Un hombre de negocios que actúa de un modo no muy claro está de luna de miel en Puerto Rico cuando uno de sus abogados aparece para comentarle unas cuestiones. En un relax en un yate, el matrimonio y el abogado se sumergen a hacer submarinismo, y cuando vuelven el aire está irrespirable. Cuando lleguen a la ciudad encontrarán a toda la población muerta. El fin del mundo ha comenzado.
Dirección: Roger Corman. Producción: The Filmgroup Inc. Productor: Roger Corman. Productor asociado: Charles Hannawalt. Guion: Robert Towne. Fotografía: Jacques R. Marquette. Música: Ronald Stein. Montaje: Anthony Carras. Intérpretes: Betsy Jones-Moreland (Evelyn Gern), Antony Carbone (Harold Gern), Robert Towne [acreditado como Edward Wain] (Martin Joyce). Nacionalidad y año: Estados Unidos 1960. Duración y datos técnicos: 64 min. [estreno en cines] / 71 min. [remontaje ampliado para TV] – Eastmancolor – 1.85:1 – Vitascope – 35 mm.
No nos engañemos: aunque Roger Corman fue, en particular, un director de películas de monstruos, siempre tuvo pretensiones de ir más allá de eso. Películas como Gas-s-s-s! [tv: Gasss, 1969], The Trip [tv/vd: El viaje, 1967] o incluso La máscara de la Muerte Roja (The Mask of the Red Death, 1964) así lo atestiguan; sus abandonos del campo de la dirección tras el fracaso crítico de El Barón Rojo (The Red Baron, 1971) y, luego, de Frankenstein Unbound [tv/vd: La resurrección de Frankenstein, 1990] es sintomático, de igual modo. Last Woman on Earth es otro ejemplo más.
Un holocausto mundial, película de Corman. Con esos ingredientes, uno imaginaría cuatro o cinco actores de treinta años representando a muchachos de diecisiete, diálogos pueriles pretendiendo pasar por trascendentes, y algún monstruo de papier maché. Nada de eso. En su lugar, tres actores adultos que representan personajes de su edad, diálogos que no son nada idiotas, y un monstruo que no es otra cosa que las propias frustraciones, represiones y defectos inherentes en el ser humano. A ello ayuda, obvio es, el guion del hoy justamente afamado Robert Towne (en la que fue su primera película), merecido Oscar de Hollywood por la estupenda Chinatown (Chinatown, 1974) de Roman Polanski, y que aquí colaboró por vez primera con Corman; la segunda sería en la exquisita Tomb of Ligeia [tv/dvd: La tumba de Ligeia, 1964], del ciclo de adaptaciones de Edgar Allan Poe.
La presente película se rodó aprovechando unos pocos días que sobraban, película gratis que les era regalada por los laboratorios para probar una emulsión nueva, y un guion improvisado que fue escribiendo Robert Towne sobre la marcha, re-contratado como actor para ahorrarse el billete y hospedaje de un trabajador más. Muy cormaniano todo, como vemos.
Y el resultado no es nada desdeñable, salvo algunos defectos de imagen propia del celuloide empleado, como unas tonalidades basculantes, y que en ocasiones parece el Technicolor bitono de principios de los treinta, y algún que otro plano desenfocado. La fuerza la aportan los actores, excelentes los dos primeros, torpón y tímido Robert Towne, pero que viene bien al personaje; y unos diálogos incisivos y vivaces, que son desgranados por los actores mientras asisten resignados al fin del mundo.
Así pues, la película se articula en su totalidad a partir de la relación entre tres personajes inmersos en una situación anómala: un hombre de negocios cuya actividad la desarrolla guardando un precario equilibrio con la legalidad, y al que poco le falta para ser un gánster, y que utiliza a las personas del mismo modo que los objetos de su propiedad; la chica del primero, en teoría la típica putilla que acompaña al ricachón, pero en realidad una mujer inteligente e independiente, que busca su propia identidad en un mundo caótico, sea el de antes o después de la bomba; y un abogado joven e inexperto, amén de inteligente e idealista, y cuyo comportamiento será la base de interactuación entre los tres personajes.
Junto a ello, un holocausto mundial que no queda demasiado claro, pero que ofrece la interesante idea de la ausencia de oxígeno en la atmósfera y su posterior recuperación. En el ínterin, la vida ha desaparecido de la Tierra… Se supone que, al igual que nuestros tres protagonistas estaban bajo el agua y con bombona de oxígeno, y que de ese modo han escapado a la muerte, quizás otra gente en otros lugares del globo han escapado de una forma similar a la catástrofe, pero no habrá modo de comprobarlo. Así pues, nuestros tres personajes quedan anclados física y emocionalmente, con sus frustraciones, sus contradicciones, sus miedos y fracasos. Es decir, con ellos mismos.
Anecdotario
- Título en México: La última mujer sobre la Tierra. Título en Venezuela: La última mujer en la Tierra.
- Roger Corman acostumbraba a rodar una segunda película cuando se desplazaba a un lugar. Esta película se filmó porque Corman estaba en Puerto Rico para hacer Creature from the Haunted Sea [dvd/tv: El monstruo del mar encantado, 1961].
- El guionista Robert Towne no tenía el guion terminado a tiempo. En lugar de pagar a un actor y a un guionista, Roger Corman ahorró dinero contratando a Towne para que actuara en la película como el abogado Martin Joyce (bajo el nombre de Edward Wain), y así además pudo seguir presente para acabar el libreto.
- La película fue exhibida en cines con un aspect ratio de 1.85:1. Después, para su pase por televisión, se rodaron unas escenas extra por parte de Monte Hellman y se emitió en open matte (es decir, con más información por arriba y abajo, y casi la misma por los laterales). Además, mientras que la copia de cines era en color, en televisión se exhibió en blanco y negro.
- Estrenada en Estados Unidos el 5 de agosto de 1960 ―en programa doble con The Little Shop of Horrors [tv/dvd: La pequeña tienda de los horrores, 1960]―. En España quedó inédita hasta su edición en DVD varias veces, tanto la copia de cines como la ampliada para televisión.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra