Charley Brewster vive solo con su madre. Cuando a la casa de al lado entra a vivir un nuevo inquilino averigua que se trata de un vampiro. Y lo peor de todo es que el no muerto se sabe descubierto.
Dirección: Tom Holland. Producción: Columbia Pictures, Vistar Films, Columbia Pictures Industries, Delphi IV Productions. Productor: Herb Jaffe. Productor asociado: Jerry A. Baerwitz. Guion: Tom Holland. Fotografía: Jan Kiesser. Música: Brad Fiedel. Montaje: Kent Beyda. Diseño de producción: John DeCuir Jr. FX: Dale Brady (efectos de maquillaje), Larry Odien (animatronics), Richard Edlund (productor de efectos visuales), Entertainment Effects Group (efectos visuales). Intérpretes: Chris Sarandon (Jerry Dandrige), William Ragsdale (Charley Brewster), Amanda Bearse (Amy Peterson), Roddy McDowall (Peter Vincent), Stephen Geoffreys (Evil Ed), Jonathan Stark (Billy Cole), Dorothy Fielding (Judy Brewster), Art Evans (detective Lennox), Stewart Stern (Cook), Nick Savage, Ernie Holmes, Heidi Sorenson, Irina Irvine, Bob Corff, Pamela Brown, Chris Hendrie, Prince Hughes, Tina Benez, Lene Hefner, Joy Michelle Moore, Richard Patrick, Jason Stuart… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1985. Duración y datos técnicos: 106 min. color 2.39:1.
La década de los ochenta fue una edad dorada del cine fantástico, y muchos aficionados al género que en esa época tenían entre diez y dieciséis años, pongamos por caso, han mitificado enormemente una serie de películas que forjaron su afición, pese a que los valores de esas cintas, analizadas sin fobias y sin filias, sean bastante inferiores a sus auténticos méritos, aunque tampoco carezcan de valores, en determinados casos. Noche de miedo (Fright Night, 1985) es uno de esos característicos ejemplos.
El norteamericano Tom Holland (nacido como Thomas Lee Holland el 11 de julio de 1943)[1] comenzó su carrera artística como actor ―con el seudónimo de Tom Fielding en muchos casos[2]―, estudiando en el Actor’s Studio, aunque no destacó excesivamente. Así pues se pasó al campo del guion, debutando en televisión con el mítico telefilm de terror En lo más profundo de la mente (The Initiation of Sarah, Robert Day, 1978), y en cine con la curiosa The Beast Within [tv: Con la bestia dentro, Philippe Mora, 1982]. En este último campo, al fin, logró cierto éxito, así que tras una serie de películas más ― Curso del 84 (Class of 1984, Mark L. Lester, 1982), Psicosis II: El regreso de Norman (Psycho II, Richard Franklin, 1983), Juego secreto (Cloak & Dagger, R. Franklin, 1984) y Scream for Help [tv/vd: Grito de socorro, Michael Winner, 1984]― pasó a la dirección con la presente, de cuyo libreto él mismo se ocupó, como es lógico.
Su guion arranca con un punto de partida que podría conectarse con la película La ventana indiscreta (Rear Window, Alfred Hitchcock, 1954), basada en un relato de Cornell Woolrich, autor al que ya adaptó en la citada Juego secreto. Así pues, aquí también tenemos a un individuo que descubre por casualidad el crimen cometido por un vecino que vive enfrente. En este caso, sin embargo, el testigo es un adolescente y el criminal un vampiro, lo cual conduce la trama hacia vericuetos muy concretos. Por un lado, el reproducir una serie de estilemas característicos del cine juvenil de la época, al que se impregna de un humor no siempre muy favorecedor. Y en cuanto al elemento vampírico, inunda el film de referencias sobre el cine del género, precisamente; así, por poner los dos ejemplos más obvios, hacia el final el no muerto se levanta del ataúd de forma recta, al igual que hacía el conde Orlock de Nosferatu (Nosferatu, eine Symphonie des Grauens, F. W. Murnau, 1922); pero, sobre todo, tenemos la referencia cinéfila de Peter Vincent, quien merece un comentario con cierto detalle.
Desde los años cincuenta, en Estados Unidos tienen gran predicación los programas televisivos que proyectan películas de terror ―como aquí sucedió en una proporción paupérrima con Mis terrores favoritos y Noche de lobos―. El primer show de esas características fue The Vampira Show, emitido entre 1954 y 1955, y presentado por Vampira, seudónimo de la actriz Maila Nurmi. Precisamente, el presentador especializado, llamado horror host en inglés, fue una de las características de esos programas, y podrían equivaler un tanto a personajes como los que presentaban los cómics de historietas de terror, tipo Creepy. Peter Vincent prosigue la línea de estos presentadores especialistas, relacionado de alguna manera con el género. El nombre, por supuesto, procede de dos actores míticos del género, Peter Cushing y Vincent Price, el segundo de los cuales estaba previsto que encarnara el personaje, pero no pudo por cuestiones de salud[3], así pues fue reemplazado por Roddy McDowall, sugerido por el entonces director de Columbia Pictures, Guy McElwaine, aunque Holland ya lo conocía por su participación en Curso del 84[4]. El gran intérprete de la saga de los simios enfocó su personaje como un actor mediocre y olvidado, que había hecho en una serie de películas siempre el mismo papel, el de un cazador de vampiros histriónico ―nada más empezar Noche de miedo se ven unas imágenes en televisión de uno de esos papeles, absolutamente descacharrantes―. Ahora, olvidado y caduco, vive presentando sus películas y otras de un modo apolillado (la hace, precisamente, en una cripta llena de polvo). Cuando le surge el “papel de su vida”, aunque sea en realidad, todo cambiará para él.
Fue escribiendo Juego secreto cuando a Holland se le ocurrió la idea de un fan del género de terror que piensa que su vecino es un vampiro[5]. Dándole vueltas por un tiempo al concepto, un día, discutiéndolo con John Byers, entonces jefe del departamento de historias de Columbia Pictures, llegó a una solución: el chico buscaría la ayuda de Vincent Price. Así pues, concibió a Peter Vincent, presentador de un programa de la televisión local, y a partir de ahí todo se desarrolló como la seda, con el guionista partiéndose de risa mientras escribía, según confesó. La idea era dirigir él mismo, dado que quedó muy descontento con cómo Michael Winner había desarrollado su último guion, y el peso industrial que él poseía gracias al éxito de sus previos trabajos. Así pues se le dio el visto bueno. Además, como Columbia en aquel entonces estaba volcada a un par de películas de cierto peso ―y hoy totalmente olvidadas―, Holland pudo hacer lo que quiso sin nadie que lo controlara.
Gran parte de la trama transcurre a lo largo de una sola noche, una vez todo se ha descubierto y Charley acude a enfrentarse al vampiro para acabar con él. Y ese es uno de los grandes problemas del film: la carencia de suficiente sustancia narrativa para desarrollar la historia. La primera mitad es de una enorme mediocridad, y es un cúmulo de tópicos del cine juvenil de la época, como ese espantoso personaje de la madre de Charley, que más tonta no puede ser, o el policía escéptico. Menos mal que, al menos, en el instituto no hay acosadores que vayan tras el protagonista, para cumplir todos los requisitos de esos tópicos.
En realidad, Charley no es un fanático del terror, aunque le gusta Peter Vincent y suele ver su programa; en su cuarto tiene pósteres de coches. Es su amigo Ed quien es un verdadero fan del género, y a quien acudirá inicialmente para pedirle consejo, pero este se lo tomará a guasa, como era de esperar. Al final, la lógica le viene a la mente cuando ve por televisión a Vincent declamando que es un experto en vampiros. A partir de la aparición de Roddy McDowall ―dejando a un lado la mencionada escena inicial donde se le ve por televisión―, el film sube grados, y adquiere cierta lógica impecable, dentro de su estructura tan esquemática, y todo el largo clímax en la casa del vampiro es excelente hasta el final.
Roddy McDowall, como se ha dicho, es quien proporciona esa lógica inflexible al resto de la historia y, una vez él se suma a la narración, todo progresa con convicción. Al principio, por supuesto, su personaje también se muestra escéptico, pero cuando por casualidad usa un espejo y comprueba que Jerry Dandrige no se refleja en él, una serie de reacciones se darán en él de forma progresiva. La primera es un miedo atroz, luego cierto orgullo y sensación de compromiso y, al fin, un sentimiento de responsabilidad exteriorizado por asumir precisamente la personalidad de aquel a quien interpretó en las películas. Ello queda ejemplificado cuando muestra una cruz al vampiro y este no reacciona: “Tienes que tener fe para que funcione”, le responde el no muerto. Sin embargo, cuando lo usa Charley sí hace efecto. Finalmente, Vincent asumirá su alter ego, y entonces la cruz repelerá al vampiro.
La interpretación de McDowall, por supuesto, es el plato fuerte de la película, y sobre la cual esta se sostiene. También hay que destacar la interpretación entusiasta de Stephen Geoffreys como Ed, el amigo de Charley, y que se come a este cada vez que aparecen juntos. William Ragsdale es demasiado blando e intrascendente para deparar un personaje memorable. En cuanto a Chris Sarandon, no es que ofrezca una interpretación mediocre como vampiro, es que el propio concepto de este resulta un tanto ridículo dentro del contexto del film. Fue idea del propio Sarandon mostrar a su personaje comienzo manzanas de forma constante, dado que los murciélagos se alimentan de fruta, en una relación un tanto absurda. Además, la chulería con la que actúa hace que pierda intensidad su personaje. Solo parece mostrar cierta furia cuando aparece maquillado, y los efectos especiales suplen esa animalidad que no parece reflejar de otro modo. A destacar, eso sí, la variedad de inflexión vocal que muestra a lo largo de todo el film, eso sí muy digno de mérito.
Otro personaje a destacar es el de Jonathan Stark como Billy Cole, el llamémosle “asociado” del vampiro. Desde el principio se nos hace creer que se trata del típico acólito de los no muertos que sirve de guardián de estos al poder estar a la luz del día. Se juega con ese arquetipo del cine de terror, pero cuando Peter Vincent lo abate con su arma de fuego una y otra vez (vemos incluso el agujero de un balazo en su frente) se levantará del suelo y proseguirá el ataque. No será hasta que lo empalen con un trozo de madera cuando sufra una extraña mutación, rezumando un líquido verdoso y descomponiéndose (de un modo muy diferente a como luego lo hará el vampiro). ¿Qué es, pues, esta criatura? Evidentemente, ha de ser algún otro tipo de criatura sobrenatural, acaso un zombi o un gul, como se ha señalado en algunos sitios. Otra idea sería que se trataría de un humano parcialmente convertido en vampiro por Dandridge, de modo que pudiera participar de las dos virtudes de ambas identidades. De todas maneras, tal como resulta enfocado, sin aportar ninguna explicación, parece concebido en exclusiva como un golpe de efecto sorpresivo, acaso sin meditar en un mayor sentido.
Anécdotas
- Título en Argentina, México, Perú, Uruguay y Venezuela: La hora del espanto.
- En 1986, en el festival de Avoriaz Tom Holland recibió el premio Dario Argento. Ese mismo año, en el de Fantasporto, Holland tuvo una mención especial del jurado de críticos. Y la Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films la premió en las categorías de mejor película de terror, guion y actor secundario (R. McDowall), y tuvo candidaturas en las de director, actor (C. Sarandon) y efectos especiales (R. Edlund).
- Rodada con un presupuesto estimado de nueve millones de dólares.
- Stephen Geoffreys, quien interpreta a Evil Ed, también ha hecho cine porno gay bajo los seudónimos de Sam Ritter y Stephan Bordeaux.
- Charlie Sheen optó para el papel de Charlie Brewster.
- Las imágenes de películas que se ven emitidas en el programa de Peter Vincent corresponden a La obsesión (Premature Burial, Roger Corman, 1962), El conde Drácula / Nachts, wenn Dracula erwacht / Il conte Dracula / Count Dracula (Jesús Franco, 1970) ―que se pretende forma parte de un film protagonizado por él―, Las cicatrices de Drácula (Scars of Dracula, Roy Ward Baker, 1970), Octaman (Harry Essex, 1971) ―que se supone es una cinta titulada Mars Needs Flesh― y Children Shouldn’t Play with Dead Things [tv: La noche de los muertos; vd: La noche de los muertos vivientes II, Bob Clark, 1972].
- Secuela: Noche de miedo II (Fright Night Part 2, Tommy Lee Wallace, 1988).
- Remakes:
Kai xin gui jing ling / Love Me Vampire (Ho Wai Lau, 1986) [Hong Kong].
Amavasai Iravil (P. Chandrakumar, 1989) [India].
Noche de miedo (Fright Night, Craig Gillespie, 2011) [EEUU; remake oficial].
Neighbours (Shyam Ramsay, 2014) [India].
- Estrenada en Estados Unidos el 2 de agosto de 1985. En España se estrenó el 14 de noviembre de 1985, en el cine Rialto de Madrid.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: **½
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Idéntico nombre lucen el escritor británico Thomas Holland (5 de enero de 1968), autor de El señor de los muertos (The Vampyre: Being the True Pilgrimage of George Gordon, Sixth Lord Byron, 1995); y el actor inglés Thomas Stanley Holland (1 de junio de 1996), intérprete de Spider-Man: Homecoming (Spider-Man: Homecoming, Jon Watts, 2017), entre otros.
[2] O como Tom Lee Holland en un episodio de la serie El increíble Hulk (The Incredible Hulk) titulado “Otro sendero” (“Another Path”, 1978).
[3] Otras fuentes indican que, por esas fechas, Price había dejado de aceptar roles en películas de terror por verse demasiado encasillado en ese tipo de papeles.
[4] Roddy McDowall y Tom Holland se hicieron muy amigos, y el primero invitó al segundo a una cena donde le presentó a Vincent Price, su primer objetivo para el papel.
[5] Juego secreto, como se mencionó, estaba basada en una historia de Cornell Woolrich, «The Boy Cried Murder» (1947), sobre un niño que descubre que sus vecinos son criminales pero nadie le cree. Obviamente, esto sería una variación de esa misma idea introduciendo el concepto vampírico.