Un inventor pretende a una muchacha, pero su padre lo rechaza violentamente. Entonces, una flotilla de zeppelines de una potencia extranjera ataca el Reino Unido. El inventor hará uso de sus ingenios científicos para contraatacar.

Dirección: Walter R. Booth. Producción: Charles Urban Trading Company. Productor: Charles Urban. Guion: Walter R. Booth, según una historia de Jules Verne. FX: Walter R. Booth. Nacionalidad y año: Reino Unido 1909. Duración y datos técnicos: 20/11/7 min. B/N tintado 1.33:1.

       

Walter Robert Booth (1869-1938) fue un mago inglés que, con el nacimiento del cine, se inclinó hacia este nuevo arte, siguiendo un tanto la vereda que también había hecho, en Francia, el precursor Georges Méliès. Booth primero trabajó con el productor Robert W. Paul, y más adelante con Charles Urban, responsable del presente film pionero de la ciencia ficción. La mayoría de las películas que realizó Booth eran de “trucos”, lo que en inglés se denominaba “trick films”, esto es, cortos de inicios del cine centrados en efectos especiales innovadores.

Booth comenzó trabajando en la industria de la porcelana, siguiendo a su padre, pero pronto se volcó profesionalmente al mundo de la magia, a la cual era aficionado. Se supone que, mientras actuaba en el Egyptian Hall de Piccadilly, Londres, conoció a Robert W. Paul, que comenzaba a exhibir sus primeras producciones cinematográficas en 1896. Nuestro hombre empezó a trabajar para Paul ideando cortos de trucos, y más tarde dirigiéndolos, comenzando con The Miser’s Doom y Upside Down; or, the Human Flies (ambos de 1899). Algunos de los cortos eran de trucos escénicos, al estilo de los del citado Méliès, y en otros comenzó a trabajar con modelos a escala, como es el caso de A Railway Collision (1900). Más adelante haría Scrooge, or, Marley’s Ghost (1901), una breve adaptación del Cuento de Navidad de Dickens, o el cuento de hadas medieval The Magic Sword; or, A Medieval Mystery / Magical Sword (1901).

En 1906 Booth pasó a trabajar con Urban, para quien construyó su propio estudio en el patio trasero de Neville Lodge, Woodlands, Isleworth, Londres. Allí, en colaboración con F. Harold Bastick, realizó The Hand of the Artist (1906), que es considerado el primer film británico de animación. En esa etapa rodó cerca de quince películas por año, algunas de las cuales eran de imagen real, pero con los efectos especiales realizados por animación. Entre sus films se cuentan cintas de trucos a lo Méliès, como The Sorcerer’s Scissors o When the Devil Drives (ambos de 1907), o pioneros de la ciencia ficción como The Aerial Submarine (1910), The Automatic Motorist (1911) o el que nos ocupa.

Más adelante produjo películas publicitarias e inventó un método denominado Flashing Film Ads, descrito como “efectos de color únicos en luz y movimiento”. Poco más se sabe de su vida, y murió en algún momento de 1938 en Birmingham.

The Airship Destroyer (1909) es un film de lenguaje aún primitivo. Los planos son fijos, no se acercan a los personajes y no se realizan cortes para mostrar imágenes detalladas. Pero esos planos fijos son breves, aportando ritmo a la narración. Los efectos especiales consisten en dibujos en cartón, recortados y movidos a mano, así los zeppelines que atacan la ciudad, o una maqueta, de cartón también, ardiendo, cuando se bombardea la ciudad. Existe un plano de una casa derrumbada, y al protagonista rescatando a una mujer y después extrayendo de las ruinas el cadáver de su marido, bastante impactante. Desde los cánones actuales, por supuesto, está obsoleto, pero viéndolo desde la perspectiva pertinente es una obra atractiva, vigorosa y de valor histórico y lúdico.

Según parece, alguna versión más completa incorpora una secuencia inicial donde el protagonista sueña todo lo que acontece, tras presenciar el regreso de un navío aéreo a su escuadrón. La resumida copia alemana que hoy día puede presenciarse procede de un coleccionista privado, que lo donó a la Deutsche Kinemathek en la década de 1960. Más adelante, fue telecinada por el estudio británico Studio Cine, usando un sistema de restauración del color en 2003, por lo cual también se puede ver en una copia con tintados.

En la época en que se hizo esta película estaban bastante de moda las narraciones sobre ataques aéreos a las ciudades, sin duda presagiando el inminente comienzo de la Primera Guerra Mundial. Existen diversos films pioneros con esas características, como el de Booth, ya citado, Aerial Submarine. A Startling Forecast. Piracy in Sea and Air (1910) o, también suyos, The Aerial Anarchists (1911) y The Menace of the Air (1915). E incluso en literatura hay precedentes como The Battle of Dorking (1871) de George Tomkyns Chesney, The Invasion of 1910 (1906) de William Le Queux y La guerra en el aire (The War in the Air, 1908) de H. G. Wells.

El film se anuncia como basado en una narración de Jules Verne, sin que sepamos muy bien de cuál se trata; suponemos que se refiere al “universo futurista” global del autor de Robur el conquistador (Robur-le-Conquérant, 1886), aunque tal vez la citada obra de Wells supusiera una inspiración más evidente.

 

Anécdotas

  • Estrenada en el Reino Unido en octubre de 1909. En Estados Unidos se estrenó el 29 de diciembre de 1909.
  • Repuesta en el Reino Unido durante la Primera Guerra Mundial, en enero de 1915, como The Aerial Torpedo.
  • En Estados Unidos se estrenó con el título de The Battle in the Clouds, en una única bobina aunado a Le cascate di Caserta (1909), un documental italiano sobre un parque.
  • Existe una copia con el título alemán de Der Luftkrieg Der Zukunft, que es la que actualmente se puede conseguir, con la menor de las duraciones que se consignan.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra