Una muchacha, de viaje por Portugal, se separa de la pareja de amigos con los que ha topado y se refugia en unas ruinas a pasar la noche. Ahí, unos caballeros templarios brotarán de las tumbas y la atacarán. Los amigos, cuando se aperciben de su desaparición, saldrán en su busca.

Dirección: Amando de Ossorio. Producción: Plata Films, Interfilme. Productores ejecutivos: Salvador Romero, José Antonio Pérez Giner. Jefe de producción: Modesto Pérez Redondo. Guion: Amando de Ossorio, con diálogos adicionales de Jesús Navarro Carrión. Fotografía: Pablo Ripoll. Música: Antón García Abril. Montaje: José Antonio Rojo. Diseño de producción: Jaime Duarte de Brito, Rafael Ablanque. FX: José Gómez Soria (efectos especiales), José Luis Campos, Carmen Terán (maquillaje). Intérpretes: Lone Fleming (Betty Turner), César Burner (Roger Whelan), María Elena Arpón [acreditada como Helen Harp] (Virginia White), José Thelman [acreditado como Joseph Thelman] (Pedro Candal), María Silva (María), Rufino Inglés (inspector Oliveira), Verónica Llimerá (Nina), Simón «Garibaldi» Arriaga, Francisco Sanz, Juan Cortés, Andrés Isbert, Antonio Orengo, José Camoiras, Pedro Sempson, Carmen Yazalde… Nacionalidad y año: España, Portugal 1972. Duración y datos técnicos: 101/91/83 min. – color – 1.66:1 – 35 mm / 70 mm (inflado).

 

La noche del terror ciego / A noite do terror cego (1972) supuso la consagración definitiva de Amando de Ossorio dentro de la cinematografía terrorífica española, y además a nivel internacional. Hasta entonces, su obra se caracterizaba por seguir, más o menos, ciertas constantes en determinados géneros populares, como el melodrama, el wéstern o, precisamente, el terror en Malenka, la sobrina del vampiro (1969). La primera entrega de la saga de los templarios, por supuesto, también se apoyaba en las constantes del género, así, a grosso modo, podría considerarse el film como una mezcla de La noche de los muertos vivientes (The Night of the Living Dead, George A. Romero, 1968) ―muy obvio, en especial el final a base de foto fijas con audio, y que en algunas copias he visto eliminado― con el cine vampírico acostumbrado, junto a un detalle concreto cuya inspiración podría rastrearse en algunas de las Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, en particular el relato «El monte de las ánimas» (1862).

Pero, al tiempo, la película suponía el arranque de un mito nuevo, y desde entonces caracterizó, salvo pocas excepciones —por ejemplo, la torpona La endemoniada (1975), respuesta comercial al éxito de El exorcista (The Exorcist, 1973) de Friedkin— la predisposición de Ossorio a escarbar en ideas que resultasen un tanto novedosas en el marco de cine de terror tradicional, con mujeres leopardo, sirenas germanas o serpientes marinas como muestra. Aquí creaba el mito de los templarios, apartándolo de los personajes reales[1] para convertirlo en un espectro en forma de esqueleto reanimado con hábito de monje y armas de guerrero, que ataca a los incautos en una vorágine que aúna el vampirismo con la antropofagia. Supuso la primera de un cuarteto, donde las constantes se fueron fijando, en un lenguaje agreste y abrupto, lo que le otorga un aire primitivo que es su mayor fuerza.

Así, el film arranca presentándonos a los personajes principales del evento, una pareja de viaje por Portugal; en el camino topan con una antigua amiga de ella y, por medio de un flash-back escamoteado en la versión española, veremos que en tiempos estudiaron juntas y tuvieron un affaire lésbico ―este último detalle será una constante en el cine ossoriano―. La chica es invitada a acompañarles en el viaje, y tras aceptar en un inicio, después decide dejarles solos; en la copia española, se supone que por discreción, en la copia internacional, acaso por un arrebato de celos. La muchacha irá a parar a la ruinosa Abadía de Berzano ―el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, en Pelayos de la Presa, y habitual objeto de peregrinación de fans―, donde por la noche los caballeros templarios emergerán de las tumbas y procederán a un festín caníbal.

Antes mencionamos como fuente de inspiración al film de Romero; al margen del elemento aludido, otro instante muy significativo es aquel en el cual, en la morgue, la víctima de los monjes vuelve a la vida. Escena algo postiza con respecto al resto de la estructura de la cinta, y sospechamos que añadida con el fin de reforzar el parentesco. En todo caso, la secuencia está bastante bien resuelta, y descuella por su atractiva ambientación por medio de las luces y el peculiar escenario en que acontece, pues, por chocante que parezca, junto al depósito de cadáveres hay un almacén de maniquíes, lo cual depara unos momentos de gran fuerza visual.

También cabe resaltar la composición musical de Antón García Abril. En una época en el cual la banda sonora de una película española se realizaba con material de stock, o se componía una partitura en nada diferente a la de una cinta, pongamos por caso, de Paco Martínez Soria, García Abril entregó una referencia sonora atmosférica, con cánticos gregorianos en un lenguaje incognoscible ―el nombre del productor Pérez Giner reproducido al revés―. E inclusive habría que referir el uso de la cámara lenta, que por lo general otorga unos resultados poco convincentes y muy tópicos, aquí, empleada para la cabalgada de los caballeros, es uno más de los puntos positivos de La noche del terror ciego.

Ciertos cambios fueron efectuados de cara a la censura. La cruz de los Caballeros del Temple tiene un cierto parecido con la de Caravaca, así pues se reemplazó por una cruz egipcia que simboliza la inmortalidad, lo cual daría unas resonancias sugerentes al origen de nuestros caballeros caníbales. E inclusive la coproducción con Portugal (mínima) se hizo con el fin de evitar la prohibición del filme, como explicaría el propio Ossorio.

Resaltemos, como asombrosa curiosidad, que la película fue comprada por un distribuidor norteamericano y, con el título de Revenge from Planet Ape la hizo pasar como una secuela de El planeta de los simios, añadiendo un prólogo que consistía en foto fijas del Monasterio y una voz en off que explicaba que los humanos, hartos del dominio de los simios, acabaron con éstos y reinstauraron la civilización; tiempo después, los simios, momificados y ciegos, vuelven de ultratumba para vengarse…

Los defectos de la cinta son los mismos que arrostra el cine fantaterrorífico español de la época. Cabría preguntarse cómo hubieran resultado todas estas muestras de haber gozado de un presupuesto mínimamente decente. En todo caso, los efectos especiales son muy convincentes, la partitura de Antón García Abril ha devenido en mítica, y los protagonistas, Lone Fleming (en su tercera película) y César Burner (en su debut cinematográfico), formaban pareja en determinadas fotonovelas románticas muy famosas en la época, lo cual suponía una novedad estética para los habituales seguidores de este tipo de cine.

Lo demás es leyenda. Por tres veces más, los ciegos Caballeros de Oriente brotaron de la tumba y cabalgaron dentro de la pantalla plateada para devenir en uno de los pocos mitos que ha deparado nuestro cine.

 

Anécdotas

  • Título de rodaje: El terror ciego.
  • Título de coproducción en Portugal: A Noite do Terror Cego.
  • Títulos anglosajones: Tombs of the Blind Dead / Tombs of the Blind Zombies / Mark of the Devil, Part 4: Tombs of the Blind Dead / Revenge from Planet Ape / Mark of the Devil Part V: Night of the Blind Terror / The Blind Dead / Tombs of the Evil Dead / Legend of the Blind Dead / Crypt of the Blind Dead / Night of the Blind Dead.
  • En Portugal se filmó en Lisboa y alrededores, en concreto Estoril, Setúbal, Sesimbra y Palmela. En España, en el monasterio de El Cercón (Madrid), y el monasterio de Santa María La Real de Valdeiglesias en Pelayos de la Presa (Madrid).
  • Rodada en 35 mm, también hubo copias infladas a 70 mm para salas especiales.
  • Secuelas: El ataque de los muertos sin ojos (1973); El buque maldito (1974); La noche de las gaviotas (1975), todas dirigidas por Ossorio.
  • Estrenada en España el 10 de abril de 1972, en Madrid, en los cines Alcalá-Palace y Fuencarral, con premier en el Capitol, y en Barcelona el 18 de septiembre, en el Regio Vistarama Palace. En Portugal se estrenó el 23 de abril de 1973.

 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón, cuyos miembros son conocidos como caballeros templarios, fue una de las más poderosas órdenes monásticas militares católicas de la Edad Media. Su propósito original era proteger las vidas de los cristianos que peregrinaban a Jerusalén tras su conquista y, aprobada oficialmente por la Iglesia católica en 1129, ​ en 1312 Clemente V cedió a las presiones de Felipe IV y disolvió la orden. Su abrupta erradicación dio lugar a especulaciones y leyendas que han mantenido vivo hasta nuestros días el nombre de los caballeros templarios. (Extracto de la Wikipedia española).