Hércules finaliza el duodécimo trabajo encomendado por los dioses enfrentándose al can Cerbero. Como está en los infiernos, su enemigo, el rey Euristeo, proclama que ha muerto y hace planes para tomar Tebas a la fuerza. El semidiós, una vez de regreso, habrá de enfrentarse a él, así como a las actitudes rebeldes de su hijo Illo.

Dirección: Vittorio Cottafavi. Producción: Achille Piazzi Produzioni Cinematografica, Produzione Gianni Fuchs, Comptoir Français du Film Production. Productores: Gianni Fuchs, Achille Piazzi. Productor delegado: Alessandro Tasca. Supervisor de producción: Armando Morandi. Guion: Marcello Baldi, Duccio Tessari, Mario Ferrari, Nicolò Ferrari, [Fabio Carpi, Ennio De Concini, Franco Rossetti, sin acreditar], con diálogos para la versión francesa de Pierre Cholot y Bruno Guillaume, a partir de una historia de M. Baldi y N. Ferrari. Fotografía: Mario Montuori. Música: Alexandre Derevitsky. Montaje: Salvatore Billitteri, Maurizio Lucidi. Diseño de producción: Franco Lolli. FX: Carlo Rambaldi (efectos de maquillaje), Costel Grozea (efectos especiales). Intérpretes: Mark Forest (Hércules), Broderick Crawford (rey Euristeo), Gaby André (Ismene), Renato Terra (Antoneos), Philippe Hersent (Androclo), Federica Ranchi (Thea), Ugo Sasso (Timocleo de Medar), Sandro Moretti (Illo), Salvatore Furnari (enano), Giancarlo Sbragia (Tíndaro), Leonora Ruffo [acreditada como Eleonora Ruffo] (Dejanira), Robert Hundar [acreditado como Claudio Undari] (Polimorfeo), Michele Gentilini, Wandisa Guida, Nino Milano, Spartaco Nale, Carla Calò, Franco Loffredi, Piero Pastore, Fedele Gentile, Corrado Sonni, Graziella Cori, Roberto Ceccacci, Grazia Collodi, Stefano Valle… Nacionalidad y año: Italia, Francia 1960. Duración y datos técnicos: 87 min. Color 2.35:1.

 

El díptico de Pietro Francisci formado por Hércules (Le fatiche di Ercole, 1958) y Hércules y la reina de Lidia [dvd: Hércules encadenado] (Ercole e la regina di Lidia, 1959), y con Steve Reeves en el rol principal, tuvo un enorme éxito en todo el mundo[1]. No podía pasar mucho tiempo para que se rodase una nueva aventura del semidiós[2], y esta llegó con La venganza de Hércules (La vendetta di Ercole / La vengeance d’Hercule, 1960), que ahora dirigió Vittorio Cottafavi (1914-1998). Era este un director que, con el tiempo, se ha ganado un gran prestigio.

Estudió derecho, filosofía y literatura, se matriculó en el recién fundado Centro sperimentale di cinematografia, donde se graduó en dirección en 1938 y se formó al lado de realizadores como Jean Epstein, Mario Bonnard, Camillo Mastrocinque, Goffredo Alessandrini, Carlo Campogalliani, Gianni Franciolini, Aldo Vergano y Vittorio De Sica. Su debut como director se produjo en 1943 con la película I nostri sogni, que fue muy valorada por la crítica. En la posguerra se puso al cargo de una serie de películas de éxito y a finales de los años cincuenta se decantó por el género histórico-mitológico, con el que se inició por medio de La rebelión de los gladiadores / La rivolta dei gladiatori / La révolte des gladiateurs (1958). Tras el fracaso de la excelente Los cien caballeros / I cento cavalieri / Die hundert Ritter (1964) —la cual sería restaurada en 2020 y proyectada en Il Cinema Ritrovato— abandonó definitivamente el cine para dedicarse a la televisión y al teatro. De su trabajo en la pequeña pantalla, salvo error, solo conocemos aquí la miniserie Cristóbal Colón (1968), y aportó colaboraciones en el género de la ciencia ficción como el telefilm Operazione Vega (1962) o la miniserie A come Andromeda (1972), remake de un clásico de la televisión británica.

Su etapa dentro del péplum se circunscribe a una serie de películas aventureras de fondo histórico, de un voluptuoso colorido, hasta que toca el enfoque fantástico precisamente con La venganza de Hércules. Como protagonista, el productor Achille Piazzi intentó hacerse de nuevo con Steve Reeves en el rol, pero el actor rechazó la propuesta (aunque seguiría ligado al péplum italiano). Así pues, echó el ojo a un culturista norteamericano de orígenes italianos, Lou Degni, quien decidió adoptar el seudónimo más sonoro de Mark Forest[3].

El personaje principal ya era una fantasía, hijo de un dios y una mortal, y por tanto no valían veladas alusiones a lo irreal: se entraba de lleno en él, desde el mismo inicio, cuando el héroe se introduce en el inframundo y se enfrenta a Cerbero, el perro de tres cabezas que guarda las puertas del infierno. La película contrapone, a lo largo de todo su metraje, esas incursiones de Hércules en el mundo de lo fantástico con un planteamiento más rutinario y bastante característico del péplum, en especial de su segunda etapa, donde para economizar se eliminaron esas propuestas sobrenaturales: la clásica intriga palaciega con un déspota que urde planes maquiavélicos contra los protagonistas.

Ello produce una alta descompensación en los resultados, que salta del sentido de la maravilla a lo convencional de forma periódica. Además, lo estúpido del personaje de Illo, hijo de Hércules, fastidia bastante, con su comportamiento infantil y sus constantes salidas de tono. En el aspecto de la intriga palaciega, tenemos como el malvado rey Euristeo, incorporado por un Broderick Crawford que luce una cicatriz cruzándole el rostro e interpretando sin demasiado entusiasmo, a lo cual ayuda de forma escasa el pésimo doblaje español que luce (en la versión hablada en inglés no dispone de su voz original, aunque el movimiento de los labios denota que efectuó su rol en su propia lengua, así como otros actores).

La puesta en escena de Cottafavi es vigorosa, como cabría esperar, y aprovecha muy bien el exiguo presupuesto en lo que se refiere a las tomas generales, los decorados y el uso de los extras. Sin embargo, los pobretones efectos especiales, como ese Cerbero de trapo (realizado por Carlo Rambaldi) deslucen (si bien el hombre murciélago está bastante bien aprovechado, rodándose para disimular sus carencias), al igual que la trama que va dando tumbos de un lado a otro. La siguiente aportación del director al mito, La conquista de la Atlántida (Ercole alla conquista di Atlantide / Hercule à la conquête de l’Atlantide, 1961), alcanzó niveles muy superiores.

 

Anécdorio

  • Título de rodaje francés: Hercule contre les dieux.
  • Título en México: Goliat contra el Dragon.
  • Títulos anglosajones: Goliath and the Dragon / Vengeance of Hercules / Hercules’ Revenge.
  • American-International Pictures anunció sus planes de hacer una continuación de El terror de los bárbaros (Il terrore dei barbari, Carlo Campogalliani, 1959), que protagonizaba Steve Reeves, llamada Goliath and the Dragon a partir de un guion de Lou Rusoff, con Debra Paget. En su lugar, sin embargo, compró la presente y le encasquetó ese título, cambió el nombre del héroe por el de «Emilius, de tal fuerza que todos le llamaban Goliath» y añadió una secuencia de animación stop-motion con un dragón, efectuado por Jim Danforth y Wah Chang (en las tomas de solo la cabeza y el cuello es una marioneta a tamaño real). La versión norteamericana de la película fue editada por Salvatore Billitteri y Maurizio Lucidi y contaba con música nueva de Les Baxter.

  • Esta película figura en la lista de las 100 películas más malas jamás realizadas en el libro The Official Razzie® Movie Guide del fundador del Premio Golden Raspberry, John Wilson.
  • Hay planos de la presente embutidos dentro del film sobre un gorila gigante The Mighty Gorga (David L. Hewitt, 1969).
  • En español el hijo de Hércules que aparece en la película debería ser Hilo, en italiano es Illo; en el doblaje español lo pronuncian como Illos o Hilos.
  • Estrenada en Italia el 12 de agosto de 1960, y en Francia el 7 de octubre. En España se vio el 9 de abril de 1962 en Madrid, en el cine Salamanca, y en Barcelona a partir del 2 de julio en los cines Alcázar y Borrás (en este, en programa doble con Un sabio en las nubes).

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **⅟₂

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] José Luis Salvador Estébenez, en su blog La abadía de Berzano, refiere al respecto: «La primera de ellas cuadriplicó en taquilla su presupuesto solo en Italia, aunque quizás el dato más significativo se encuentre en los resultados obtenidos en los Estados Unidos, donde sus derechos fueron comprados por 120.000 dólares por el distribuidor local Joseph E. Levine, logrando una recaudación total de casi 18 millones».

[2] Simultáneamente, el productor Alberto Manca abordó otra aventura del semidiós con Las aventuras de Hércules [dvd: Los amores de Hércules] (Gli amori di Ercole, Carlo Ludovico Bragaglia, 1960], protagonizada por la pareja en la vida real Mickey Hargitay y Jayne Mansfield.

[3] Forest ese mismo año también dio vida a Maciste en El gigante de los valles de los reyes (Maciste nella valle di re, Carlo Campogalliani, 1960), encarnándolo luego otras seis veces más.