El matrimonio formado por Mathieu y Anna tiene una hija, Sarah, que padece una enfermedad inmunitaria, lo que la obliga a vivir en una cápsula especial acondicionada como cuarto. Tras un leve terremoto, una bruma tóxica brota del subsuelo y acaba con gran parte de los parisinos, obligando a los supervivientes a refugiarse en lugares altos, donde la niebla no llega.
Dirección: Daniel Roby. Producción: Quad Productions, Section9, Esprits Frappeurs, Christal Films, TF1 Droits Audiovisuels, TF1 Films Production, Atitlan, Mitico, Ten Films, Canal+, Ciné+, TMC, C8, A Plus Image Développement 7, Téléfilm Canada, La Région Île-de-France, Centre National du Cinéma et de l’Image Animée. Productores: Guillaume Colboc, Nicolas Duval Adassovsky. Co-productores: Delphine Clot, Christian Larouche, Guillaume Lemans. Productores asociados: Foucauld Barre, Adrien Kamir, Margaux Dourdin. Guion: Guillaume Lemans, Jimmy Bemon, Mathieu Delozier, según una idea de G. Lemans y Dominique Rocher. Fotografía: Pierre-Yves Bastard. Música: Michel Corriveau. Montaje: Stan Collet, Yvann Thibaudeau. Diseño de producción: Arnaud Roth. FX: Benoît Brière, Louis-Philippe Clavet, Valérie Garcia, Etienne Rodrigue, Fix Studio, Oblique FX (efectos visuales). Intérpretes: Romain Duris (Mathieu), Olga Kurylenko (Anna), Fantine Harduin (Sarah), Michel Robin (Lucien), Anna Gaylor (Colette), Réphaël Ghrenassia (Noé), Erja Malatier (Charlotte), Alexis Manenti (policía), Maurice Antoni (Monsieur Belkacem), Robin Barde (soldado joven), Margot Maricot (vecina), Christopher Ramoné (transeúnte aterrorizado), Geoffroy De La Taille… Nacionalidad y año: Francia, Canadá 2018. Duración y datos técnicos: 89 min. color 2.39:1.

El proyecto de La bruma (Dans la brume / Just a Breath Away, 2018) nació en 2011, cuando el productor Guillaume Colboc pidió al director Dominique Rocher que hiciera un cortometraje ―campo este en el cual Colboc es especialmente destacado― titulado 380hz, que es la frecuencia emitida por el sistema de alerta nacional francés. Junto al guionista Guillaume Lemans decidieron, al final, desarrollar una película para un público más amplio. Dominique Rocher, por su parte, optó por retirarse del proyecto para embarcarse en otra película, La noche devora el mundo (La nuit a dévoré le monde, 2018), con un planteamiento escénico muy similar, pero con zombis en lugar de la niebla mortal.

El arranque del film muestra al protagonista llegar a casa y cruzarse con un vecino, y dentro de esa charla tan baladí que suele establecerse en esas condiciones Mathieu le cuenta que “han dicho que habrá un repunte de la contaminación”. Más tarde, mientras se está duchando, por la radio dicen que en Suecia y Dinamarca ha habido una catástrofe. No se oye más, porque de pronto se desata un ligero terremoto y, a continuación, surge la bruma. Aquí no es como en la novela corta de Stephen King, donde la niebla oculta atroces monstruos, sino que el peligro es la propia neblina. Se trata de una especie de gas asfixiante que en pocos segundos acaba con las personas.

Los elementos previos parecen sugerir una relación causa-efecto, y el terremoto y el consiguiente gas proveniente del interior de la tierra podría representar un intento de exterminio por parte del planeta de esa especie agresora que lo está diezmando por medio de la contaminación. Por su parte, Sarah, la hija de la pareja protagonista, está protegida en su burbuja, pero al tiempo se halla encerrada, en una especie de ironía.

También nos toparemos con el hecho de que, en casa de un vecino, Mathieu se encuentra un perro muerto, pero otro, un cachorro, sobrevive a la niebla; más adelante, la pareja se encontrará a otro perro en medio de la calle, cuando salgan con máscaras en busca de un traje hermético para su hija. No se nos llega a explicar la peculiaridad con respecto a los perros, que unos resisten la niebla y otros no, pero el subrayado explícito de ese cachorro huyendo parece indicar una motivación, acaso eliminada en el montaje.

El film se enfoca como un drama de personajes, donde un pequeño núcleo superviviente intenta salir adelante, condicionado por el hecho de la hija encerrada en la burbuja, lo que impide que se alejen del lugar, aunque efectuarán diversas incursiones por la niebla. Estas ofrecerán algunos elementos “de acción”, para los espectadores impacientes, como el percance con el perro o con el policía, pero la atención se proyecta particularmente sobre el modo en que los personajes afrontan una situación anómala. En este sentido, la naturalidad e inmediatez de los actores ayuda mucho a otorgar plausibilidad a las situaciones, destacando en particular la pareja de ancianos en cuya casa los protagonistas se alojan. Hay que referir, por cierto, que el pésimo doblaje español elimina esa naturalidad referida.

Daniel Roby, el director de origen canadiense, tuvo su debut en el largo con el film de vampiros La peau blanche [dvd: White Skin, 2004], aunque después ha abordado temáticas realistas. Aquí utiliza un enfoque fantástico para efectuar una aproximación cotidiana, tal como se ha referido, y acerca la cámara a los personajes para vincular al espectador emocionalmente. Como contraste de esa naturalidad apuntada, la sensación de otredad se transmite por medio de unas impresionantes tomas aéreas de la ciudad, con la bruma, espesa e inmóvil, bajo los techos de París, como una presencia palpable y a un tiempo inmaterial.

El final del film provoca un quiebro irónico en las circunstancias, y da la vuelta al planteamiento que hasta entonces se había mantenido de un modo muy atractivo: la hija es rescatada por un amigo que conoce vía Internet, y que sufre igual mal que ella. Mientras que en el ambiente cotidiano ellos no podían respirar, a costa de enfermar, resulta que bajo la niebla sí pueden respirar y no sufren efectos secundarios. Al final, es Mathieu el que ha de vivir en la cápsula especial, y los hasta entonces enfermos pueden vivir sin problema en medio de esa atmósfera presuntamente tóxica. El propio planeta ha efectuado su selección natural y un nuevo estadio de humanidad se hace dueña del lugar.

Anécdotas
- Títulos canadienses del sector anglosajón: A Breath Away / Just a Breath Away.
- Título en México y Perú: Desastre en París.
- En 2018, en el Fantasia Film Festival, fue galardonada con el premio a mejor película. En 2018, en los premios Jutra, fue premiada a los efectos visuales. Y en los premios Canadian Screen fue premiada en las categorías de efectos visuales y maquillaje, y candidata en las de película, dirección, guion, edición de sonido, sonido y actor secundario (M. Robin).
- Rodada con un presupuesto estimado de 11.270.000 euros.
- Estrenada en Francia el 4 de abril de 2018, y en Canadá el 10 de agosto. En España se estrenó el 13 de julio.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***
• bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra