El doctor Charles Taylor ha descubierto un compuesto plástico que resulta revolucionario en la recomposición facial tras algún accidente. Acude a un instituto de salud mental para solicitar algún paciente que tenga alguna cicatriz, dado que piensa que, una vez recompuesto el rostro, se recompone también el alma. Cuando pretende sacar rédito económico de su propio trabajo se le acusa de ambicioso y se le expulsa del sitio, pero una interna del lugar se cuela en su coche y, después, en su casa-clínica.
Dirección: Isidoro M. Ferry [acreditado como I. M. Ferry]. Producción: Documento Films, Ízaro Films. Guion: Monroe Manning. Fotografía: José F. Aguayo. Música: José Buenagú. Montaje: Antonio Ramírez de Loaysa. FX: Fernando Martínez (maquillaje). Intérpretes: Lisa Gaye (Norma Borden), Fernando Rey (Dr. Charles Taylor), Concha Cuetos [acreditada como Conchita Cuetos] (Alma Woods), Virgilio Teixeira (Matt Wilder), Gérard Tichy (Dr. Chambers), Carlos Casaravilla (Dr. Reich), Emilio Rodríguez (inspector Hopkins), Jacinto San Emeterio (Polack), Eduardo Sancho (Mandel), Pepe Martín (Alec), Ana María Custodio (enfermera), Pedro Hurtado, Miguel del Castillo, Guillermo Carmona, Ángel Celdrán, José Rein Loring, Agustín Bescos, Sergio Mendizábal..Nacionalidad y año: España 1962. Duración y datos técnicos: 83 min. – B/N – 2.35:1 – 35 mm.
El barcelonés Isidoro Martínez Ferry (1925-2012) tuvo una carrera bastante peculiar. Durante su trabajo cinematográfico se centró, en especial, en el formato del corto documental. Como realizador de largometrajes de ficción cuenta, al menos, con dos películas rodadas en solitario, Escala en Hi-Fi (1963) ―inspirada en un programa musical de la época de TVE― y el film de ambiente marinero Cruzada en la mar (1968). Como ayudante de dirección participó en unas cuantas producciones internacionales rodadas en tierras españolas, así la magistral Mr. Arkadin / Dossier secret / Confidential Report (Orson Welles, 1955) y La vuelta al mundo en 80 días (Around the World in 80 Days, Michael Anderson, John Farrow, 1956), Orgullo y pasión (The Pride and the Passion, Stanley Kramer, 1957) y Cervantes (Vincent Sherman, 1967). De esta última, en diversas fuentes, sin embargo, figura como co-director, y ahí entra otra importante cuestión: su participación al lado de otros realizadores. Así, se le suele acreditar al lado de Marco Ferreri en la puesta en escena de la estupenda El pisito (1958).
La cara del terror es una misteriosa producción española que intenta hacerse pasar por norteamericana. Está rodada claramente en Madrid, las matrículas de los coches son con toda evidencia españolas, y algunas zonas de la capital son reconocibles. Pero, diríase, se ambienta en una realidad alternativa donde la gente de la piel de toro posee nombres anglosajones, aunque, sin embargo, en un par de escenas en un salón de espectáculos salen cantando un calvo en español y un baile flamenco. Diríase que se ambienta en Estados Unidos, no obstante, cuando deciden ir a París, lo hacen en coche y mencionan que «la frontera está a escasas horas».
Cabe conjeturar, en ese caso, dos opciones. Una, que se trata de una producción estrictamente española, pero con visos de exportación; eso queda confirmado con el hecho de que la película está rodada con sonido directo y hablada en inglés, con algunos actores conservando el audio directo y otros doblados (Fernando Rey parece ponerse él mismo la voz en la lengua de Shakespeare). De forma harto curiosa, en la copia norteamericana, cuando Fernando Rey entra al inicio de la película en la sala de juntas del manicomio hay un inserto con un rótulo en la puerta que dice «Madrid Institute of Mental Health – Board Room». Esa copia, estrenada en Estados Unidos como Face of Terror y distribuida por Futuramic Releasing[1], se acredita en exclusiva a William J. Hole Jr., realizador de títulos como Ghost of Dragstrip Hollow (1959) o The Devil’s Hand (1961), y se suele decir que rodó material adicional que no figura en la copia española, pero el caso es que la versión americana posee el mismo metraje que la hispana, salvo que los ingeniosos títulos de crédito están amputados, colocándose unos rótulos mínimos en la versión anglosajona mientras Fernando Rey se dirige al edificio.
La otra opción sería que, pese a figurar como obra española, en realidad hubiese producción norteamericana detrás, como sucedió, por ejemplo, con El sonido de la muerte (1966), de José Antonio Nieves Conde. En cuanto a la participación de Hole Jr., caben tres posibilidades: que no hiciera nada, y esté acreditado solo para dar un nombre anglosajón al producto; que dirigiera algunas escenas; o que bien estuviera al frente de todo, y Ferry aparezca en las copias españolas únicamente por cuestiones administrativas. El espectador puede quedarse con la teoría que más le guste, puesto que, por desgracia, no he localizado bibliografía alguna sobre el tema.
Pasando, en todo caso, a la película en sí, el resultado aparece muy pobre. El guion está acreditado al norteamericano Monroe Manning (1902-1992), lo cual acrecienta aún más el misterio[2]. En un inicio, parece el enésimo remedo de Ojos sin rostro (Les yeux sans visage / Occhi senza volto, Georges Franju, 1960), aunque en realidad toma otros rumbos con rapidez, bastante difusos, por otra parte, puesto que plantea ideas que parece luego olvidar. Así, la protagonista, Norma Borden, se dice que es una peligrosa psicópata; sin embargo, cuando la conocemos parece bastante centrada y se conduce con total lógica. Solo después de que las cicatrices reaparezcan en su rostro será cuando comienza a desplegar su psicopatía, lo cual sería explicable por el trauma, en cuyo caso esos precedentes sobrarían.
De todas maneras, todo parece muy deslavazado, tanto en el campo del guion como en el de la realización. Las poquísimas escenas de acción están rodadas con una torpeza increíble, y hay momentos en que se percibe que los actores (muchos de ellos excelentes) no saben muy bien qué hacer mientras declaman sus oponentes. Se presta mucha atención a la investigación policial, pero también a los intentos de integración de Norma en una vida normal, su trabajo como camarera en un hotel y los flirteos de un conquistador millonario, todo lo cual aparece muy convencional, de folletín barato. La fotografía en blanco y negro luce bastante bien, y el maquillaje de Norma se muestra competente. La película se sigue con simpatía y condescendencia, pero son muy evidentes sus enormes limitaciones, y se puede ver sobre todo por reconocer a intérpretes españoles en papeles un tanto insólitos. Nada más.
Anecdotario
- Título en el Reino Unido: The Face of Terror. Título en Estados Unidos: Face of Terror.
- La hermosa Lisa Gaye era hermana de Debra Paget, y el parecido físico resulta evidente.
- En España fue autorizada por el Ministerio de Cultura el 29 de octubre de 1962, pero en Madrid debió estrenarse a finales de noviembre o inicios de diciembre de ese año, en el cine Odeón, en programa doble con Esa clase de mujer, y en el Princesa y el Bellas Artes, en solitario. En Barcelona se proyectó hacia inicios de diciembre de ese mismo año, en el cine Diagonal.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: **
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Esta pequeña compañía, en su escasa carrera distribuyó tres filmes norteamericanos y el presente, así como el mexicano Yambaó (1957), de Alfredo B. Crevenna y el italiano La frusta e il corpo (1963), de Mario Bava.
[2] En cine esta es la primera película que se le acredita, seguida de O Elixir do Diabo / Forbidden Fruit (Thor L. Brooks, 1962), comedia de acción coproducida entre Portugal y el Reino Unido, junto con las norteamericanas La gran aventura de Lassie (Lassie’s Great Adventure, William Beaudine, 1963), They Ran for Their Lives (John Payne, Oliver Drake, 1968) y Lo que el Oeste se llevó (Gone with the West, Bernard Girard, 1974). En televisión fue mucho más activo, escribiendo para series como Las aventuras de Superman (Adventures of Superman, 1952-1958), Lassie (Lassie, 1954-1974) y Flipper (Flipper, 1964-1967). Más misterio aún: se tienen dudas de si en la película The Touchables (1961), dirigida por Monte Mann y Jay Sheridan, él participó también en la dirección, aunque ahí el guion está acreditado solo a Mann.