Kinbei es el gerente de Eshima-ya, una tienda de ropas, que comienza a sentirse celoso de las atenciones que recibe por parte de sus jefes un empleado llamado Yasujirô. En sus ansias de ambición irá urdiendo planes maquiavélicos y matando a una serie de personas para arrojar los cadáveres al pantano Kagami, de donde brotarán los espectros para vengarse.
Dirección: Masaki Môri. Producción: Shintoho Film Distribution Committee. Productor delegado: Mitsugu Ôkura. Guion: Kouzo Hayama, basado en la historia de Enchô San’yûtei. Fotografía: Mamoru Morita. Intérpretes: Noriko Kitazawa (Okiku), Shôzaburô Date (Yasujirô), Reiko Seto (Osato), Hiroshi Hayashi (Jiuemon, de Eshima-ya), Jôji Ôhara (Kinbei, gerente de Eshima-ya), Yôji Misaki (Matsuba-ya Hanzô), Keiko Hamano (Onaka, ama de Kinbei), Fumiko Miyata (esposa de Otose Jiuemon), Fujie Satsuki (Oshima, madre de Osato), Shin Takemura (Yasubei), Sosuke Kuni, Kyôji Murayama, Rei Ishikawa, Seiji Hara, Hiroshi Tsukiji, Masao Takamatsu, Yûko Mashiro, Yôko Mifune, Keiko Minakami, Emiko Toba, Ayako Ueno, Nagamasa Yamada… Nacionalidad y año: Japón 1959. Duración y datos técnicos: 62 min. – B/N – 2.35:1.
Kaidan Kagami-ga-fuchi (1959) ―que vendría a significar algo así como «La historia sobrenatural de la poza del espejo», pero que se suele simplificar a «El fantasma del estanque Kagami»― es la adaptación de una historia de Enchô San’yûtei, autor también que inspiró Kaidan Kasane-ga-fuchi (1957), de Nobuo Nakagawa, y de hecho ofrece una historia bastante similar: todo gira en torno a una tienda, hay un empleado que ha sido adoptado por el dueño y otro de ellos siente unos enormes celos profesionales, hay una mujer desfigurada y los cadáveres arrojados a un pantano proyectan sus espectros para tomar cumplida venganza. Diríase que es una adaptación de la misma obra, pero las fuentes consultadas no lo especifican, y los nombres han sido variados: el protagonista pasa de ser Shinkichi a llamarse Yasujirô, y el pantano Kasane ahora es el estanque Kagami.
Masaki Môri, su realizador, es bastante poco conocido en occidente. Parece ser que comenzó trabajando como ayudante de dirección en 1936, durante los cuarenta tuvo el cargo de jefe de producción y en el ámbito de la realización arrojó casi cincuenta títulos, desde Isogawa Heisuke kômyô-banashi (1942) hasta Fûun shinsengumi (1961). Conviene no confundirle con otro realizador también llamado Masaki Môri (conocido de igual modo como Sumiko Chiba), centrado en el campo de la animación y responsable de Hiroshima (Hadashi no Gen, 1983), por citar una obra suya estrenada en España. Nuestro Masaki fue algo así como el hermano pobre de Nobuo Nakagawa, y dirigió algunas cintas de temática sobrenatural, como Kuronekokan ni Kieta Otoko (1956), Yotsuya kaidan (1956) o la presente, hasta alrededor de una docena, por lo que parece.
El film se caracteriza por una atractiva música atmosférica que introduce elementos electrónicos, y otorga unas texturas sobrenaturales con un uso que semeja el de un theremín. Dispensa la clásica ambientación antigua nipona, durante el período feudal, y dentro de ese contexto se desarrolla una historia donde se mezclan ambiciones en los negocios, lujuria, amor, asesinatos y venganzas de ultratumba. Todo ello, en una hora raspada.
La protagonista femenina, la bellísima Noriko Kitazawa, participó en bastantes películas de la temática, como la citada Kaidan Kasane-ga-fuchi (1957), Bôrei kaibyô yashiki [Black Cat Mansion, 1958], Tôkaidô Yotsuya kaidan [The Ghost of Yotsuya, 1959], todas ellas de Nobuo Nakagawa, Kaibyô Otama-ga-ike [The Ghost Cat of Otama Pond, Yoshihiro Ishikawa, 1960] o Kaidan shamisen-bori [Ghostly Tales: The Shamisen, Kokichi Uchide, 1962].
El elemento prodigioso viene referido a aquellos personajes que, una vez muertos, van a parar al pantano Kagami, y que se mostrarán a los instigadores de los planes maquiavélicos para vengarse. Se puede especular que todo podría surgir de las conciencias culpables de los malvados, pero la plasmación de las apariciones aportan unas tonalidades sobrenaturales, y el hecho de que los vean al mismo tiempo varias personas confirma su existencia real. Hay un momento, por cierto, en el cual Kinbei está acariciando un gato negro, y poco más tarde el felino está lamiendo la sangre del filo de una espada con la cual ha cometido un crimen, y durante unos instantes aletea sobre el film la impresión de tratar también el tema de los gatos malignos, tan caros al cine fantástico nipón.
En su escasa duración el film no para, y las apariciones fantasmales son bastante nutridas, todas ellas rodadas de una forma muy atmosférica, ayudado ello por su excelente fotografía en blanco y negro y el uso del formato panorámico, por lo cual en ocasiones vemos brotar a los espectros desde el fondo, completando el encuadre. Los métodos interpretativos, por supuesto, chirriarán a quienes no estén acostumbrados a visionar cine nipón de estas características, y tiende más a semejar una representación teatral de la época que refleja. Para los aficionados a este tipo de cine es una cinta que, sin ser una gran obra, ofrece suficientes elementos como para satisfacer.
Anecdotario
- Títulos anglosajones: Ghost Story: Depth of Kagami / Ghost of Kagama-Ga-Fuchi / The Ghosts of Kagami Pond.
- La película fue producida a raíz del 60 aniversario de la muerte de Enchô San’yûtei, autor de la historia en que se basa.
- Estrenada en Japón el 1 de julio de 1959.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra