Cuando François Delambre recibe la noticia de la muerte de su hermano, el científico André, todo apunta a un homicidio por parte de la esposa de éste, Hélène. Su declaración hace creer a la policía que están tratando con una demente: según ella, tras un fallido experimento con la traslación de materia, su marido quedó transformado en un horrible monstruo y le pidió que le destruyera. Solo existe una prueba que puede demostrar la cordura de Hélène: una mosca con la cabeza blanca…

Director: Kurt Neumann. Producción: Twentieth Century Fox, Regal Films. Productor: Kurt Neumann. Productor delegado: Robert L. Lippert (sin acreditar). Guion: James Clavell, basado en el relato «The Fly» de George Langelaan. Fotografía: Karl Struss. Música: Paul Sawtell. Montaje: Merrill G. White. Dirección artística: Lyle R. Wheeler, Theobold Holsopple. FX: Ben Nye (maquillaje), L. B. Abbott (efectos fotográficos), James B. Gordon (efectos especiales). Intérpretes: Al Edison (André Delambre), Patricia Owens (Hélène Delambre), Vincent Price (François Delambre), Herbert Marshall (inspector Charas), Kathleen Freeman (Emma, la criada), Betty Lou Gerson (enfermera Andersone), Charles Herbert (Philippe Delambre), Eugene Borden (Dr. Ejoute), George Calliga (miembro del club), Harry Carter (ordenanza), Bill Clark (policía), Arthur Dulac (camarero francés), Bess Flowers (espectadora), Herschel Graham (miembro del club), Torben Meyer (Gaston), Sol Murgi (espectador), George Nardelli (detective), Franz Roehn (doctor de la policía), Charles Tannen (doctor)… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1958. Duración y datos técnicos: 94 min. – color DeLuxe – 2.35:1 – Cinemascope – 35 mm.

El relato «La mosca» («The Fly»), de George Langelaan, fue publicado originalmente en el número de junio de 1957 de la revista Playboy, y ahí la descubrió el director Kurt Neumann. Se trataba de un realizador todoterreno, que había hecho filmes de muy variados géneros, así aventuras (tiene varias de Tarzán), wéstern, drama circense, policial… Pero también había destacado, en cierto sentido, en la ciencia ficción: fue responsable de Cohete K-1 (Rocketship X-M, 1950), la primera película estrenada durante la fiebre del género de la década de los cincuenta. El cuento de Langelaan se lo presentó a Robert L. Lippert, responsable de Regal Pictures, una subsidiaria de la 20th Century Fox que se dedicaba a rodar cintas de serie B con destino a complementar en los programas dobles a las series A de la propia Fox. En principio, La mosca (The Fly, 1958) iba a haber sido una de esas obras de complemento, pero debieron verla posibilidades, por lo cual, aunque producida por Regal, se presentó como una cinta Fox, y otra de Regal sirvió como acompañamiento secundario.

 

Lippert contrató al escritor de origen australiano James Clavell para confeccionar el guion. Tras servir en la guerra, este se había matriculado en la Universidad de Birmingham, donde conoció a la actriz April Stride, con la cual luego se casaría. A veces, Clavell la visitaba en los rodajes, y así, poco a poco, fue interesándose por el mundo del cine. Entró en la industria en el campo de la distribución, y en 1956 vendió su primer guion a la RKO, Far Alert, una trama sobre aviación, pero que no se llegó a rodar; eso sí, fue revendida una y otra vez, lo cual le reportó un dinero nada despreciable. Así pues, su debut se produjo con La mosca, y después desarrolló otros muchos guiones.

En 1960, ante una huelga de guionistas, Clavell decidió escribir un libro, Rey de las ratas (King Rat), lo cual fue el inicio de una carrera como novelista en la cual su obra más famosa es Shogun (Shōgun, 1975). También saltó al campo de la dirección, donde debutó con el film bélico Five Gates to Hell [tv/dvd: Cinco puertas al infierno, 1959], y llegó a hacer películas tan interesantes (y variadas) como Walk Like a Dragon [tv/dvd: Camina como un dragón, 1960] —un wéstern centrado en la comunidad oriental—, la célebre Rebelión en las aulas (To Sir, with Love, 1967) o la estupenda El último valle (The Last Valley, 1971), ambientada durante la Guerra de los Treinta Años en el siglo XVII.

Para La mosca, Clavell respetó con bastante fidelidad el relato original de Langelaan. Eliminó algunos elementos que, para el público de la época, hubieran podido ser demasiado fuertes, como cuando el protagonista se fusiona con el gato que había quedado en el limbo en el segundo intento de teletransporte, y la productora le obligó a añadir un final feliz (no precisaremos el final infeliz del cuento original). La narración se estructura en una alineación de cinta de misterio, donde las apariencias presentan a una amante esposa como asesina de su marido. Poco a poco habrá que ir desentrañando la causa de ese extraño comportamiento, y un amplio flashback desvelará todo.

Una de las grandes virtudes del film procede del propio relato, y es el modo en que conjunta el elemento fantacientífico con el entorno de cotidianidad en que se desenvuelve, con la vida familiar en primer término. El ambiente de la casa donde viven los Delambre es muy similar, en tono y estética, al que aparecía en los melodramas de Douglas Sirk de la época donde se ponía a tela de juicio las convenciones morales de la América de los cincuenta. Aquí, el dispositivo de ciencia ficción es el que sirve para ejercer el contrapunto a ese entorno y violentarlo.

De tal modo, ese espléndido diseño visual, infringido a base de colores abruptos y exuberantes y un CinemaScope que remarca los decorados, se convierte en un elemento definitorio que divide dos realidades: una, la de la casa de los Delambre, donde impera la «normalidad»; y la otra, el laboratorio de André, en el cual los experimentos que este desarrolla lo conducen a un contexto que lo transporta, literalmente, a otro estadio, tanto físico como mental.

Podría argüirse que existe un fallo en el planteamiento: si Delambre ha adquirido una cabeza de mosca, el cerebro también lo habría de ser, y por tanto no podría asumir ese control sobre sí mismo que muestra al principio; y, por su parte, si la mosca tenía la cabeza de André, habría de poseer también sus pensamientos, y buscar el modo de comunicarse con su mujer. Sin embargo, queda evidente que, de alguna manera, la conciencia de los cuerpos originales sigue ahí, y que a medida que va pasando el tiempo, la otra parte va tomando posesión del receptáculo. De ahí que el científico vaya perdiendo paulatinamente su contacto con la realidad, y la parte díptera va asumiendo el control. Y en cuanto a la mosca, al final veremos que, de algún modo, ha adquirido conciencia humana, clamando auxilio al verse atrapada en la telaraña. De ese modo, la inexorabilidad del destino se precipita sobre los personajes, plasmando una tragedia desde una perspectiva diríase casera. Lo ínfimo y lo infinito se aúnan.

 

Anecdotario

  • Título en Argentina y Perú: La mosca de la cabeza blanca. Título en Chile: La mosca. Títulos en México: La mosca de la cabeza blanca (cines) / La mosca (DVD).
  • Presupuesto estimado de 700.000 dólares.
  • El rodaje tuvo lugar a partir del 17 de marzo de 1958, en el Stage 9 de los 20th Century Fox Studios, Century City, Los Ángeles, California, Estados Unidos, así como exteriores en Montreal, Quebec, Canadá.
  • En los afamados premios Hugo tuvo una nominación en 1959 como mejor representación dramática.

  • Kurt Neumann murió un mes antes del estreno de la película, y no pudo, por tanto, enterarse del éxito del film, el mayor de toda su carrera.
  • La escena entre André y Helene en el jardín tuvo que ser redoblada porque los pájaros cantaban demasiado alto.
  • Las imágenes de ballet que se ven en la película se rodaron originalmente como material de prueba cuando el proceso CinemaScope aún estaba en fase de desarrollo. Estas mismas imágenes aparecen también en otras películas de la 20th Century Fox de los años cincuenta, entre ellas Tú y yo (An Affaire To Remember, Leo McCarey, 1957), estrenada el año anterior.
  • Parte del laboratorio de Delambre era el ordenador Emerac procedente de la comedia Su otra esposa (Desk Set, Walter Lang, 1957), con Spencer Tracy y Katharine Hepburn.
  • El sonido que hace el teletransportador es el mismo que se oye cuando desaparece la máquina de El tiempo en sus manos (The Time Machine, George Pal, 1960). Otro de los efectos sonoros para ello es el efecto de «bajos tocados al revés» utilizado para los rayos caloríficos de los marcianos en La guerra de los mundos (War of the Worlds, Byron Haskin, 1953).
  • La labor de maquillaje jugó un importante papel. Para la secuencia de la mosca con cabeza humana, se empleó pegamento que recubría al actor simulando la telaraña. Por otra parte, para el humano con cabeza de insecto se utilizó una especie de mascarilla de gas a la que se añadieron dos placas semicirculares a modo de enormes ojos.
  • David Hedison sugirió que su personaje de André Delambre llevara efectos de maquillaje progresivos que le mostraran en un estado combinado de parte humana y parte mosca cuando su cara se revela finalmente, en lugar de una cabeza de mosca completamente formada como se muestra en la película. Los productores se negaron a ello por el coste y el tiempo necesarios para conseguir la combinación de parte humana y parte mosca, además de ser demasiado dura y grotesca para el público de la época.
  • A Michael Rennie se le ofreció el papel de André Delambre en la película, pero lo rechazó porque su cabeza estaría cubierta durante la mayor parte de la misma.
  • Charles Herbert (1948-2015), que interpreta al hijo de los Delambre, fue uno de los actores infantiles más activos de finales de los años cincuenta y principios de los sesenta. También tuvo papeles destacados en Cintia (Houseboat, Melville Shavelson, 1958), junto a Cary Grant y Sophia Loren, No os comáis las margaritas (Please Don’t Eat the Daisies, Charles Walters, 1960), junto a Doris Day y David Niven, o en 13 Ghosts [tv/dvd: Los trece fantasmas, 1960], de William Castle. Abandonó la interpretación en 1968, con veinte años de edad.

  • Betty Lou Gerson, la enfermera, fue la voz de Cruella de Ville en 101 dálmatas (One Hundred and One Dalmatians, Clyde Geronimi, Hamilton Luske, Wolfgang Reitherman, 1961).
  • El retrato que cuelga en la pared del despacho de François en la película es «Muchacha con trenzas» de Modigliani (1918) —una copia, se supone—.
  • El relato dio lugar también a una ópera, compuesta por Howard Shore, y que debutó en el Théâtre du Châtelet, París, en 2008.
  • El film de ciencia ficción de serie B Space Master X-7 (1958), fue el complemento del programa doble de la presente en su estreno.
  • Secuelas: El regreso de la mosca (Return of the Fly, 1959) dirigida por Edward L Bernds, y Curse of the Fly [dvd/tv: La maldición de la mosca, 1965], de Don Sharp y producida en el Reino Unido.
  • Remake: The Fly – La mosca (The Fly, David Cronenberg, 1986). Cuando se estrenó en España, el título con que se ofreció fue The Fly – La mosca, para diferenciarla en la original, pero después se ha conocido en las diferentes ediciones a la venta como La mosca simplemente.
  • Estrenada en Estados Unidos el 16 de julio de 1958 y en España el 4 de febrero de 1963, en versión original subtitulada (en Madrid, en el cine Rex), y luego tuvo una reposición el 8 de febrero de 1988, también subtitulada, dentro del ciclo 20 Fantasy Fox. De ahí que la copia exhibida en televisión y editada en DVD detente un doblaje pésimo que altera la partitura original de Paul Sawtell.

 

Bibliografía

«La mosca». Incluido en La mosca; por George Langelaan; traducción, Fernando Sánchez Dragó. Barcelona: Luis Caralt, 1991. Colección: El observador de la actualidad; nº 68. Traducción de: «The Fly» (Playboy, junio de 1957).

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ****

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra