Época actual. Diversos crímenes asolan la ciudad de Londres, y el modus operandi del asesino es muy similar al de Jack el Destripador. Scotland Yard tiene entre sus sospechosos a Bruno Doriani, un antiguo trapecista que quedó cojo de resultas de una caída, y que ahora malvive moviéndose entre los bajos fondos y frecuentando a prostitutas.
Dirección: José Luis Madrid. Producción: Cinefilms, International Apollo Films. Productor: José Luis Madrid. Jefes de producción: Sandro Amati, José María Téllez. Guion: Jacinto Molina, José Luis Madrid, Tito Carpi, Sandro Continenza [este solo en las copias italianas]. Fotografía: Diego Úbeda. Música: Piero Piccioni. Montaje: Luis Puigvert. Decorados: Bruno Cesari, Juan Alberto Soler. FX: Manolita Novoa (maquillaje). Intérpretes: Paul Naschy (Bruno Doriani), Patricia Loran (Lulu), Renzo Marignano (inspector Henry Campbell), Orchidea De Santis (Sandy Christian), Andrés Resino (Winston Darby Christian), Irene Mir (Belinda), Franco Borelli (detective Hawkins), Víctor Iregua, Teresita Castizio, Carmen Roger (Violeta), Palomba Moreno (Srta. Sanders), Víctor Vilanova (McMurdo), Marina Ferri [acreditada como Maika] (prostituta), Miguel Muniesa (superintendente Chambers), Isidro Novellas (Mile), Alfonso Castizo (Robert), Antonio Ramis, Enrique Beltrán… Nacionalidad y año: España, Italia 1972. Duración y datos técnicos: 91 min. / 86 min. – Eastmancolor – 2.35:1 – Techniscope – 35 mm.
Jacinto Molina tenía especial interés en ir recorriendo los diversos arquetipos del género del terror. Aquí le tocó el turno al mítico (pero real) Jack el destripador, pero imagino que por motivos presupuestarios, en lugar de ambientar la historia en la época de los crímenes reales (1888), se trasladó a la actualidad del rodaje y fue convertido en un émulo del delincuente originario. Con dirección y co-guion de José Luis Madrid, ambos volverían a asociarse en Los crímenes de Petiot (1973), también inspirada en un asesino auténtico, y esta vez más acorde con el caso real[1].
He citado «el género de terror», pero en realidad Jack el destripador de Londres / 7 cadaveri per Scotland Yard (1972) entra más de lleno en el género policial. Se le suele denominar giallo, pero también detenta ciertos elementos del poliziesco; dispone de adornos con determinados rasgos macabros y sangrientos, por lo cual puede bordear el terror, aunque no entra de lleno en él. El guion, escrito entre el director y el protagonista, reparte la trama en tres personajes, principalmente: Bruno Doriani, un ex trapecista, frecuentador de los bajos fondos, amargado y siempre a la gresca, que tiene conocimientos de medicina, y al que da vida Paul Naschy; el inspector Henry Campbell, que investiga el caso, interpretado por el italiano Renzo Marignano, pero que es alto, delgado y entre rubio y pelirrojo, por lo cual da muy bien el tipo de un británico; y Winston Darby Christian, profesor de arte, impotente, y que es amigo del inspector, con el cual suele discutir el caso, encarnado por Andrés Resino, muy habitual intérprete de fantaterrores.
El libreto de Molina y Madrid es bastante flojo. En un momento determinado, el inspector refiere que «hay que sospechar de todos». Con ese lema por bandera, la trama se desenvuelve sin el menor proceso deductivo. Al principio de la película deciden sospechar de Bruno porque sí, y hacia la mitad del metraje el inspector clama «definitivamente, el asesino es él» sin mediar prueba alguna, solo porque frecuenta los ambientes que también visita el criminal. Así, el espectador se ve imposibilitado de sospechar quién pueda ser el asesino, no por la complejidad de la trama, sino porque no hay dato alguno que permita deducirlo, aunque por eliminación se llega a la fácil conclusión.
Lo más interesante del guion es el propio personaje de Bruno Doriani. Fue una estrella del circo, donde actuaba en el trapecio, pero tuvo una caída de lo más tontorrona y, desde entonces, malvive con su mujer en la zona del Soho, está amargado y siempre se halla bebiendo y metiéndose en broncas. Cuando su esposa es víctima del asesino, decide vengarla. Jacinto Molina da vida a uno de sus clásicos personajes torturados, que va arrastrando por su existencia no solo la pierna, sino su propia alma. El hecho de ser cojo recuerda en apariencia otro de sus personajes clave, el lisiado Gotho de El jorobado de la Morgue (Javier Aguirre, 1973).
La realización de José Luis Madrid es terrible, desmañada. Hay escenas que se alargan cansina e interminablemente, y otras, por el contrario, son concisas, abruptas, y da la impresión de que falta algo en el montaje. Arranca con una escena rodada en cámara subjetiva, con el criminal recorriendo el Soho hasta dirigirse al apartamento de la prostituta que elige, para luego matarla. Un rasgo acaso cinéfilo, que recuerda a El fotógrafo del pánico (Peeping Tom, Michael Powell, 1960). Los asesinatos están todos rodados con la misma estructura secuencial y visual, y no otorgan inventiva alguna al conjunto (curiosos los planos detalle de las cuchilladas, proferidos sobre una piel de cerdo). La labor de Madrid también se caracteriza por una pésima dirección de actores, y uno diría que muchos intérpretes han sido cogidos en la calle ―«¿Quieres salir en una película?»― y que carecen de la menor experiencia en ese trabajo, destacando en especial los tres quinquis que le salen al paso a Bruno para matarle o, sobre todo, la apática estudiante rubita del profesor.
Anecdotario
- Títulos de rodaje españoles: Jack el destripador / El asesino de Londres / Jack el destripador vuelve del infierno / El retorno de Jack el destripador.
- Título en México: Crimen y perdición.
- Títulos anglosajones: Seven Murders for Scotland Yard / 7 Murders for Scotland Yard / Jack the Mangler of London / Jack the Ripper / Jack the Ripper of London.
- Algunos afiches españoles de la época llamaban simplemente a la película Jack el destripador.
- Fue exhibida como parte de la selección oficial y de la sección informativa en la IV Semana Internacional de Cine Fantástico y de Terror de Sitges.
- En algunas copias, José Luis Madrid es acreditado como director con el nombre de J.L. Makrik; en otras, como productor, con el de Jim Delavena.
- La voz de doblaje para Paul Naschy es la de Francisco Garriga.
- El guionista italiano Tito Carpi consta en los créditos solo por cuestiones administrativas. En otras copias se le añade a Sandro Continenza.
- Algunos exteriores están rodados en Londres, y los interiores entre los estudios barceloneses Balcázar y los romanos de De Laurentiis.
- El rodaje se produjo durante junio de 1971.
- Su pase por los cines de España arrojó un saldo de 424.377 espectadores, que aflojaron la cantidad de 83.011,15 €.
- Estrenada en España el 10 de julio de 1972, en Madrid, en el cine Mola; en Barcelona se vio a partir del 15 de octubre, en los cines Petit Pelayo, América, Selecto y Versalles. En Italia se estrenó el 14 de septiembre del mismo año.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: *
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Años después abordarían una tercera colaboración, pero lejos de las características de este díptico: Comando Txikia: Muerte de un presidente (1977), centrada en el asesinato de Carrero Blanco.