Austria, en el siglo XVIII. En una pequeña localidad actúa como cazador de brujas un individuo despreciable, Albino, que hace uso de su poder a su conveniencia, acusando falsamente. Al fin, se ordena que a la ciudad llegue un inquisidor oficial, Lord Cumberland, para administrar justicia. Unos días antes acuden su verdugo y su ayudante, el conde Christian von Meruh. Este último conoce a una hermosa posadera, Vanessa; pero Albino ya ha puesto la vista también sobre ella…

Dirección: Michael Armstrong [y Adrian Hoven, sin acreditar]. Producción: HIFI Stereo 70 Kg, [Aquila Film Enterprises, sin acreditar]. Productor: Adrian Hoven. Guion: Michael Armstrong [acreditado como Sergio Casstner en algunas copias] y Adrian Hoven [acreditado como Percy Parker en algunas copias]. Fotografía: Ernst W. Kalinke. Música: Michael Holm. Montaje: Siegrun Jäger. Dirección artística: Max Mellin. Intérpretes: Herbert Lom (Lord Cumberland), Udo Kier (conde Christian von Meruh), Olivera Katarina [acreditada como Olivera Vuco] (Vanessa Benedikt), Reggie Nalder (Albino), Herbert Fux (Jeff Wilkens, el ejecutor), Johannes Buzalski (Advocato), Michael Maien (barón Daumer), Gaby Fuchs (Deidre von Bergenstein), Ingeborg Schöner (esposa del noble), Adrian Hoven (Walter, el noble), Günter Clemens, Doris von Danwitz, Dorothea Carrera, Marlies Petersen, Bob Gerry, Percy Hoven, Friedrich Schoenfelder, Emile Stemmler… Nacionalidad y año: Alemania 1970. Duración y datos técnicos: 97 min. [versión íntegra] 87 min. [versión censurada] color 1.66:1.

 

En 1970 aparecieron dos películas simultáneas sobre la Inquisición y sus horrores. Por un lado tenemos la coproducción entre Italia, Alemania Occidental, España y Liechtenstein titulada El proceso de las brujas / Il trono di fuoco / Der Hexentöter von Blackmoor, dirigida por Jesús Franco y llevada a cabo por Harry Alan Towers, asociado a Enrico Colombo y Arturo Marcos. Y por otro lado tenemos Las torturas de la inquisición (Hexen bis aufs Blut gequält, 1970), de financiación enteramente alemana, pero con ideas de exportación, de ahí que sea más conocida por la denominación inglesa Mark of the Devil y se contara con algunos actores de celebridad internacional. La película, como era norma en el cine europeo, se rodó sin sonido, con los actores hablando hasta un total de seis lenguas diferentes (lo cual provocó bastantes problemas durante el rodaje), y luego se efectuaron doblajes al alemán y al inglés.

Las dos cintas venían propiciadas por el éxito comercial que, poco antes, había tenido Witchfinder General / The Conqueror Worm [vd/tv/dvd: El general Witchfinder / El inquisidor / Cuando las brujas arden, Michael Reeves, 1968], una coproducción entre el Reino Unido y Estados Unidos que plasmaba de forma libre la vida de uno de los más famosos cazadores de brujas, Matthew Hopkins. De hecho, en un principio, Michael Reeves iba a dirigir este film, pero falleció poco antes de que comenzara la preparación. Los productores decidieron entonces contratar a Michael Armstrong[1], que trabajó como ayudante de Reeves en esa cinta, y quien había escrito el guion original de la presente, después retocado por Adrian Hoven, el productor alemán, que también dirigió escenas alternativas, cambiando lo que no le gustaba del proyecto original. Ese proyecto original, al parecer, se llamaba The Witch Hunter – Dr. Dracula, y, al menos, de él sabemos que el final original era sobrenatural, con los muertos levantándose y arrastrando a Christian al abismo, pero Hoven lo odiaba y mandó destruir los negativos[2]. La pretensión de Hoven, además, era protagonizar el film, pero al final se reservó una pequeña participación como el noble que actúa de titiritero.

Sobre las incidencias del rodaje, veamos qué refiere la Wikipedia en inglés:

El productor Adrian Hoven y el director Michael Armstrong se odiaban profundamente y a menudo discutían por cosas insignificantes[3]. Hoven se aseguró de que un pequeño número de los guiones se conservaran en el plató e incluso cortó parte del metraje de Armstrong, para poder insertar sus propias ideas en la película. Como el director de fotografía Ernst W. Kalinke era amigo de Hoven, ambos filmaban escenas sin el permiso de Armstrong. Se ha debatido qué parte de Mark of the Devil fue rodada por Armstrong y qué parte por Hoven. Armstrong afirma en la pista de comentarios de la edición en blu-ray de Arrow que no filmaron nada importante, aunque añadió la escena de la tortura con agua en la que aparece Hoven como actor a petición suya.

Lo que más destaca del film es su tono desmañado, chapucero, que puede adjudicarse tanto a Armstrong, realizador no muy destacado, o al propio Hoven[4], que fue ayudante, precisamente, de Jesús Franco, y los resultados de la presente se muestran muy similares a los de la citada El proceso de las brujas en todos los sentidos, desde el descuido formal, la dispersión narrativa o la carencia de dirección de actores. La copia que he podido ver (vía Filmin) parece ser la versión íntegra, pero ofrece un atroz doblaje al inglés que saca por completo de situación, aunque al menos permite vislumbrar lo espantoso de la interpretación de la pareja protagonista, Olivera Katarina —una belleza yugoslava aquí acreditada como Olivera Vuco— y el alemán Udo Kier —en este su tercer largometraje, y que con el tiempo llegaría a convertirse en un sólido secundario—. Otorgan potencia, eso sí, tanto Reggie Nalder como Herbert Lom.

En efecto, la puesta en escena de Las torturas de la inquisición resulta de lo más inconexa, a lo cual se suma un montaje que semeja que mucho metraje ha caído por el camino, no se sabe si por censura, porque el resultado de las tomas aconsejó prescindir de ellas, o por manifiesta incompetencia. Hay un momento antológico, donde de pronto se inserta una escena de sexo (con música clásica de fondo), hay un corte brusco con Albino y sus acólitos paseando por la calle, otro breve instante con los amantes, donde se reanuda la música, y al fin ella se levanta y se acerca a la ventana, desnuda, para que los lúbricos paseantes la vean y decidan intervenir. En cuanto a la planificación visual, es espantosa, con una escena rodada a base de zooms a los ojos de los personajes que semeja el peor de los spaghetti-westerns. Y también habría que resaltar la atroz música, totalmente inadecuada, sea en las escenas románticas, costumbristas o de horror.

La trama se alterna entre la relación romántica que mantienen Christian y Vanessa, las detenciones arbitrarias de acusados y las torturas y ejecuciones a las que se les somete, y un retrato más o menos de la figura central del inquisidor, Lord Cumberland. En un momento determinado, cuando se acusa de manera absurda a una mujer de pacto demoníaco, él escucha sin mucho interés, pero cuando se refiere que con sus artes brujeriles ha provocado la impotencia de los hombres, de pronto se enerva y ordena su encarcelamiento. Más adelante, discute con Albino y lo despide de su cargo, y este se defiende diciendo que le acusará de mil cosas; cuando añade que dirá que es impotente, le echará las manos al cuello para estrangularle. A buen entendedor… Existe un momento en el cual Cumberland atacará sexualmente a una mujer, pero la escena está resuelta a base de planos cortos, ropas revueltas y el rostro desencajado de Herbert Lom, así que no queda claro si le habrá funcionado el instrumento.

Esa alternancia de situaciones referida se halla rodada y montada del modo caótico citado. Destaca en especial una situación, donde a un hombre lo torturan por medio de la técnica de la gota de agua; los insertos de esos instantes son tan chapuceros que semejan rodados en otro momento y embutidos en cualquier momento y de cualquier manera. De hecho, todo el sentido de la película se concentra en entregar esas escenas de tortura, en teoría para ilustrar el modo en que actuaba la iglesia en esa época. Para ello se ofrece el caso de un barón que es detenido acusado de estar poseído por el diablo; este imputa al obispo, quien desea simplemente quedarse con su fortuna, y por ello es torturado; Cumberland tiene el cinismo de decirle que si firma la cesión de sus bienes a la iglesia será liberado. También hay una muchacha que es inculpada de brujería, y ella clama que fue violada por el obispo (se supone que el mismo de antes). Se le atribuirá que el niño que dio a luz es del diablo, y no del obispo.

Sin embargo, pese a ese tono crítico que parece destilar la cinta, se percibe luego en las escenas de tortura el mismo regodeo que se percibe sienten sus oficiantes. Al principio semeja aplicarse cierta sutileza en la filmación de esas escenas, pero a medida que progresa la narración se hacen más abundantes y explícitas. De tal manera, la progresión de la historia se interrumpe por medio de esos insertos, y semejan esas películas a las cuales se le aplicaron a posteriori nuevas escenas pornográficas para darles mayor rendimiento comercial. Al final, el sentido y existencia de la película es en explayarse en aquello que pretende criticar, semejando más un torture porn que una película de terror o de denuncia histórica.

 

Anecdotario

  • Título en México: La marca del diablo.
  • Título anglosajón: Mark of the Devil.
  • Otros títulos alternativos: Austria 1700 / Brenn, Hexe, brenn / Burn, Witch, Burn / Hexen / Satan.
  • El rodaje se produjo en el castillo Moosham y en Mauterndorf, en Salzburgo, y en Krems, en la Baja Austria, todo ello en Austria, durante el verano de 1969.
  • Para dotar a la película de cierta exactitud histórica, se rodó en un castillo austriaco en el que habían tenido lugar interrogatorios reales de brujas. Este castillo también sirvió de museo con auténticos instrumentos de tortura que se utilizaron en la película.
  • El propio Herbert Lom se dobló en la versión al alemán.
  • Anton Diffring fue considerado brevemente para el papel de Albino antes de que Reggie Nalder fuera elegido. Curiosamente, tanto Diffring como Nalder protagonizarían la semi-secuela, Hexen geschändet und zu Tode gequält (1973).
  • Algunos cines que proyectaron esta película regalaron «bolsas para vómitos» a los espectadores.
  • Mark of the Devil fue muy recortada en su estreno inicial en el Reino Unido en 1971, pero Intervision la estrenó sin cortes en vídeo a principios de los años ochenta. Esta versión fue retirada en 1984, cuando se introdujo en el Reino Unido la censura obligatoria en vídeo, y no fue hasta 1993 cuando Redemption volvió a editar la película en vídeo. Lamentablemente, a pesar de la antigüedad de la película, la Junta Británica de Clasificación Cinematográfica consideró necesarios 7 cortes, por un total de 4 minutos y 27 segundos. Estos cortes implicaban la eliminación de escenas enteras, como la mujer que es marcada mientras está en un potro, una secuencia posterior en la que a la misma mujer le arrancan la lengua, primeros planos del barón sentado sobre pinchos, el pinchazo en el estómago del titiritero y la escena en la que Cumberland viola a la mujer del titiritero. La mayoría de los cortes se restauraron para el DVD de Anchor Bay de 2003, aunque se eliminaron 38 segundos de desnudos en topless de la escena del potro (que sí aparecen en la copia de Filmin). La película fue finalmente aprobada sin cortes en 2013.

  • Después de que ya fuera censurada en su estreno en cines, la película fue prohibida en Alemania desde su estreno en vídeo en la década de 1980 hasta 2016. Solo entonces se levantó la prohibición.
  • Semi-secuela: Hexen geschändet und zu Tode gequält / Mark of the Devil II (1973), de Adrian Hoven, esta vez como coproducción entre Alemania y el Reino Unido. En ella, Reggie Nalder reaparece (en un papel diferente, obvio es).
  • Varias compañías de VHS intentaron explotar la notoriedad del título renombrando varias películas de terror no relacionadas como secuelas. Entre ellas, Mark of the Devil – Part III, que era la película mexicana Alucarda (Juan López Moctezuma, 1975). Mark of the Devil – Part IV y Mark of the Devil – Part V (que presentaba a la scream queen Michelle Bauer en la carátula aunque no aparecía en la película) eran películas de la serie de los templarios de Amando de Osorio: La noche del terror ciego (1972) se presentó como Mark of the Devil, Part 4: Tombs of the Blind Dead, y El ataque de los muertos sin ojos (1973) como Mark of the Devil Part V: Night of the Blind Terror.
  • Estrenada en Alemania el 19 de febrero de 1970, y en España el 18 de mayo de 1981, en Barcelona, en el cine Edén, clasificada «S» y en programa doble. En Madrid no hay constancia de estreno. Después tuvo edición en vídeo, por parte de Motion Pictures Video, en 1984, y luego en DVD en 2005 por Manga Films.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: *⅟₂

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Armstrong había escrito y dirigido con anterioridad el corto The Image (1969) y el largo Crímenes en la oscuridad (The Haunted House of Horror, 1969). Después solo dirigiría una película más, Screamtime (1983) un film de terror de sketches codirigido con Stanley A. Long, pero participó como guionista en bastantes proyectos, como la semisecuela de la presente (véase anecdotario) o House of the Long Shadows [vd/tv/dvd: La casa de las sombras del pasado, Pete Walker, 1983], y también metió mano, sin quedar acreditado, en el libreto de Lifeforce: Fuerza vital (Lifeforce, Tobe Hooper, 1985).

[2] Lo único que queda son imágenes fijas que pueden verse en una de las ediciones en DVD existentes.

[3] Sorprende pues que, más tarde, Armstrong regresara para escribir el guion de Hexen geschändet und zu Tode gequält / Mark of the Devil II (1973), de Adrian Hoven.

[4] Como director con anterioridad había ofrecido el krimi Der Mörder mit dem Seidenschal (1966) y la terrorífica Im Schloß der blutigen Begierde (1968), con Jesús Franco de por medio, y más adelante aportaría el porno blando con elementos fantásticos Mi erótico Sigfrido (Siegfried und das sagenhafte Liebesleben der Nibelungen, 1971), codirigido con David F. Friedman, la semisecuela de la presente y el drama Flor al viento (Pusteblume, 1974), con Rutger Hauer.