El Voyager II es lanzado al espacio con una invitación para que los extraterrestres nos visiten. Un solitario viajero llega a nuestro planeta y, tomando células de una muestra del cabello del fallecido Scott Hayden, se replica en un clon idéntico. Cuando descubre que van en busca tras él, huye junto a la mujer de Scott, Jenny, para llegar a un lugar de encuentro con sus hermanos del espacio y poder regresar a su planeta.

Dirección: John Carpenter. Producción: Columbia Pictures, Delphi II Productions. Productor: Larry Franco. Co-productor: Barry Bernardi. Productor delegado: Michael Douglas. Productores asociados: Bruce A. Evans, Raynold Gideon. Guion: Bruce A. Evans, Raynold Gideon, [Dean Riesner, Diane Thomas, Edward Zwick, sin acreditar]. Fotografía: Donald M. Morgan. Música: Jack Nitzsche. Montaje: Marion Rothman. Diseño de producción: Daniel A. Lomino. FX: Rick Baker, Dick Smith, Stan Winston (transformación de Starman), Roy Arbogast (coordinador de efectos especiales), Christopher Evans, Caroleen Green, Frank Ordaz (pinturas matte), Industrial Light & Magic (ILM) (efectos visuales), Video Image (gráficos computerizados). Intérpretes: Jeff Bridges (Starman / Scott Hayden), Karen Allen (Jenny Hayden), Charles Martin Smith (Mark Shermin), Richard Jaeckel (George Fox), Robert Phalen (comandante Bell), Tony Edwards (sargento Lemon), John Walter Davis (Brad Heinmuller), Ted White (cazador de ciervos), Dirk Blocker (policía 1), M. C. Gainey (policía 2), Sean Stanek [acreditado como Sean Faro] (conductor), George ‘Buck’ Flower (cocinero), Russ Benning (científico), Ralph Cosham, David Wells, Anthony Grumbach, James Deeth, Alex Daniels, Carol Rosenthal, Mickey Jones, Lu Leonard, Charlie Hughes, Byron Walls, Betty Bunch, Victor McLemore, Steven Brennan, Pat Lee, John Carpenter… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1984. Duración y datos técnicos: 115 min. – Metrocolor – Panavision – 2.39:1 (copias en 35 mm) / 2.20:1 (copias en 70 mm) – 35 mm / 70 mm (inflado).

 

El proyecto original de Starman quedó almacenado en las oficinas de la Columbia durante cinco años hasta que, al fin, decidieron ponerlo en marcha. Muchos directores fueron considerados para ponerse al mando de la misma, con mayor o menor implicación (véase anecdotario), hasta que al fin la idea cayó en manos de John Carpenter. Las previas películas del realizador habían sido La cosa – El enigma de otro mundo (The Thing, 1982), que supuso un tremendo fracaso comercial, y Christine (Christine, 1983), adaptación de la novela de Stephen King, que ya hizo para Columbia. Si aceptó esta propuesta fue para hacer otra película de temática alienígena que le quitara la mala experiencia del fracaso de La cosa, y porque también quería desarrollar una cinta focalizada en una historia de amor, y la presente la comparó con Sucedió una noche (It Happened One Night, Frank Capra, 1934) y, ciertamente, la relación resulta obvia.

En todo caso, el guion de Starman: El hombre de las estrellas (Starman, 1984) —que pasó por un sinfín de reescrituras, y otras manos anónimas trabajaron sobre él— no es muy original, y todo resulta bastante obvio para el espectador experimentado. Lo que importa aquí no es el viaje de Starman y Jenny, sino lo que transcurre durante ese viaje a ambos a nivel emocional. Al principio, cuando el alienígena sale de su nave estrellada, es solo una forma de energía (luego le dirá a Jenny que en su planeta también comen, pero claro que eso se puede aplicar de diversas maneras) y después, por medio de una célula de Scott, se replica en forma humana.

Por supuesto, a partir de entonces debe aclimatarse a un nuevo cuerpo, y eso lo hace de diversas formas. A nivel físico, todo lo que le envuelve es algo totalmente inédito, y Jeff Bridges, dentro de un perfil algo irónico que se aplica a su personaje, lo refleja por medio de movimientos nerviosos, intentando captar todo lo que le rodea e irlo asimilando. A lo largo del metraje se comprobará que, a nivel verbal, irá desarrollando un habla cada vez más coherente, aunque sus maneras de andar no mejorarán, sin duda porque, como se dice, el cuerpo va degradando, y esa forma clonada tiene una vida limitada.

Emocionalmente, desde luego, también irá sufriendo un cambio. Al principio es un viajero curioso, un explorador, pero su contacto con Jenny Hayden le irá abriendo a los sentimientos humanos. Al final clamará lo que ha aprendido en su conocimiento de la especie (de Jenny), donde de los peores momentos sabemos extraer lo mejor de nosotros mismos. Jenny aún no se ha recuperado de la pérdida de su esposo Scott, cuando, de la noche a la mañana, se encuentra de pronto ante él, o al menos eso es lo que parece. Por un lado, lucha con el temor de algo en apariencia sobrenatural que ha surgido ante ella, y por otro, la emoción hacia esa forma sigue presente en su interior. El miedo, a lo largo de ese viaje a través de Estados Unidos, se irá convirtiendo en amor.

Ese sencillo elemento es lo que da base a la película, nada más. Una historia de amor, y cómo va creciendo. Ello, en la estructura de road movie, con las diversas incidencias que acontecen a lo largo del camino, con mucho humor y algo de crítica a los estamentos militares —Carpenter pidió a los guionistas que rebajaran el tono de ese elemento, cuando ya sabemos todos la implicación política que tiene el director de Christine—. En ese sentido, el oficial al que interpreta el estupendo Richard Jaeckel se hace agradecidamente odioso. En contraposición con él tenemos al científico que encarna el entrañable Charles Martin Smith, que acababa de participar en una película tan significativa a nivel ideológico como era Los lobos no lloran (Never Cry Wolf, Carrol Ballard, 1983).

Dentro de ese encargo que el film representa —Carpenter ni siquiera hace la música, como es norma en él, sino que esta pasa a manos de Jack Nitzsche, que no hace algo demasiado inspirado, cierto es—, el realizador intenta imprimir al conjunto cierto toque de autoría: al principio, cuando la entidad energética alienígena sale a explorar y entra en la casa, vemos todo en un plano subjetivo, con los bordes difuminados, de igual modo que acontecía en el arranque de La noche de Halloween (Halloween, 1978), cuando presenciamos todo a través de las rendijas de la máscara de Michael Myers. No es mucho, de igual manera que tampoco es mucho la película en sí, una mera evasión por parte de un director que buscaba congraciarse con la gran industria y encontrar un hueco dentro de ella. La fuerza de la cinta estriba en la química que se establece entre Jeff Bridges y Karen Allen, y eso otorga bastante pujanza a los resultados, dentro de un límite.

El film funcionó hasta cierto punto —derivó en una serie de televisión y todo, de escasa vida—, pero Carpenter decidió regresar a un cine más afín con sus intereses y emociones, y de esa manera, su siguiente película sería la muy peculiar Golpe en la pequeña China (Big Trouble in Little China, 1986).

 

Anecdotario

  • Título en Argentina y Ecuador: Starman. Título en México y Perú: Starman: el hombre de las estrellas. Título en Uruguay: El hombre de las estrellas.
  • Premios (1985): Oscar: nominación a mejor actor protagonista. Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films: premio a mejor actor protagonista, y nominaciones a mejor película de ciencia ficción (ganó Terminator) y actriz protagonista. Globos de Oro: nominaciones a mejor actor protagonista en un drama y mejor música.
  • Rodada con un presupuesto estimado de 22 millones de dólares.
  • Filmada entre el 21 de febrero y el 6 de julio de 1984. El lugar final con el cráter es el Meteor Crater en Barringer, Arizona, en las afueras de la localidad de Winslow.
  • Un director elegido para realizarla fue John Badham, pero cuando se estrenó E.T. el extraterrestre pensó que ambas películas se parecían demasiado y abandonó. Otros realizadores a los que se consideró fueron Adrian Lyne, Mark Rydell (este abandonó por chocar con Michael Douglas), Tony Scott y Peter Hyams.
  • John Carpenter hace un cameo como un hombre en un helicóptero.

  • Carpenter consideró a Tom Cruise como protagonista, pero este se hallaba ocupado rodando Legend (Legend, 1985), de Ridley Scott. También se pensó en Kevin Bacon.
  • Jeff Bridges estudió ornitología y el comportamiento de las aves para preparar su papel. Bridges utilizó los movimientos bruscos y repentinos de la cabeza, entre otros matices y manierismos; pensó que el alienígena no tendría características humanas y que, al estar encerrado en un cuerpo humano, actuaría con instintos animales primitivos. También contrató a un bailarín para ayudarle en otros movimientos.
  • Le siguió la serie de televisión Starman (Starman, 1986-1987), con una única temporada de 22 episodios, protagonizada por Robert Hays como el nuevo cuerpo de Starman y Christopher Daniel Barnes como Scott Hayden, el hijo de Jenny.
  • Estrenada en Estados Unidos el 14 de diciembre de 1984 y en España el jueves 8 de agosto de 1985 (en Madrid, en los cines Lope de Vega, Novedades, Aluche, Carlos III, La Vaguada y Luchana 1). 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra