Chris lleva una relación tirante con su padre: su madre murió al nacer él. Cuando una noche un rayo cae sobre él, adquiere ciertas capacidades eléctricas, y acude a su padre, militar, para descubrir qué le pasa. Éste le cuenta que su madre, estando embarazada, se vio expuesta a una explosión nuclear, y ese mismo día nació él. De algún modo, la unión de ese hecho con el rayo le ha dado poderes especiales.

Dirección: John Llewellyn Moxey. Producción: Aaron Spelling Productions para American Broadcasting Company (ABC). Productor: Alan Godfrey. Supervisor de producción: E. Duke Vincent. Productores delegados: Douglas S. Cramer, Aaron Spelling. Productor asociado: Michael S. McLean. Guion: William Clark, Edward J. Lakso. Fotografía: Emil Oster. Música: John Addison. Montaje: Dennis C. Duckwall. Dirección artística: Paul Sylos, Tom Trimble. FX: John Burke (efectos especiales). Intérpretes: Art Hindle (Chris Darrow), Edward Binns (general Tom Darrow), Joseph Rassulo [acreditado como Joe Rassulo] (Bill Camelli), Eric Braeden (Stephens), David Hedison (Danton), Susan Howard (Dra. Joanne Miller), Dick Sargent [acreditado como Richard Sargent] (capitán Ed Holman), Karen Lamm (Marvalee), Ysabel MacCloskey (abuela en la feria), K. C. Martel (nieto en la feria), Chris Wallace (guarda nº 1), Bill Sorrells (guarda nº 2), John Dennis (ranchero)… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1979. Duración y datos técnicos: 70 min. Color 1.33:1.

 

Desde mediados de los años sesenta, más o menos, las televisiones norteamericanas crearon diversos programas, como «ABC’s Movie of the Week», que en España se solían emitir en el celebérrimo «Estrenos TV». Eran películas rodadas ex profeso para la pequeña pantalla, en busca de ofrecer novedades a los espectadores, y ahorrarse pagar los costes de una obra cinematográfica, de una duración aproximada entre una hora y diez minutos o quince, para cubrir una franja horaria de hora y media sumando los anuncios. En ocasiones, eran telefilmes con una narración con principio y final, sin otra intención que rellenar esa programación con mayor o menor dignidad, según el caso. Pero en otras muchas ocasiones, la idea era ofrecer el arranque de una historia y, si el telefilm tenía suficiente éxito/audiencia, convertirlo en una serie con regularidad. Algunos de esos últimos intentos de piloto eran más obvios que otros, y este es uno de los más flagrantes.

John Llewelyn Moxey, sirviendo unas birras a unos amigos

Dirigida por el habitual John Llewellyn Moxey, The Power Within (1979) es ya una tardía muestra de la edad de oro del telefilm fantastique, que se encuadraría en el período dorado de 1970-1975, aunque se podría ampliar entre 1968 y 1983, aproximadamente. No ofrece un reparto de viejas glorias cinematográficas, como fue moda en un período del género, sino de típicos profesionales televisivos, muchos de los cuales nos pueden sonar, pero sin identificarlos de qué.

A priori, la cinta da la impresión de una complejidad superior a la de este tipo de obras. La relación paterno-filial parece conllevar una profundización en los perfiles de los personajes. En cierta manera, el padre responsabiliza al hijo de la muerte de su esposa, al ser su nacimiento el motivo de la defunción de ella, aunque en un momento dado le diga a su hijo que, por más reproches que le haga, él mismo se culpa por ello. El hijo, por su parte, echa en cara al padre su frialdad y distanciamiento. Después, nos enteraremos (y con nosotros el propio hijo) que la madre sufrió un accidente, irradiándose de radiactividad y, en cierta manera, el responsable de ello fue el padre, por lo que las culpabilidades de ambos se intercambian. Sin embargo, explicado así parece contener cierta complejidad que luego se halla ausente de las imágenes, tal como queda plasmado. Da la impresión de que esto suponía cierto punto de partida para, después, en la serie a la que diera lugar el telefilm, existiera cierto conflicto entre los dos personajes principales, y jugar ocasionalmente con ello.

Por otro lado, el elemento de la madre irradiada de radioactividad y que ello produzca una mutación en el bebé recuerda mucho a las primeras explicaciones que se daban en los tebeos de Marvel sobre los poderes de los miembros de La Patrulla X, por lo cual se podría decir que el protagonista es un mutante.

El arranque de la película es terrible, y hacer esperar lo peor: el protagonista es piloto de una avioneta que hace espectáculos de feria; ahora está dando un paseo con una espectadora, con la que no para de intentar ligar, mientras que, en tierra, un amigo suyo clama por megafonía las magnificencias de su colega como aviador. Ese tono chusco induce a dar la impresión de que nos encontremos ante una producción televisiva de la peor calaña. Después, esa misma noche, cuando Chris regresa en coche tras dejar en su casa a la muchacha, sufre la caída de ese rayo y, a partir de ahí, la cosa mejora. El hombre adquiere poderes y se convierte en algo así como un superhéroe. Después los malos van a por él y…

Esos «malos», que crean una especie de subtrama «policial», son un intento de introducir algo de acción en una película que, en cierto modo, resulta excesivamente expositiva. En todo caso, esa subtrama no se termina de cerrar en el telefilm, pues sin duda estaba preparada para ser retomada en la serie posterior a la que diera lugar. Cabe destacar el hecho de que el protagonista sufre periódicas cargas y descargas de su poder, y para controlarlo dispone de un reloj de muñeca, elemento este, y alguno más, que hace recordar a una serie de gran éxito en España como fue El hombre invisible (Gemini Man, 1976). En cualquier caso, Moxey, sin lugar a dudas, hizo cosas mejores que este piloto fallido, pero con todo se deja ver con cierta simpatía e indulgencia.

 

Anécdotas

  • Título de rodaje: Power Man.
  • Título en Argentina: Poder sobrenatural.
  • Lo que se supone que es el edificio de la NASA es en realidad es el Chet Holifield Federal Building, sito en Laguna Niguel, California.
  • El periódico Los Angeles Times calificó este telefilm de «divertidamente absurdo».
  • Exhibido originalmente en la televisión norteamericana el 11 de mayo de 1979. En España se emitió, con el título de Poder interno, el domingo 18 de diciembre de 1983, en el segundo canal de TVE, a las cinco de la tarde, dentro del espacio «Estrenos TV». El título Poder sobrenatural fue el que adoptó en su edición en VHS por parte de Video Producciones Valfer en 1983.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra