Un ser extraterrestre viene como avanzadilla de una invasión a nuestro planeta, y toma un cuerpo humano que recibe el nombre de doctor Odo Varnoff. En unión a un par de acólitos decide resucitar al hombre lobo Waldemar Daninsky, el vampiro conde Janos de Mialhoff, el monstruo de Farancksalan y a la momia de Tao-Tet, con el fin de crear el caos en el mundo y luego, cuando la raza humana se extinga, posesionarse de la Tierra.

Dirección: Tulio Demichelli, [Hugo Fregonese, Antonio Isasi-Isasmendi, Eberhard Meichsner, sin acreditar]. Producción: Eichberg-Film GmbH, International Jaguar Cinematografica, Producciones Jaime Prades. Productores: Jaime Prades. Ayudante de producción: Jaime d’Ors. Productor asociado: Víctor Tarruella Lacour. Guion: Jacinto Molina. Fotografía: Godofredo Pacheco. Música: Franco Salina, [Rafael Ferrer-Fitó, sin acreditar]. Montaje: Emilio Rodríguez. Decorados: Adolfo Cofiño. FX: Antonio Molina (efectos especiales), Francisco Ramón Ferrer (maquillaje). Intérpretes: Michael Rennie (Dr. Odo Varnoff), Karin Dor (Maleva Karnstein), Craig Hill (inspector Henry Tobermann), Patty Shepard (Ilse Sternberg), Ángel del Pozo (Dr. Kirian Werner), Paul Naschy (Waldemar Daninsky), Gela Geisler [acreditada como Ella Gessler] (Ilona), Manuel de Blas (conde Janos de Mialhoff), Peter Damon (juez Sternberg), Diana Sorel (recepcionista de la biblioteca), Ferdinando Murolo (monstruo de Farancksalan), Luciano Tacconi (dueño de la feria), Gene Reyes (Tao-Tet, la momia), Paul Cross (Dr. Don Uno), Robert Hall (comisario Glück), Walter Kraus (secretario), Fajda Nicol… Nacionalidad y año: España, Alemania, Italia 1970. Duración y datos técnicos: 87 min. / 77 min. – Eastmancolor – 2:20:1 (copias en 70mm inflado) / 2.35:1 (copias en 35 mm) – Totalvision.

 

La marca del hombre lobo (Enrique López Eguiluz, 1968) tuvo un éxito inusitado, así pues se decidió volver a exprimir el jugo al tema, y se procedió a la realización de Los monstruos del terror / Dracula jagt Frankenstein / Operazione terrore (1970), una extraña asociación entre España, Alemania e Italia, con guion del propio Molina por encargo del productor de origen uruguayo Jaime Prades, proveniente de las elaboraciones de Samuel Bronston sobre tierras hispanas.

Jacinto Molina se reserva aquí un pequeño papel en el entramado —aunque es el que más aparece entre los monstruos convocados—, donde un extraterrestre —Michael Rennie, nada menos, el Klaatu de Ultimátum a la Tierra (The Day the Earth Stood Still, 1951), de Robert Wise— es enviado a nuestro planeta como una avanzadilla invasora para poblar nuestro planeta con los habitantes de un mundo que se está extinguiendo; resucita a un científico y una enfermera con el fin de que les ayude en su plan: devolver a los grandes monstruos a la vida y con ellos dominar la Tierra. Por medio de un libro, Anthologie of the Monsters, un policía descubre los engendros de la Naturaleza que interesan al alienígena Varnoff y éste, uno a uno, va rastreando y recuperando los cuerpos sin vida de un vampiro, el hombre lobo, la momia y un tal monstruo de Farancksalan[1] (el Golem, que también se cita, al final no aparece en el film por cuestiones de presupuesto[2]).

Con el título primitivo de El hombre que vino de Ummo[3], el guion de Molina, de nuevo, aúna sus dos grandes pasiones: el pastiche de monstruos, por un lado, y las referencias al cine de la Universal. Así, al inicio del film, en una feria es exhibido el esqueleto del vampiro —el conde Janos de Mialhoff[4], trasunto obvio del conde Drácula— atravesándole una estaca, tal como en La zíngara y los monstruos (House of Frankenstein, Erle C. Kenton, 1944), e inclusive el gitano que lo exhibe, caracterizado con blanco pelo rizado y un mostacho, recuerda a Boris Karloff en el referido film.

Respecto al personaje del licántropo, de nuevo llamado Waldemar Daninsky, aquí se inicia lo que podría definirse como el mito de las multi-Tierras licantrópicas, es decir, en esta y las siguientes películas de Paul Naschy presentan a Daninsky, pero se le otorga un origen nuevo, sin nada que ver con el film previo —salvo algún detalle aislado—, así pues casi podría decirse que cada cinta transcurre en un Universo alternativo donde existe un Waldemar Daninsky distinto condenado a convertirse en hombre lobo, pero siempre de forma diferente. En esta cinta, concretamente, el policía que investiga los sucesos contactará con un anciano que conoció a Daninsky, y a quien define como un buen hombre e inteligente, hasta que le sucedió la tragedia, insinuando que fue el causante de la muerte de su esposa, y sin concretar cómo le cayó encima la maldición.

Por lo demás, en Los monstruos del terror los médicos, guiados por el extraterrestre, descubren la cripta en la que reposa Waldemar Daninsky y lo llevan a su laboratorio, donde le extraerán quirúrgicamente la bala de plata que acabó con él —insertos de una operación auténtica en algunas copias— y de esa forma lo devuelven a la vida, controlándolo por medio de un compuesto químico hasta que una muchacha que lo ama —aquella que, según la leyenda, habrá de acabar con él—, lo libera. En los instantes finales, el hombre lobo luchará contra la momia, ofreciendo el excelente momento de la muerte de ésta, encajada por el licántropo en la rueca de un molino y prendiéndola con una antorcha, mientras no cesa de girar, y después peleará con el monstruo de Farancksalan.

El vampiro, como se ha dicho, es un obvio trasunto de Drácula. Es posible que el cambio fuera debido a que, por esas fechas, los derechos sobre la novela de Bram Stoker aún pervivían. En cuanto a que el monstruo de Frankenstein viera cambiado su nombre por el absurdo de Farancksalan (y en algunas ocasiones hasta los actores de doblaje se confunden al pronunciarlo), fue debido al enorme parecido del maquillaje con el de Boris Karloff en el film de la Universal, y para impedir acciones legales se cambió la denominación. Volviendo a nuestro Drácula, este ofrece unos modos elegantes, vestido con traje de calle, aunque sea encarnado por el habitualmente rudo Manuel de Blas. No habla, pero parece mostrar ciertos rasgos de inteligencia, y cuando es pillado in fraganti escapa. Es una lástima que el personaje tenga tan poca participación en la trama, supeditándose a un par de escenas.

De manera sorprendente, siendo una coproducción entre tres países, cabría conjeturar que la suma de presupuestos otorgaría un aspecto más lujoso a la película, pero los resultados exponen menos lustre técnico que la muy superior La marca del hombre lobo, y los maquillajes de los monstruos resultan poco convincentes: el licántropo semeja un señor barbudo y con greñas que ha tomado mucho el sol, y que no tiene siquiera oscurecido el hocico; el monstruo de Farancksalan tiene un maquillaje tosco y está de forma constante con los ojos cerrados, aunque su tono verdoso resulta atractivo; el vampiro ofrece un aspecto tradicional, cadavérico, y en su sencillez resulta más convincente; la momia, al fin, tampoco se muestra tan negativa, semejando, eso sí, más un cadáver de una funeraria, con la cabeza vendada como tras una autopsia, facciones arrugadas y mortecinas y una mirada lagrimosa, perdida.

Lo mejor de la película, sin duda, es la extraordinaria fotografía de Godofredo Pacheco, uno de nuestros más grandes profesionales en el ámbito[5], que le otorga una textura exuberante de colores cálidos, voluptuosos. Ello, unido a la música muy de la época obra del italiano Franco Salina, los decorados y el vestuario (en especial, los modelitos que luce Patty Shepard) le brinda al film una óptica pop muy agradecida. Además, junto a esa referida trama de Molina que adopta los moldes del pastiche le proporciona a los resultados una modulación de cómic kitsch absolutamente adorable, pese a que, a veces, los diálogos pequen un tanto de simplistas (así, las resoluciones que va tomando la policía). Además, algunos personajes parecen quedar olvidados en el libreto, si bien eso también puede ser debido a los graves problemas de producción, donde situaciones planteadas en el guion fueron desechadas sin filmarse.

El alienígena Varnoff, como se ha referido, toma un cuerpo humano, y resucita a dos terrestres ya fallecidos, Maleva Karnstein[6] y Kirian Werner (Karin Dor y Ángel del Pozo, respectivamente), poseyéndoles con entidades extraterrenas. Varnoff refiere que los sentimientos son la debilidad de los habitantes de la Tierra, y que esa será el arma principal de la que harán uso para conquistarnos. Sin embargo, a lo largo del film serán precisamente esas emociones las que darán al traste con sus intentos de ocupación. No solo los propios héroes harán uso de las mismas, sino que los mismos alienígenas se verán aquejados por ellas: tanto Maleva como Kirian desarrollan pasiones, y el propio Varnoff, aun a renuencia, se le percibe que algo siente en algún momento.

Anunciada en un inicio con un presupuesto generoso, al final este fue menguando. En un principio, parece ser, iba a ser dirigida por el muy interesante Julio Coll, pero hubo ciertas disputas, según se comenta, y abandonó antes de iniciado el rodaje; filmada en seis días (con periódicas interrupciones), Hugo Fregonese, sólido director argentino que llegó a trabajar inclusive en los Estados Unidos, abandonó el rodaje hacia los dos tercios del mismo, pues fue cancelado por falta de dinero, siendo después reemplazado por el muy inferior Tulio Demichelli, también argentino, curiosamente; en apariencia, rodó escenas adicionales el español Antonio Isasi-Isasmendi[7], y hasta se cita a Eberhard Meichsner, que no tiene otro crédito como director que sepamos, y fue de forma habitual productor, así que es muy posible que se sumara su nombre por cuestiones administrativas. En cuanto al Peter Riethof que aparece como codirector en algunas filmografías, se trata del individuo que montó la chapucera versión norteamericana, eliminando diez minutos de metraje, aunque algunas fuentes citan también como responsable a Al Adamson —sin duda por ser el director de otra película llamada Dracula vs. Frankenstein (1971), título por el cual se conoce en Estados Unidos a la presente—.

 

Anecdotario

  • Título de rodaje: El hombre que vino de Ummo.
  • Títulos de coproducción: Dracula jagt Frankenstein (Alemania); Operazione terrore (Italia).
  • Título en Argentina: Drácula contra Frankenstein (Operación terror). Título en México: Operación terror.
  • Títulos anglosajones: Dracula versus Frankenstein / Assignment Terror / Operation Terror / The Man Who Came from Ummo / Operation Terror.
  • Rodada entre el 24 de julio y el 19 de septiembre de 1968, en Wasserburg am Inn, Baviera, mientras que las escenas del parque de atracciones de Blaustadt se rodaron en el Auer Dult de Múnich, en Alemania, y en España en Almería, Barcelona, la Ermita de San Frutos, en Sepúlveda, Segovia, y en Madrid en las ruinas del monasterio de Santa María la Real, cerca de San Martín de Valdeiglesias y en la Casa de Campo.
  • Última película en la filmografía de Michael Rennie.

  • Actores de doblaje: Michael Rennie: Rafael Luis Calvo (español), Wilhelm Borchert (alemán); Karin Dor: María Luisa Solá (español), Beate Hasenau (alemán); Craig Hill: Manuel Cano (español), Gert Günther Hoffmann (alemán); Patty Shepard: Rosa Guiñón (español), Almut Eggert (alemán); Ángel del Pozo: Rogelio Hernández (español), Karlheinz Brunnemann (alemán); Paul Naschy: Dionisio Macías (español), Rolf Schult (alemán); Gela Geisler: Consuelo Vives (español), Ursula Herwig (alemán); Peter Damon: Josep Maria Angelat (español), Friedrich W. Bauschulte (alemán).
  • Naschy afirmó que el actor de Hollywood Robert Taylor se ofreció para interpretar al alienígena protagonista de la película, pero el productor contrató a Michael Rennie en su lugar.
  • Título previo de la saga Waldemar Daninsky: La marca del hombre lobo (Enrique López Eguiluz, 1968).
  • Título siguiente de la saga Daninsky: La noche de Walpurgis (León Klimovsky, 1971).
  • Estrenada en Alemania el 27 de febrero de 1970, en España el 28 de agosto de 1971 (Sevilla) y el 22 de noviembre de 1971(Barcelona). En Madrid no tenemos datos de su estreno.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] En diversos momentos se menciona a los monstruos de Farancksalan, en plural, como si hubiera habido varios a lo largo del pasado. Hubiera sido interesante conocer esa historia…

[2] Parece ser que también se eliminaron del guion momentos que implicaban platillos volantes, por el mismo motivo.

[3] El «caso Ummo» fue uno de los más famosos dentro de la historia de la fenomenología ovni en España. Según parece, comenzó el 6 de febrero de 1966, en Madrid, cuando se supone que fue avistado un platillo volante en Aluche. Una tal Sociedad de Amigos del Espacio, fundada por Fernando Sesma, dio un gran eco al suceso, haciendo públicas unas supuestas cartas de alienígenas, y finalmente se hicieron públicas unas fotos de un ovni junto a los castillos de San José de Valderas (Alcorcón), que lucía un curioso símbolo en su panza, como un signo de sumar flanqueado por dos paréntesis invertidos. Durante un par de décadas se siguió explotando comercialmente el suceso, hasta que, a mediados de los años noventa,​ José Luis Jordán Peña, ingeniero técnico especializado en parapsicología, confesó ser el creador e instigador de este fraude.

[4] Igual nombre que el que detentaba el vampiro encarnado por Julián Ugarte en La marca del hombre lobo.

[5] En 1962 fue galardonado con el premio del Sindicato Nacional del Espectáculo por su labor en Dulcinea (Vicente Escrivá, 1962), y ejerció su labor en títulos como Gritos en la noche / L’horrible docteur Orlof (Jesús Franco, 1962), La hora incógnita (Mariano Ozores, 1964), Superargo, el gigante / L’invincibile Superman (Paolo Bianchini, 1968), La residencia (Narciso Ibáñez Serrador, 1969) o Santo contra el doctor Muerte / Santo vs. el Dr. Muerte (Rafael Romero Marchent, 1973).

[6] Maleva es el nombre de la gitana que protagoniza parte de la saga de la Universal, interpretada por Maria Ouspenskaya, y también es un apelativo que Molina ha utilizado en algunas de sus películas. En cuanto al apellido de Karnstein (o Kerstein, como es citado en algunas fuentes) es el de la protagonista de la novela de vampiros Carmilla, de J. Sheridan LeFanu.

[7] «En su autobiografía Memorias de un hombre lobo (Alberto Santos Editor, 1997) —pág. 77—, Paul Naschy menciona que la película fue terminada gracias a la intervención de Antonio Isasi-Isasmendi. Preguntado al respecto por Javier Pueyo durante una conversación telefónica mantenida el 1 de febrero de 2017, el director de El aire de un crimen rememoraba: «No recuerdo que yo hubiera trabajado en Los monstruos del terror. Sí es cierto que Tulio Demicheli y yo éramos amigos. Nos encontrábamos a menudo por los diferentes estudios, hablábamos de nuestros respectivos proyectos, etc. Es posible que me pidiera ayuda y que yo aportase algo de dinero para terminar esa película, o que le facilitara ciertos contactos, pero no lo recuerdo con exactitud». Nota a pie de página de la reseña del presente film, obra de José Luis Salvador Estébenez, y perteneciente al libro Paul Naschy / Jacinto Molina: La dualidad de un mito; coordinado por Salvador Estébenez. Vial Books, 2017.