de ver, y con algunas resoluciones formales atractivas. Sin embargo, dista mucho de ser un clásico a la altura de muchas joyas de la ciencia ficción de los cincuenta, época gloriosa cuando el género aportó una cierta proporción de grandes títulos. Pero no es digna de rechazo, ni mucho menos. Solo hay que ubicarla en su nivel adecuado.

 

Anecdotario

  • Títulos de rodaje: The Glob That Girdled the Globe / The Meteorite Monster / The Molten Meteor / The Night of the Creeping Dead.
  • Título en Argentina, México y Uruguay: La mancha voraz.
  • Rodada con un presupuesto estimado de 240.000 dólares[4], entre julio y agosto de 1957, en diversas localidades de Pensilvania para hacerlas pasar por la de la película, así Chester Springs, Downingtown, Royersford, Phoenixville, además de los Valley Forge Studios, en Valley Forge, y los Yellow Springs Studios, Chester Springs. también Pensilvania, Estados Unidos.
  • En el doblaje español se reemplaza la canción de los créditos por una música sinfónica tradicional.
  • A Steve McQueen le disgustaba tanto esta película, que fue su debut cinematográfico, que durante muchos años se negó a hablar de ella. Sin embargo, tenía el póster en la pared de su habitación en el momento de su muerte.
  • Steve McQueen consumía cigarrillos constantemente durante el rodaje, aunque nunca se le ve fumando en la película. Alrededor del minuto 49 se ve humo saliendo por detrás de McQueen, dado que estaba sosteniendo un cigarrillo encendido detrás de él con la mano en la espalda mientras rodaba.

  • A Steve McQueen le ofrecieron 2.500 dólares o el 10% de los beneficios. Aceptó los 2.500 dólares porque no se esperaba mucho de la película. Al final, la cinta recaudó cuatro millones de dólares.
  • Con la esperanza de contratar a Anthony Franciosa para el papel protagonista de esta película, Harris asistió a una representación teatral de A Hatful of Rain en la que actuaba Franciosa, pero cuando vio al suplente McQueen sustituyendo a un enfermo Ben Gazzara, el productor decidió firmar con McQueen un contrato de tres películas. Sin embargo, su comportamiento fue tan difícil que lo reemplazó en esas dos siguientes.
  • Según el productor Jack H. Harris, Aneta Corsaut fue entrevistada y contratada solo dos días antes de que comenzara el rodaje. Fue su primera película.
  • Había imágenes adicionales del momento en que el doctor es devorado por la masa, pero fueron eliminadas por considerarse demasiado violentas en aquella época.

  • La masa gelatinosa se creó con silicona mezclada con colorante vegetal rojo. También se utilizó metilcelulosa. Como la silicona fluye lentamente, se utilizó la fotografía time-lapse para acelerar los movimientos de la criatura. Debido a las limitaciones técnicas y para dar sensación de escala, casi todas las tomas se rodaron en decorados inclinados en miniatura. En ocasiones, la criatura se expande y se contrae; una pulsación animada que se consigue untando la silicona teñida sobre un globo meteorológico modificado.
  • En una discusión con el biólogo Richard Dawkins, el astrofísico Neil deGrasse Tyson declaró que entre todos los alienígenas de Hollywood, que solían ser decepcionantes, The Blob era su favorito desde una perspectiva científica.
  • Después de que el monstruo haya consumido al anciano, el doctor le dice a la enfermera que le eche encima ácido tricloracético. Se trata de un ácido débil utilizado para tratar las verrugas genitales.
  • El cartel de la película inexistente «The Vampire and The Robot» es en realidad el de Planeta prohibido (1956), con diferentes títulos pegados sobre la información original.
  • La película que se proyecta en el cine es Dementia [tv: Dementia: La hija del terror, John Parker, Bruno VeSota, 1955]. Las escenas que se muestran son de la versión recortada titulada Daughter of Horror, a la que se añadió narración (la original era sin diálogos).
  • Según el productor Jack H. Harris, se propusieron al menos dos series de televisión basadas en esta película. Ninguna de ellas llegó a la fase piloto.
  • De esta obra se hizo una nueva versión sobre la original con Blobermouth (Kent Skov, 1991). Se dibujó una boca a the Blob, haciéndola hablar (contando chistes malos, que provocan el terror de todos), y doblando en plan pitorreo (tipo Lily la tigresa) los diálogos originales.
  • Secuela: Beware! The Blob [vd/tv: Blob. Masa mortal, Larry Hagman, 1972].
  • Remake: El terror no tiene forma (The Blob, Chuck Russell, 1988).
  • Estrenada en Estados Unidos el 10 de septiembre de 1958, mientras que en España quedó inédita (como tantos otros clásicos de la ciencia ficción), no viéndose hasta un pase televisivo y, después, se ha editado en DVD. 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Starjelly, la misteriosa gelatina que no vino del cielo (muyinteresante.es)

[2] Walter Crawford Kelly Jr., más conocido como Walt Kelly, fue un historietista y animador estadounidense. Trabajó para Disney, y fue famoso por ser el creador de la tira de prensa Pogo.

[3] El primero después participó en el guion de la siguiente película de Harris, la simpática 4D Man (1959), también dirigida por Yeaworth. Ella era actriz —sale en la maravillosa Laura (Laura, Otto Preminger, 1944), por ejemplo—, y como guionista, y con el seudónimo de Kate Phillips, escribió unas pocas historias para televisión, así como el libreto de este film.

[4] Según declaración del productor Jack H. Harris. Según el director Yeaworth, el presupuesto fue en realidad de 120.000 dólares. Y otras fuentes informan que fue de 110.000.