3.1.56.[61]. Spock’s Brain (El cerebro de Spock). 20/9/1968.

D: Marc Daniels.

G: Lee Cronin[1].

I: Marj Dusay.

            La temporada debuta con otro episodio que sería mítico, más que nada por lo extravagante de su premisa. En la Enterprise aparece de pronto una misteriosa mujer que deja inconscientes a todos; cuando se recuperan descubren que ha extraído quirúrgicamente el cerebro a Spock y se lo ha llevado consigo. Pese a ello, el vulcano vivirá y, en un alarde de creatividad, incluso andará, dirigido por McCoy con un mando; en todo caso, la imagen de Spock con mono verde y el aplique en el cráneo posee fuerza.

            Todo muy absurdo, como se ve ―en su autobiografía Shatner comenta que es un «tributo» a los ejecutivos de la NBC―, pero por alguna extraña razón el episodio funciona y resulta muy divertido. Técnicamente ha de señalarse que por vez primera la pantalla del puente de mando recibe las imágenes por medio de retroproyección, y no por medio de sobreimpresión, como en las temporadas previas, por lo cual se ven actores pasar por delante de ella. Último episodio de la serie dirigido por Marc Daniels, después escribiría “One of Our Planets Is Missing” para la de animación.

 

3.2.57.[59]. The Enterprise Incident (El incidente del Enterprise). 27/9/1968.

D: John Meredyth Lucas.

G: D. C. Fontana[2].

I: Joanne Linville.

            El episodio previo, como hemos dicho, es divertido, pero evidentemente no destacado. El nivel sube con “The Enterprise Incident”, que brilla entre los mejores, gracias a un excelente guion debido a D. C. Fontana. La Enterprise viola la Zona Neutral a consecuencia de la cabezonería e irritabilidad de Kirk. Pronto son rodeados por naves romulanas, y Kirk y Spock se transportan a una de ellas. A partir de ahí, una trama de intrigas, lealtades traicionadas y unos magníficos diálogos mantienen el interés a lo largo de un capítulo tenso e inteligente, y que ofrece una excelente interpretación de Joanne Linville como la sibilina comandante romulana, amén de la oportunidad de ver a Shatner caracterizado como romulano.

 

3.3.58.[58]. The Paradise Syndrome (Síndrome del paraíso/El síndrome del paraíso). 4/10/1968.

D: Jud Taylor.

G: Margaret Armen.

I: Sabrina Scharf, Rudy Solary.

            La Enterprise debe salvar un planeta de la destrucción por parte de un meteorito. Al bajar a la superficie descubren que los habitantes son descendientes de algunas tribus indias norteamericanas de la Tierra, así como un extraño monolito que no parece construido por los indígenas. Mientras Spock y el doctor investigan por los alrededores, Kirk cae en el interior del monumento, y desaparece; después de buscarle infructuosamente, Spock decide marcharse para seguir adelante con la misión de salvamento.

            “The Paradise Syndrome” le fue inspirado a Fontana por el incidente llamado Pueblo habido durante la guerra de Vietnam en enero de 1968, y nos muestra una sociedad india que fue trasladada por seres extraterrestres a ese planeta, con lo cual se explica casi de forma casual y en boca del doctor la proliferación de humanoides en el universo. Allí, un Kirk amnésico tendrá una historia de amor con una de las habitantes, adaptándose a ese modo de vida; al principio el capitán menciona que le gustaría vivir así, sin presiones. Aunque el capítulo es simpático ofrece unos cuantos defectos. Spock, en sus prisas por desviar el meteorito, que tardará dos meses en caer sobre el planeta, agota la energía de la nave sin poder desviarlo, por lo cual decide volver al mundo en peligro en una tardanza de dos meses, para dar tiempo a que se desarrolle la relación entre Kirk y Miramanee. Viendo que en otros muchos episodios tardan pocas horas en arreglar cualquier cosa de la nave, aquí el problema es un subterfugio para lo que realmente importa, la historia del capitán. También se muestran ciertas incoherencias con el doctor, quien antepone la seguridad del planeta a la de su amigo Kirk, mostrándose bastante fastidioso en esa cuestión, y es incapaz de curar a Miramanee de unas pocas pedradas cuando en otras ocasiones ha salvado a otros de lesiones peores o epidemias alienígenas. Al final se descubre cómo entrar en el interior del monumento y salvar al planeta, dejando todo como estaba, y con Kirk sin ataduras que le impidan partir en su nave en busca de más aventuras.

 

3.4.59.[60]. And the Children Shall Lead (Y los niños dirigirán). 11/10/1968.

D: Marvin Chomsky.

G: Edward J. Lesko[3].

I: Melvin Belli, Craig Hundley, James Wellman.

            En un planeta, Triacus, un equipo de exploración se ha suicidado dejando a sus hijos solos, aunque estos no muestran ningún pesar y solo quieren jugar. Dentro de la nave los niños comienzan a comportarse de forma extraña, y al final dominan el vehículo mostrando los miedos más profundos de los tripulantes, entre los cuales se ofrece a Sulu presenciando unas dagas acercándose a la nave (en uno de los peores efectos que se han ofrecido a lo largo de la serie) o a Uhura envejeciendo. Los críos están dominados por una fuerza maligna que habita el planeta y que desea una nave para llegar a otro mundo y destruir a sus habitantes. La forma de usar los poderes por parte de las criaturas es sacudir el puño de forma rítmica, y así dominan a los demás, siendo los únicos capaces de afrontarlos Spock y Kirk.

            La historia es sencilla, sin demasiadas complicaciones, y que plantea un suicido en masa dejando a unos niños huérfanos, pero al tiempo se evita exponer a los niños como seres malvados, aunque sea a consecuencia de ese dominio, y ni siquiera parecen traviesos: están tan faltos de emoción que el espectador no les teme ni se implica en la trama, además de resultar algo cansina su presencia y la utilización de sus poderes.

            La representación del ser maligno, el actor Melvin Belli, un ser llamado  Gorgan, resulta grotesca, ya que en realidad parece un árbol de Navidad; se intenta aparentar que el ser se ha presentado con aspecto benigno a los niños, pero no parece beatífico sino risible. Un capítulo que podría haber sido mucho mejor, con un argumento con muchas posibilidades que no son aprovechadas, ni siquiera planteadas.

 

3.5.60.[62]. Is There In Truth No Beauty? (¿No hay en verdad belle­za?). 18/10/1968.

D: Ralph Senensky.

G: Jean Lisette Aroeste[4].

I: Diana Muldaur, David Frankham.

            A la Enterprise llega un embajador medusiano, una especie cuya mera visión enloquece a un terrestre; Spock puede soportar mirarlo, pero poniéndose un visor. Tanto Kirk como Scotty deben abandonar la sala de teletransporte, y los pasillos son vaciados de personal, precaución un tanto absurda, pues el embajador viaja alojado dentro de un pequeño arcón[5], que transportarán hasta sus aposentos Spock y la doctora Miranda Jones (la encantadora Diana Muldaur de nuevo), que trabaja con el embajador y ha establecido una especie de relación laboral simbiótica con él gracias a sus condiciones de telépata de nacimiento. Un ingeniero que acompaña al embajador y a la doctora está enamorado de ésta y, celoso de la relación que mantiene con el primero, lo intenta matar, enloqueciendo al verlo y poniendo en peligro la nave.

            Es interesante cómo la realización juega con el punto de vista, adoptando planos subjetivos cuando los personajes miran al embajador (solo veremos unas luces de colores destellantes) o cuando se ponen el visor, o el uso de objetivos gran angular o de ojos de pez para distorsionar las imágenes en momentos concretos. También destaca la idea de guion de contraponer al horroroso embajador con la bellísima colaboradora que se le adjudica; o también la falta de humanidad que refleja ésta, y la enorme humanidad que destilará el primero cuando realice la fusión con Spock. Una apreciable charla se desarrolla durante la cena, donde se plantea el prejuicioso dogma de que lo bueno ha de ser hermoso y lo malo feo, y que lo que es hermoso automáticamente ha de ser bueno; amén de ello, el episodio está salpicado de muy sugestivos diálogos, plagados de doble sentido. Un muy buen capítulo.

 

3.6.61.[56]. Spectre of the Gun (Espectros). 25/10/1968.

D: Vincent McEveety.

G: Lee Cronin[6].

I: Rex Holman, Bill Zuckert, Sam Gilman.

            En “Spectre of the Gun”, un extraño ingenio espacial, sin aparente tripulación a bordo, intercepta la Enterprise y se comunica con ella; cada uno de los integrantes de la nave percibe el mensaje en su propio idioma, vulcano, inglés, ruso o suajili, por ejemplo (es curioso cómo en temporadas previas la cuestión del idioma era obviada y, a partir de esta, se intenta justificar en ocasiones de algún modo). El mensaje procede de los melkotianos, que les notifican que han violado su espacio, pero la nave sigue su rumbo y al planeta se trasladan Kirk, McCoy, Spock, Scotty y Chekov, que en un ambiente neblinoso reciben una nueva advertencia de una entidad, que los teletransporta a otro ambiente, similar a un decorado incompleto de película del Oeste, pero lóbrego, vacío y dominado por un gran cielo rojo (la atmósfera es excelente). Pronto comprueban que están en Tombstone, Arizona, poco antes de desarrollarse el mítico duelo en el O.K. Corral[7], y que ellos han adoptado las identidades del clan de los Clanton, y han de enfrentarse a Wyatt Earp y sus hermanos y amigos.

            Es curioso cómo nuestros héroes acogen los roles que siempre se han asumido en los wésterns como los negativos, y los representantes de la justicia semejan una pandilla de facinerosos fanfarrones (lo cual, posiblemente, poco lejos de la realidad estaría). Así pues, a las cinco en punto de la tarde[8] nuestros héroes habrán de combatir en el O.K. Corral[9].

            Dejando a un lado el enorme sentido de la teatralidad que sienten todos los extraterrestres con los cuales se topa la Enterprise, se trata de un episodio efectivo, en el cual las enormes limitaciones presupuestarias juegan a su favor, otorgándole un aire alegórico y de abstracción muy interesantes (esos relojes suspendidos en el aire); por lo demás, el por lo general gris Vincent McEveety[10] otorga una planificación estudiada y con fuerza.

 

3.7.62.[66]. Day of the Dove (El día de la paloma). 1/11/1968.

D: Marvin Chomsky.

G: Jerome Bixby[11].

            Una colonia terrestre de cien hombres, mujeres y niños parece haber desaparecido en un planeta; al poco, un grupo de klingons se materializa junto a nuestros protagonistas, acusándoles de destruir su nave, e informando el comandante klingon a Kirk que son sus prisioneros. Al tiempo, una entidad incorpórea vigila todo. Kirk logra dar vuelta a las tornas y atrapa a los klingons, pero estos consiguen escapar en la Enterprise cuando la entidad hace aparecer espadas para un enfrentamiento.

            El episodio es una especie de variación de “Arena”, ahora con la Enterprise como campo de batalla, y los klingon y humanos enfrentados a su parte salvaje y sus prejuicios, todo ello inducido por la entidad incorpórea, que se alimenta de los sentimientos negativos. Puede que el mensaje acerca del peligro que supone el odio racial sea muy obvio, pero no por ello resulta menos efectivo, deviniendo un episodio contundente en el que destaca una consistente interpretación de Michael Ansara como el klingon Kang[12].

 

3.8.63.[65]. For the World Is Hollow and I Have Touched the Sky (Pues el mundo es hueco y yo he tocado el cielo). 8/11/1968.

D: Anton M. Leader.

G: Rik Vollaerts[13].

I: Kate Woodville.

            El episodio ofrece ese título tan largo como alusión a un poema de William Ames (1576-1633), y fue dirigido por Anton M. Leader, realizador de un clásico de la ciencia ficción como es Children of the Damned [tv/dvd: Los hijos de los malditos, 1963][14].

            Unos misiles son lanzados contra la Enterprise, que consigue abatirlos antes de que la alcance; al mismo tiempo, Kirk recibe la noticia de que McCoy padece una enfermedad terminal, la xenopolicitemia, y le queda solo un año de vida. Los misiles proceden de una nave construida diez mil años atrás, en forma de asteroide hueco, y en cuyo interior vive una gran población inconsciente de viajar en un navío espacial[15].

            La historia remite un tanto a la estructura de muchas películas de ciencia ficción de los años cincuenta del pasado siglo, como Flight to Mars [vd/dvd: Vuelo a Marte, 1951], de Lesley Selander, por poner un ejemplo, en cuanto a la forma de representar el contacto entre humanos y una cultura extraterrestre. Respecto a la enfermedad de McCoy, resulta obvio desde el inicio que el contacto con esa especie alienígena propiciará su curación; sin embargo, es inevitable cierto sentimiento emocional cuando se transmite la noticia del estado del personaje, y cómo ello influye en los demás.

 

3.9.64.[64]. The Tholian Web (La telaraña tholiana). 15/11/1968.

D: Herb Wallerstein, Ralph Senensky.

G: Judy Burns y Chet Richards[16].

            La Enterprise llega a espacio no explorado, siguiendo los últimos indicios obtenidos de la desaparecida nave Defiant[17]. Los aparatos dan registros contradictorios, o no los dan en absoluto, entre ellos la no presencia de la propia Defiant que se ve en el monitor. Hacia allá se transportarán Kirk, Bones, Spock y Chekov (provistos de unos aparatosos trajes espaciales), hallando la tripulación muerta, con indicios de haberse matado entre ellos, semejando que ha habido un motín en la Defiant. La nave comienza a desvanecerse, y todos son transportados con urgencia a la Enterprise, salvo Kirk, que desaparece junto con el navío. Pronto, idéntica furia asesina que asoló la Defiant empieza a manifestarse en la Enterprise[18], al mismo tiempo que el proceso de desvanecimiento se inicia e intentan rescatar al capitán.

            Se trata de un episodio centrado en el suspense y la tensión, una aventura bien mantenida y desarrollada con un buen tempo. Cabe resaltar que en este capítulo no aparecen actores invitados, y es la primera vez que vemos los coquetos aposentos de Uhura. De igual modo, este es el primer capítulo de Star Trek que ganó un Emmy a los efectos especiales.

 

3.10.65.[67]. Plato’s Stepchildren (Los hijastros de Platón). 22/11/1968.

D: David Alexander.

G: Meyer Dolinsky[19].

I: Michael Dunn, Liam Sullivan, Barbara Babcook.

            El presente es otro de esos capítulos en los cuales los creadores de la serie demuestran su fascinación por la cultura helénica. En este caso se trata de un planeta colonizado por gente afín a las escrituras platónicas, y que se definen a sí mismos como «los hijastros de Platón». Kirk, Spock y McCoy acuden a una llamada de auxilio; algo un tanto fuera de lugar, pues se trata solo de una herida infectada que el doctor ha de curar. Los habitantes del planeta han desarrollado unas facultades psicocinéticas increíbles, y llevan una existencia de miles de años, sin carencias de ningún tipo, de ahí que hayan perdido anticuerpos y les resulte letal cualquier arañazo. Son también caprichosos, irascibles y crueles.

            Última composición en la serie del músico Alexander Courage, se trata de un episodio de escaso valor intrínseco, salvo por el interesante personaje de Alexander, muy bien interpretado por el menudo actor Michael Dunn[20], y por la violencia implícita de algunos momentos, que llega a hacerse molesta. O, sobre todo, por la importancia histórica del episodio, al ser el primero de la televisión norteamericana en exhibir un beso interracial entre Kirk y Uhura; si bien, ha de resaltarse, no llega a verse en realidad y, además, dramáticamente, el beso es inducido por control mental por parte de los extraterrestres. Ese beso dio mucho miedo a los productores, pensando que habría protestas por parte de los sectores más conservadores de la sociedad norteamericana, y se intentó eliminar del orden de rodaje; por último, se optó por rodar dos versiones, con beso y sin beso, para luego decidir durante el pre-visionado, pero William Shatner estropeó a propósito la escena sin beso, así pues hubo que tirar de la del beso. Sin embargo, hubo muy pocas cartas de protesta, y muchas de felicitación. La sociedad parecía estar madurando.

 

3.11.66.[68]. Wink of an Eye (El parpadeo de un ojo). 29/11/1968.

D: Jud Taylor.

G: Arthur Heinemann, s/a Lee Honin [Gene L. Coon].

I: Kathie Brown, Eric Holland, Geoffrey Binney, Jason Evers.

            La Enterprise recibe una llamada de socorro del planeta Scalos, pero cuando allí se transporta un equipo para investigar descubren que toda la ciudad está vacía; sin embargo, desde la nave, en pantalla se ve a sus habitantes. Tanto unos como otros están en el mismo lugar, pero les es imposible verse.

            Interesante premisa de partida, en la que se plantea la existencia de una especie que vive acelerada respecto a nuestro nivel molecular, por el cual nos es imposible verla, y solo se percibe un leve zumbido, como el de un moscardón[21]. El desarrollo, en todo caso, es algo elemental, aunque destaca la franqueza sexual de las relaciones entre Kirk y Deela. Cabe resaltar, de igual modo, la falta de escrúpulos de los escalianos, que harán lo que sea con el fin de cumplir sus objetivos; sin embargo, cuando son derrotados, Kirk y Spock les dejan en su planeta, incomunicados, y condenados a la muerte, cuando hubiese sido muy fácil ofrecerles la fórmula de desaceleración y, después, podrían contactar sin problema con otros humanoides para reproducirse.

 

3.12.67.[63]. The Empath (La empática). 6/12/1968.

D: John Erman.

G: Joyce Muscat[22].

I: Kathryn Hays (Gem), Alan Bergman, Willard Sage, Jason Wingreen.

            Kirk, Spock y McCoy se transportan a un planeta a recoger a un equipo de investigación que está estudiando la conversión de una estrella en nova, cuando el proceso está a punto de acontecer y es necesario evacuarles; sin embargo, encuentran la base abandonada meses atrás. Estudiando unas cintas descubren que los investigadores desaparecieron por ensalmo tras escuchar un molesto sonido, y nada más presenciar las imágenes lo mismo sucede con los tres de la Enterprise, quienes son transportados a un mundo interior en el que hallan una chica muda con poderes empáticos y dos miembros de una raza que experimentan con el dolor ajeno.

            El episodio es bastante irregular, con momentos flojos, como de hecho la mayor parte del metraje, o la austeridad de la ambientación, que si en otros capítulos otorga un nivel de abstracción sugestivo, aquí da una sensación de pobreza extrema. En el lado positivo tenemos el personaje de la émpata muda, al cual la actriz Kathryn Hays otorga una enorme fascinación, con la expresividad de su rostro y su exquisito lenguaje corporal; añadamos la perturbadora imagen de McCoy torturado o toda la parte final, que compensa en parte todo lo previo, si bien resulta chocante cómo Kirk, con una breve arenga, es capaz de hacer cambiar de opinión a los vianos. Destaquemos que Kelley declaró este como su episodio favorito, y que muchos estudiosos han considerado a los vianos parientes cercanos de los talosianos de “The Cage”, pues su aspecto y comportamientos son similares.

 

3.13.68.[57]. Elaan of Troyius (Elaan de Troyius). 20/12/1968.

D/G: John Meredyth Lucas.

I: France Nuyen (Elaan), Jay Robinson, Tony Young, Lee Duncan, Victor Brandt.

            La Enterprise ha de trasladar a una altiva y arrogante soberana, Elaan, que será conducida para desposar con el emperador de Troyius. La muchacha dará no pocos problemas durante el camino.

            Como el propio título desvela, se trata de una adaptación del mito de Elena de Troya trasladado al espacio, esto es, una nueva muestra de la fascinación de los creadores de la serie por la cultura griega. Así pues, esta Elaan de Troyius semeja por su apariencia una especie de mezcla entre Antígona y Barbarella, por poner un ejemplo (la escolta que la acompaña semeja más bien las cartas de Alicia en el País de las Maravillas). El episodio semeja ligero en un inicio, pero de manera paulatina va adquiriendo un tono de mayor gravedad, culminando con el enfrentamiento con los klingons. Sin embargo, son más destacables las trifulcas entre Kirk y la abofeteable soberana, el posterior enamoramiento y el amargo tono final.

 

3.14.69.[71]. Whom Gods Destroy (A quien los dioses destruyen). 3/1/1969.

D: Herb Wallerstein.

G: Lee Erwin, s/a L. Erwin, Jerry Sohl.

I: Steve Ihnat, Yvonne Craig, Richard Geary, Gary Downey, Keye Luke.

            Kirk y Spock se transportan a un planeta penitenciario para hacer entrega de una nueva droga que podría curar a los criminales psicóticos; pero cuando allí llegan descubren que los delincuentes han tomado el lugar y el director del centro se halla encerrado en una celda, siendo todos comandados por Garth de Izar. Resulta muy divertido cuando, con la apariencia de Kirk, y tras no poder engañar a Scotty para que lo teletransporte a la nave, se coge una rabieta y comienza a gritar y golpearlo todo. En todo caso, las interpretaciones no son lo más destacado del episodio, pues la tónica general es la sobreactuación.

            En realidad, nada es destacable en el episodio, flojo y convencional y con un guion pésimo, con trampas como cuando Garth se hace pasar por Spock y usa a la perfección el pinzamiento vulcano. El capítulo, que podría considerarse una semi-secuela de “Dagger of the Mind”, exhibe las dos preferencias temáticas en Star Trek, Shakespeare y la cultura griega. Del primero son algunos versos que Yvonne Craig recita; de la segunda procede el título del episodio, alusión a una famosa frase erróneamente atribuida a Eurípides, y que en su forma original refiere: «Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco».

 

3.15.70.[70]. Let That Be Your Last Battlefield (Que ese sea su último campo de batalla). 10/1/1969.

D: Jud Taylor.

G: Oliver Crawford, s/a Lee Cronin [Gene L. Coon][23].

I: Frank Gorshin (Bele), Lou Antonio (Lokai).

            Un planeta sufre una contaminación bacteriana y la Enterprise tiene la misión de descontaminarlo. Pero en el camino se topan con una nave que transporta, herido, a un humanoide que tiene la mitad del cuerpo blanca y la otra negra, en vertical; su especie se halla en guerra perpetua con otra especie hermana, de igual color, pero en lados opuestos.

            El presente capítulo, obvio es, supone una crítica a la sinrazón del racismo. El planteamiento arriba expuesto parece muy pueril y obvio, pero la intención es exponer la propia puerilidad de los sentimientos racistas, tanto dentro de una misma especie (la humana, como tanto se daba en la época del rodaje, y como de hecho sigue sucediendo hoy día) como en otras. Aceptado, pues, ese planteamiento tan axiomático, después el desarrollo del guion sigue una lógica interna intachable. Se trata de un episodio «de tesis», pero planteado a modo de intriga, con una incógnita planteada que se va desvelando de modo paulatino. Cabe resaltar que en el boceto original se trataba de un demonio y un ángel enfrentados.

            A nivel de realización cabe destacar un uso espantoso del zoom para enfatizar la alerta roja, así como otros elementos, y unos primerísimos planos de los ojos de los personajes, que semejan influenciados por el cine de Sergio Leone (muy de moda en la época).

            El resultado es un episodio efectivo y emocionante, con unos diálogos agudos (y otros absolutamente cretinos, de un modo intencionado) y un final descorazonador pero lógico, como diría Spock.

 

3.16.71.[72]. Mark of Gideon (La marca de Gideon). 17/1/1969.

D: Jud Taylor.

G: George F. Slavin, Stanley Adams[24].

I: Sharon Acker, David Hurst, Gane Kynarsky, Richard Derr.

            La Enterprise llega al planeta Gideon, y Kirk se teletransporta a él con el fin de iniciar un contacto diplomático para incorporarlo a la Federación. Pero al instante el capitán reaparece en la nave… que se encuentra por completo vacía. Mientras, en la otra Enterprise, todos se preocupan por qué habrá sucedido con Kirk, pues al planeta no ha llegado.

            El episodio comienza con un arranque muy intenso y atractivo, con unos enfrentamientos dialécticos entre Spock y el regente de Gideon dignos de resaltar, pero de forma paulatina la trama se va arrastrando por una premisa cada vez más surrealista y absurda, menguando su efectividad. La idea es interesante, pero el guion hace aguas por todas partes. ¿Cómo consiguen los habitantes del planeta datos tan precisos para reproducir la Enterprise, de modo de que su capitán no note la diferencia? ¿Para qué tomarse tantas molestias, construir la réplica, secuestrar a Kirk y buscar el modo de que contagie a la chica, para de ese modo crear una epidemia que elimine la sobrepoblación? ¿No sería más fácil hacer uso de esos evidentes avances de que disponen para realizar directamente esa purga al parecer necesaria, y por métodos menos dolorosos? En medio de todo ello, una idea curiosa, que casi equipara a los habitantes del planeta con los fanáticos antiabortistas, idea sobre la cual, desde luego, se pasa de puntillas. El título es una alusión bíblica, y un tanto cercana a la premisa del episodio.

 

3.17.72.[69]. That Which Survives (Aquello que sobrevive/Aquellos que sobreviven). 24/1/1969.

D: Herb Wallerstein.

G: John Meredyth Lucas, s/a Michael Richards [D. C. Fontana][25].

I: Lee Meriwet­her, Arthur Batanides, Naomi Pollack.

            La Enterprise detecta un planeta cuyas lecturas geofísicas son imposibles. Para explorarlo se trasladan allí Kirk, McCoy, Sulu y un geólogo, pero cuando están en la sala de transporte aparece una mujer que les avisa, asustada, que no bajen, y ataca al técnico de la sala. Pero el teletransporte ya se ha iniciado…

            El guion se articula en dos frentes; por un lado, en aquellos que han quedado varados en el planeta; por otro, en la Enterprise, que es lanzada a cientos de años luz y después, durante su regreso, será saboteada. La responsable de todo, parece ser, es una enigmática mujer, que se teletransporta tanto a la nave como al planeta, atacando a las personas y destruyendo sus células. Se trata de un episodio efectivo e interesante, pero no especialmente destacado, que centra su desarrollo en el suspense y lo enigmático de las situaciones. Lee Meriwether luce un maquillaje que le aporta apariencia felina, lo cual no hace sino rememorar su papel de Catwoman en la serie Batman (Batman, 1966-1968); Meriwether también destacó en otra serie de ciencia ficción, El túnel del tiempo (The Time Tunnel, 1966-1967).

 

3.18.73.[73]. The Lights of Zetar (Las luces de Zetar). 31/1/1969.

D: Herb Kenwith.

G: Jeremy Tarcher, Shari Lewis[26].

I: Jan Shutan (teniente Romaine), Libby Erwin, John Winston.

            La Federación ha creado una biblioteca en un planeta entero, donde alojar todo su conocimiento, Memory Alfa[27]. Hacia allí se dirige la Enterprise, para transferir su banco de datos, y les acompaña una experta, la teniente Romain, por la que Scotty se siente atraído. Pero en el camino se les cruza una extraña fuerza energética, que afectará a todos, pero en especial a la teniente. Se trata de la conciencia de los supervivientes de una catástrofe planetaria, que buscan una entidad humana en la que existir, cueste lo que cueste.

            Otro episodio más construido a modo de intriga, donde algo misterioso ataca la Enterprise y poco a poco se va descubriendo el origen de todo. Algunos elementos remiten un tanto a la que sería la primera película de la saga (la conexión de la teniente con la entidad, un tanto similar a la de Ilia con V’Ger, aunque aquí no será asumida por la mujer), sorprende, en todo caso, el intenso afecto que parece existir entre Scotty y la muchacha, y cómo ésta no vuelve a dar señales de vida en la serie.

 

3.19.74.[76]. Requiem for Methuselah (Réquiem por Matusalén). 14/2/1969.

D: Murray Golden.

G: Jerome Bixby[28].

I: James Daly, Louise Sorel.

            La Enterprise está asolada por una epidemia, y Kirk, Spock y McCoy bajan a un planeta en busca del elemento que, sintetizado, cura la enfermedad. Pero en el lugar, que creían desierto, habita un anciano con su hija adoptiva y un robot de poderes increíbles.

            En un principio, el arranque parece reinterpretar la premisa de Planeta prohibido, con el hombre acompañado de su hija (aquí adoptiva) junto a un asombroso robot; inclusive el hombre proyectará el monstruo de Id que crean sus celos, en esta ocasión por medio del propio robot. Sin embargo, después Bixby desvía la trama por medio de dos interesantísimos conceptos; por un lado, el descubrimiento de que la chica es un androide que paulatinamente va adquiriendo conciencia humana (esto supone un precedente al personaje de Data); por otro lado, el hombre es inmortal, lleva viviendo casi cinco milenios, y ha sido cientos de personas, entre ellas Leonardo da Vinci y Brahms. Esta última idea, la del ser humano que sobrevive eras cambiando de personalidad, la reaprovechó después Bixby en su guion de la excelente película The Man from Earth [dvd/tv: The Man from Earth, 2007], de Richard Schenkman.

            Cabe mencionar que el plano del palacete que habita Flint es una pintura matte reaprovechada de “The Cage”, que en la versión remasterizada es reemplazada por una nueva toma (creada por ordenador). Además, Rayna, la androide, tiene como apellido Kapec, autor de la obra R.U.R. (ya mencionada), donde se popularizó el término «robot».

 

3.20.75.[75]. The Way to Eden (El camino al Edén/El camino a Edén). 21/2/1969.

D: David Alexander.

G: Arthur Heinemann, s/a Michael Richards [D. C. Fontana][29].

I: Skip Homeier, Charles Napier, Mary Linda Rapelye, Deborah Downey.

            La Enterprise intercepta una nave robada y teletransporta a sus ocupantes antes de que estos, con su inconsciencia, destruyan el vehículo. Son un grupo de rebeldes, liderados por un loco, que van en busca del Edén.

            Con anterioridad mencionamos que Star Trek era una serie ambientada en el futuro pero que hablaba del presente. Eso se puede inferir, de un modo especial, por el presente capítulo, donde se refleja la cultura hippie que imperaba en la época. En todo caso, eso no significa que sea un buen capítulo, pues se trata de uno de los más flojos de la serie, con un tratamiento ingenuo y un exceso de canciones. De igual modo, se pretende criticar la actitud inconsciente de la juventud del momento, pero al mismo tiempo se les justifica de algún modo, al mostrar cómo son manejados por gente con otros intereses. Parece que no tenían muy claro qué enfoque dar al producto.

            En el guion original, la chica, Irina Galliulin, nada tenía que ver con Chekov, sino que era, Joanna McCoy, hija del doctor[30], y se enamoraba (y manipulaba) a Kirk; D. C. Fontana reescribió todo, bajo el seudónimo de Michael Richards, aunque la base original ha sido usada en algunas novelas.

 

3.21.76.[74]. The Cloud Minders (Los guardianes de la nube). 28/2/1969.

D: Jud Taylor.

G: Margaret Armen, s/a David Gerrold, Oliver Crawford[31].

I: Jeff Corey, Diana Ewing, Chalene Polite.

            Un planeta sufre una plaga, y la cura solo se halla en un lugar a donde la Enterprise se traslada. Se trata de Ardana, donde hay habitantes en la superficie, los rebeldes, que trabajan en las minas, y otros en la ciudad aérea de Stratos, con todas las comodidades habidas.

            Los trabajadores que hincan el callo para que una élite siga de modo permanente en su lugar privilegiado, y que aún hoy día impera en gran parte de nuestra sociedad, es la base temática para este interesante episodio. Aquí, esa élite vive, literalmente, en una nube, mientras que el grupo explotado trabaja en las minas, sin serle otorgado ningún privilegio. Kirk y Spock mediarán para solventar tal desequilibrio social.

            El capítulo muestra una sugerente imagen, habitual en la literatura de ciencia ficción, como es la de la ciudad flotante, aquí enclavada en una nube. Además, tenemos como actor invitado al excelente Jeff Corey, como el líder de la ciudad aérea. Cabe destacar también una escena en la cual Spock reflexiona sobre los acontecimientos, haciendo una especie de resumen para el espectador, como si se pensara que este no tuviera clara la situación. El argumento original de David Gerrold era más pesimista, y no solventaba la situación; los productores hicieron que Margaret Armen reescribiera la historia para darle una moraleja más positiva.

 

3.22.77.[77]. The Savage Curtain (El telón salvaje). 7/3/1969.

D: Herschell Daugherty.

G: Gene Roddenberry, Arthur Heinemann, s/a G. Roddenberry[32].

I: Lee Bergere, Barry Atwater, Phil Pine, Robert Herron.

            La Enterprise orbita un planeta volcánico, pero en el cual detecta, por imposible que parezca, cierta forma de vida. De pronto, ante la pantalla, volando hacia ellos, verán acercarse a Lincoln[33] posado en su sillón…

            De nuevo la serie recicla ideas de episodios previos. En este caso, se trata de una mezcla entre “Arena” y “Day of the Dove”, así pues, de nuevo tenemos dos grupos enfrentados como experimento por parte de una especie que quiere observar la diferencia entre el bien y el mal. El entorno es lo que aquí varía, la forma de presentarlo: en el lado del bien tenemos a Kirk y Spock, acompañados de nada menos que Lincoln y Surak, un héroe de Vulcano creador de la doctrina lógica vulcana; en el otro bando, una serie de villanos famosos, Genghis Khan, el klingon Khaless, Zora y el coronel Green[34]. El causante de todo es una forma de vida rocosa. El episodio es pésimo, y solo ofrece la peculiaridad de citar por vez primera a Surak, Khaless y Green, que serán utilizados después más veces en el Universo Trek.

 

3.23.78.[78]. All Our Yesterdays (Todos nuestros ayeres). 14/3/1969.

D: Marvin Chomsky.

G: Jean Lisette Aroeste[35].

I: Ian Wolfe, Mariette Harley.

            Una estrella está a punto de convertirse en nova; Kirk, Spock y McCoy bajan al planeta que lo orbita para salvar la población, pero descubren que casi toda ha huido… al pasado. Por accidente, Kirk irá a parar a una época similar a la de los mosqueteros, y McCoy y Spock a una era glacial.

            Quizás el episodio donde más al límite se ponen las situaciones, forzando el suspense, y aportando un elemento fallido como es la regresión moral de Spock, que sin embargo no acontece en McCoy. Por lo demás, simpático pero poco significativo. El escritor A. C. Crispin escribió dos novelas ambientadas en el mismo planeta, Yesterday’s Son y la secuela Time for Yesterday. El título es una cita shakespeariana, procedente de Macbeth.

 

3.24.79.[79]. Turnabout Intruder (La intrusa traidora). 3/6/1969.

D: Herb Wallerstein.

G: Arthur M. Singer[36].

I: Sandra Smith, Harry Landers.

            La Enterprise llega a un planeta donde Kirk se topa con una antigua pareja cuya relación no acabó del todo bien. Cuando están a solas, ella lo deja inconsciente de un disparo y por medio de un ingenio que hay en el planeta transfiere las personalidades de ambos al cuerpo contrario. Su intención es ser la capitán de la Enterprise.

            El último capítulo de la serie nos ofrece una obra maestra del humor, aún no sabemos si voluntario o no. La trama es totalmente desquiciada, y puede que como capítulo, siendo estrictos, sea bastante flojo; sin embargo, a cualquier aficionado a Star Trek que vea el episodio una vez conocidos los personajes no puede sino resultarle todo un regocijo ver los aspavientos, ataques de histeria, rabietas y gestitos que destila William Shatner en él, más sobreactuado que nunca.

            La fecha de emisión original del capítulo debiera haber sido el 28 de marzo, pero fue pospuesta al 3 de junio debido a la muerte del presidente Eisenhower, que aconteció el día de la emisión. Añadamos que el personaje del teniente Galloway, que aparecía (y moría) en el episodio “The Omega Glory” reaparece aquí. Ya con anterioridad Galloway se había convertido en Johnson en “Day of the Dove” para corregir ese error de continuidad.

 

Fin de serie

            Los productores, parece ser, una vez transigieron, pero después de la tercera temporada decidieron, al fin, cancelar de forma definitiva la serie[37]. No tenía suficiente audiencia, a lo cual «ayudaba» la pésima reubicación los viernes por la noche. Además, la NBC pensaba que la audiencia era mayoritariamente infantil, mientras que, según parece, el nivel medio de los seguidores era entre los dieciocho y los treinta y nueve años, en especial estudiantes y matrimonios jóvenes. Tras la cancelación de Star Trek, de hecho, se eliminó la manera de contabilizar la audiencia por una mera cuestión de cifras y se comenzó a estudiar de una manera demográfica.

            Leonard Nimoy recuerda:

         La serie tuvo que superar muchas trabas: el desinterés de las cadenas de televisión, los presupuestos reducidos, e intentaba ser buena ciencia ficción cuando Perdidos en el espacio era el modelo a seguir […] Casi no debería haberse hecho. La serie se produjo a pesar de todos los problemas y de sí misma.

            Justman añade: «Fue una apuesta arriesgada por parte de Desilu, pues nunca había tenido que afrontar las necesidades de una serie así». Y William Shatner apunta: «Rodábamos un episodio, y no exagero, por el mismo precio que hoy se paga por el catering. Por lo que cuesta alimentar al reparto y al equipo una semana y media, nosotros hacíamos un episodio. Nadie esperaba que la serie se hiciera famosa años después, así que no gastaron mucho dinero». Por su parte, D. C. Fontana referiría: «Quería ofrecer al público mi joven visión de la Humanidad. Mi visión del mundo y el mensaje de Gene Roddenberry era que los seres humanos vivíamos juntos».

            Pero eso se acabó, y la NBC dijo «basta». Star Trek había acabado. Ya no habría más viajes de la Enterprise, ya no habría más desplazamientos de exploración de nuevos mundos y civilizaciones. Eso se pensaba en ese tiempo, al menos.

 

 

La serie restaurada

            Recientemente la serie ha sido restaurada en su totalidad. Sin embargo, ya con anterioridad hubo un intento al respecto. En 1997, una empresa llamada Digitalstream presentó a Paramount un proyecto de restauración. Aparte de un «limpiado de cara», ofrecían eliminar los planos rodados con maquetas y reemplazarlos por nuevos diseños realizados con nuevos avances informáticos. Es decir, lo mismo que se ha terminado haciendo. Sin embargo, por algún motivo Paramount rechazó el ofrecimiento, que tuvo como tarjeta de presentación la restauración íntegra del episodio “The Doomsday Machine”. La empresa en cuestión desaparecería en el año 2000, resurgiendo en 2002 como empresa de venta y asesoramiento de video profesional. Pero durante los tres años que pasaron desde el rechazo del proyecto, Digistream ofreció al público varios fragmentos de los efectos especiales creados para el episodio, a modo de muestra de su capacidad de trabajo. Esto llamó la atención de Daren R. Dochterman, un aficionado a Star Trek que se ganaba la vida como ilustrador de storyboards para producciones de Hollywood.

Además, era un experto en animación 3D con Newtek Lightwave, el programa de CGI más importante de la época. Comenzó a realizar unos diseños preliminares de la nave Enterprise y los mostró en su página web personal, llamando la atención de Paramount, que preparaba la nueva edición de la primera película de Star Trek para el cine como conmemoración del 35 aniversario de la franquicia. Paramount se puso en contacto con Dochterman (que en ese momento pertenecía al equipo de ilustradores de Star Trek: Voyager) y le ofreció hacerse cargo de los nuevos efectos especiales para dicha película. Una vez acabado este trabajo, Dochterman presentó a Paramount la intro de la serie clásica restaurada con nuevos efectos visuales y un par de escenas espaciales sin terminar, recibiendo la misma respuesta que Digistream había tenido años antes: «Gracias, pero no». Dochterman, fan acérrimo del Star Trek clásico, creó http://www.trekenhanced.com y comenzó a colgar fragmento tras fragmento de sus avances, hasta que en 2003 tuvo el episodio completamente terminado.

            Lo presentó de nuevo a Paramount, que ya empezaba a notar el descenso de popularidad y audiencias de Star Trek: Enterprise, y volvió a ignorar la idea. En esta ocasión, la razón aludida por Paramount fue que los fans más veteranos de Star Trek no aceptarían de buen grado que se manipulara su serie fetiche. Dochterman, no obstante, recibió el beneplácito de Paramount para poder continuar trabajando en ello «por si algún día cambiamos de opinión», siempre y cuando no distribuyera el episodio completo. Dochterman, en su tiempo libre, continuó mejorando las escenas y ofreciéndolas a los fans. Pronto se corrió la voz entre los trekkies, y en ese lapso de tiempo Paramount decidió dar carpetazo a Star Trek: Enterprise en marzo de 2005 y dejar la franquicia en punto muerto. Durante los meses que siguieron a este hecho hicieron aparición los nuevos formatos domésticos de alta definición, el HD-DVD y el Blu-Ray. Las grandes productoras de Hollywood se decantaron mayoritariamente por el Blu-Ray, pero CBS-Paramount apostó por el HD-DVD. Necesitaban un producto atractivo para presentar al público, y por fin retomaron la idea de remasterizar la serie original de Star Trek (por segunda vez), pero incorporando la idea de sustituir los viejos efectos visuales con maquetas por modernos efectos generados por ordenador. La idea tiró adelante… pero con la participación de los diseñadores de efectos especiales de la propia compañía. Daren Dochterman no ha vuelto a trabajar para Star Trek desde entonces, aunque consiguió que Paramount le dejara exhibir su trabajo en Trekenhanced.com, en un vídeo de quince minutos que recogía todas las escenas generadas por ordenador para ese episodio.

            Así pues, el 31 de agosto de 2006, la CBS anuncia, con motivo del 40 aniversario de la serie original, «su regreso en emisión sindicada por primera vez en dieciséis años». La emisión comienza el 16 de septiembre de ese mismo año con “Balance of Terror” (es decir, no siguieron un orden minucioso), hasta finalizar con la serie en su totalidad.

            La nueva versión consistía en una «remasterización digital, con nuevos efectos visuales y música». Respecto a la música, aparte de rehacerla con las nuevas técnicas digitales, se colocó en la careta de todos los capítulos de las tres temporadas un mismo tema, el último de todos, con el fin de otorgar cierta unidad. Así, la composición fue re-grabada en estéreo digital, con una nueva vocalización por parte de la soprano Elin Carlson, y el monólogo de Shatner se remasterizó a partir de la grabación original.

            Respecto a la imagen, se fue más lejos. La maqueta de la Enterprise fue rehecha por ordenador, siguiendo de forma minuciosa el aspecto del modelo original, pero otorgándole una animación más dinámica. Otras naves, de igual modo, fueron rehechas del mismo modo. En todo caso, en aquellos episodios donde se ofrecían planos repicados de capítulos previos, se crearon nuevas naves, o se mostraron distintas perspectivas de planificación para otorgar una apariencia inédita. Igual método se empleó con los planetas. El aficionado está habituado a ver la Enterprise orbitando un planeta, siempre el mismo (aunque en ocasiones se variaba algo el color), debido al uso de planos de archivo; en la versión remasterizada se ha modificado el aspecto de cada planeta visitado.

 

            Mayor polémica ha creado la sustitución de las maravillosas pinturas matte originales (algunas debidas a gente del prestigio de Syd Dutton) por nuevos diseños por ordenador; se mantienen ciertos detalles, en teoría para respetar «el espíritu» de los originales. En una entrevista con la revista digital TVGuide.com, el supervisor del proyecto, Michael Okuda, refiere que «nos hemos tomado muchas molestias para respetar la integridad y estilo del original. Nuestro objetivo ha sido preguntarnos siempre: “¿Qué hubiera hecho Roddenberry por medio de la actual tecnología?”». Okuda, junto a su esposa Denise, acompañados de Dave Rossi, se hicieron cargo del proyecto, con Niel Wray como supervisor de los efectos visuales.

            Después de su exhibición en las televisiones norteamericanas, la primera temporada se editó en DVD y HD-DVD en noviembre de 2007. En febrero de 2008 estaba prevista la edición de las siguientes, pero se canceló con vistas a ver a qué conducía la «guerra» de formatos entre el Blu-Ray y el HD-DVD. Al fin, se editó la segunda temporada en agosto de 2008 en DVD y HD-DVD. En la actualidad están las tres temporadas editadas juntas en un pack, en DVD y Blu-Ray.

            De todas formas, Dochterman no se desvinculó por completo de Star Trek, como fan confeso que es, y ha prestado su maestría para diseñar la nueva Enterprise de la serie de fans Star Trek: Phase II (antes New Voyages), una vez que CBS-Paramount concedió al equipo la autorización para filmar los guiones que en 1977 fueron escritos para la segunda serie de Star Trek para televisión (la fenecida, y original, Phase II) y cuyo proyecto se vio abortado por el salto a la pantalla grande con la primera película dirigida por Robert Wise.

Luis Alboreca y

Carlos Díaz Maroto

 

[1] Revisado por Fred Freiberger y Arthur Singer. Lee Cronin, en realidad, es seudónimo de Gene L. Coon, tras las muchos cambios utilizó ese alias.

[2] Revisiones de Arthur Singer y Fred Freiberger.

[3] Revisiones de Arthur Singer y Fred Freiberger.

[4] Basado en un tratamiento no solicitado de Aroeste titulado “Miranda”. Tuvo revisiones de Arthur Singer y Gene Roddenberry.

[5] Al final, cuando el embajador se teletransporta a su destino, también metido en el arcón, Spock procederá aún con el visor puesto; sin embargo, Kirk estará presente sin protección alguna.

[6] El título original era “Execution, 1872”, y luego “The Last Gunfight”, que es el que conserva en la novelización de James Blish. De nuevo, Coon firma con el seudónimo de Cronin. Fue revisado por Arthur Singer y Fred Freiberger.

[7] La emisión original de este episodio se produjo un día antes del 87 aniversario del duelo.

[8] El duelo tuvo lugar en realidad a las 14:47, pero aquí ha sido variado sin duda por motivos dramáticos.

[9] Esta es la tercera vez que DeForest Kelley interviene en el duelo. La primera vez fue en la serie de televisión You Are There (1953-1957), en concreto en el episodio “The Gunfight at the O.K. Corral (October 26, 1881)” emitido en 1955 [4.8], donde encarnaba a Ike Clanton; dos años después, en la obra maestra de John Sturges Duelo de titanes (Gunfight at the O.K. Corral), Kelley tendría el honor de encarnar a uno de los hermanos Earp, Morgan. Y esta será la tercera.

Una imagen del clásico de John Sturges. Kelley está al final

[10] Dentro de una filmografía asentada sobre todo en televisión, su primer largo para cine fue un curioso wéstern, Los malvados de Firecreek (Firecreek, 1968).

[11] Título del guion original, “For They Shall Inherit”, que procede de una cita de Jesús, «Blessed are the meek: for they shall inherit the earth», esto es, «Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad». Tuvo revisiones de los inevitables Freiberger y Singer.

[12] Inicialmente fue considerado Joseph Campanella para el papel. En todo caso, en el guion originario se trataba del klingon Kor, interpretado por John Colicos con anterioridad, pero el actor se hallaba comprometido en otro trabajo y no pudo repetir el rol, por lo cual fue variado. Ansara repetiría su papel de Kang en sendos episodios de DS9 y VOY, “Blood Oath” y “Flashback”, respectivamente.

[13] Revisiones de Fred Freiberger.

[14] Sin embargo, dirigió sobre todo televisión, con infinidad de episodios de gran variedad de series de toda temática. Cabe resaltar, en todo caso, un magistral capítulo de Twilight Zone titulado “The Midnight Sun”, con la Tierra saliéndose de su órbita y aproximándose paulatinamente al Sol.

[15] El concepto del viaje espacial multigeneracional fue planteado en un artículo inédito de 1918 por Robert Goddard.

[16] Guion no solicitado, titulado inicialmente “In Essence – Nothing”. Revisiones de Singer y Freiberger.

[17] La Defiant reaparecerá en el episodio de Enterprise titulado “In a Mirror, Darkly”, que revela el destino de la nave.

[18] Esa parte de la premisa es idéntica al arranque de la estupenda co-producción hispano-italiana Terror en el espacio / Terror nello spazio (1965), de Mario Bava, estrenada en Estados Unidos como Planet of the Vampires.

La magistral Terror en el espacio

[19] Título del borrador inicial, “The Sons of Socrates”. Ese borrador puede ser leído aquí (en inglés): The Sons of Socrates (orionpressfanzines.com). Revisado por Singer y Freiberger.

[20] Miguelito Loveless en la mítica serie Jim West (The Wild Wild West; 1965-1969).

[21] Esa misma idea aparece en la anteriormente mencionada Terror en el espacio. En este caso, a los extraterrestres solo se les puede vislumbrar de forma ocasional por el rabillo del ojo. La idea, en realidad, ya estaba en un relato de H. G. Wells, “The New Acelerator” (1901). En español, por ejemplo, en Cuentos completos (Valdemar, 2019).

[22] Guion no solicitado, titulado originalmente “The Answerer”. Revisiones de Singer y Freiberger. Muskat era una fan de la serie que logró vender su idea.

[23] Parece ser que este episodio procede de una propuesta para la primera temporada titulada “Portrait in Black and White”. Después también tuvo los títulos de “Down from Heaven” y “Down from Heaven, Up from Above”.

[24] Stanley Adams con anterioridad interpretó a Cyrano Jones en el episodio “The Trouble with Tribbles”. El actor estaba muy concienciado con la sobrepoblación y tuvo alguna conversación al respecto con Roddenberry durante el rodaje de aquel capítulo. De ahí derivó la premisa del presente, titulada “No Place To Die”. Revisiones por Arthur Singer y Fred Freiberger.

Cyrano Jones. El personaje reaparecería en la serie de animación

[25] La premisa procede del concepto “Star Trek Is…”, con una idea similar a “The Radiant One”. Fontana escribió un boceto con el título de “Survival”, que Lucas convirtió en guion. Tuvo revisiones por parte de Singer y Freiberger varias veces, y finalmente Fontana utilizó el seudónimo citado, de lo frustrada que quedó con los cambios.

[26] Shari Lewis era ventrílocua y marionetista, así como fan de Star Trek, que escribió este episodio, con el título de “Sentry 7”, junto a su marido, Jeremy Tarcher. Ella también deseaba interpretar al personaje de la teniente Romaine, pero no fue escogida. Cuando ella le ofreció a Freiberger esta idea, él lo rechazó, alegando que ya tenían una idea similar; cuando ella llegó con una segunda propuesta, le aceptó la primera, diciendo que la que tenían había sido desechada. Tuvo las inevitables revisiones por parte de Singer y Freiberger.

[27] Existe una web precisamente con ese nombre, dedicada al Universo Trek en su integridad, altamente recomendable, y centrada en el canon oficial, aunque a veces incluye datos fuera del mismo. Existe una contrapartida, Memory Beta, que equilibra más la información entre ambos tipos de fuentes, también recomendable.

[28] Revisiones de Singer y Freiberger. En una de las primeras versiones del guion, Flint también había sido Jesucristo y Moisés, pero fue eliminado para no provocar «repercusiones» en espectadores con creencias religiosas. También había sido Picasso, pero eso se eliminó por posibles repercusiones legales, pues cuando se rodó el episodio el artista aún vivía.

[29] El guion parte de un esquema de D. C. Fontana titulado “Joanna”. Heinemann escribió el guion, que tuvo revisiones de Singer y Freiberger. Como siempre, los cambios perpetrados no gustaron a la escritora, que usó su seudónimo habitual para estos casos.

[30] Volverá a ser citada en el episodio de la serie animada titulado “The Survivor”. Nunca aparecerá en ningún capítulo de serie alguna ―estaba prevista para uno de la cuarta temporada―, aunque figura en la continuidad trek.

Star Trek, the Animated Series: «The Survivor»

[31] Guion basado en una historia de Gerrold titulada “Castles in the Sky”. Freiberger asígnó a Crawford, que ya había escrito dos guiones previos para la serie, para colaborar en el libreto con Gerrold, dado que no confiaba en alguien tan joven. Freiberger acabó despidiéndoles, y asignó una nueva redacción a Margaret Armen, que lo tituló “Revolt”. Tendría revisiones de Singer y Freiberger. En la novelización de James Blish, el título en consignado erróneamente como “The Cloud Miners”.

[32] La idea procede de “Star Trek Is…”, de un boceto titulado “Mr. Socrates”.

[33] La primera elección para encarnar a Lincoln fue Mark Lenard, pero otros compromisos le impidieron acceder a ello.

[34] El coronel Green reaparecería en el episodio “Demons” de Enterprise, Kahless en diversos de La nueva generación y Surak en diversos de Enterprise.

[35] Basado en un boceto de Aroeste titulado “A Handful of Dust”. Ella misma escribió el guion, que luego fue revisado por Singer y Freiberger.

[36] Basado en una idea de Roddenberry. Freiberger haría una revisión.

[37] La serie que pusieron en su lugar fue El precio de la fama (Bracken’s World, 1969-1970), un drama ambientado en el mundo de los negocios de cine, protagonizado por la gran Eleanor Parker, que duró dos temporadas, funcionando solo la primera.

Bracken’s World tomó el relevo de Star Trek