En 1952, en un monasterio de Transilvania es hallada una monja ahorcada. El Vaticano envía allí a investigar a un sacerdote y a una novicia que previamente han tenido experiencia con el Mal. Les acompaña Frenchie, el hombre que descubrió el cadáver.
Dirección: Corin Hardy. Producción: Atomic Monster, New Line Cinema, The Safran Company. Productores: Peter Safran, James Wan. Productores ejecutivos: Richard Brener, Michael Clear, Gary Dauberman, Walter Hamada, Dave Neustadter, Hans Ritter, Todd Williams. Guion: Gary Dauberman, según argumento de James Wan y G. Dauberman. Fotografía: Maxime Alexandre. Música: Abel Korzeniowski. Montaje: Michel Aller, Ken Blackwell. Diseño de producción: Jennifer Spence. FX: Gage Munster (líder de efectos de maquillaje), Adrian Popescu (supervisor de efectos especiales), Ghost VFX, Shade VFX (efectos visuales). Intérpretes: Demián Bichir (padre Burke), Taissa Farmiga (hermana Irene), Jonas Bloquet (Frenchie / Franchute / Maurice), Bonnie Aarons (la monja), Ingrid Bisu (hermana Oana), Charlotte Hope (hermana Victoria), Sandra Teles (hermana Ruth), August Maturo (Daniel), Jack Falk (Daniel), Lynnette Gaza (madre superiora), Ani Sava (hermana Jessica), Michael Smiley (obispo Pasquale), Gabrielle Downey (la abadesa), David Horovitch (cardenal Conroy), Tudor Munteanu (Grigore), Lili Bordán, Scarlett Hicks, Izzie Coffey, Jared Morgan, Laur Dragan, Eugeniu Cozma, Manuela Ciucur, Beatrice Péter, Ana Udroiu, Andreea Sovan, Dana Voicu, Andreea Moldovianu, Beatrice Rubica, Claudia Susanu, Boiangiu Alma, Gabriela Irina Dinca, Dee Bradley Baker, Debra Wilson, Mark Steger, Lidiya Korotko… Nacionalidad y año: Estados Unidos 2018. Duración y datos técnicos: 96 min. Color 2.39:1.
Nueva entrega de la franquicia The Conjuring, que, sobre el papel, está confeccionando un universo bastante interesante, y que incluso mantiene un nivel cualitativo decente, siendo el exponente más bajo, abismalmente bajo, diríase, Annabelle (Annabelle, John R. Leonetti, 2014). En cuanto a la presente, se trata de la típica serie B de terror, sencilla, sin pretensiones, y que logra con aprobado sus propósitos de entretener.
No cabe duda de que el intento ha sido crear una entrega barata, rodándose íntegra en Rumanía, donde los costes son muy bajos, y reduciendo la acción, prácticamente, a un solo escenario y a cuatro personajes, lo cual podría asemejarla un tanto a las producciones direct to video de productoras añejas como Full Moon con su saga Subspecies, por poner un ejemplo, y bastante de eso hay incluido en el espíritu genérico de la obra. En todo caso, a mí me ha recordado sobre todo al cine de la Hammer, no a las obras maestras de Terence Fisher, desde luego, sino a las propuestas más menores pero entrañables, y de hecho la propia partitura musical —muy conseguida—[1] a veces remite a un compositor como James Bernard.
La historia es sencilla y funcional, sin complicaciones: un pequeño grupo de personajes llega a un monasterio donde una entidad maligna se halla atrapada —un tanto como en el relato «The Howling Man» (1960) de Charles Beaumont, y que dio lugar a un soberbio episodio homónimo en Dimensión desconocida (Twilight Zone; 1959-1964)—; el ente se aparece en forma de monja maligna, y habrán de impedir que el Mal se propague por la tierra. A partir de ahí, entra en marcha un «tren de la bruja» por los tenebrosos pasadizos de la abadía, con monjas malignas, demonios, niños poseídos y otras entidades sobrenaturales acechando a los protagonistas.
El director es Corin Hardy, autor de un puñado de vídeos musicales, algunos cortometrajes y un largo previo, The Hallow (2015), y que intentaré localizar ya mismo. Tras la presente ha realizado ocho episodios de la serie criminal Gangs of London (2020-…). Según dice el IMDb de él, se trata de un «galardonado cineasta, ilustrador, escultor y escritor, cuyo estilo visual combina lo macabro, lo hermoso y lo épico para representarlo con deslumbrantes resultados». Ello queda patente en este film, donde los planos de monjas entre sombras, cementerios lóbregos y edificios sombríos otorgan la adecuada atmósfera a una narración que no se corta en meter sustos, en este caso más justificados de lo habitual, dado el tono de entretenimiento lúdico que se busca, sin coartadas intelectuales ni artísticas. El amor de Hardy por el género se aprecia, y es una película recomendable para aficionados al terror que no se avergüencen de ello, aquellos que puedan saborear tanto una obra exquisita como un aperitivo igero y picante. Atención también al modo en que utiliza la cámara, con travellings espectaculares, encuadres torcidos o girando el tomavistas en trescientos sesenta grados sobre el eje vertical, algo así como el Sam Raimi de sus inicios, pero más elegante que verbenero.
El guion corre a cargo de Gary Dauberman, quien ya escribió los dos aportes de Annabelle, el primero pésimo, como dijimos, el segundo tan gozoso como el presente, Annabelle: Creation (Annabelle: Creation, David F. Sandberg, 2017); después ofreció la tercera entrega de la muñeca cabrona, Annabelle vuelve a casa (Annabelle Comes Home, 2019), que incluso dirigió, y también se ha hecho cargo de las dos partes de It. Aquí, pues, da muestras igualmente de pasión y conocimiento por el género, y crea personajes de una pieza pero bien definidos, con ese trío conformado por un sacerdote del que querríamos saber más —una especie de padre Merrin joven, por lo que parece—, una novicia joven e inteligente, y con sentido del humor además, y una especie de buhonero joven, lúbrico e inquieto, algo así como un Patrick Troughton de la Hammer, pero en treintañero. El libreto va brindando pequeños aportes para conocer el pasado de los personajes, pero además los integra con sencillez y habilidad a la propia trama, haciendo que esta avance.
Por supuesto, dada la premura económica a la que hacíamos referencia, los actores son apenas conocidos. La más famosa, hasta cierto punto, es Taissa Farmiga, hermana pequeña de Vera Farmiga, también presente en la saga, y que acaso enchufó a su pariente, aunque el talento debe estar en la familia. Demián Bichir Nájera, quien interpreta al sacerdote, nació en ciudad de México, y ha tenido una carrera amplia, incluso con títulos importantes —fue Fidel Castro en el díptico sobre el Che de Steven Soderbergh—, y aquí manifiesta ser un actor sólido y sobrio. Jonas Bloquet, que aquí encarna a un francocanadiense, en realidad es nacido en Bélgica, y salió en la Elle de Verhoeven, y en el film demuestra ser un galán atípico que sabe otorgar picardía e inteligencia a sus personajes.
Aunque hacia el final tiende un poco hacia lo obvio, con, por ejemplo, insistentes planos de personas lanzadas por los aires por las fuerzas malignas y estrellándose contra la pared, una constante machacona del actual cine de terror menos imaginativo, sin embargo, en todo caso el conjunto se muestra de un resultado apreciable. En resumen, La monja tal vez no sea recomendable para cinéfilos serios y enfurruñados, pero para quien quiera pasar un rato divertido y desprejuiciado, esta es su película.
Anécdotas
- Título de rodaje: Valak.
- El film fue rodado íntegramente en Rumanía, en concreto en el castillo de Corvin, en Hunedoara, en Sighisoara, Transilvania, y en el palacio de Mogosoaia, cerca de Bucarest.
- De momento, de todo el ciclo fílmico esta es la primera película a efectos cronológicos, y transcurre en 1952, aconteciendo antes de Annabelle: Creation (Annabelle: Creation, David F. Sandberg, 2017).
- Spin-off de Expediente Warren: El caso Enfield (The Conjuring 2, James Wan, 2016), y quinta entrega, por orden de rodaje, de la franquicia.
- El director de segunda unidad es el propio James Wan, quien además dirigió los reshoots de exteriores, mientras que Hardy rodó los de interiores.
- Secuela: La monja II (The Nun II, Michael Chaves, 2023).
- Estrenado en Estados Unidos y en España el 7 de septiembre de 2018.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Su responsable es el polaco Abel Korzeniowski, que en 2004 fue autor de una partitura para el clásico de Fritz Lang Metrópolis. Otras de sus composiciones son para películas como Un hombre soltero, 30 días de oscuridad, Wallis y Eduardo: el romance del siglo, La semilla de la verdad o Animales nocturnos, así como la serie Penny Dreadful.