Una vez reparada en Vulcano la nave klingon que incautaron, la tripulación de la destruida Enterprise regresa a la Tierra. Mientras, una desconocida sonda llega a nuestro planeta y envía una misteriosa señal acústica a los mares, lo cual provoca desastrosas consecuencias. Kirk y los suyos se aperciben de lo que sucede, y comprueban que la señal es un mensaje a las ballenas, ahora extintas. Regresarán, pues, a finales del siglo XX para hacerse con alguna…

Dirección: Leonard Nimoy. Producción: Paramount Pictures. Productor: Harve Bennett. Productor delegado: Ralph Winter. Guion: Steve Meerson, Peter Krikes, Harve Bennett, Nicholas Meyer, según argumento de Leonard Nimoy, H. Bennett, basado en la serie de Gene Roddenberry. Fotografía: Donald Peterman. Música: Leonard Rosenman. Montaje: Peter E. Berger. Diseño de producción: . FX: Industrial Light & Magic, Westheimer Company. Intérpretes: William Shatner (almirante / capitán James T. Kirk), Leonard Nimoy (capitán Spock), DeForest Kelley (doctor Leonard «Bones» McCoy), James Doohan (comandante Montgomery «Scotty» Scott), George Takei (comandante Hikaru Sulu), Walter Koenig (comandante Pavel Chekov), Nichelle Nichols (comandante Uhura), Jane Wyatt (Amanda), Catherine Hicks (doctora Gillian Taylor), Mark Lenard (embajador Sarek), Robin Curtis (teniente Saavik), Robert Ellenstein (Presidente del Consejo de la Federación), John Schuck (embajador klingon), Brock Peters (almirante Cartwright), Grace Lee Whitney (comandante Janice Rand), Majel Barrett (doctora Christine Chapel), Michael Snyder, Michael Berryman, Mike Brislane, Jane Wiedlin, Vijay Amritraj,  Nick Ramus, Thaddeus Golas, Marty Pistone, Scott DeVenney, Viola Kates Stimpson, Phil Rubenstein, John Miranda, Joe Knowland, Bob Sarlatte, Everett Lee, Richard Harder, Alex Henteloff. Nacionalidad y año: Estados Unidos 1986. Duración y datos técnicos: 119 min. color 2.20:1 (copias en 70mm) 2.39:1 (resto de copias).

 

De nuevo, y pese a todo, se daba un gran éxito con la película previa. Si La ira de Khan había batido un récord, En busca de Spock lo superaba: el fin de semana del estreno en Estados Unidos recaudó un total de 16,7 millones de dólares, más de dos millones que la anterior, si bien en total, por último, con alquileres en vídeo y demás, la II la supera, curiosamente, también en cerca de dos millones. En busca de Spock fue nominada a un Hugo como mejor representación dramática[1], así como a seis premios Saturno por parte de la Academy of Science Fiction, Fantasy and Horror Films[2].

Aun así, en España la franquicia trek no funcionaba como se esperaba; buena prueba de ello es que la presente cinta se estrenó ya sin el apelativo “Star Trek” en el título, con el fin de desorientar al espectador ocasional con respecto a la condición del film, pese a que tanto el póster como las fotos publicitarias dejaban a las claras lo que era (en las subsiguientes ediciones en vídeo, DVD y Blu-Ray, y en las pases televisivos, se reincorporó al título su seña identificativa tradicional). En todo caso, eso pudiera proceder de una táctica de mercado internacional, pues en el resto del mundo se procedió a algo similar: el título primordial era The Voyage Home, y Star Trek IV representaba un subtítulo. Parece ser que el éxito mundial de la película previa no fue muy significativo, en detrimento de Los cazafantasmas (The Ghostbusters), que fue arrollador. También se rodó, para el mercado internacional (en concreto Europa, Sudamérica y Australia), un largo prólogo especial, haciendo un resumen de los dos filmes anteriores, narrado por William Shatner, y con música compuesta ex-profeso para la ocasión[3]. También al inicio, y con destino a todo el mundo, se añadió una dedicatoria a los hombres y mujeres que murieron a bordo del Challenger, cuando éste explotó en 28 de enero de 1986.

Una vez se decidió hacer, pues, una cuarta entrega de Star Trek, lo primero era elegir el tema: un viaje en el tiempo; al presente, además, dijeron los productores. El motivo era obvio: el presupuesto de rodar en escenarios reales, sin efectos de ningún tipo, ahorraba mucho dinero. Una vez planteado esto, había que buscar desde el punto de vista dramático el motivo de ese viaje. Leonard Nimoy recuerda: “En una conversación con un amigo sobre especies en peligro surgió la ballena jorobada[4]. Me intrigó de inmediato, porque hay un misterio, el tamaño grande de las criaturas, emiten un canto que aún no entendemos… No sabemos qué significa: ¿es de navegación, territorial, sexual?” Así pues, Nimoy informó a Bennett de la temática a emplear[5]. En un principio se pensó en otra idea, tal vez una planta extinguida que había que buscar, necesaria para desarrollar un medicamento que combatiera una plaga mortal.

También se procuró insertar humor. “La intención era añadir sencillez sin perder la solución de los problemas que vamos a resolver”, refiere Bennett, y Nicholas Meyer informa: “Me reuní con Harve y Leonard y dije: ‘¿Cuál es el trato?’. Leonard dijo: ‘Queremos hacer algo bonito.’”. Bennett prosigue: “Su idea era algo sin miedo, reglas… No era falta de respeto por Star Trek, pero sí una relajación de la idea central tradicional”. Y de nuevo Meyer añade: “Harve dijo: ‘Estamos bajo presión, hay que darle vida al cachorro juntos. ¿Qué tal si hago los actos I y IV, los del espacio exterior, y tú haces el II y III, cuando visitan San Francisco en el siglo XX?”. Bennett informa: “Doce días después juntamos mi principio, su parte central y mi final. Y quedó bordado”.

Para la presente cinta el equipo se amplió de forma significativa con un nombre: Michael Okuda. Okuda es un diseñador gráfico que en esta película realizó las visualizaciones gráficas de los ordenadores de la nave y, a partir de ahí, es el responsable, junto a su esposa Denise, de efectuar este tipo de labor en todas las demás películas y series, ampliando también lo concerniente a muchas de las características de diversa índole del Universo Trek, salvo en Star Trek: Enterprise.

En principio, la intención era estrenar la película en verano de 1986, pero se retrasó con el fin de permitir que William Shatner pudiera finalizar la temporada de la serie T. J. Hooker, en la cual trabajaba en esos momentos. Una escena prevista para la película era una en la cual Sulu se encontraba en las calles de San Francisco con un muchachito que resultaba ser su tatatarabuelo. Sin embargo, a la hora de rodar, el chico, que no había actuado jamás en una película, se puso muy nervioso, máxime por la presión constante de su madre, que revoloteaba por allí, y al final se hubo de prescindir de esa secuencia.

Otra escena prevista era una en la que se nos informaba de que Saavik permanecía en Vulcano, para desarrollar un embarazo que le había provocado Spock. En efecto, si recordamos la película previa, hay un momento en el que el Spock adolescente sufre el pon farr; parece ser que Saavik, muy amable ella, decidió consolar al muchacho… En este sentido, en la escena final de la película anterior, cuando Spock mira uno a uno a los tripulantes, y cuando se detiene ante Saavik ésta desvía la mirada, como avergonzada. Esa reacción la forzó intencionadamente Nimoy en la actriz, quizás para dar a entender esa relación. Sin embargo, la única escena en que aparece Saavik en este film, varios meses después de lo que precede, el plano final en el cual ella ve alejarse la nave muestra un plano general, y ella luce un talle espléndido, no dando indicios de estar embarazada.

Un boceto de guion previo se titulaba “The Trial of James T. Kirk”, y se centraba en el proceso al cual era sometido Kirk a petición de los klingons, y motivado por los hechos acontecidos en la película previa; uno de los testigos había de ser Harry Mudd. Cuando en su lugar se optó por una trama de viaje temporal, el elemento del juicio se abrevió lo máximo posible. Detalles de ese guion rechazado, incluyendo diálogos concretos, se reaprovecharían para la sexta entrega de la franquicia cinematográfica.

Cuando Nicholas Meyer fue contratado para colaborar en el guion, intentó cambiar la acción, y que en lugar de transcurrir en San Francisco esta aconteciera en París. Ello era debido a qué él había realizado la película Los pasajeros del tiempo (Time After Time, 1979), con una idea muy similar a la presente, y que también transcurría en San Francisco. De todas maneras, como la sede de la Flota Estelar se ubicaba en San Francisco, no había forma de variar ese detalle. Aparte de los chistes que produce el contraste de culturas, presentes en ambos filmes, y de un tono muy similar, hay que destacar la escena en la cual se produce el salto temporal: en Los pasajeros del tiempo vemos una serie de imágenes abstractas mientras se oyen voces pertenecientes a hechos históricos; en Star Trek IV vemos imágenes computerizadas de los personajes, con sus voces, representando la historia de ellos mismos. Por lo demás, la dirección corrió a cargo, una vez más, de Leonard Nimoy, pues esa había sido su imposición a cambio de aparecer como actor de nuevo en la previa película.

Los planos de Walter Koenig y Nichelle Nichols preguntando a la gente en la calle por la localización de la base naval se rodaron con cámara oculta. Y terminamos refiriendo, también en el sentido anecdótico, que en la novela The Eugenics Wars: The Rise and Fall of Khan Noonien Singh (2001), de Greg Cox, se refiere que, cuando en esta película Chekov arroja el fáser klingon y el comunicador contra los investigadores en el portaaviones Enterprise, los objetos luego fueron enviados al Área 51[6], pero antes de que nadie pudiera empezar a estudiarlos fueron recuperados por Gary Seven[7].

Por increíble que parezca, cuando se hizo un pase de prueba a los ejecutivos de la Paramount, algún mandatario sugirió que los sonidos que lanza la sonda se subtitulasen, que se explicase el diálogo entre esta y las ballenas. Por supuesto, todos lo consideraron una estupidez y pasaron de hacerlo. En opinión de Bennett, esta es la más lograda de todas las películas de Star Trek.

Nuevos personajes aparecen en la presente película. La doctora Taylor en un principio había de ser un hombre, un profesor de universidad chiflado y fanático de los ovnis. El papel fue ofrecido a Eddie Murphy, pero por suerte éste lo rechazó, prefiriendo rodar El chico de oro (The Golden Child, 1986); después, el actor referiría que esa decisión fue un error por su parte, aunque nosotros se lo agradecemos sinceramente. Según refiere William Shatner en sus memorias, Eddie Murphy se dirigió a Nimoy y Bennett solicitando un papel en la película, pues era un gran fan de la franquicia trek, pero tanto los agentes del actor como la propia Paramount pensaban que era un error conjuntar las dos series de más éxito de la casa. Esto, por cierto, también motivó el rumor por aquellas fechas de que no solo Eddie Murphy salía en la nueva película de Star Trek, sino que, de hecho, lo hacía su personaje de la saga Superdetective en Hollywood. A todo esto, Nicholas Meyer refiere que le llamaron para escribir ex-profeso la parte que transcurría en el siglo XX, y que cuando él se incorporó el guion se estaba desarrollando con Murphy en mente para el papel de Taylor.

Así pues, cuando Murphy dejó el proyecto, se rehízo el guion y se convirtió al doctor en doctora, y el papel fue ofrecido a la actriz Catherine Hicks, que fue elegida por el propio William Shatner entre diversas candidatas. Excelente intérprete, sin embargo no ha tenido excesiva suerte. En sus inicios tuvo un papel fijo en la serie Ryan’s Hope (1975-1989), y encarnó a Marilyn Monroe en un telefilm. Participó en algunas películas importantes, pero no logró encauzar su carrera, por lo cual regresó a televisión, habiendo tenido un papel fijo en otra serie de éxito popular, Siete en el paraíso. Su marido es el técnico en efectos especiales Kevin Yagher. Añadamos que, al final del film, la doctora Taylor se queda en el siglo XXIII, y es asignada a una nave científica, la USS Clarke, aparte de sugerir que su relación con Kirk proseguirá, aunque después nunca más la volvimos a ver[8]. Es una lástima, porque la química entre Kirk y Taylor funciona muy bien, y parece también inspirada en la  relación que hay en Los pasajeros del tiempo.

Resaltemos que el actor Brock Peters, que encarna brevemente al almirante Cartwright en esta película, así como en la sexta entrega, volvería a aparecer en la franquicia, en concreto en la serie DS9 como el padre de Sisko, y también puso voz en algunos juegos de ordenador de la saga con el papel del general Mi’Qoch. De amplia carrera a sus espaldas, Brock Peters (1927-2005) actuó como cantante y debutó en cine en el musical Carmen Jones (Carmen Jones, 1954), de Otto Preminger, y fue un sólido secundario en infinidad de películas y series, hasta su muerte por cáncer de páncreas.

Citemos a otro magnífico actor como es John Schuck, que aquí da vida al embajador klingon, ocupación que repite también en la sexta película de la saga, y hará otros cometidos en diversos episodios de DS9, VOY y ENT. Es otro secundario de hierro, desde que debutó con la célebre M.A.S.H. (MASH, 1970), de Robert Altman, director con el cual coincidirá en más ocasiones. Es famoso sobre todo por su papel de robot en la serie Holmes and Yo-Yo (1976-1977), y en especial por su encarnación del sargento Enright en la mítica El comisario McMillan y su esposa (McMillan & Wife; 1971-1977). Como curiosidad, resaltemos que encarnó al monstruo de Frankenstein en el telefilm The Halloween That Almost Wasn’t (1979), de Bruce Bilson, y luego fue Herman Munster en Los Monsters, hoy (The Munsters Today; 1988-1991). Y ya que hablamos de actores, hay que referir que esta es la última vez en que Majel Barrett encarna a la enfermera Chapel, en un cometido, además, muy breve.

Gran parte de los planos que acontecen con ballenas se rodaron con cuatro modelos hechos en animatronic con una longitud de cerca de un metro con veinte centímetros. Los modelos, al parecer, eran tan reales que las autoridades de pesca criticaron a los responsables de la película por hacer tomas tan cercanas a ballenas en libertad, y Paramount debió aclarar la situación, declarando que solo eran reales las ballenas de la tomas finales, en alta mar. Aparte de los modelos de cuerpo entero, también se hizo una cola de ballena, igualmente por animatronic, y esta a escala real.

Los planos de las ballenas en el acuario fueron en realidad rodados en una piscina de una universidad de Los Ángeles; en cuanto al momento en que el pájaro de presa cae (debido a la cola realizada a tamaño natural), se rodó en el parque automovilístico de la Paramount, que fue inundado para la ocasión; ese mismo lugar era una parte de Vulcano en la primera película. Y de nuevo, en un intento de aprovechar presupuesto, algunos planos de los pájaros de presa klingon están repicados de la tercera película.

Las escenas en el portaaviones Enterprise están trucadas, dado que era imposible rodar en uno auténtico, por motivos de seguridad (nacional). En realidad se rodó en el barco USS Ranger, de clase Forrestal. Todos los marineros del Enterprise, por cierto, eran auténticos marinos del Ranger. Por último, el helicóptero no es real, pues fue prohibido su uso por parte del ayuntamiento de San Francisco; es una maqueta comprada en Japón y teledirigida.

La presente entrega eleva algo el nivel, después de la lamentable muestra anterior. El guion, aun siendo elemental, está bien desarrollado y ofrece mejores resoluciones a todos los niveles, si bien cabe achacar lo rápido con que Kirk y Spock averiguan lo relacionado con la sonda y las ballenas (el inicio, con la sonda rumbo a la Tierra, recuerda un tanto a la primera película de la saga, por cierto, con V’Ger efectuando igual objetivo, y el diseño de la sonda recuerda al cigarro de “The Doomsday Machine”, episodio correspondiente a la serie de televisión clásica). Pero con una duración de casi dos horas, aportar más escenas quizás no fuera lo más conveniente; de hecho, sospechamos que en la sala de montaje quedaron muchos metros inutilizados, véanse las apariciones a modo de cameo de Chapell y Rand, sin mucha justificación con respecto a donde están ubicadas.

El guion desarrollado por cuatro personas, y a partir de dos argumentistas, es quizás algo episódico, pero posee nervio y, en especial, unos excelentes diálogos, que aprovechan la química de los actores, manifestándose estos, en general, en estado de gracia, chispeantes y enérgicos. La historia es una especie de mezcla entre Los pasajeros del tiempo y el episodio de la serie clásica “Tomorrow Is Yesterday” (inclusive hacen uso del mismo sistema para viajar en el tiempo, y algunas incidencias, sobre todo en relación con los militares, son muy afines). La película, pues, es distraída, ingeniosa, aunque en verdad carezca de mucho continente, si bien cabe celebrar el añadido del mensaje ecológico respecto a la extinción a la cual estamos llevando a las ballenas; criticar esa sinrazón nunca está de más. Resulta también muy divertido, dentro de la seriedad de la idea, la imagen de barbarie y estupidez que ven los viajeros del futuro en los terrestres del siglo XX. Dentro del humor inherente en el film, este es un duro palo para el orgullo egocentrista del ser humano: “Se trata de una cultura primitiva y muy paranoica”, llegará a decir Kirk.

En todo caso, argumentalmente, cabe resaltar un detalle. El siglo XX que aparece en el film es muy cercano a nuestro mundo real de la época, 1986. En esencia, esta representación no es un fallo en sí, pero recordando cómo se mencionaba este período en la serie clásica, y con la sublevación de Khan y otros superhombres que llevaron a las Guerra Eugenésicas entre 1992 y 1996, este mundo aparece casi demasiado idílico y poco evolucionado para crear hombres superiores por medio de la genética, teniendo en cuenta que Khan ya sería un hombre con todo su potencial para gobernar el mundo, y ya debieran empezar a desatarse las luchas que llevaron a esa situación. Todo esto se debe, desde luego, al intento de ahorrarse muchos efectos especiales ambientando la película en esa misma época, dotándola de un tono de comedia ligera e introducir el elemento ecológico, pero podrían haber mostrado ese 1986 algo más avanzado que el del mundo real mediante algunos elementos no demasiados costosos, e incluso haber añadido el plano de algún noticiario mencionando a Khan, que está empezando a originar revueltas, por ejemplo. Eso hubiese originado, por supuesto, que ese 1986 no es el nuestro, sino acaso una realidad alternativa.

Leonard Nimoy, como realizador, en el lapso ha aprendido un tanto a dominar el oficio. Es capaz de conferir de algo más de carácter y energía al conjunto, se siente más suelto, y transmite esa confianza a los demás. Choca, en todo caso, la austeridad de todo, percibiéndose a las claras el desesperado intento de ahorro de dinero que supone el film. Escasos planos de efectos especiales, repicados (una vez más) de películas previas, ambientación en la actualidad… Paulatinamente Paramount había ido reduciendo el presupuesto de su franquicia insignia, y buscaba a la desesperada conseguir más con menos…

Un film agradecido, pues, en especial después del bajón previo (digamos que ofrece menos que el anterior, pero lo que ofrece está mejor resuelto), aunque no esté a la altura de las mejores de la saga, estando más al nivel de uno de los episodios “simpáticos” de la serie televisiva, salvo que con un metraje desmesurado.

 

Anécdotas

  • Título de rodaje: Star Trek IV: The Adventure Continues.
  • Título en Argentina, México y Uruguay: Viaje a las estrellas IV: Misión: Salvar la Tierra. Título en Perú: Misión: Salvar la Tierra.
  • El “aluminio transparente” que inventa Scotty fue realmente descubierto, en concreto en 2009, por parte del profesor Justin Wark del Departmento de Física de la Universidad de Oxford.
  • En principio, William Shatner no estaba muy seguro de querer volver a aparecer, y durante un tiempo se planteó la idea de una película ambientada en la Academia de la Flota Estelar (hubo rumores de Kiefer Sutherland como Spock). Al final, le convencieron subiéndole el sueldo, y como este también era ya alto para Leonard Nimoy, el resultado fue que el presupuesto para la serie Star Trek: La nueva generación (que debutaba al año siguiente) fue reducido.
  • Susan Sarandon fue considerada para el papel de la doctora Gillian Taylor.
  • Siguiente entrega de la saga: Star Trek V: The Final Frontier [tv/vd/dvd/bd: Star Trek V: La última frontera, William Shatner, 1989].
  • Estrenada en Estados Unidos el 26 de noviembre de 1986. En España se estrenó el 21 de agosto de 1987.

 

Carlos Díaz Maroto y

Luis Alboreca (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

[1] Ganó 2010: Odisea dos (2010, 1984), de Peter Hyams. Las otras nominadas eran Dune (Dune), de David Lynch, Los cazafantasmas (Ghost Busters), de Ivan Reitman, y Starfighter – La aventura comienza (The Last Starfighter), de Nick Castle, todas del mismo año.

[2] Mejor película de ciencia ficción, director, actor (Shatner), actriz secundaria (Judith Anderson), efectos especiales y vestuario.

[3] Este prólogo aparece en la edición en DVD puesta a la venta en España, pero no en la de BD.

[4] En español se la conoce como yubarta, gubarte o ballena jorobada (nombre científico: Megaptera novaeangliae). Para la redacción de este texto hemos visto la edición en BD, subtitulada, y ahí lo traducen como ballena gris, que es otra especie (Eschrichtius robustus).

[5] Qué bonito hubiera sido situar a los tripulantes de la Enterprise en una época pasada de la caza de ballena, en un contexto a lo Moby Dick

[6] El Área 51 es una base militar real situada en la zona sur de Nevada, en los Estados Unidos. El mito refiere que en su interior están alojados en secreto los restos de un ovni estrellado y varios extraterrestres, que el gobierno norteamericano estudia sin informar de ello a la población civil.

[7] Personaje invitado principal de uno de los episodios míticos de la serie clásica, «Assignment: Earth», y que se pretendía fuese piloto de una nueva serie protagonizada por él. Es un humano del siglo XXIV de misión secreta en la Tierra, en 1968.

[8] El personaje reaparece en la novela trek Watching the Clock (2011), de Christopher L. Bennett, primera de la serie «Star Trek: Department of Temporal Investigations», así como en otras historias y cómics.