Un grupo de ocho jóvenes de ambos sexos están en lo alto de una montaña, entrenándose para hacer guerra de guerrillas. Tienen a una doctora norteamericana como rehén, a la que tratan con cierta libertad, hasta que las cosas se van torciendo…
Dirección: Alejandro Landes. Producción: Stela Cine, Bord Cadre Films, CounterNarrative Films, Dynamo, El Campo Cine, Film i Väst, Le Pacte, Lemming Film, Mutante Cine, Pando Producciones, Pandora Filmproduktion, Snowglobe Films. Productores: Fernando Epstein, Alejandro Landes, Cristina Landes, Santiago A. Zapata. Co-productores: Nicolás Avruj, Agustina Chiarino, Christoph Friedel, Diego Lerman, Anthony Muir, Leontine Petit, Katrin Pors, Claudia Steffen, Derk-Jan Warrink. Productores ejecutivos: Andrés Calderón, J. C. Chandor, Charles De Viel Castel, Jorge Iragorri, Duke Merriman, Gustavo Pazmin, Josef Rebalski, Gloria Maria Restrepo. Productores asociados: Roy Azout, Jorge Dager, Natalia Echeverri, Flora Lau, Georgina Terán, Dan Wechsler, Jamal Zeinal Zade, Moisés Arias, Julianne Nicholson. Guion: Alejandro Landes, Alexis Dos Santos, según un argumento de A. Landes. Fotografía: Jasper Wolf. Música: Mica Levi. Montaje: Ted Guard, Yorgos Mavropsaridis, Santiago Otheguy. Diseño de producción: Daniela Schneider. FX: Alex Rojas (efectos de maquillaje), Daniel Cordero (supervisor de efectos especiales), Alexander Schepelern (supervisor de efectos visuales). Intérpretes: Julianne Nicholson (doctora Sara Watson), Moisés Arias (Patagrande – Bigfoot), Sofía Buenaventura (Rambo), Julián Giraldo (Lobo – Wolf), Karen Quintero (Leidi – Lady), Laura Castrillón (Sueca – Swede), Deiby Rueda (Pitufo – Smurf), Paul Cubides (Perro – Dog), Sneider Castro (Bum Bum – Boom Boom), Wilson Salazar (mensajero), Jorge Román (buscador de oro), Valeria Diana Solomonoff (periodista)… Nacionalidad y año: Colombia, Argentina, Países Bajos, Alemania, Suecia, Uruguay, Estados Unidos, Suiza, Dinamarca 2019. Duración y datos técnicos: 102 min. Color/B/N 2.35:1/1.85:1.
Coproducción entre un sinfín de países (véase ficha técnica), aunque en el plano artístico puede considerarse colombiana, si bien su director nació en Brasil. Alejandro Landes había dirigido con anterioridad una sola película, Porfirio (2011), una narración tragicómica sobre un personaje real, confinado a una silla de ruedas por una bala perdida de la policía. Aquí cambia totalmente de registro, y se sube a las cumbres colombianas[1] para realizar un film que, en un primer vistazo, podría aparentar un clásico film político tan propio del cine sudamericano. Y, si bien esa lectura política está ahí, al mismo tiempo intenta ir un poco más allá: no hay alusiones concretas a conflictos definidos, pues en realidad la situación podría tener lugar en cualquier sitio, y todo supone más bien una alegoría sobre la condición humana.
Se ha hablado largo y tendido sobre dos obras que suponen la fuente de inspiración del presente filme: por un lado, la película Apocalypse Now (Apocalypse Now, Francis Ford Coppola, 1979) ―que, a su vez, era adaptación algo libre de la novela El corazón de las tinieblas (Heart of Darkness, 1899), de Joseph Conrad―; y, por otro lado, de la novela El señor de las moscas (Lord of the Flies, 1954), de William Golding ―que tuvo una versión ejemplar al cine con Lord of the Flies [tv: El señor de las moscas, Peter Brook, 1963]―. A partir, pues, de esos dos modelos (o cuatro, podríamos decir), Alejandro Landes concibe su discurso sobre cómo un grupo de personajes jóvenes va volcándose paulatinamente de un estado social más o menos civilizado a uno de barbarie.
De Apocalypse Now toma ese retrato de la sinrazón de la guerra, por un lado, y de cómo un líder puede conducir a un grupo humano a una condición de histeria colectiva. De El señor de las moscas recoge el concepto de un grupo de chavales aislados que, intentando recrear una sociedad, la pervierten. De ambas obras, curiosamente, Landes ofrece guiños concretos por medio de sendos animales; de la primera, una vaca, que será igualmente descuartizada; de la segunda, un cerdo, cuya cabeza se colgará de un palo a modo de símbolo.
A partir, pues, de esos dos referentes, se va forjando un camino hacia los infiernos. Al inicio, como se ha comentado, los chavales están aislados del mundo, de la sociedad, entrenándose para la batalla. No queda claro qué batalla es esa, si la razón está al lado de ellos o no. Tienen una prisionera con la cual tienen un trato civilizado, incluso le tienen cariño. Pero, de algún modo, una cadena de consecuencias irá desencadenándose y la actitud de esos chicos y chicas irá cayendo paulatinamente más y más en la barbarie. Resulta interesante comprobar cómo ese retrato de un retorno a nuestra parte salvaje se recrea en un ambiente diríase paradisíaco, con unas cumbres selváticas hermosas, vírgenes, no violentadas por la huella humana. La magnífica fotografía logra transmitir esa belleza, y además tenemos la interesante música de Mica Levi, que consiste particularmente en tímpanos, soplidos en botellas de cristal y sonidos sintéticos, es decir, aunando elementos de la civilización con otros más primitivos, contraponiendo esos dos extremos.
Personalmente, también me ha recordado a una película muy interesante hoy día por completo olvidada, La selva esmeralda (The Emerald Forest, John Boorman, 1985), en la atmósfera, en el color, en ese retorno a nuestros orígenes, diríase. Hay cierto soplo fantástico aleteando por encima de la película que no se termina de definir, aunque los momentos finales acercan a la misma dentro de los terrenos del terror. Porque terror es comprobar que estamos viéndonos a nosotros mismos en ese grupo de adolescentes que están heredando lo peor de lo que tenemos.
Anécdotas
- El film ha tenido un recorrido amplio por infinidad de festivales, debutando en el Sundance Film Festival el 27 de enero de 2019, y participando en el festival de San Sebastián el 23 de septiembre de 2019. La cantidad de premios recibidos es tal que resultarían interminables de glosar aquí, pero resaltemos, al menos el premio especial del jurado en el de Sundance, y el de San Sebastián.
- Wilson Salazar, que interpreta al mensajero, fue un auténtico soldado de las FARC entre los once y los veinticuatro años de edad. El director Alejandro Landes lo encontró en un programa de inserción, y lo contrató inicialmente como consultor, si bien luego decidió otorgarle ese papel.
- Los únicos actores profesionales son la norteamericana Julianne Nicholson y Moisés Arias, norteamericano de origen colombiano, al que se puede recordar en un papel destacado en El juego de Ender (Ender’s Game, Gavin Hood, 2013), así como en la serie de televisión Hannah Montana.
- Estrenada en Colombia el 15 de agosto de 2019. En España se estrenó el 21 de febrero de 2020.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ****
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] En concreto, al Parque Nacional Chingaza, en Cundinamarca, para el campo de entrenamiento inicial; y luego, la zona del río Samana Norte, en Antioquía, para los momentos de la fuga.