Tiempo atrás, el hechicero Eloím fue combatido por un miembro de la familia Petra Santa. Ahora, una secta de mujeres pantera, que fundara otrora aquél, busca acabar con todos los descendientes de los Petra Santa, como venganza, salvo el más tierno retoño, la niña Paquita, con la cual conseguirán que Eloím retorne a la vida.
Dirección: René Cardona. Producción: Cinematográfica Calderón S.A. Productor: Guillermo Calderón. Guion: Alfredo Salazar. Fotografía: Agustín Jiménez. Música: Antonio Díaz Conde (director musical). Montaje: Jorge Busto. Diseño de producción: Javier Torres Torija. FX: Margarita Ortega (maquillaje), Antonio Muñoz Ravelo (efectos especiales). Intérpretes: Ariadne Welter (Loreta Venus), Elizabeth Campbell (Golden Rubi), Tongolele [acreditada como Yolanda Montes ‘Tongolele’] (Tongolele), Eric del Castillo (capitán Arturo Díaz), Manuel ‘Loco’ Valdés (Leocadio), Eda Lorna (Eda), Genaro Moreno (Ramón Pietra Santa), María Douglas (Satanasa), El Ángel (El Ángel), Jorge Mondragón (profesor Rafael Petra Santa), Elena Saldívar [acreditada como niña Elenita Saldivar] (Paquita Pietra Santa), Nathanael León (Caín), Ángel Di Stefani (Eloím), Betty Grey, Marina Rey, María Guadalupe Delgado, Ma. Judith Mercado, Gerardo Zepeda, Jesús Murciélago Velázquez, Cavernario Galindo, Reyes Oliva, Armando Costa, Manuel Alvarado, Alfonso Carti, Federico Falcón, Juan Garza, Armando Gutiérrez, Jesús Gómez, Antonio Padilla ‘Pícoro’, Carlos Suárez… Nacionalidad y año: México 1967. Duración y datos técnicos: 88 min. B/N 1.85:1.
El cine de luchadores tiene una gran tradición dentro del séptimo arte mexicano. Por un lado tenemos cintas más o menos realistas, dramas que disponen de esas peleas como telón de fondo, pero también hay otra corriente donde esos campeones del cuadrilátero combaten contra genios del mal que muchas veces incursionan en el más allá, o contra extraterrestres u otras entidades de allende la realidad. Por supuesto, el Santo, el enmascarado de plata, es el más famoso de todos esos luchadores del ring y del crimen, pero de igual modo existen otros, como pudieran ser Blue Demon o Mil Máscaras.
Esa tradición de la lucha libre se contagió a las mujeres, y de ahí surgió un amplio ciclo con féminas en el enfrentamiento contra el crimen. Ese ciclo comenzó con La momia azteca (1957), de Rafael Portillo, y finalizó con Las luchadoras vs el robot asesino (1969), de René Cardona, y a lo largo de los años se aportaron un total de ocho películas, donde los intérpretes iban rotando, variando el protagonismo. Las mujeres panteras (1967) muestra como heroínas a las luchadoras Lorena Venus (interpretada por Ariedne Welter) y Golden Rubi (Elizabeth Campbell), quienes también participarían en otros títulos del ciclo.
Hacia la mitad de la presente, por cierto, aparece un luchador que se une al duelo contra las malas, llamado El Ángel, y que no figura en la ficha técnica de muchas fuentes, y que ya apareciera en un par de entregas anteriores de la saga, La maldición de la momia azteca (1957) y La momia azteca contra el robot humano (1958), ambas de Portillo, donde era encarnado por Crox Alvarado. Aquí, después de surgir casi como un comodín, al final se le otorgan unos visos de mito apabullantes, y su disfraz es idéntico al del Santo, capa incluida, solo que en la capa luce una A y en la máscara tiene unos dibujos en torno a los ojos que hacen semejar una especie de alas (del susodicho ángel).
Por los demás, las «mujeres panteras» del título son una serie se señoras jamonas que celebran las ceremonias en loor a Eloím, vestidas de formas muy descocadas, como es norma, ceremonias a las cuales también asisten un grupo de señores con traje. En el bando de los buenos, pues, tenemos otro grupo, más reducido, pero donde se incluyen las dos heroínas, Loreta Venus y Golden Rubi, lo cual propicia divertidas escenas de peleas donde ellas también intervienen y se las ve luchar con destreza contra hombres que caen a sus pies.
El film arranca con la secuencia de la ceremonia de las mujeres panteras, después tenemos una larga toma de lucha en el ring, y luego un número musical en un cabaret. Son convenciones habituales en el cine de esa índole, pues se trataba de películas que se distribuían por localidades pequeñas, y era una forma de acercar cierta sofisticación de la capital a los pueblos. Hay veces que este tipo de elementos terminan haciendo cansinos estos filmes, pero por suerte aquí no hay abundancia de ello, al menos.
Las mujeres panteras del título son, en la mayor parte del metraje, mujeres luchadoras, y solo en algún momento se «transforman», para lo cual simplemente desarrollan una dentadura algo desproporcionada y garras, y eso es todo. Por supuesto, están inspiradas en la maravillosa La mujer pantera (Cat People, Jacques Tourneur, 1942) ―que los mexicanos pudieron conocer al año siguiente como La marca de la pantera―, y por si había dudas de ello hay una escena en la que se ve cómo una de las mujeres pantera intenta atrapar de una jaula un canario, provocándole la muerte, lo cual sucede de igual manera en la obra maestra de Tourneur.
Por lo demás, tenemos lo de siempre en este tipo de cintas: idas y venidas de los personajes ―entre ellos, un insoportable recurso cómico, un agente de policía cobarde―, peleas, huidas, reunificación de las fuerzas, mientras van cayendo personajes secundarios, y vuelta a empezar. Todo muy rutinario, a tal punto que termina por hacerse muy aburrido, y la plana puesta en escena por parte de René Cardona no aporta ritmo al conjunto, pese a que, en teoría, no paran de «suceder cosas». Hay un elemento muy atractivo en la trama, como es una espada forjada por los druidas, y capaz de acabar con el mal, pero es utilizada al final con la misma forma torpe y precipitada como lo es la película en su globalidad.
Anécdotas
- Título anglosajón: The Panther Women.
- El rodaje tuvo lugar entre el 28 de febrero y el 18 de marzo de 1966, en los Estudios Churubusco Azteca, México, Distrito Federal, México.
- Estrenada en México el 3 de marzo de 1967.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: *½
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra