Elizabeth recibe la noticia de que su rico tío ha fallecido, así pues se dirige al castillo propiedad de este, en compañía de su prometido y una pareja de amigos, para asistir a la lectura del testamento. Sin embargo, mientras está en el lugar perciba una atmósfera asfixiante en él y, además, comienzan a acontecer algunos crímenes.
Dirección: Ferruccio Casapinta. Producción: Cinediorama, Rewind Film. Guion: Ferruccio Casapinta, Giorgio Cristallini, Carlo M. Lori, según un argumento de F. Casapinta, y con diálogos de Alfredo Medori. Fotografía: Francesco Attenni. Música: Franco Potenza. Montaje: Franco Attenni. Dirección artística: Alessandro Dell’Orco. Intérpretes: Erna Schurer (Elizabeth Ball Janon), Roland Carey (Jack Seaton), Aurora Batista (Claudine), Ettore Ribotta (Paul Reno), Lucia Bomez (Carol), Manlio Salvatori (Edward), Franco Daddi (Mr. Cordova), Beverly Fuller (Blanche), Eugenio Galadini (Andrea), Giorgio Gennari (Gérard), Domenico Ravenna (Mr. Shinton), Teresa Ronchi (Jeanette), Giovanni Ivan Scratuglia… Nacionalidad y año: Italia 1969. Duración y datos técnicos: 87 min. color 1.85:1.
Viendo La bambola di Satana (1969), no sorprende en absoluto averiguar que fue la única película de su director, Ferruccio Casapinta. Tampoco sorprenden las palabras de Erna Schurer, la protagonista, diciendo que la producción supuso un “rodaje problemático”, y que el ayudante de dirección fue quien “hacía todo en el set”, pues Casapinta “era un idiota incapaz de hacer nada”[1]. Y es que la presente es una de las peores películas con que uno ha podido toparse en su existencia, que ya es decir.
Sobre el papel, la idea no está mal del todo: consiste en rodar algo así como un giallo pero enclaustrado en un entorno gótico. Sin embargo, ni en un sentido ni en otro la cinta ofrece la más mínima consistencia. Como giallo la trama carece de la menor lógica, estando plagada de trampas narrativas para engañar al espectador, y como ejemplo palpable tenemos el del asesino que asiste a largas charlas con su cómplice femenina, y al que solo vemos de espaldas o escorzos, y que habla en susurros para disimular la voz. Si está a solas con su cómplice, ¿qué necesidad tiene de esconder la voz? Ninguna, por supuesto, y ese burdo truco está construido de cara exclusivamente al espectador. Además, los escasos crímenes se ofrecen rodados con una estulticia alarmante, sin estar preocupado el realizador de otorgarle la preponderancia, ya sea narrativa o estética, que debiera tener.
En cuanto al aspecto gótico del film, este se centra en estar rodado en un castillo. Y nada más, diríase. Sí, de vez en cuando hay alguna tormenta, a lo lejos se oye aullar a un perro[2] y, sobre todo, nuestra protagonista es de un asustadizo que clama al cielo, lanzando un alarido pavoroso cuando una rama irrumpe en su habitación durante una tempestad, y tirando al suelo una taza cuando el viento abre bruscamente una ventana. Más allá de esas tonterías, no hay mayor intento de crear la menor atmósfera, y el único momento que parece poseer cierta gracia resulta ser… un sueño.
La bambola di Satana se desarrolla con una lentitud desesperante, y no hay avance narrativo alguno: tenemos larguísimas escenas de diálogos, con los personajes vagando por el castillo o por terrenos circundantes, aportando machacona e innecesaria información al espectador para hacernos sospechar sobre el valor de las tierras. De fondo tenemos una intriga a lo Las diabólicas, mezclado con Luz de gas, que tampoco ofrece el más mínimo interés. De vez en cuando tenemos personajes enigmáticos, y Ferruccio Casapinta nos advierte sobre esa condición de los mismos lanzando un zoom a los ojos del interfecto, para que nos apercibamos de lo oculto de sus maquiavélicas intenciones. De hecho, el zoom es el único recurso narrativo que emplea visualmente, y hay muchos planos de exteriores donde utiliza ese efecto óptico hacia una de las ventanas del castillo, para después mostrarnos qué sucede en el interior de esa habitación.
Dentro del perfil de personajes absurdos que inundan el film, podríamos encuadrar a esa pareja de amigos que acompañan a la protagonista, y que en el aspecto dramático nada aportan a la historia. También tenemos a una pintora, que aparece en algunos momentos investigando y en otros dibujando, y que mantiene encuentros casuales con varios personajes. Tan postizas parecen las apariciones de la mujer que, por fuerza, el espectador más ingenuo sabe que ese personaje está situado ahí por un único motivo: para explicar al final todo lo que acontece. De igual modo tenemos un hombre sospechoso que, por un momento, incluso parece un posible violador, o un espía, sin ninguna definición.
El director es un negado, desde luego, pero los demás implicados en el proyecto no es que resulten tampoco muy dotados. El montaje es caótico, empezando por el inicio, con ese plano de dos segundos con el cadáver siendo trasladado, para luego, digamos, arrancar el film. Hay instantes como esa narración errática, que salta de una cena en el castillo a un baile en el bar del pueblo, que nada aporta, para regresar al castillo, con más gente cenando. O también vemos a los protagonistas dirigiéndose en coche al castillo, mientras ríen y hacen bromas, para que a la escena siguiente nos informen de la muerte del dueño del castillo, que casualmente es el tío de la sonriente protagonista.
Los actores, por lo demás, son terribles, en toda su integridad. Además, en muchas escenas el doblaje[3] no coincide no solo con los movimientos de los labios de los actores, sino ni siquiera con el lenguaje gestual. Además, he leído en diversas fuentes que he consultado para aportar la información a este texto que el film está plagado de desnudos: pues, bien, en mi copia, nada de nada. Hay diversos desnudos, cierto, pero con la actriz protagonista colocándose en posiciones donde nada se perciba, salvo un tímido pezón, lo cual hace sospechar doble versión.
Por último, centrémonos mínimamente en el título, que es tan tramposo como el resto del film. No hay la menor trama de satanismo, y en cuanto a la muñeca, digamos que en el castillo hay una mujer paralítica, muda y enloquecida, confinada en una habitación, que cuando la vemos por primera vez tiene una muñeca en brazos, tipo Nancy. Nada más.
Anécdotas
- Título alternativo: Satana ha sbagliato una mossa.
- Título anglosajón: The Doll of Satan.
- La película fue rodada en el castillo Borghese, en Pomezia, en Pratica di Mare y en Abruzzo.
- La actriz llamada Aurora Batista no es nuestra Aurora Bautista, pese a que así se consigne en determinadas fuentes.
- Estrenada en Italia el 12 de junio de 1969.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: •
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] En Pulici, Davide: «Le sorelle di Venere 2». Nocturno Dossier; editado por Manlio Gomarasca y David Pulici. Vol. 59. p. 32, junio 2007. Y tal como es citado en Italian Gothic Horror Films, 1957-1969, de Roberto Curzi, McFarland, 2015; pág. 194.
[2] Se trata del mismo efecto de sonido que aparece en las películas de Paul Naschy.
[3] Como era norma en el cine europeo de la época, se rodaba sin sonido directo y después se doblaba en estudio.