Evie es una muchacha norteamericana que acaba de perder a su madre e intenta sobrevivir en el día a día. Utiliza un recurso para detectar parientes, por medio del ADN, y descubre a un primo del Reino Unido, quien le invita a asistir a una boda muy inmediata que se celebrará en una esplendorosa mansión británica. Pero algo oculto hay en el lugar…
Dirección: Jessica M. Thompson. Producción: Screen Gems, Mid Atlantic Films. Productor: Emile Gladstone. Productores delegados: Michael P. Flannigan, Jessica M. Thompson. Guion: Blair Butler. Fotografía: Autumn Eakin. Música: Dara Taylor. Montaje: Tom Elkins. Diseño de producción: Felicity Abbott. FX: Rita Fekete, Andrea Kozma (maquillajes de prótesis). Intérpretes: Nathalie Emmanuel (Evie), Thomas Doherty (Walter), Stephanie Corneliussen (Viktoria), Alana Boden (Lucy), Hugh Skinner (Oliver), Sean Pertwee (Renfield), Virág Bárány (Emmaline), Courtney Taylor (Grace), Carol Ann Crawford (Mrs. Swift), Jeremy Wheeler (Jonathan Harker), Elizabeth Counsell (Mina Harker), Kata Sarbó, Scott Alexander Young, András Korcsmáros, Murányi Panka, Christine Grace Szarko, Lili Walters, Viktoria Monhor, Stephen Saracco… Nacionalidad y año: Estados Unidos, Hungría 2022. Duración y datos técnicos: 105 min. Color 1.85:1.
A priori, podría decirse que La invitación (The Invitation, 2022) no es en absoluto vulgar, y que incluso nada un tanto a contracorriente. Así, llama la atención que la historia, tal cual, semeja más una película británica de terror de los setenta, de las que podrían hacer la Tigon, la Charlemagne o la Tyburn; salvo, eso sí, el tontorrón epílogo, muy propio de una teleserie actual (y, acaso, un tanteo para derivar en un serial cinematográfico a partir de ahí, aunque como final funciona, dentro de sus intencionalidades, como chiste sin más).
La lástima es que todo se desmorona por culpa, en especial, de su realizadora. Jessica M. Thompson dispone de una escasa carrera: cuatro cortos, un episodio de una serie documental, seis dentro de la de ficción The End (2020), que es una comedia negra, y un film previo, La luz de la luna (The Light of the Moon, 2017), que también escribió, y que supone un drama sobre una arquitecta latina[1]. Aquí, cierto es, muestra un estilo pésimo, y no es capaz de sacar adelante las posibilidades que arroja la idea, cayendo en los vicios más vulgares y simples para desarrollar la historia. Un setenta por ciento o así de la película semeja más un telefilm romántico de los de sobremesa sabatina, y solo retrata lo que hacen los actores, sin implicarse en el aspecto narrativo, salvo los clásicos vicios del cine más comercial, como planos en picado o espantosos ralentíes. Debe decirse que ella, por sí sola, destroza las perspectivas, aunque cierto es que el film tiene otros defectos.
La historia arranca medianamente bien: Evie, una chica mulata, perdió a su padre años atrás, y ahora acaba de morir su madre. Quiere dedicarse a la escultura, pero ha de malvivir trabajando de camarera, donde además es humillada. En un mundo donde se siente por completo sola (parece tener una única amiga, una negra «graciosita») se hace una prueba de ADN y descubre que tiene parientes en el Reino Unido. Una visita de negocios a su ciudad le pone en contacto con un primo, que la acoge entusiasta y la invita a una boda que se celebrará en breve en una maravillosa mansión británica, con todos los gastos pagados. Esa chica que malvive de forma precaria, pues, se siente tentada por toda una vida de lujo donde, además, es acogida por una familia cálida y protectora.
Después, como cabría esperar, todo se desmorona cuando nos aprecibimos de que hay algo oculto detrás de todo ello. Así, lo que en un principio parecía ser un cuento de hadas se transforma en una pesadilla, y de modo paralelo a ello, en una lucha de clases, donde la chica mulata y pobre ha de hacer frente a un cúmulo de blancos, aristócratas y ricos, donde inclusive el mayordomo hace alarde de clasismo, y ha de batallar literalmente por su vida.
El guion es obra de Blair Butler, escritora y productora, centrada sobre todo en redactar para series de televisión, y en cine tiene dos filmes previos, el simpático Hell Fest [tv: Hell Fest, Gregory Plotkin, 2018] y Polaroid [tv: Polaroid, Lars Klevberg, 2019], ambos en colaboración, y ha efectuado revisiones para el próximo True Haunting (Gary Fleder, 2023), sobre un exorcismo. Aquí alarga en exceso toda la primera parte, a tal punto, como se dijo, que parece más bien una cinta romántica hecha para televisión, con todo muy lánguido, y centrado en el punto de vista de un personaje que se quiere presentar adorable, ayudando a las criadas cuando rompe algo y mostrándose con conciencia de clase. Y luego, de pronto, todo cambia.
Desde el inicio se han ido dando pistas al espectador experimentado: el aeropuerto al que llega es el de Whitby; la mansión donde la acogen se llama New Carfax Abbey, esto es, «nueva Abadía de Carfax»; en el inmenso hall de la residencia hay una gran escultura con un dragón y un caballero luchando… Lo que es curioso es que en ningún momento de la película se pronuncia el nombre de Drácula, como si les diese vergüenza de ello. Y la condición vampírica de la historia tarda bastante en desvelarse de modo explícito. Resultado: dos tercios de la cinta parece un folletín para señoras y, cuando entra la trama de no muertos, les provocará un rechazo inmediato; y, por otro lado, a los aficionados al terror les echará atrás todos esos largos prolegómenos. Al final, ni chicha ni limoná… aunque, personalmente, el film no me aburrió, pese a que un recorte en el montaje de quince minutos, para dejarlo en hora y media, le beneficiaría en el ritmo. Es una especie de mezcla entre la sobrevalorada Noche de bodas (Ready or Not, Matt Bettinelli-Olpin, Tyler Gillett, 2019) y Déjame salir (Get Out, Jordan Peele, 2017), con un Drácula que no es Drácula de por medio, y que se parece a Sean Connery.
Anecdotario
- Título en Hungría de coproducción: A meghívás.
- Título de rodaje: The Bride.
- Título en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y México: Invitación al infierno.
- Rodada con un presupuesto estimado de diez millones de dólares.
- En una entrevista con Bloody Disgusting la directora ha revelado que una versión alternativa de la película, con calificación R, se lanzará en VOD y en streaming tras su paso por los cines. En la otra versión se añade más gore, violencia y desnudos que fueron eliminados de la versión de estreno para una clasificación PG-13.
- Estrenada en Estados Unidos el 26 de agosto de 2022, y en Hungría el 1 de septiembre. En España se vio a partir del 16 de septiembre.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: *⅟₂
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Aparte de eso, ha hecho también labores en los campos del montaje, la producción y otros, aunque tampoco de forma muy abundante.