D: Xavier Giannoli. G: X. Giannoli, Marcia Romano. I: Catherine Frot, André Marcon, Michel Fau, Christa Théret, Denis Mpunga, Sylvain Dieuaide, Aubert Fenoy, Sophia Leboutte, Théo Cholbi, Astrid Whettnall, Vincent Schmitt, Christian Pereira… T.O.: Marguerite. Francia, República Checa, Bélgica 2015.

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París, años 20. Marguerite Dumont es una aristócrata amante de la música, y como tal a veces monta recitales, donde el plato fuerte lo reserva para el final: ella misma. Lo malo es que, a su lado, Enrique Iglesias parece Pavarotti.

Inspirada en hechos reales, la película arranca en un tono de grata comedia, pero de forma paulatina va adquiriendo acidez, y el humor se torna en drama. Giannoli -de quien en España vimos con anterioridad Crónica de una mentira (À l’origine, 2009), con François Cluzet y Gérard Depardieu- logra conferir el tono justo a la historia, de tal modo que, sin darte cuenta, vas pasando de una gradación a la otra. Reflejo del atractivo ambiente cultural parisino de los años veinte, y donde la peculiar Dumont resalta con una frescura y espontaneidad apabullantes. Gran parte del mérito del film estriba en la soberbia interpretación por parte de Catherine Frot –La cocinera del presidente, Los últimos días del mundo, La marca del ángel…-, quien confiere a su personaje la humanidad, vitalidad y tono trágico adecuadamente equilibrados. También es digno de destacar Denis Mpunga como el criado negro Madelbos, siempre al servicio de su señora. De hecho, el film hace rememorar un tanto El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, 1950), de Billy Wilder: una diva que no es consciente de su propio declive, el servidor fiel que intenta que su admirada señora no sea consciente de lo que sucede…

Una cinta muy agradable de ver, y altamente recomendable.

CALIFICACIÓN: 3,5 (de 5).

Carlos Díaz Maroto

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