Un periodista, fanático de la exploración cósmica, especula cómo será el futuro. En una estación espacial una nave rusa está pendiente de iniciar el primer vuelo tripulado a Marte cuando reciben la visita de un célebre astronauta y deportista estadounidense. Al enterarse los norteamericanos de los planes soviéticos, hacen que su proyecto se adelante drásticamente para ser los primeros en llegar.

Dirección: Mikhail Karzhukov, Aleksandr Kozyr. Producción: A. P. Dovzenko Filmstudio. Guion: Mikhail Karzhukov, Yevgeni Pomeshchikov, Aleksei Sazanov. Música: Yuli Meitus. Fotografía: Nikolai Kulchitsky. Diseño de producción: T. Kulychichkaya. Montaje: L. Mkhitaryyanch. FX: G. Lukashov, Y. Schvech. Intérpretes: Ivan Pereverzev (Yevgeny Petrovich Kornev), Aleksandr Shvorin (Andrei Gordienko), Konstantin Bartashevich (Klark), Larisa Borisenko (Olvra), V. Chernyak (Gregori Vasilivich Somov), Viktor Dobrovolsky (Demchenko), S. Filimonov (Troyan), Taisiya Litvinenko (Lena), L. Lobov (Sashko), Alla Popova (Korneva), Marina Samojlova (madre), Gurgen Tonunts (Herman Berst)… Nacionalidad y año: URSS 1959. Duración y datos técnicos: 77 min. – color – 1.37:1 – 35 mm.

 

La ciencia ficción rusa es de gran tradición. A nivel literario, ya en 1769 podemos encontrar lo que pudiera ser la primera muestra de proto-ci-fi con Dvoryanin-filosof, de Fedor Dmitriev-Mamonov, una fábula filosófica voltairiana influida por Micromégas (1752). A mediados del siglo XIX se ofrecen algunas obras sobre viajes especulativos a diversos planetas de nuestro Sistema, como «Voyage to the Sun and Planet Mercury and All the Visible and Invisible Worlds» (1832) de Dmitry Sigov, «Correspondence of a Moonman with an Earthman» (1842) de Pyotr Mashkov, «Voyage to the Moon in a Wonderful Machine» (1844) de Semyon Dyachkov o «Voyage in the Sun» (1846) de Demokrit Terpinovich. En todo caso, en el sentido estricto, el primer escritor que puede ser considerado de ciencia ficción fue Aleksandr Veltman (1800-1870), que en 1836 publicaría Predki Kalimerosa: Aleksandr Filippovich Makedonskii, que es considerada no solo la primera novela de ciencia ficción rusa, sino también la primera obra en usar la temática del viaje en el tiempo. Sin embargo, puede que el primer ejemplo popular en este ámbito sea Aelita (Aelita, 1923) de Alekseï Nikolaevich Tolstoï, también considerada la primera aventura espacial soviética.

En el cine, también hay una larga tradición, desde la propia versión cinematográfica de la novela de Tolstoï, Aelita (Aelita, 1924) de Yakov Protazanov. Desde entonces, el listado ha sido amplio, con clásicos como La Nebulosa de Andrómeda (Tumannost Andromedy, 1967), de Yevgeni Sherstobitov (que se anunció como el 2001 soviético), hasta las obras de Andrei Tarkovskii o las distintas adaptaciones que se han hecho de escritores como Stanislaw Lem o los hermanos Boris y Arkadii Strugatskii.

Nebo zovyot (1959) [que se podría traducir como «El cielo cae»] gozó de dos directores. Por un lado Mikhail Karzhukov, autor de otro clásico del género como es Mechte navstrechu (1963)[1], que co-dirigió con Otar Koberidze. Y por otro lado Aleksandr Kozyr, del que solo conocemos su labor como productor asociado de una versión de La madre de Gorki en 1956[2], así como su trabajo de director de producción en el clásico Podvig razvedchika (1948), de Boris Barnet[3].

Es un film, también, muy característico de su tiempo, que manifiesta el enfrentamiento entre ambos ejes. Así, los norteamericanos son representados como unos capitalistas que anteponen el éxito de una misión por encima del riesgo; la escena en la cual se ofrecen imágenes de un Nueva York luminoso con un noticiario que saca rendimiento publicitario de la misión a Marte parece casi paródica. Los rusos, por su parte, aparecen como concienzudos trabajadores, repletos de compañerismo y buen humor, que sacrificarán su misión por salvar la vida a los inconscientes yanquis. Al final, en todo caso, todo se articula por conformar un mensaje de unidad y camaradería ante la labor de la conquista espacial.

Pero por encima mismo de su condición de «film de mensaje», Nebo zovyot es una muy atractiva cinta de ciencia ficción, que parece creada un tanto a remolque de la norteamericana La conquista del espacio (Conquest of Space, 1955), producción de George Pal con dirección de Byron Haskin, con la cual comparte determinados esquemas argumentales, como es la nave que se dirige a la estación espacial, y la consiguiente misión con destino a Marte.

La hermosa fotografía de Nikolai Kulchitsky, conformada en su mayoría a base de tonos ocres, se ve violentada en ocasiones con abruptos estallidos de rojos y verdes en las escenas de tensión. Los directores, además, se apoyan en crear atmósferas por medio de las sombras, componiendo imágenes de una gran belleza. Los estupendos efectos especiales y el hermoso diseño de producción aportan un aura hipnótica a una cinta de ciencia ficción «realista», y donde, como se dijo, el mensaje de hermandad universal en forjar nuestro destino hacia el Cosmos es el más importante de sus objetivos.

 

Anécdotas

  • Títulos anglosajones: The Heavens Call / The Sky Calls. A estos hay que sumar el remontaje obra de Coppola, Battle Beyond the Sun, y que literalmente se puede considerar una película diferente.
  • Nebo Zovyot se estrenó dos años después del lanzamiento del primer satélite artificial Sputnik 1 y dos años antes del primer vuelo tripulado al espacio de Yuri Gagarin.
  • 2001, una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, Stanley Kubrick, 1968) utilizó dibujos y soluciones gráficas de Nebo Zovyot creadas por el artista de ficción Yuri Shvets.
  • Estrenada en la Unión Soviética el 12 de septiembre de 1959. En España jamás se ha visto, más allá de algún pase en festivales o filmotecas.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Este gozaría de un famoso remontaje norteamericano producido por Roger Corman, Queen of Blood [tv: Planeta sangriento, 1966], de Curtis Harrington.

[2] Curiosamente, en la presente película hay también un papel menor pero importante de la madre de uno de los astronautas.

[3] Repitiendo lo ocurrido con la mencionada Mechte navstrechu, Roger Corman compró los derechos del presente film para Estados Unidos y lo hizo reeditar, con nuevas escenas dirigidas por Francis Ford Coppola (con el seudónimo de Thomas Colchart), estrenándose en 1962 como Battle Beyond the Sun [dvd: Batalla más allá del sol].

 

Aquí tienes la película completa con subtítulos en español: