Los Ángeles, en la actualidad. Entre extraños rayos de energía estática, en distintos lugares de la ciudad aparecen como de la nada dos hombres desnudos. Ambos tienen como misión localizar a una mujer llamada Sarah Connor. Uno de ellos, para matarla; el otro, para salvarla. Los dos proceden del futuro, en concreto de 2029; y uno no es humano…
Dirección: James Cameron. Producción: Cinema ’84, Euro Film Funding, Hemdale, Pacific Western Productions para Orion Pictures. Productora: Gale Anne Hurd. Productores delegados: John Daly, Derek Gibson. Guion: James Cameron, Gale Anne Hurd, con diálogos adicionales de William Wisher. Fotografía: Adam Greenberg. Música: Brad Fiedel. Montaje: Mark Goldblatt. Diseño de producción: Maria Caso. FX: Fantasy II Film Effects (efectos visuales), Stan Winston (creador de efectos del Terminator), Ernest Farino (coordinador de efectos especiales), Doug Beswick (efectos stop motion), Jack Bricker, Richard J. Landon, Shane Mahan, David B. Miller, John Rosengrant, Brian Wade, Tom Woodruff Jr. (efectos especiales del Terminator). Intérpretes: Arnold Schwarzenegger (el Terminator), Michael Biehn (Kyle Reese), Linda Hamilton (Sarah Connor), Paul Winfield (Traxler), Lance Henriksen (Vukovich), Rick Rossovich (Matt), Bess Motta (Ginger), Earl Boen (Silberman), Dick Miller (dueño de la tienda de armas), Shawn Schepps (Nancy), Bruce M. Kerner (sargento de la entrada), Franco Columbu (Terminator del futuro), Bill Paxton (líder de los punks), Brad Rearden (punk), Brian Thompson (punk), William Wisher, Ken Fritz, Tom Oberhaus, Ed Dogans, Joe Farago, Hettie Lynne Hurtes, Tony Mirelez, Philip Gordon, Anthony Trujillo, Stan Yale, Al Kahn, Leslie Morris, Hugh Farrington, Harriet Medin, Loree Frazier, James Ralston, Norman Friedman, Barbara Powers, Wayne Stone, David Michels, John E. Bristol… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1984. Duración y datos técnicos: 107 min. color 1.85:1.
James Francis Cameron nació el 16 de agosto de 1954 en Kapuskasing, Ontario, y comenzó a trabajar en labores esporádicas, como conductor de camión o conserje, mientras se centraba en escribir. Se puso a estudiar efectos especiales, y cuando vio La guerra de las galaxias decidió que quería dedicarse a hacer cine. En 1978 dirigió su primer cortometraje, Xenogenesis, de ciencia ficción, y luego se puso a participar en diversas labores correspondientes a la sección de trucajes dentro del cine comercial, en especial para Roger Corman, en películas del género como Los siete magníficos del espacio (Battle Beyond the Stars, Jimmy T. Murakami, 1980), 1997: Rescate en Nueva York (Escape from New York, John Carpenter, 1981), La galaxia del terror (Galaxy of Terror, Bruce D. Clark, 1981) y Androide (Android, Aaron Lipstadt, 1982).
Y entonces fue contratado para hacer los efectos especiales de Piraña II: Los vampiros del mar (Piranha II: The Spawning / Piranha II: Flying Killers) en 1982. Cuando el director original, Miller Drake, abandonó por «diferencias creativas» con el productor, el italiano Ovidio G. Assonitis, la realización le fue ofrecida a Cameron, cuya labor tampoco fue un camino de rosas, precisamente. Pero, al menos, mientras estuvo rodando en Roma se le ocurrió la idea para Terminator (The Terminator, 1984). A la hora de filmarla, exigió dirigir él mismo y que no hubiera injerencia por parte de los productores, que era lo que le había dado problemas con su peculiar ópera prima. Al final, en el campo de la producción (y como coguionista) tuvo a Gale Anne Hurd, con quien se casaría al año siguiente, así que muchos desacuerdos no pudieron haber.
Al parecer, la decisión original de Cameron era hacer una película más bien de terror, pero el resultado final se puede definir como ciencia ficción con muchos elementos de cine de acción. La trama se centra particularmente en la persecución enconada que efectúa un robot contra Sarah Connor, y los intentos de Kyle Reese, un joven procedente del futuro, por salvarla. Una idea muy simple, parece, y de hecho lo es, pero llevada a efecto con rotundidad. Destaca el escaso presupuesto con el cual es realizado el film, y el excelente provecho que se le saca a todo ello, demostrando que, cuando hay limitaciones, la inventiva y el talento se desarrollan al máximo.
El tema central de la cinta es la rebelión de las máquinas contra los humanos, acontecida en el futuro, aunque gran parte de la trama se desarrolle en el presente (por esas referidas restricciones de presupuesto). Y las máquinas, de una manera u otra, están presentes en la película en todo momento, diríase. Desde el prólogo, donde se vislumbra un breve destello de esa guerra del futuro entre humanos y aparatos mecánicos, hasta determinadas situaciones luego en el presente: cuando aparece el Terminator, lo hace junto a un camión de la basura que está empleando sus engranajes para recoger los desperdicios; cuando Kyle tiene una pesadilla, ello tiene lugar junto a una excavadora de una obra; y el clímax final acontece en una fábrica automatizada que parece funcionar por sí sola. Y la máxima máquina de todas: el Terminator, un organismo cibernético programado para matar.
Para dar «vida» a este robot sin alma tenemos a Arnold Schwarzenegger, culturista mundialmente reconocido y que en cine ya había efectuado una cierta variedad de papeles. De todas maneras, por aquel entonces, no había desarrollado la suficiente carrera como para disponer de las tablas suficientes para llevar a cabo una interpretación compleja. Lo cual para el rol que le es destinado viene a la perfección, pues al fin y al cabo no debe dar vida a un ser humano, sino a una máquina, insensible, eficiente, activada con el fin de llevar a cabo su misión. Para potenciar ese aire carente de humanidad se le aplica un maquillaje en la frente, eliminándole las cejas y ubicándole unas prominencias en ese lugar, además de conferirle una espantosa peluca que le hace asemejar al Increíble Hulk de la serie televisiva.
Frente a él tenemos dos personajes que, por contraste, representan la pasión. Por un lado tenemos a Sarah Connor, una muchacha típica de la época, en apariencia superficial al inicio, pero que, cuando ha de enfrentarse a una situación insólita, sacará fuerzas de flaqueza, no solo físicas, sino también de carácter. Interpretada por Linda Hamilton, en aquel entonces había trabajado en unas pocas películas y algo más en televisión, y tampoco logra ofrecer excesivos matices; hay ocasiones en que, inclusive, tiene andares un tanto robóticos, pero dado el arresto pasional del personaje logra transmitir cierta intensidad. En cuanto a Kyle Reese, se trata de un soldado procedente del futuro, que con su humanidad debe hacer frente a un enemigo caracterizado por justo lo contrario; ello origina que haya de ser una persona dura, pero, al mismo tiempo, demuestra una gran carga de sentimientos: como soldado parte hacia su misión, que no es otra que salvar la vida de Sarah Connor; pero como humano se compromete en exceso en su misión y termina enamorándose de ella. Michael Biehn sí tenía una carrera amplia, desde su debut en 1977, pero en verdad no era un actor muy favorecido por la intensidad interpretativa, aunque sus aspiraciones eran convertirse en una especie de Al Pacino. Pero su inmediatez, desparpajo y simpatía acaban por crear un personaje atractivo y atrayente. Ellos son los vértices de un triángulo que da vida, por paradójico que suene, al film.
Cameron, como se ha referido, extrae de necesidad virtud, y logra llevar a buen efecto una película barata pero plena de energía. Los efectos especiales en ocasiones son bastante evidentes, como ese muñeco con la cara de Schwarzenegger; en otros momentos, así en el clímax final, el uso del stop-motion otorga un tono de cine antiguo muy agradecido. Y la trama se percibe esquemática para no ofrecer demasiados problemas de ambientación.
Pero la cinta está plagada de energía. Además, derriba ciertas constantes del cine de acción tradicional: cuando Sarah percibe que la siguen, entra en una ruidosa discoteca y llama por teléfono a la policía, y le contestan que se quede ahí, que en un lugar público no correrá peligro; craso error, pues el robot asesino entrará en el lugar y desatará un tiroteo sin preocuparse ni que le identifiquen ni en matar a un sinfín de gente inocente. Más adelante, la propia comisaría, símbolo de seguridad y confianza, será abordada por el androide y llevará a cabo una matanza apabullante, donde ningún policía, por supuesto, logrará abatirle.
La tesis del film es que, en determinado momento, la inteligencia artificial que controla el sistema armamentístico norteamericano tomará conciencia de sí misma. Y percibe que el ser humano es algo así como un organismo nocivo que ha de ser exterminado. Como es norma en el cine norteamericano, el resto del planeta parece no existir, y no queda claro qué acontece en el resto del mundo, si la rebelión de las máquinas sobreviene a nivel internacional. El futuro que se refleja (el ya muy cercano 2029) es un mundo apocalíptico en el que en ciudades en ruinas las personas se enfrentan a máquinas pensantes, tanques oruga que trituran los cráneos de los ya caídos, sofisticados vehículos voladores portadores de muerte. En ese contexto, el ser humano sobrevive a duras penas, y el viaje al pasado (un viaje solo de ida) parece ser la única solución viable.
Así, en 1984 (un año emblemático para la ciencia ficción), ese guerrero del futuro, en su misión por salvaguardar el futuro de la humanidad, acaba enamorándose de la mujer a la que ha de proteger y termina definiendo ese mismo futuro que puede ser parte de la salvación del ser humano. La paradoja, pues, está servida. Mientras, el instinto de supervivencia es el que mueve a los personajes. Parece algo contradictorio que esa supervivencia se establezca por medio de las armas y su veneración a las mismas, pero ya sabemos la adhesión que el pueblo norteamericano siente hacia las mismas. En todo caso, ello deriva en un film de acción trepidante, con un ritmo excelente, y deviene en una óptima cinta de ciencia ficción que ya ha pasado a los anales del género.
La polémica con Harlan Ellison
El excelente autor de ciencia ficción Harlan Ellison fue siempre tendente a la polémica, recordémoslo; la Wikipedia norteamericana lo define con «fama de ser áspero y testarudo». Tuvo altercados por su guion (premiado) para la serie Star Trek; su antología de relatos Visiones peligrosas no pudo ver su tercer volumen, The Last Dangerous Visions, publicado en su época prevista, 1973, por determinados problemas a los que él no fue ajeno, precisamente; cuando, hacia 1977, preparaba un guion de cine basado en la antología de relatos Yo robot de Asimov definió al productor de la Warner Robert Shapiro con la «capacidad intelectual y craneal de una alcachofa» y sería apartado del proyecto (que al final no se hizo); en 1985, durante la entrega de los Nebula, parece que agredió físicamente al crítico Charles Platt, y luego se ufanaba de ello… Y hay muchos casos más.
Harlan Ellison
Tras el estreno de Terminator, Ellison demandó a James Cameron por considerar que la historia era un plagio de un episodio de la serie Rumbo a lo desconocido (The Outer Limits) que él había escrito, «Soldier» (1964), el primero de la segunda temporada. En él, un fuego cruzado de dos facciones del futuro deja caer de forma accidental a dos soldados enfrentados en el pasado lejano, en 1964. La demanda se resolvió fuera de los tribunales por parte de Orion, con una cifra no desvelada (se dice que alrededor de 65.000 dólares), y las nuevas copias de la película citan al final, después de un rótulo de producción, y de forma discreta, «Reconocimiento a la obra de Harlan Ellison».
Una imagen del referido episodio de The Outer Limits
Se suele referir también otro episodio escrito por él, «Demon with a Glass Hand» (1964), pero Ellison declaró de manera explícita que The Terminator «era una copia» de «Soldier» y no de «Demon with a Glass Hand»[1]; por mi parte, recuerdo que cuando vi ese segundo episodio me hizo rememorar en algunos detalles a Terminator, pero no recuerdo nada concreto: la sinopsis se centra en un hombre con una mano de cristal y amnésico que es el único que puede salvar a la humanidad de una invasión extraterrestre. Algunas fuentes también refieren que el concepto de Skynet podría haber sido tomado de un cuento de Ellison titulado «No tengo boca y debo gritar» («I Have No Mouth, and I Must Scream», 1967): trata de un mundo distópico en el que una inteligencia artificial llamada «AM» ha destruido a toda la humanidad excepto a cinco personas.
Otro momento de «Soldier»
Cameron afirma que el acuerdo entre Orion y Ellison fue forzado por los productores, que se negaron a apoyarlo. Consideraba las reclamaciones del escritor «inválidas y oportunistas», y quería que el caso fuera a juicio, pues creía poder ganar. Sin embargo, en aquel entonces, Cameron no estaba forrado como ahora y, en caso de perder, debería pagar las costas del litigio amén de daños y prejuicios, por lo que hubo de ceder. Aunque también se dice que en una entrevista que le hicieron a Cameron en Starlog, él confesaba que tomó la idea de algunas historias de Harlan Ellison, pero después uno de los asistentes de James Cameron pidió a los editores de la revista a que modificaran el artículo antes de que se publicara[2].
James Cameron, el rey del mundo
Anecdotario
- Rodada con un presupuesto estimado de 6.400.000 dólares. En taquilla consiguió más de 78 millones.
- La filmación tuvo lugar entre el 19 de marzo y el 28 de mayo de 1984.
- En 1985, en el Festival de Cine Fantástico de Avoriaz James Cameron recibió el gran premio. Ese mismo año, la Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films galardonó el film con sendos Saturn en las categorías de mejor película de ciencia ficción, guion y maquillaje; y tuvo nominaciones en las de director, actor (Schwarzegger), actriz (Hamilton) y música.
- La voz de Cameron se escucha tres veces en la película: como la cita de Sarah Connor en el contestador automático y dos veces como el gerente del motel Tiki, al que se escucha (pero no se ve) hablar con Sarah y luego contesta el teléfono cuando llama el Terminator.
- Jennifer Jason Leigh fue opción para el papel de Sarah Connor, pero Cameron temía que fuera demasiado joven. Más tarde se le dio el papel de Ginger, pero fue sustituida en el último momento por Bess Motta. Geena Davis, Lea Thompson, Rosanna Arquette, Melissa Sue Anderson, Jessica Harper, Lisa Langlois y Debra Winger también fueron consideradas.
- Edward James Olmos y Louis Gossett Jr. optaron para el rol del teniente Traxler.
- Matt Dillon, Sting, Tommy Lee Jones, Mickey Rourke, Christopher Reeve, Mel Gibson, Kurt Russell, Treat Williams, Scott Glenn, Michael O’Keefe, Bruce Springsteen y Bruce Willis estuvieron en la lista para el papel de Kyle Reese.
- O. J. Simpson fue considerado para el rol del Terminator, pero los productores temían que fuera «demasiado agradable» para ser tomado en serio como un asesino a sangre fría.
- Mel Gibson rechazó el papel del Terminator por considerar que no era el adecuado para el papel. Después de ver la película, elogió a Arnold Schwarzenegger como una opción mucho mejor. Sylvester Stallone también lo rechazó. Se rumoreó que Tom Selleck iba a interpretar al Terminator, pero que se vio obligado a rechazar el papel debido a su compromiso con la serie de televisión Magnum, P.I. (1980). También se pensó en Kevin Kline, Jürgen Prochnow, Randy Quaid, Michael Douglas, Ron Perlman, Stephen Lang, Chevy Chase, Michael Keaton, Alec Baldwin, Harrison Ford, Richard Gere, Robin Williams, Jack Nicholson, Martin Sheen, Kevin Costner y John Travolta. Y, en contra de la creencia popular, Lance Henriksen nunca fue estimado para ello; sin embargo, James Cameron basó algunos de sus primeros bocetos del Terminator en el parecido de Henriksen.
- Arnold Schwarzenegger fue considerado originalmente para interpretar a Kyle Reese en lugar de Terminator por parte del ejecutivo de Orion Pictures Mike Medavoy. Sin embargo, el actor no estaba muy apasionado con el papel, y James Cameron tampoco. Schwarzenegger, no obstante, mostró un gran entusiasmo por el guion en general, y por su oscuro antagonista en particular, dando consejos sobre cómo debía comportarse este villano. Fue entonces cuando Cameron cambió de opinión y ofreció a Schwarzenegger el papel principal del «malo», diciendo que «esta película no trata del héroe. Se trata de Terminator».
- El pastor alemán al que Michael Biehn acaricia al llegar al motel pertenecía a James Cameron.
- James Cameron consultó primero con Rob Bottin, pero a este le acababan de ofrecer La cosa (1982) de John Carpenter y no pudo. Entonces Cameron se dirigió a otra leyenda de los efectos, Dick Smith, quien decidió que el proyecto no era adecuado para él, pero le ofreció una sugerencia: Stan Winston.
- La marioneta de la cara de Arnold Schwarzenegger tardó seis meses en crearse.
- Secuelas:
Terminator 2: El juicio final (Terminator 2: Judgment Day, J. Cameron, 1991).
Terminator 3: La rebelión de las máquinas (Terminator 3: Rise of the Machines, Jonathan Mostow, 2003).
Terminator: Las crónicas de Sarah Connor (Terminator: The Sarah Connor Chronicles, 2008-2009) [serie TV].
Terminator: Salvation (Terminator Salvation, McG, 2009).
Terminator Salvation: The Machinima Series (2009) [serie TV animación].
Terminator: Génesis (Terminator Genisys, Alan Taylor, 2015).
Terminator: Destino oscuro (Terminator: Dark Fate, Tim Miller, 2019).
- Estrenada en Estados Unidos el 26 de octubre de 1984, y en España el viernes 18 de enero de 1985, en Madrid en los cines Callao y Carlos III, y en Barcelona en los cines Novedades, Palacio Balañé y Río.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ****
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Ellison, Harlan: «The Ellison Bulletin Board», en HarlanEllison.com. Archivado del original el 9 de febrero de 2018. A día de hoy el link está inaccesible.
[2] Para más información véase https://electricliterature.com/was-1984s-the-terminator-a-harlan-ellison-rip-off/
Excelente artículo y recomiendo a quienes no lo hayan hecho la lectura del relato de Harlan Ellison «No tengo boca y debo gritar». En una antología que leí hace muchos años el traductor, afortunadamente, pudo recrear la atmósfera asfixiante y sin esperanzas que imaginó Ellison. Saludos cordiales desde la Patagonia Argentina.