En la costa de Cornualles, mientras el apuesto Ben Harris está de visita en la mansión, la hermosa Jill Tregelis es secuestrada por una misteriosa criatura anfibia. Junto a Harold y su gallo Herbert el joven Ben partirá en busca de la muchacha, pero caen en una hoya que les arrastra entre aguas indómitas hasta una ciudad oculta bajo el mar, regida con mano férrea por el Capitán, quien se sirve del calor de un volcán cercano para alimentar la urbe.

Dirección: Jacques Tourneur. Producción: Bruton Film Productions para Anglo-Amalgamated Film Distributors (Reino Unido), American International Pictures (AIP) (Estados Unidos). Productores: Daniel Haller, George Willoughby. Productores delegados: Samuel Z. Arkoff, Nat Cohen, Stuart Levy, James H. Nicholson, George Willoughby [sin acreditar]. Guion: Charles Bennett, Louis M. Heyward, con diálogos adicionales de David Whitaker, basado en el poema «City in the Sea» de Edgar Allan Poe. Fotografía: Stephen Dade. Música: Stanley Black. Montaje: Gordon Hales. Dirección artística: Frank White. FX: Les Bowie, Frank George (efectos especiales), Bob Cuff (pinturas matte). Intérpretes: Vincent Price (el Capitán, Sir Hugh), Tab Hunter (Ben Harris), David Tomlinson (Harold Tufnell-Jones), Susan Hart (Jill Tregillis), John Le Mesurier (reverendo Jonathan Ives), Henry Oscar [acreditado como Harry Oscar] (Mumford), Derek Newark (Dan), Roy Patrick (Simon), Herbert el gallo (Herbert el gallo), Dennis Blake (Harry), Steven Brooke (Ted), Michael Heyland (Bill), William Hurndell (Tom), Tony Selby (George), Jim Spearman (Jack), Bart Allison, John Barrett, Barbara Bruce, Hilda Campbell-Russell, Arthur Hewlett, George Ricarde, Walter Sparrow… Nacionalidad y año: Reino Unido, Estados Unidos 1965. Duración y datos técnicos: 84 min. – color – 2.35:1 – Pathecolor – 35 mm – Colorscope.

 

¡He aquí! La muerte se ha alzado un trono

En una extraña ciudad solitaria

Lejos en el oscuro Oeste,

Donde los buenos y los malos y los peores y los mejores

Han ido a su descanso eterno.

 

En 1960 el director Roger Corman tuvo la estupenda idea de sugerir a los prebostes de la AIP, Samuel Z. Arkoff y James H. Nicholson, hacer películas con el doble de presupuesto hasta ahora, y en color, y obtendrían el doble de beneficios, o más. Para empezar con esta política de empresa decidió que el argumento había de ser un cuento de Edgar Allan Poe, y así adaptaría La caída de la Casa Usher (The Fall of the House of Usher, 1960). El film tuvo un éxito bárbaro, así que, durante unos años, Corman siguió haciendo películas más o menos basadas en Poe[1]. Sin embargo, cuando el director de El hombre con rayos X en los ojos (X, 1963) optó por abandonar esa serie —intercalada con otras obras, en todo caso—, la AIP siguió produciendo películas inspiradas en el mundo del torturado poeta. La primera de ese segundo ciclo, con todas sus muestras ya realizadas por directores diversos, fue la presente, pero después llegarían otras[2].

Muchas de esas aportaciones al «ciclo Poe» tendrían en realidad bien poco del autor, unas cuantas líneas de un poema si acaso, y luego la trama iba por otros derroteros. Para La ciudad sumergida (The City Under the Sea / War-Gods of the Deep, 1965) se inspiraban en una poesía titulada originalmente «The Doomed City» (1831), pero que en su versión definitiva pasó a ser denominada «The City in the Sea» (1845). Con ese punto de partida, un poema algo abstracto, los guionistas Charles Bennett y Louis M. Heyward componen una historia más cercana al universo de Jules Verne. De hecho, la AIP ya había incursionado en el mundo del escritor francés por medio de El amo del mundo (Master of the World, William Witney, 1961), que fusionaba la novela del título junto a su pareja, Robur el conquistador, y que buscaba explorar el éxito comercial que había tenido otra adaptación verniana, 20.000 leguas de viaje submarino (20,000 Leagues Under the Sea, Richard Fleischer, 1954), producida por la Disney.

Ahora, para La ciudad sumergida, el punto de referencia era otra película de gran éxito basada en Verne, Viaje al centro de la Tierra (Journey to the Center of the Earth, Henry Levin, 1959). El personaje de Tab Hunter en la presente recuerda bastante, en diseño y físico, a Pat Boone en el film de la Twentieth Century Fox. Pero, sobre todo, hay otro héroe que está literalmente copiado de ahí: si en la primera teníamos un pato como acompañante en el viaje, y que originaba dudosos recursos cómicos, aquí tamaño papelón es ofrecido a un gallo, Herbert, eterno acólito de David Tomlinson en su rol del pintor Harold Tufnell-Jones.

La trama se focaliza en una ciudad sumergida junto a la costa de Cornwall, en el Reino Unido, y regida por un megalómano un tanto en la línea del capitán Nemo o de Robur. Ya la película sobre este se hallaba protagonizada por Vincent Price, y del ciclo Poe también sería él intérprete de todo el subciclo Corman, salvo La obsesión, y del segundo período solo está ausente en Murders in the Rue Morgue, pues inclusive para la película de Fellini y compañía se buscaron al actor para ser el narrador de la versión en inglés.

Como director se escogió al francés Jacques Tourneur, que en aquel entonces estaba contratado por la AIP. Había hecho para ellos la parodia La comedia de los terrores (The Comedy of Terrors, 1963), con guion de Richard Matheson, que no solo satirizaba la obra de Shakespeare, sino también, por tono y espíritu, el ciclo Poe de la AIP. Esta nueva película le sería pasada también a él, y es una lástima que un film tan insignificante represente el testamento artístico de uno de los grandes realizadores de la historia del cine. Y eso que, a priori, al ser el responsable de origen francés podría conectar con el espíritu del autor en que se inspiraban.

El guion correspondía a Charles Bennett[3], que después fue manipulado con amplitud por parte de Louis M. Heyward[4], quien, aparte de añadir al personaje de David Tomlinson[5], se ocupó de manera concienzuda en, sobre todo, agregar elementos de humor, protagonizados por el gallo Herbert, y no puede decirse que resulte un complemento glorioso. Y eso que ha de esforzarse una y otra vez en tener que introducirlo en la trama cuando obviamente molesta, y escurre el bulto en el detalle de cuando Ben y Harold caen por el vórtice de aguas revoltosas, y luego el pajarraco aparece en la cueva tan campante.

Lo mejor de la película es todo su arranque, hasta que los dos hombres (y el gallo) caen en el maëlstrom que los transporta a la ciudad sumergida de Lyonesse[6]. Hasta entonces, La ciudad sumergida es una atractiva cinta de aventuras y misterio, con un tono muy similar a las clásicas películas británicas de contrabandistas costeros. En una noche de tormenta, el ingeniero de minas norteamericano Ben Harris encuentra, junto a varios pescadores, el cadáver de un hombre en la playa. Va a informar a Jill Tregillis, la hija del dueño del hotel, que también es estadounidense, y en el local se hospeda asimismo el excéntrico pintor Harold Tufnell-Jones. En una intriga donde el caserón dispone de pasadizos secretos, al final la muchacha es secuestrada por una extraña criatura anfibia, que deja un rastro de algas viscosas que sirven de pista para seguir su ruta.

Estos seres anfibios, de vaga referencia lovecraftiana, son fascinantes y, al mismo tiempo, están por completo desaprovechados. Se supone que son unos seres acuáticos, a los cuales de alguna manera el Capitán maneja; hasta cierto punto muestran inteligencia, aunque son supersticiosos. Sin embargo, tras este arranque solo los veremos nadar sin parar y perseguir a los protagonistas, perdiéndose todo el componente inquietante que ofrecen estas criaturas. Su diseño, además, es bastante pobretón: tienen un cuerpo escamoso, y enredado en algas, sin duda para disimular los engarces de las distintas piezas del traje de los actores. El rostro se supone que podría ser una queratina calcárea, pero tiene solo la apariencia de una máscara de plástico, donde además resaltan ostentosamente las rendijas de los ojos. Todos son calvos, salvo uno que tiene una adorable franja de pelo tipo mohawk que acaba en una larga coleta.

En cuanto los náufragos de la superficie alcanzan el reino de Lyonesse la narración se paraliza repentinamente. Han llegado, desde luego, para rescatar a la mujer, y con ella se encuentran. También se topan con el llamado «el Capitán», que dirige el lugar con mano férrea. Encontró la ciudad muchos años atrás, pues parece que fue construida por una civilización anterior. Crearon unos ingenios mecánicos que nutren de energía la metrópoli sumergida gracias a la energía del cercano volcán. Pero al mismo tiempo que este es la vida, también será la muerte, pues las continuas convulsiones son cada vez más abundantes. Además, la potencia del volcán, junto a ciertos componentes de las aguas, se supone que ha logrado conservar la vida de los habitantes del sitio durante muchos años, haciendo que no envejezcan. En cuanto al secuestro de Jill, está ocasionado a que para el Capitán semeja la reencarnación de su amada desaparecida. Ese elemento parece saqueado de la novela Ella (She, A History of Adventure, 1887), de Sir H. Rider Haggard, y determinados elementos también lo conectan con Horizontes perdidos (Lost Horizon, 1933) de James Hilton.

El escaso presupuesto provoca que, a partir de ese momento, no pase realmente nada. El Capitán da una información fascinante, pero eso es todo. El resto del film transcurre con los hombres yendo de un lado a otro de los pasillos subterráneos, rescatando a la muchacha y vueltos a atrapar. A todo ello Tourneur intenta dar cierto vigor visual por medio de un espléndido tratamiento fotográfico, donde el calor del volcán otorga una iluminación a base de tórridos rojos. Después, los protagonistas escapan, y hay una larguísima escena submarina, regresan de donde partieron, y vuelven a salir de nuevo a una segunda incursión acuática. Queda evidente que la trama no daba más de sí, y se está dando giros sobre la situación a lo largo de media película.

Vincent Price, por supuesto, está magnífico, aunque el personaje carezca que mucha dimensión. No para de dar órdenes y de mirar como un mochuelo cómo actúan todos, y los prisioneros se le escapan de continuo, hecho que acoge con gestos de furia. Tampoco está mal el resto del reparto, en particular John Le Mesurier como un reverendo que está en la ciudad desde tiempo inmemorial. Pero la película es pobretona en todos los sentidos, y como visión de esa urbe subacuática tenemos solo dos pasillos pedregosos y unas construcciones ciclópeas de una especie de dioses de aspecto bovino.

Hacia el final sucede lo que todo espectador sospecha desde el inicio, con Price reptando a la superficie huyendo de la inminente hecatombe, y cuando le da la luz del sol, como un vampiro, envejece. El efecto es bastante curioso. Queda quieto y un zoom se dirige a su rostro, y entonces la imagen se congela. Y sobre esa foto fija se procede a efectuar una especie de mezcla entre pintura matte y stop motion, dibujando sobre la cara de Vincent Price el efecto de envejecimiento paulatino.

 

Y cuando, entre gemidos no terrenales,

Abajo, abajo esa ciudad se asentará,

el infierno, levantándose de mil tronos,

lo reverenciará.

Edgar Allan Poe: «La ciudad del mar»

 

Anecdotario

  • Título alternativo en Estados Unidos: City in the Sea. Título de TV en Estados Unidos: War Gods of the Deep.
  • Títulos en Argentina: Los dioses de la guerra y el abismo (estreno) / Dioses guerreros de lo profundo (reposición). Título en México: Dioses guerreros de lo profundo. Título en Venezuela: La ciudad bajo el mar.
  • El rodaje fue durante noviembre de 1964, en los Pinewood Studios, en Buckinghamshire, Inglaterra, así como en la costa de Cornualles, Inglaterra, Reino Unido.
  • Al final de los créditos de los intérpretes consta: «¡Y no lo olviden, Herbert!» [el gallo de Harold].
  • El poema de Poe se recita en parte al arranque de la película, luego hacia la mitad y por último al final del todo, siempre en la voz de Vincent Price.
  • Según Louis Heyward, el productor George Willoughby abandonó la producción de esta película tras la reescritura del guion, que incluía cambios humorísticos adicionales en el libreto.

  • Vincent Price no vio el guion hasta seis días antes de que comenzara el rodaje.
  • John Le Mesurier sustituyó a Boris Karloff en el papel del reverendo Jonathan Ives.
  • Para la destrucción de la ciudad submarina se utilizó material de archivo del film nipón Agente 04 del imperio sumergido (Kaitei gunkan, Ishirô Honda, 1963).
  • Adaptación al cómic: Dell Movie Classic: War-Gods of the Deep (julio-septiembre de 1965).
  • Siguiente título del segundo ciclo Poe-AIP: Witchfinder General / The Conqueror Worm [vd: El general Witchfinder; vd/tv: El inquisidor / El inquisidor general; dvd: Cuando las brujas arden, 1968], de Michael Reeves.
  • Estrenada en Estados Unidos el 26 de mayo de 1965, en el Reino Unido en junio de 1965, y en España el 25 de julio de 1966, a nivel general, y el 22 de agosto de 1966 concretamente en Barcelona.

 

Bibliografía

«La ciudad del mar». En Relatos de ciencia ficción; por Edgar Allan Poe; edición e introducción de Julián Díez; traducción de Julio Cortázar y José F. Ruiz Casanova. Madrid: Cátedra, 2018. Colección: Letras Populares; nº 24. T.O.: «The Doomed City» (1831) / «The City in the Sea» (1845). También traducida como «La ciudad en el mar», «Aquella ciudad junto al mar» y «La ciudad en el fondo del mar». 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

[1] A esa primera siguieron El péndulo de la muerte (Pit and the Pendulum, 1961), La obsesión (The Premature Burial, 1962), el film de sketches Historias de terror (Tales of Terror, 1962), El cuervo (The Raven, 1963), The Haunted Palace [tv/dvd/bd: El palacio de los espíritus, 1963] —que, en realidad, tras unas líneas de un poema de Poe adaptaba una novela de H. P. Lovecraft—, La máscara de la muerte roja (The Masque of the Red Death, 1964) y La tumba de Ligeia (The Tomb of Ligeia, 1964).

[2] Así, a La ciudad sumergida (The City Under the Sea / War-Gods of the Deep, 1965) seguirían Witchfinder General / The Conqueror Worm [vd: El general Witchfinder / El inquisidor / Cuando las brujas arden; tv/dvd: El inquisidor / Cuando las brujas arden, Michael Reeves, 1968], Historias extraordinarias (Histoires extraordinaires / Tre passi nel delirio, Federico Fellini, Louis Malle, Roger Vadim, 1968) —que en realidad era una película franco-italiana distribuida en Estados Unidos por AIP—, The Oblong Box [vd/tv: La caja oblonga / El ataúd, Gordon Hessler, 1969] y Murders in the Rue Morgue [vd/tv: Asesinatos de la calle Morgue, G. Hessler, 1971].

[3] Activo colaborador de Alfred Hitchcock y de Cecil B. De Mille, también coescribió con el director Irwin Allen el guion de la película Viaje al fondo del mar (Voyage to the Bottom of the Sea, 1961), y para Tourneur había aportado esa obra maestra que es La noche del demonio (Night of the Demon / Curse of the Demon, 1957).

[4] Habitual guionista y productor de la AIP, para la cual debutó con la comedia Pajama Party [tv: El club del pijama, Don Weis, 1964].

[5] David Tomlinson era un actor británico mediamente efectivo, en especial en comedias. Sin embargo, justo antes de la presente había actuado en la producción Disney Mary Poppins (Mary Poppins, Robert Stevenson, 1964), y fue contratado aquí para explotar ese recuerdo.

[6] Lyonesse es un reino en el extremo suroccidental de Cornualles que, según la leyenda, fue engullido por el océano en una sola noche. Está conectado a la gesta artúrica, y en concreto al mito de Tristán e Isolda.