En vista de que los humanos están fastidiando la Tierra, hacia mediados del siglo XXI se intenta terraformar Marte, para poder después emigrar ahí. Todo parece ir bien, hasta que de pronto el oxígeno comienza a desaparecer de su atmósfera. En 2055 la tripulación del Mars-1 se dirige al planeta para averiguar qué está sucediendo.
Dirección: Antony Hoffman. Producción: Warner Bros., Village Roadshow Pictures, NPV Entertainment, The Canton Company, Mars Production Pty. Ltd. Productores: Bruce Berman, Mark Canton, Jorge Saralegui. Productores ejecutivos: Andrew Mason, Chuck Pfarrer, Charles J.D. Schlissel. Productor asociado: Stephen Jones. Guion: Chuck Pfarrer, Jonathan Lemkin, según argumento de C. Pfarrer. Fotografía: Peter Suschitzky. Música: Graeme Revell. Montaje: Robert K. Lambert, Dallas Puett. Diseño de producción: Owen Paterson. Efectos especiales: Cinesite, Digital Domain, Digital Filmworks, Flash Film Works, Grant McCune Design, Hammerhead Productions, MetroLight Studios, OCS/Freeze Frame/Pixel Magic, Patrick Tatopoulos Design, Rising Sun Pictures. Intérpretes: Val Kilmer (Gallagher), Carrie-Anne Moss (Bowman), Tom Sizemore (Burchenal), Benjamin Bratt (Santen), Simon Baker (Pettengil), Terence Stamp (Chantilas), Jessica Morton, Caroline Bossi, Bob Neill, Neil Ross… Nacionalidad y año: Estados Unidos, Australia 2000. Duración y datos técnicos: 103 min. color 2.35:1.
El aficionado está acostumbrado a que, por extrañas razones, en cartelera coincidan dos películas de la misma temática; así, sin ánimo de exhaustividad, recordemos dos cintas sobre meteoritos estrellándose contra la Tierra, dos sobre erupciones volcánicas o dos adaptaciones de Las amistades peligrosas. También coincidieron en el tiempo dos películas con el planeta Marte como motivo principal, la presente y Misión a Marte (Mission to Mars, 2000, Brian De Palma)[1]. Puede que ese interés por el planeta rojo fuera debido a la proximidad del lanzamiento por parte de la NASA de la sonda espacial Mars Odyssey, que comenzó a orbitar ese cuerpo celeste en octubre de 2001.
En esta ocasión, la dirección corrió a cargo de Antony Hoffman. El fracaso del film fue tal —el presupuesto estimado para la película es de ochenta millones de dólares, y solo recaudó 33,5 millones— que su carrera se vio mermada: en 2014 dirigió y escribió un cortometraje, Huracán Project (2014), y ahora parece que está preparando un nuevo largo, Fox Hunt, un thriller de acción.
La protagonista femenina de Planeta rojo (Red Planet, 2000) se llama Bowman, al igual que el de 2001: Una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, Stanley Kubrick, 1968), lo cual no es casual. También aquí tenemos, al inicio del film, un intento de reproducir la cotidianidad de un vuelo espacial, e inclusive vemos a los astronautas conversando con sus familias vía comunicador. Solo que aquí se procura darle un aire menos científico y más de andar por tierra, digamos, un tanto como en Alien, el octavo pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979), con bromas entre los tripulantes, a lo cual no es ajeno al aire machista de alguno de ellos hacia la comandante de la misión, o la verborrea religiosa por parte del personaje interpretado por el gran Terence Stamp.
Múltiples son los problemas que se acumulan en el film. En primer lugar, tenemos un guion sin excesivo interés. Pergeñado por Chuck Pfarrer —Darkman, Blanco humano, Virus…—, intenta otorgar un tono realista a una misión espacial en Marte y, por lo leído, está bastante bien documentada en ese sentido. Sin embargo, también se procura imprimir algo de marcha, con lo cual se fracasa estrepitosamente. Así, tenemos el detalle del robotito malo. De un diseño muy atractivo, sin embargo el elemento de su rebeldía —¿otro guiño a 2001?— resulta de lo más ridículo, con esa escena en que ataca a los astronautas en plan Bruce Lee que provoca vergüenza ajena. O el clímax final, con esa infantil obsesión de Hollywood por las explosiones.
Por otro lado, la puesta en escena de Hoffman es de una gran falta de personalidad y estilo, resultando fría y distante, y semejando más uno de esos documentales ficcionados que suelen emitir por televisión. La falta de química entre los actores es otro inconveniente más, pese a la valía de casi todos ellos; es una lástima que el papel principal sea para Val Kilmer, el más mediocre de todos, quien es incapaz de dotar de la teórica simpatía que debe detentar su personaje.
Es comprensible el fracaso comercial y crítico que sufrió la película. Si fuera poco, tenemos además una pésima partitura musical de Graeme Revell, que aúna cuatro o cinco estilos distintos componiendo un caos sonoro que saca de situación en todo momento. El resultado, pues, deviene en una cinta de ciencia ficción muy prescindible.
Anécdotas
- Títulos de rodaje: Alone / Mars.
- En los premios de la Las Vegas Film Critics Society, la película fue nominada a mejor canción por el tema “The Tower That Ate People” de Peter Gabriel.
- Val Kilmer y Tom Sizemore se pelearon durante el rodaje. Se negaron a aparecer juntos, y en muchas escenas que comparten se rodaron con dobles, filmando por encima del hombro.
- Muchas de las escenas ambientadas en Marte fueron filmadas en Wadi Rum, Jordania. Otras se rodaron en Nueva Gales del Sur y Australia Meridional.
- El papel de Bowman fue ofrecido a Meg Ryan. Y el de Gallagher, a Joseph Fiennes.
- El rodaje se efectuó entre el 30 de agosto y el 24 de diciembre de 1999.
- Estrenada en Estados Unidos el 10 de noviembre de 2000, tras una premier el 6 de noviembre. En Australia se estrenó el 7 de diciembre. Y en España el 22 de diciembre.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
[1] También por fechas cercanas apareció el film español Stranded (Náufragos) (2001), con guion del interesante escritor Juan Miguel Aguilera, pero pésimamente dirigida por María Lidón.
CALIFICACIÓN: **
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra