El cantante y compositor Elton John rememora cómo llegó a su condición de estrella de la música desde sus inicios como un niño gordo, despreciado por su padre y con un increíble oído musical, hasta sus inicios en el medio con un grupo musical, y su posterior salto a la fama.
Dirección: Dexter Fletcher. Producción: Marv Films, Marv Studios, New Republic Pictures, Paramount Pictures, Pixoloid Studios, Rocket Pictures. Productores: Adam Bohling, David Furnish, David Reid, Matthew Vaughn. Productores ejecutivos: Michael Gracey, Elton John, Brian Oliver, Claudia Vaughn [Claudia Schiffer], Steve Hamilton Shaw. Guion: Lee Hall. Música: Matthew Margeson. Fotografía: George Richmond. Diseño de producción: Marcus Rowland. Montaje: Chris Dickens. Intérpretes: Taron Egerton (Elton John), Jamie Bell (Bernie Taupin), Richard Madden (John Reid), Bryce Dallas Howard (Sheila), Gemma Jones (Ivy), Steven Mackintosh (Stanley), Tom Bennett (Fred), Matthew Illesley (Reggie de niño), Kit Connor (Reggie de adolescente), Charlie Rowe (Ray Williams), Peter O’Hanlon (Bobby), Ross Farrelly (Cyril), Evan Walsh (Elton Dean), Tate Donovan (Doug Weston), Sharmina Harrower (Heather), Ophelia Lovibond, Celinde Schoenmaker, Stephen Graham, Sharon D. Clarke, Aston McAuley, Jason Pennycooke, Alexia Khadime, Carl Spencer, Jimmy Vee, Leon Delroy Williams, David Doyle, Leigh Francis, Dickon Tolson, Diana Alexandra Pocol… Nacionalidad y año: Reino Unido, Estados Unidos 2019. Duración y datos técnicos: 121 min. Color 2.39:1.
Las biografías de cantantes y músicos son toda una tradición dentro de la industria del cine desde inicios del sonoro, cuando se podía, además, añadir esa música a la trama. En especial, los compositores fueron objetivo de esas adaptaciones[1], y en cuanto a cantantes, en cierta manera se focalizó sobre figuras del bell canto, como Caruso en la película de Mario Lanza, por ejemplo[2]. Hasta hace muy poco, las estrellas del pop no han sido objeto de excesiva atención[3]; Elvis Presley hizo bastantes películas, y algunas de ellas, más o menos, ofrecían un personaje similar a él mismo, pero no eran biografías; en España, tímidamente, puede considerarse la cinta La vida sigue igual (1969, Eugenio Martín) como una biografía de su protagonista, Julio Iglesias. El año pasado se estrenó Bohemian Rhapsody (Bohemian Rhapsody, Bryan Singer, 2018), que narraba la vida de Freddy Mercury, y tras su complicadísima y problemática producción resultó ser un fabuloso éxito de público. Ahora nos llega esta biografía de Elton John, y es imposible que no haya comparaciones[4], debido a ciertas circunstancias que vinculan ambos personajes, como su condición homosexual, y el lucir como título una de sus canciones más emblemáticas.
Pero ambas películas son bastante diferentes. Bohemian Rhapsody era una biopic al uso, bastante convencional, pese a su ocasional narración acronológica. Rocketman (Rocketman, 2019) es también un film biográfico, pero, al mismo tiempo, es un musical que sigue las líneas ortodoxas del género, es decir, intercala algunas canciones en medio de la trama, y sirven como vehículo de conexión con lo que se está narrando —su subtitulado, por supuesto, es obligatorio—. Podría decirse que, salvando las distancias, es un tanto como las fantasías que rodó en los setenta Ken Russell sobre compositores clásicos. De esta manera, el film representa una interesante reflexión sobre el género musical, acercándose a él siguiendo los cánones de un género no siempre muy bien valorado[5].
Es sobre todo en su primera media hora, o así, cuando su director, Dexter Fletcher[6], efectúa ese ejercicio de saltar, digamos, de la biografía a la ficción, como ese extraordinario número musical de un pequeño Reggie cantando en medio de la calle, con un coro de bailarines al fondo, y que emula muy bien el cine británico de la época en que se ambienta[7]. Después, la película toma unos moldes más tradicionales, pero digamos que estos ya se hallan contaminados de lo que precede. Es decir, no estaríamos ante una biografía convencional, sino de una idealización. Aunque, a grandes rasgos, nos encontraremos con los hechos conocidos de la vida de Reginald Kenneth Dwight, si bien tamizados de un modo muy particular. Ya el arranque nos ofrece a este vestido de un modo tan extravagante a como nos tiene acostumbrados —ceñido body, con casquito, cuernos y unas enormes alas que le dificultan los movimientos— para entrar en un grupo de autoayuda y comenzar a narrar sus cuitas desde niño. No se quiere aplicar a esa escena un enfoque realista, sino que representa una metáfora sobre el rol de narrador que aplica, no el propio Elton John, sino la película en sí; curiosamente, cada vez que la película vuelve a esos planos de confesión, Elton se va despojando de su disfraz, para ir mostrando su verdadera identidad. De esta manera se va jugando con el arquetipo de contraponer la imagen real de Reggie con la versión recreada que representa Elton John, un tanto al estilo como se hacía en la estupenda y ninguneada Mi semana con Marilyn (My Week with Marilyn, Simon Curtis, 2011).
Decíamos que la película supone una idealización de la imagen de Elton John —uno de los productores, por supuesto, es él mismo—. Es divertido escuchar al personaje definirse como gordito, cuando el actor que lo recrea tiene un cuerpo musculado, amén de ser el actor bastante más agraciado físicamente que él[8]. Pero, al mismo tiempo, representa un exorcismo de sus fantasmas personales, repasando todos los elementos de autodestrucción que han regido su vida —a lo cual se suma un padre deleznable, y una madre tampoco demasiado aconsejable—, para, una vez enfrentado a ellos, hacer borrón y cuenta nueva e intentar arrancar de nuevo.
Con la apariencia de un aparato comercial centrado en una figura popular, el film reflexiona con inteligencia sobre los mecanismos de autodestrucción y cómo una persona se puede demoler para, a continuación, volver a reconstruirse a partir de esas ruinas.
Anécdotas
- Taron Egerton interpreta todas las canciones de su personaje.
- Elton John salió junto a Taron Egerton en Kingsman: El círculo de oro (2017).
- Estrenada en el Reino Unido el 22 de mayo de 2019, y en Estados Unidos y España el 31 de mayo.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ****
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Una biopic muy famosa fue Noche y día (Night and Day, Michael Curtiz, 1946), que narraba la vida del compositor Cole Porter (interpretado por Cary Grant) ocultando obsesivamente —como es lógico, dada la época— su condición homosexual. Un acercamiento más veraz se produjo con la película De-lovely (De-Lovely, Irwin Winkler, 2004).
[2] El gran Caruso (The Great Caruso, Richard Thorpe, 1951).
[3] Quizás la iniciadora de esta corriente pudiera ser The Doors (The Doors, Oliver Stone, 1991).
[4] El director de la presente, Dexter Fletcher, sustituyó a Bryan Singer en el rodaje de Bohemian Rhapsody, sin quedar acreditado.
[5] En la actualidad, parece haber una cierta moda de musicales basados en previos éxitos de Broadway, pero hace no mucho existía una enorme alergia en nuestro país hacia los musicales clásicos, como los de Fred Astaire, Gene Kelly o Judy Garland.
[6] Su película anterior fue Eddie el Águila (Eddie the Eagle, 2015), otra cinta que se acogía a la fórmula de la biopic, en este caso centrada en la vida de un saltador de esquí.
[7] La casualidad ha querido que hace escasas semanas se repusiera en España el filme Tommy (Tommy, Ken Russell, 1975), que tiene un look parecido a estos momentos. Más casualidad aún, Elton John aparece en esta película.
[8] Hace tres años fue contratado Tom Hardy para interpretar la película, pero dada su apretadísima agenda, al final abandonó. También fueron considerados para el papel James McAvoy, Tom Cruise y Daniel Radcliffe. En 2012, Elton John quería para ese cometido a Justin Timberlake.