Tulio y Miguel son dos pillos que sobreviven en las calles de una ciudad española, en 1519. Cuando huyen de una de sus pillerías, se meten en un barco de polizones, pero el navío parte con ellos a bordo. Lo comanda Hernán Cortés, que pone rumbo a las Américas. Son descubiertos y escapan en una canoa con Altivo, el caballo de Cortés, y van a parar a una costa donde identifican el paisaje de un mapa de El Dorado que tienen con ellos.

Dirección: Bibo Bergeron, Don Paul, [Jeffrey Katzenberg, sin acreditar]. Producción: DreamWorks Animation, DreamWorks, Stardust Pictures. Productores: Brooke Breton, Bonne Radford. Productor ejecutivo: Jeffrey Katzenberg. Co-productor ejecutivo: Bill Damaschke. Productor de segmentos: Dino Athanassiou. Guion: Terry Rossio, Ted Elliott, con diálogos adicionales de Karey Kirkpatrick. Música: John Powell, Hans Zimmer; canciones: Tim Rice (letra), Elton John (música). Montaje: John Carnochan, Vicki Hiatt, Dan Molina, Lynne Southerland. Diseño de producción: Vicky Jenson, Christian Schellewald. Intérpretes: Dibujos animados, con las voces (en la VO) de Kevin Kline (Tulio), Kenneth Branagh (Miguel), Rosie Perez (Chel), Armand Assante (Tzekel-Kan), Edward James Olmos (jefe Tanabok), Jim Cummings (Cortés), Frank Welker (Altivo), Tobin Bell (Zaragoza), Duncan Marjoribanks (acólito), Elijah Chiang (niño 1), Cyrus Shaki-Khan (niño 2), Elton John (narrador). Nacionalidad y año: Estados Unidos 2000. Duración y datos técnicos: 89 min. Color 1.85:1.

 

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El origen de este film es bastante curioso, dado que a los guionistas se les proporcionó en octubre de 1994 el ensayo La conquista de México (The Conquest of Mexico, 1993) de Hugh Thomas como base para una cinta de animación. En la primavera de 1995 presentaban un tratamiento inspirado en la serie de películas de los años cuarenta (hasta sesenta) de Bing Crosby y Bob Hope “Ruta de…”[1]. En un inicio, la idea era hacer algo más serio, con el personaje de Miguel concebido en la línea de un Sancho Panza, que incluso moría al final, pero que vuelve a la vida una vez los nativos han asumido que se trata de un dios. Pero en el citado tratamiento de Terry Rossio y Ted Elliott ya se daba el referido tono, pero terminaba con los protagonistas salvando a los mayas de Hernán Cortés, quienes abandonarían su civilización para vivir en la jungla cercana en medio del telón de fondo de la destrucción de su cultura. Sin embargo, cuando la producción de El príncipe de Egipto (The Prince of Egypt, Brenda Chapman, Steve Hickner, Simon Wells, 1998) estaba hacia su mitad, el productor Jeffrey Katzenberg decidió variar su tono adulto para convertirlo en una comedia de aventuras.

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Ante todo, en vista del uso inicial de base en el libro de Hugh Thomas, sorprende, una vez más, cómo el resultado, como viene siendo habitual, por otra parte, en el cine de Hollywood cuando se menciona a España, se base en un 50 % en tópicos y otro 50 % en fallos de documentación. Así, en el segundo de los casos se hace referencia a “pesetas” ―aunque me comentan que en el doblaje[2] ese error está corregido―; y luego tenemos también, por supuesto, la famosa leyenda negra sobre la conquista española, aunque sea cierta, cuando con las de otros países suelen hacer la vista gorda (así, la del propio Estados Unidos). En fin, pero una película de estos planteamientos no pretende ser una lección de historia, sino un film para niños, de aventuras, canciones y fantasía.

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En lo que respecta al argumento, hay que referir que, finalmente, la trama es una copia de la novela corta El hombre que pudo reinar / El hombre que pudo ser rey (The Man Who Would Be King, 1888), de Rudyard Kipling ―o de su magistral adaptación cinematográfica, dirigida por John Huston en 1975―. Añadamos el curioso diseño de personajes, donde Miguel es idéntico al Moisés en la referida El príncipe de Egipto, Chel es muy similar a la protagonista del film de animación Tygra: hielo y fuego (Fire and Ice, Ralph Bakshi, 1982) y el acólito también recuerda a uno de los personajes de esa película de fantasía heroica. El tono es el clásico del cine de animación norteamericano, proceda de los estudios de los que proceda, con humor, aventuras, canciones y animales más o menos antropomorfizados, no en un tono de fantasía, sino como caricaturización de determinados caracteres, tanto humanos como animales. En todo caso, sí hay fantasía en el film, tanto en el inicio, donde los dioses crean la ciudad de El Dorado, la propia ciudad, que forma parte de la mitología de los grandes reinos perdidos de la historia[3], o el personaje del malvado hechicero, que realmente tiene poderes, y que creará una jaguar gigante de piedra, arrancado de los muros de la ciudad, para atacar a los protagonistas.

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La película arranca bastante bien, con los pillos en las calles de la ciudad, intentando engañar a los viandantes, y que incluso podría recordar un tanto, escindido en dos, al personaje de Abu (Sabu) en la magistral El ladrón de Bagdad (The Thief of Bagdad, Ludwig Berger, Michael Powell, Tim Whelan, Alexander Korda, Zoltan Korda, William Cameron Menzies, 1940). Las notas de humor son frescas y divertidas, en especial con respecto a la participación del caballo Altivo[4] ―así, en español―. Aunque paulatinamente la cinta se va deshinchando, a medida que la trama avanza, y solo se recupera en el tramo final, con el clímax, aunque sorprende el escaso partido que le saca a Hernán Cortés y su expedición. Y lo más asombroso: tratándose de una película rodada en el año 2000, a nivel técnico y vista hoy en día para nada queda desfasada en ese sentido, mostrando una habilidad extraordinaria, y donde cabe resaltar, por encima de todo, la naturalidad con que se plasma el agua y sus distintos fenómenos.

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Anécdotas

  • Título de rodaje: El Dorado: City of Gold. Título alternativo: El Dorado.
  • Título en Argentina, México: El camino hacia El Dorado. Título en Venezuela: Camino a El Dorado.
  • En 2011, la Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films la nominó a mejor música.
  • Rodada con un presupuesto estimado de 95 millones de dólares.
  • Se proyectó rodar una serie de secuelas con Miguel, Tulio, Chel, Altivo y el armadillo, viviendo nuevas aventuras, pero tras el fracaso de taquilla se canceló. En la primera de las películas se contaba también ofrecer un hijo de Tulio y Chel, de resultas de su continuo fornicio.
  • La estética de El Dorado y sus habitantes es una mixtura de diversas culturas prehispánicas, para no conectar el mito a ningún entorno geográfico concreto.
  • Los productores querían a Antonio Banderas para poner voz a Tulio, pero no accedió por motivos desconocidos. También se pensó en Adam Sandler.
  • Denis Leary y Jim Carrey fueron considerados para el papel de Miguel.
  • Jasmine Guy y Téa Leoni se consideraron para el rol de Chel.
  • Martin Sheen y Christopher Walken fueron opciones para dar voz al jefe; Kelsey Grammer y James Garner para ser Tzekel-Kan; y Goran Visnjic y Kevin Spacey para ser Hernán Cortés.
  • En la versión televisiva para la ABC, en la escena del baño se les añade a Tulio y Miguel unos pantalones blancos.
  • El instigador de la expedición en la película es Hernán Cortés, pero realmente quien intentó encontrar El Dorado fue Gonzalo Pizarro.
  • Estrenada en Estados Unidos el 31 de marzo de 2000. En España se estrenó el 16 de octubre de 2000.

 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Se trataba de películas de un humor de muy variado tono, donde se pasaba por el absurdo, el surrealismo, la autorreferencia y el lenguaje metalingüístico. El ciclo está compuesto por los siguientes filmes: Ruta de Singapur (Road to Singapore, Victor Schertzinger, 1940), Road to Zanzibar (V. Schertzinger, 1941), Ruta de Marruevos (Road to Morocco, David Butler, 1942), Road to Utopia [tv: Ruta a Utopía, Hal Walker, 1946], Camino de Río (Road to Rio, Norman Z. McLeod, 1947), Camino de Bali (Road to Bali, H. Walker, 1952) y la tardía Dos frescos en apuros (The Road to Hong Kong, 1962).

[2] En lo que se refiere al doblaje de la película, el reparto español está constituido por las siguientes figuras (compárese con la ficha técnico donde se proporcionan los artistas originales): Tulio (Joel Joan), Miguel (Jordi Pons), Chel (Victoria Abril), Tzekel-Kan (Pep Antón Muñoz), Hernán Cortés (Juan Carlos Gustems), Jefe Tanabok (Pepe Mediavilla), acólito (Jordi Royo), Zaragoza (Miguel Ángel Jenner) y narrador (Sergio Dalma, con las consiguientes canciones). En la versión para Hispanoamérica, el reparto de roles, en idéntico orden, es el que sigue: Demian Bichir, Aleks Syntek, María Fernanda Morales, José Lavat, Emilio Guerrero, Edward James Olmos (el mismo, pues, que en la versión original), José Carlos Moreno, Humberto Solórzano y Manuel Mijares.

[3] Inicialmente se trataba del Hombre Dorado o el Rey Dorado, un mítico rey del pueblo muisca o chibcha, del altiplano colombiano. Con el tiempo, la leyenda fue cambiando, hasta referir a una ciudad, un reino o un imperio.

[4] En la versión original lo dobla (relinchos y demás, pues no habla) Frank Welker, toda una leyenda del cine de animación norteamericano, desde que comenzara poniendo voz a Fred en Scooby-Doo. Ha sido muy recurrente en hacer los efectos de animales, incluso en algunas películas de imagen real, y ha sido también la voz de Megatron en la serie de imagen real de Transformers, y ha actuado también varias veces en Star Trek.