Dos médicos llegan al acuerdo de que, cuando muera uno de ellos, proceda a buscar el modo de que el otro pueda visitar el otro lado… y regresar a la vida. Ese momento ha llegado…
Dirección: Fernando Méndez. Producción: Alameda Films. Productor: Alfredo Ripstein hijo. Productor ejecutivo: César Santos Galindo. Guion: Ramón Obón. Fotografía: Víctor Herrera. Música: Gustavo César Carrión. Montaje: Charles L. Kimball. Diseño de producción: Gunther Gerszo. Intérpretes: Gastón Santos (Dr. Eduardo Jiménez), Rafael Bertrand (Dr. Mazali), Mapita Cortés (Patricia Aldama), Carlos Ancira (Elmer), Carolina Barret (la gitana), Luis Aragón (Dr. González), Beatriz Aguirre (Rosario), Antonio Raxel (Dr. Jacinto Aldama), Guillermo Álvarez Bianchi, J. Portillo, Abel Salazar, Lupe Carriles, José Loza, Antonio Sandoval… Nacionalidad y año: México 1959. Duración y datos técnicos: 82 min. – B/N – 1.37:1 – 35 mm.
Fernando Méndez es, posiblemente, el director mexicano de mayor prestigio dentro del género de terror. Esa reputación procede, sobre todo, de un quinteto de películas integrado por Ladrón de cadáveres (Ladrón de cadáveres, 1957), El vampiro (El vampiro, 1957), El ataúd del vampiro (El ataúd del vampiro, 1958), la presente y El grito de la muerte (El grito de la muerte, 1959). De todas ellas (realizadas en su mayor parte por idéntico equipo) la de máximo renombre es esta Misterios de ultratumba (la única inédita en España de todas las citadas, aunque con reciente edición en DVD).
Siempre influido por el cine norteamericano de la Universal, en esta ocasión tenemos también un trasfondo gótico muy propio de la literatura de Edgar Allan Poe, con el miedo a lo que hay al otro lado, e incursionando dentro del mito del resucitado.
Ramón Obón concibe una trama tan atractiva como sencilla, donde van confluyendo una serie de personajes, todos ellos impulsados por los hilos del destino (o el espectro del doctor Jacinto Aldama, tanto da, cuyo fantasma ronda provisto de capa en una pose que hubiera sido idónea también para encarnar a un vampiro). Así se establecen vínculos de amor, pero también de fatalidad, volcada ésta sobre el personaje del doctor Mazali, pero también sobre otros, como el celador Elmer o la gitana loca.
Pero lo que realmente importa aquí es la apabullante puesta en escena de Méndez, plagada de goticismo, atmósfera y lobreguez por medio de nieblas, tormentas, el gemido del viento o unos decorados impresionantes. Todo va encaminado a construir un ambiente sobrenatural aún en las escenas en las cuales no acontece nada de esa índole. Por supuesto, gran parte del mérito cabe también achacarlo al prodigioso director de fotografía, Víctor Herrera, así como el diseñador de producción, el mexicano de origen húngaro y alemán Gunther Gerszo.
Los actores resultan convincentes, e incluso la parejita romántica es bastante solvente, en especial la chica, Mapita Cortés, una especie de Debra Paget en charro. Es impresionante la escena, rodada a base de primeros planos, en la cual ella va retrocediendo aterrorizada mientras se le aproxima, amenazador, el deforme resucitado.
Una joya, en suma, del cine de terror azteca, muy poco conocido aquí salvo por muestras tardías, cuando la inspiración, tal como en tantas otras cinematografías, comenzó a extinguirse.
Anécdotas
- Títulos anglosajones: Mysteries from Beyond the Tomb / Mysteries of the Afterlife / Mysteries from Beyond the Grave / The Black Pit of Dr. M.
- El montaje norteamericano conocido como The Black Pit of Dr. M, y reducido en once minutos con respecto al original, se considera perdido.
- El rodaje se realizó en los Estudios Churubusco Azteca, en Ciudad de México, México.
- Estrenada en México el 13 de mayo de 1959. En España no se estrenó, pero ha sido editada en DVD en 2013 por Cinema International Media.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ****
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra