El doctor Carl Stoner, un herpetólogo, experimenta con seres humanos para convertirlos en serpientes. Ya lo hizo con anterioridad con un ayudante, cuya transformación quedó a medias y que cedió a un organizador de espectáculos de feria. Ahora recibe a un nuevo ayudante, David.

Dirección: Bernard L. Kowalski. Producción: Universal Pictures, Zanuck/Brown Productions. Productor: Daniel C. Striepeke. Productores delegados: David Brown, Richard D. Zanuck. Productor asociado: Robert Butner. Guion: Hal Dresner, según argumento de  Daniel C. Striepeke. Fotografía: Gerald Perry Finnerman. Música: Patrick Williams. Montaje: Robert Watts. Dirección artística: John T. McCormack. FX: John Chambers, Nick Marcellino, Daniel C. Striepeke (diseño del maquillaje). Intérpretes: Strother Martin (Dr. Carl Stoner), Dirk Benedict (David Blake), Heather Menzies-Urich (Kristina Stoner), Richard B. Shull (Dr. Ken Daniels), Tim O’Connor (Kogen), Jack Ging (sheriff Dale Hardison), Kathleen King (Kitty Stewart), Reb Brown (Steve Randall), Ted Grossman (comisario Morgan Bock), Charles Seel, Ray Ballard, Brendan Burns, Rick Beckner, Jim Drum, Ed McCready, Frank Kowalski, Ralph Montgomery, Michael Masters, Charlie Fox, Felix Silla, Noble Craig, Bobbi Kiger, J.R. Clark, Chip Potter, James Bacon, Jim Galante, Dick Kleiner, Burt Prelutsky, Vernon Scott, Dorothy Treloar… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1973. Duración y datos técnicos: 99 min. – color – 1.85:1 – Technicolor – 35 mm.

Daniel C. Striepeke (1930-2019) fue un experto en maquillajes de efectos especiales, que tuvo nominaciones al Oscar dos veces, por Forrest Gump (Forrest Gump, Robert Zemeckis, 1994) y por Salvar al soldado Ryan (Saving Private Ryan, Steven Spielberg, 1998), dos películas de gran producción, pero él comenzó desde abajo. Ya en 1968 tuvo una nominación al Emmy por el maquillaje de un episodio de la serie Perdidos en el espacio (Lost in Space, 1965-1968), en concreto el titulado «Destructores del espacio» («The Space Destructors», 1967 [3.6]), y en sus inicios participó en títulos del género como The Magic Sword [tv/dvd: La espada mágica, Bert I. Gordon, 1962] o la innovadora El planeta de los simios (Planet of the Apes, Franklin J. Schaffner, 1968). En los años setenta tuvo la idea de un maquillaje también innovador para convertir a un ser humano en una serpiente, y concibió un boceto argumental en el cual encajar dichos efectos, que luego convirtió en guion Hal Dresner, en la que es su única película de la temática, aunque en televisión participó varias veces en Galería nocturna (Night Gallery, 1969-1973).

Aquí tenemos pues a un experto herpetólogo, que parece tener mucho escepticismo acerca de la especie humana, y siente más afinidad con los reptiles. Piensa que los humanos están abocados a la extinción, y refiere que «en cincuenta años los recursos energéticos se habrán agotado». Para ello realiza sus experimentos, para que el ser humano, convertido en serpiente, logre sobrevivir a la extinción. Al fin y al cabo, se trata de un científico loco, no se le puede pedir lógica a sus ideas. La única conexión con la realidad que tiene el hombre es su joven y atractiva hija, Kristina, que también trabaja con él. Tuvo un ayudante, Tim, con el que ya efectuó experiencias, pero la mutación quedó a medias, así que vuelve a intentarlo con otro muchacho, David, alguien que, en todo caso, tampoco es muy inocente: cuando Stoner le aborda está siendo amenazado por un grupo de compañeros de universidad, pues aparenta ser el típico guapetón que seduce a las chicas y luego las abandona; en esta ocasión, parece haber dejado embarazada a una muchacha y el hecho no le preocupa en absoluto. Es curioso que uno de los que le amenazan sea Steve, el cachas descerebrado del instituto, y todo un matón.

Gran parte del metraje se centra en la estancia de David en el laboratorio de Stoner, sito en un rancho de las afueras, y donde los fines de semana efectúan exhibiciones al público con las serpientes, para conseguir cierta recaudación económica con el fin de ayudar en las investigaciones. Por supuesto, David conoce a Kristina y arranca el idilio. Mientras, el doctor comienza a administrarle dosis del suero conversor, aduciendo que se trata de un antiveneno contra las serpientes, por si le picaran. Durante una hora de película, pues, el metraje se centra en esto, y en verdad capta el interés, no solo por diversas escenas pedagógicas con respecto a las serpientes, sino porque los personajes, pese a su sencillez, tienen cierto atractivo, y la trama resulta atrayente.

Es una lástima que su director, Bernard L. Kowalski, le aplique una técnica tan televisiva a la narración. Kowalski (1929-2007) había debutado en el cine al lado de Roger Corman: suyos son los clásicos menores del género Night of the Blood Beast (1958) y Attack of the Giant Leeches [tv: El ataque de las sanguijuelas gigantes / El pantano diabólico, 1959], y su mejor película puede que sea la catastrófica Al este de Java (Krakatoa: East of Java, 1968). Pero ya desde 1956 trabajaba activamente en televisión, y a lo largo de su carrera dirigiría episodios para series como El rebelde, Perry Mason, Los intocables, Misión: imposible, Banacek, Colombo, Baretta, El coche fantástico, Jake y el Gordo o Diagnóstico asesinato, por solo citar en las que más activo estuvo, aunque cabe reconocer que muchas de ellas fueron de gran nivel y con resultados narrativos más elevados de la media. Aquí parece estar dirigiendo un telefilm, y muchos planos los resuelve con una narrativa tradicional de ese medio, con gran supeditación a los zooms. Hay que destacar la escena del baño en el lago, donde se intenta ocultar los traseros de Dirk Benedict y Heather Menzies con hojas dibujadas en un cristal frente al objetivo; en todo caso, el desnudo de Reb Brown es bastante más explícito en la escena de la ducha, pese a ser a través de una cortina.

El plato fuerte del film, en realidad, es un guion llano pero firme, que mantiene muy bien el suspense, unos efectos especiales que, vistos hoy día, pueden resultar decepcionantes, en especial la conversión final por medio del paro de imagen, pero que exhiben una labor artesanal impresionante, y un reparto bastante atractivo, encabezado por Strother Martin, eterno secundario en wésterns de Sam Peckinpah, por ejemplo, y que aquí tiene el honor de detentar un excelente personaje. Los productores delegados, David Brown y Richard D. Zanuck, unos años después decidieron hacer otra película con un animalito, un tiburón, y tuvieron mucho más éxito comercial.

 

Anécdotas

  • Títulos alternativos: Hissssss / SSSSnake.
  • Título en Argentina: El hombre cobra. Título en México: Sssssss.
  • En 1975 la Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films la nominó a mejor película de ciencia ficción.
  • El film participó en el Festival international du film fantastique d’Avoriaz 1974.
  • Rodada con un presupuesto estimado de 1.300.000 dólares.
  • Los actores interactúan con serpientes venenosas auténticas, salvo en el plano en el cual Strother Martin agarra la cabeza de una cobra, donde se usó un muñeco. Una pitón fue traída de Singapur, y también cinco cobras reales «recién capturadas» de Tailandia, de 25 a 40 cm de largo. La mayoría de las veces las cobras querían escapar y no querían alzarse en el característico «rack de ataque» tan necesario para rodarlas.
  • El maquillaje de Dirk Benedict tardaba hasta siete horas en serle aplicado en los estadios finales.
  • La película es el debut cinematográfico del actor Reb Brown.
  • Se rodaron dos versiones alternativas de la escena de baño de Heather Menzies, mostrando más o menos carne.
  • Estrenada en Estados Unidos en julio de 1973, en programa doble con El niño que lloraba al hombre lobo (1973), siendo el último programa doble estrenado por la Universal. En España se estrenó el 17 de mayo de 1976.

 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra