En Allariz aparecen sucesivamente los cadáveres de diversas personas en los bosques. Pronto corre el rumor de que un hombre lobo ronda la región. Las sospechas comienzan a recaer sobre Manuel Romasanta, un buhonero.

Dirección: Paco Plaza. Producción: Filmax, Fantastic Factory, Castelao Productions, Future Films. Productor: Julio Fernández. Co-productor: Albert Martínez Martín. Productores ejecutivos: Carlos Fernández, Julio Fernández. Co-productor ejecutivo: Stephen Margolis. Productores asociados: Carola Ash, Zaza Ceballos. Productor creativo: Brian Yuzna. Guion: Elena Serra, Alberto Marini, según argumento de Alfredo Conde. Fotografía: Javier Salmones. Música: Mikel Salas. Montaje: David Gallart. Diseño de producción: Balter Gallart. FX: David Martí (supervisor de efectos de maquillaje), Juan Ramón Molina (coordinador de efectos especiales), Jaume Vilaseca (supervisor de efectos visuales). Intérpretes: Julian Sands (Manuel Romasanta), Elsa Pataky (Bárbara), John Sharian (Antonio), Gary Piquer (fiscal Luciano de la Bastida), David Gant (profesor Philips), Maru Valdivielso (María), Luna McGill (Teresa), Carlos Reig-Plaza (Gómez), Reg Wilson (juez), Ivana Baquero (Ana), Laura Mañá (Antonia), Sergi Ruiz (Francisco), Itziar Fenollar (Benita), Carlos Sante, Jaume Montané, Arantxa Peña, Anna Estellés, Ben Temple, Tacho González, Pep García, Alejandra Juno, Jesús Berenguer, John Easthman, Macarena Gómez… Nacionalidad y año: España, Reino Unido 2003. Duración y datos técnicos: 95 min. color 2.35:1.

 

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Paco Plaza es uno de los nombres fundamentales del reciente cine fantástico español. Cuando dirigió Romasanta (2003) para la controvertida Fantastic Factory ya se había hecho cargo de un cuarteto de cortometrajes, un documental —OT, la película (2002)— y su debut en el campo del largo de ficción, El segundo nombre (2002), un título interesante pero contagiado de cierto distanciamiento por la declamación en inglés de todos sus intérpretes. Basada aquélla en una novela de Ramsey Campbell, sin embargo ésta su segunda película de ficción —y que en principio debía haber dirigido el norteamericano Chuck Parello— partía de un elemento más autóctono como era la leyenda (real) de Romasanta, un buhonero, más conocido como O Lobishome —el hombre lobo— de Allariz, que, en la Galicia de mediados del siglo XIX, cometió varios asesinatos; el mismo caso real dio lugar al estupendo film El bosque del lobo (1970), de Pedro Olea, con José Luis López Vázquez como protagonista, y que aquí es reemplazado por el rubio, guapo y británico Julian Sands, sin ningún tipo de parecido con el personaje real al que interpreta, al contrario que el actor español.

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«Ten cuidado dónde pones los pies; esto está lleno de trampas para lobos», le advierte Manuel, el protagonista, a su esposa. Frase tan elemental en apariencia es la que sienta las coordenadas por las cuales discurre el filme, donde ser humano y lobo se equiparan de forma constante. Así, si el lobo supone un peligro para el hombre, el propio hombre representa un peligro para la bestia, como se percibe desde las primeras imágenes de la cinta. En ese arranque vemos a Bárbara, cuñada de Manuel, amenazada por un lobo; aquél aparece, y de inmediato el animal se siente achantado y escapa. Existe la leyenda de los loberos, hombres y mujeres que tenían la capacidad de controlar a los lobos, con los cuales, a veces, corrían y cazaban como uno más. Manuel tiene esa capacidad innata por su condición, que tardaremos en confirmar a lo largo de la película. Sin embargo, la sospecha pronto aparece, dados los rasgos lobunos del rostro de Julian Sands y, sobre todo, la capacidad que tiene de oír más allá que cualquier ser humano normal —curiosamente, su sobrina es sorda, como si el exceso de disposición de él medrara las de quienes están con él—. Amén del mito del lobero, también se da cita en Romasanta otro mito de raigambre española y propia de esos tiempos —la cinta se ambienta en 1855— como es el Sacamantecas.

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Como bien sabemos (o creemos saber), Manuel Blanco Romasanta fue un hombre con algún desequilibrio psicopatológico que lo impulsó a matar y que, en aquella España inculta y supersticiosa, fue considerado un hombre lobo. En la película, realidad y mito se fusionan, y al tiempo que se nos ofrece una crónica de aquella época, se incursiona en el mundo de la fantasía, ofreciéndosenos un licántropo auténtico. Es curioso resaltar que, salvo error, esta es la primera vez en la historia del cine en la cual se ofrece un elemento inherente al mito que nunca se ha visto, y que es que, aun luciendo la luna llena, si hay lluvia el hombre lobo vuelve a su condición humana. Esa escena, además, sirve para mostrar una secuencia de transformación que puede adherirse a los grandes títulos de la temática con la calificación de antológica. Curiosamente, esta vez no veremos la conversión de hombre en lobo, sino de lobo en hombre. La lluvia disuelve la pelambrera, y vemos un cuerpo informe cubierto de algo similar a una placenta; es como si asistiéramos a un parto, como si cada conversión supusiera un nuevo nacimiento. Al hilo de esto, el otro personaje enigmático del film referirá: «Romasanta no es humano. Es un lobo. Se convierte en hombre para seducir y matar a sus víctimas». Más adelante, el propio Romasanta repetirá su condición de lobo que a veces se convierte en hombre.

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En el ámbito fantástico conviene destacar de igual modo la peculiar pareja conformada por el profesor Phillips (David Gant) y el fiscal Luciano de la Bastida (Gary Piquer, posterior Sherlock Holmes en Holmes & Watson. Madrid Days de José Luis Garci), que conforman una especie de detectives de lo sobrenatural. Precisamente, Paco Plaza tuvo intención de hacerlos protagonistas de una serie televisiva narrando las aventuras ficticias de ambos personajes enfrentados a diversos casos sin explicación. Sin embargo, ninguna de nuestras carpetovetónicas televisiones mostró el más mínimo interés por el proyecto.

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El guion de Elena Serra y Alberto Marini hilvana con habilidad las vertientes realista y mágica, componiendo un todo unitario que no termina de ceder a ninguno de ambos lados de la balanza, consiguiendo un equilibrio sugestivo; véase que la única escena «explícita» que tenemos, la referida conversión, la vemos como plasmación de las palabras de Antonio. ¿Es, pues, Romasanta —y el propio Antonio— un hombre lobo, o solamente es un loco que se cree una bestia?

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En el plano interpretativo, es una lástima que la trama ceda tanta atención al personaje de Bárbara, pues la actriz que lo encarna, Elsa Pataky, sencillamente no es creíble (aunque está mejor que en cometidos posteriores y más famosos). Julian Sands, por su parte, proporciona una encarnación creíble, aún con su físico tan británico. Destaquemos también un magnético John Sharian como Antonio, y la aparición de una jovencísima Ivana Baquero en lo que fue su debut en la pantalla, con diez años.

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Paco Plaza rueda el filme con fuerza, cediendo el adecuado equilibrio, aquí también, entre elaboración visual y cadencia narrativa; otros realizadores se vuelcan en exceso a la creación de una estética atractiva por encima de la narración, sin embargo Plaza ha demostrado ser uno de nuestros cineastas especializados en lo fantástico con más fuste, más capacidad para la fabulación. Aquí, la atractiva fotografía no engulle la fuerza descriptiva de los planos, y todo ello hace de Romasanta uno de los títulos más importantes de la cinematografía fantástica autóctona.

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Anécdotas

  • Títulos anglosajones alternativos: Werewolf Hunter / Werewolf Hunter: The Legend of Romasanta / The Werewolf Manhunt.
  • La cinta fue candidata a los premios Goya de 2005 en las categorías de mejor fotografía y efectos especiales, siendo derrotada por Mar adentro y El Lobo, respectivamente. También fue candidata a la mejor fotografía por parte del Círculo de Escritores Cinematográficos. En 2006, en los premios Fangoria Chainsaw, fue candidata al galardón «importación más perturbadora» o «film extranjero más terrorífico».
  • Otra versión del suceso: El bosque del lobo (Pedro Olea, 1970), según la novela El bosque de Ancines, de Carlos Martínez-Barbeito (Barcelona : Aymá : [Simón, 1947]).
  • Estrenada en España el 14 de mayo de 2004.

 

Carlos Díaz Maroto

CALIFICACIÓN: ****

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra