Tras estar estudiando años fuera, Corringa regresa al hogar familiar, un castillo sito en las Highlands de Escocia. En la mansión vive un grupo variado de gente con secretos ocultos, y un gato pelirrojo contempla a todos con displicencia. En ese contexto comienza a producirse una serie de crímenes.
Dirección: Antonio Margheriti [acreditado como Anthony M. Dawson]. Producción: Falcon International Film S.r.l., Roxy Film GmbH & Co. KG, Capitole Films. Productor: Luigi Nannerini. Guion: Antonio Margheriti, Giovanni Simonelli, con diálogos adicionales de Ted Rusoff, a partir de una novela de Peter Bryan. Fotografía: Carlo Carlini. Música: Riz Ortolani. Montaje: Giorgio Serrallonga. Dirección artística: Ottavio Scotti. Intérpretes: Jane Birkin (Corringa), Hiram Keller (Lord James MacGrieff), Françoise Christophe (Lady Mary MacGrieff), Venantino Venantini (padre Robertson), Doris Kunstmann (Suzanne), Anton Diffring (Dr. Franz), Dana Ghia (Lady Alicia), Konrad Georg [acreditado como George Korrade] (Campbell), Serge Gainsbourg (inspector de policía), Luciano Pigozzi [acreditado como Alan Collins] (Angus), Bianca Doria (Janet Campbell), Franco Ressel (sacerdote), Alessandro Perrella (policía), Bruno Boschetti (policía bigotudo), Massimo Ciprari (policía en el sótano), Tom Felleghy (hombre en el funeral), Silvio Klein (enterrador)… Nacionalidad y año: Italia, Francia, Alemania 1973. Duración y datos técnicos: 95 min. color 2.35:1.
En la Europa de finales de los sesenta y principios de los setenta se dio abundantemente el fenómeno de la coproducción dentro del cine de género (y también en el de autor). Los países que hacían películas de terror o spaghetti-wésterns y que se aliaban entre sí para ello solían ser Italia, España, Francia y/o Alemania, por lo general, y las cintas que de ahí surgían, de un modo u otro, reflejaban la idiosincrasia de sus lugares de origen. Eso puede detectarse en Siete muertos en el ojo del gato (La morte negli occhi del gatto / Les diablesses / Sieben Tote in den Augen der Katze, 1973), realizada entre Italia, Francia y Alemania, que manifiesta, en cierta manera, el espíritu del cinema Bis de aquellas nacionalidades.
En cierto sentido, podría decirse que los modales por los cuales transita este film del italiano Antonio Margheriti podrían ser los del giallo tan característico de sus tierras de origen, con esos crímenes cometidos por una presencia misteriosa y algo retorcidos; sin embargo, también tiene portes muy propios del krimi alemán, como es esa intriga de asesinatos envuelta en un escenario que remite al género de terror, con castillo misterioso de por medio; y, además, ofrece cierta sofisticación muy francesa, con ambientación de época (parece ambientarse en la década de los veinte del pasado siglo) y lucha de clases (aunque eso también se daba en el cine italiano).
Detengámonos un poco en sus precedentes alemanes. En 1970 la productora Luggi Waldleitner, con sede en Múnich, quería originar un thriller criminal bajo el título de Corringa, a partir de un guion de Manfred Purzer y dirigido por Alfred Vohrer. Como este, habitual precisamente de muchos krimis, se hallaba ocupado con otros proyectos, el presente sufrió una demora y, finalmente, se acordó la coproducción y el guion fue reescrito.
En los créditos consta que la cinta está basada en una novela de Peter Bryan. Ese tal Peter Bryan podría ser el inglés que trabajó como cámara para algunas películas de la Hammer, y luego se pasó al campo del guion, donde escribió, por ejemplo, para El perro de Baskerville (The Hound of the Baskervilles, 1959), Las novias de Drácula (The Brides of Dracula, 1960), ambas de Terence Fisher, o The Plague of the Zombies [dvd/tv: La plaga de los zombies, 1966], de John Gilling. Pero también podría representar el seudónimo anglosajón de cierto escritor italiano de algún ignoto bolsilibro. Pero lo más seguro es que se trate de una invención, y ni autor ni novela existan, pues esto era algo también común en las coproducciones europeas, donde se sacaban de la manga algún origen literario para otorgar de cierta pátina respetable al producto.
Así pues, este guion casi seguro que original fue redactado por Margheriti junto a Giovanni Simonelli, habitual en el spaghetti-wéstern de la época, en los poliziescos y también en algunas de las películas de nuestro realizador. Se trata de una intriga criminal retorcida, donde solo el gato es testigo de los crímenes que se perpetran, aunque, como dice un personaje, «él no puede hablar». Habrá que adivinar, como en un whodonit, quién es el asesino, y ahí hay todo tipo de sospechosos, así los turbios familiares, uno de los cuales dicen que está loco, el misterioso médico, la voluptuosa y bisexual profesora de francés, el mayordomo o incluso un gorila que vive ahí, y que no aporta más a la trama que su psicotrónica presencia.
El guion es un desbarajuste sin sentido, y cuando al final se desvela quién es el criminal, la reacción del espectador es: «Ah. Vale». Por acumular, incluso se plantea que en la familia existe la leyenda de que quien sea asesinado por un pariente regresará como vampiro para vengarse. Algo que aporta tan poco como el gorila. Pero Margheriti dirige el conjunto con cierta elegancia, dentro de los cánones de las producciones europeas de aquel entonces. La ambientación de época ayuda a esa distinción, y las escenas en la capilla, con la luz atravesando las cristaleras de colores, ocasionan una atractiva imaginería.
Lo más lucido, acaso, sea un reparto un tanto atípico. Protagoniza la londinense Jane Birkin, en una época en la cual estaba muy de moda en Europa, como cantante o como actriz. Aquí está muy hermosa, y luce de modo aceptable como ingenua asustada. Sorprende que no aparezca desnuda, cuando ya había hecho alguna película subidita de tono, pero muestra alguna transparencia. También tenemos al huraño Venantino Venantini como sacerdote, al alemán Anton Diffring en su socorrido rol turbio, y a uno de los habituales de este tipo de coproducciones, el italiano Luciano Pigozzi, encubierto tras su habitual seudónimo de Alan Collins. E igualmente contamos con la aparición de Serge Gainsbourg, en aquel entonces marido de la Birkin[1], y que se muestra en un papel de inspector de policía que roza la parodia.
Los personajes, como hemos dicho, son turbios y enigmáticos. No porque el guion los haya construido complejos, sino más bien lo contrario. Se escamotea información, los diálogos son esquinados e incompletos, y los actores miran con expresión seria para aparentar que ocultan inextricables secretos. De vez en cuando se aporta algún desvelamiento más propio de un culebrón televisivo. Así pues, hay que esperar a que algún asesinato aliente la función ―siempre presagiado por la visión del lindo gatito―, se ofrezca alguna tímida escena de sexo o alguna discusión animada. Lo que no es muy animada es la propia película, pero vamos, tampoco irrita demasiado.
Anecdotario
- Títulos de coproducción: Les diablesses (Francia) / Sieben Tote in den Augen der Katze (Alemania).
- Título alternativo en España, para vídeo: La muerte en los ojos del gato (editado por Video Disco).
- Título en México: Siete muertes en los ojos del gato.
- Título anglosajones: Seven Deaths in the Cat’s Eyes / Cat’s Murdering Eye.
- El film se rodó entre febrero y marzo de 1972. Las tomas interiores tuvieron lugar en Roma, y el castillo escocés Dragstone estaba en realidad a unos cincuenta kilómetros de Roma; es el Castello Massimo en Arsoli.
- A lo largo de la película sale un gorila; sin embargo, en los diálogos se le define como un orangután.
- La partitura de la película, obra de Riz Ortolani, utiliza pistas de anteriores cintas dirigidas por Margheriti, como El justiciero rojo (La vergine di Norimberga, 1963) y Danza macabra [dvd: Danza macabra, 1964].
- Estrenada en Italia el 12 de abril de 1973, en Alemania el 7 de diciembre de 1973, en Francia el 23 de enero de 1974 y en España el 1 de abril de 1974, en Madrid.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: **
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Jane Birkin y Serge Gainsbourg se conocieron durante el rodaje del film francés Slogan (Slogan, Pierre Grimblat, 1969), de la cual interpretaron juntos el tema principal, «La chanson de Slogan», compuesta por él. En 1967 Gainsbourg había escrito «Je t’aime… moi non plus», que interpretó junto a Brigitte Bardot. Sin embargo, en 1969, Gainsbourg grabó una nueva versión, ahora cantada junto a Jane Birkin, y se convirtió en un éxito mundial.