A la salida una noche del rodaje de Otelo, Orson Welles recoge en la carretera a un hombre que, durante el viaje, le cuenta su encuentro en el pasado con dos misteriosas mujeres en una noche similar a esa, y que le condujeron a una mansión llamada Glennascaul.
Dirección: Hilton Edwards. Producción: Dublin Gate Theatre. Productores: Hilton Edwards, Micheál MacLiammóir. Productor ejecutivo: Richard Gordon (de la restauración). Guion: Hilton Edwards. Fotografía: Georg Fleischmann. Música: Hans Gunther Stumpf. Montaje: Joseph Sterling. Dirección artística: Tony Inglis. FX: . Intérpretes: Michael Laurence (Sean Merriman), Shelah Richards (Mrs. Campbell), Helena Hughes (Lucy Campbell), John Dunne (Daly), Isobel Couser (la mujer baja), Ann Clery (la mujer alta), Orson Welles (narrador / Orson Welles). Nacionalidad y año: Irlanda 1953. Duración y datos técnicos: 23 min. B/N 1.37:1.
Hilton Edwards (1903-1982) fue un actor y director teatral inglés, cuya carrera en cine no fue muy extensa. Participó en el magistral Otelo (Othello, 1951) de Orson Welles, donde encarnaba a Brabantio, y de ahí surgió el presente proyecto. Si bien nacido en Londres, hizo giras por el país ―había debutado en el Old Vic en 1922― y luego por Sudáfrica, y llegó en 1927 a Irlanda, donde se enamoró, primero del país[1], y luego de Micheál Mac Liammóir[2], con quien estableció no solo una relación amorosa, sino también profesional. Ambos fundaron el Gate Theatre de Dublín, donde Edwards dirigió más de trescientas obras de autores como Esquilo, Sófocles, Goethe o Ibsen. En Otelo, MacLiammóir era Iago, y así la pareja decidió hacer frente a este cortometraje, con MacLiammóir como productor y Edwards[3] como director y guionista.
La historia fue una invención de Edwards, pero se acomoda muy bien a los arquetipos de las leyendas urbanas, con el tema del autoestopista desaparecido, como bien pudiera ser el radio-drama The Hitch-Hiker de Lucille Fletcher, representado inicialmente el 17 de noviembre de 1941 en el programa The Orson Welles Show de CBS Radio[4]. Así, Edwards crea un delicioso cuento de fantasmas muy en la tradición clásica, con el hombre recogiendo a las dos mujeres misteriosas, madre e hija, y trasladándolas a su casa, donde departe con ellas unos instantes. Se percibe en el ambiente un aura extraño, fantasmal, potenciado por el magnífico uso de las arpas[5] en la banda sonora.
Aparte de ello Edwards ―en la única película que dirigió― aplica un excelente tono al conjunto por medio de una excelente fotografía en blanco y negro que potencia las sombras, y el uso de encuadres en contrapicado ―la influencia del propio Welles es obvia― que fortalecen el tono de extrañeza del conjunto. Esta es la prueba de que, aun basándose en una historia sencilla y predecible, el resultado puede ser cautivante. Los planos de la llegada a la mansión, con el efecto de los faros del coche sobre los muros, y después la linterna del protagonista explorando el lugar, acrecienta la atmósfera irreal del conjunto.
El cortometraje se rodó en 1951 y después fue entregado a los RCA Recording Studios de Hammersmit para su post-producción. Acabada esta, Edwards se encontró con que el montaje se había efectuado de un modo, digamos, chapucero, y sin identificación entre las tomas. Así que hubo que trabajar sobre todo ello de forma contundente. La narración original era debida a Michael Laurence[6], que encarna al protagonista que se topa con el fenómeno, pero Edwards cambió de idea e hizo que el narrador fuera el propio Orson Welles, con lo cual el cortometraje adopta la estructura de una historia dentro de otra historia.
Anécdotas
- Título completo: Return to Glennascaul: A Story That Is Told in Dublin.
- En los Oscar de 1954 fue nominada a mejor cortometraje.
- En una edición en DVD de 1992 se le añadió una introducción de cuatro minutos por parte de Peter Bogdanovich, y se lanzó en el título de Orson Welles’ Ghost Story.
- En España se exhibió tiempo atrás en televisión por parte de Canal +, adjudicando la dirección a Orson Welles.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***½
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Establecido ahí el resto de su vida, en un momento determinado declaró que “no le interesaba el nacionalismo, sino el teatro” (citado en la necrológica que publicó The New York Times: https://www.nytimes.com/1982/11/20/obituaries/hilton-edwards-79-is-dead-founder-of-theater-in-dublin.html).
[2] El académico Éibhear Walshe de la University College Cork señala que MacLiammóir y Edwards nunca se identificaron como homosexuales ya que «el discurso cultural irlandés simplemente no se ajustaba a ninguna identidad sexual pública fuera del consenso heterosexual». Sin embargo, fueron figuras prominentes en la escena social de Dublín y, como Walshe señala en otra parte, «MacLiammóir y su compañero Edwards sobrevivieron, e incluso florecieron, como la única pareja gay visible de Irlanda». Wikipedia dixit.
[3] Orson Welles refirió que su carrera estuvo muy influida por Edwards, a quien consideraba uno de sus mejores amigos. De hecho, Welles debutó como actor teatral en 1931 en el Gate Theatre.
[4] Después, por cierto, sería adaptado como uno de los mejores episodios de la serie de televisión La dimensión desconocida (Twilight Zone, 1959-1964), en concreto “El autoestopista” (“The Hitch-Hiker”, 22-1-1960).
[5] Manejadas por Mercedes Bolger y Sile Larchet.
[6] Michael Laurence (1919-1988), por supuesto, era otro del grupo wellsiano. Este actor teatral irlandés en Otelo interpreta a Cassio, y su carrera cinematográfica se completa con solo dos películas más y otro cortometraje. No confundir con el actor, guionista y productor australiano de igual nombre (1935-2015), creador de la serie Retorno a Edén (Return to Eden, 1983).