Haley se dedica a la natación. Su hermana la llama para informarla de que un huracán se está acercando, y que no recibe respuesta de su padre. Así pues, Haley decide ir en su busca, encontrándolo herido en el sótano de la casa, con un aligátor acechando los alrededores. Mientras, el huracán se hace más y más fuerte.

Dirección: Alexandre Aja. Producción: Paramount Pictures, Raimi Productions. Productores: Alexandre Aja, Craig J. Flores, Sam Raimi. Productores ejecutivos: Justin Bursch, Grégory Levasseur, Lauren Selig. Guion: Michael Rasmussen, Shawn Rasmussen. Fotografía: Maxime Alexandre. Música: Max Aruj, Steffen Thum. Montaje: Elliot Greenberg. Diseño de producción: Alan Gilmore. FX: Natasa Krstic, Shane Shisheboran (efectos de maquillaje), Adrien Morot (efectos de maquillaje y animatronics), Rodeo FX (efectos visuales). Intérpretes: Kaya Scodelario (Haley), Barry Pepper (Dave), Morfydd Clark (Beth), Ross Anderson (Wayne), Jose Palma (Pete), George Somner (Marv), Anson Boon (Stan), Ami Metcalf (Lee), Tina Pribicevic (Haley de niña), Srna Vasiljevic (Louie), Cso-Cso (Sugar, la perra), Colin McFarlane (gobernador), Annamaria Serda (Emma), Savannah Steyn (Lisa), Jovana Dragas (Susan). Nacionalidad y año: Estados Unidos 2019. Duración y datos técnicos: 87 min. Color 2.35:1.

 

infierno

Nada más comenzar la película vemos a la protagonista en su trabajo como nadadora de competición. Sabiendo de qué va la película, y ello queda obvio en la propia publicidad, de inmediato nos damos cuenta de que ese factor tendrá vital importancia al final. Aquí no tiene relevancia que la protagonista sea abogada, vendedora de coches usados o perito agrónomo: su capacidad en el nado será esencial. Esa previsibilidad se traslada a todos los demás detalles del film.

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En realidad, en Infierno bajo el agua (Crawl, 2019) coexisten dos películas en una. Por un lado, tenemos una creature feature, con un grupo de aligátores ―en los subtítulos (y en el doblaje también, imagino) se traduce como caimanes, pero estos son de otra subespecie― acechando a la pareja protagonista, padre e hija. En ese aspecto, todo resulta de lo más convencional, y el resto de los pocos personajes que aparecen en ocasiones están única y exclusivamente al servicio de ser devorados por los muy ágiles animales, y así meter algo de acción. De ese modo, queda patente que, cuando atacan a los secundarios, son diestros y certeros, y acaban con ellos con una habilidad extraordinaria, mientras que los protagonistas los esquivan, los evitan o son heridos levemente ―o no tanto, pero aguantan con la firmeza digna de un Vengador―.

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La otra película es un drama sobre la relación entre padre e hija, y cómo ésta, de una admiración mutua, ha ido derivando en una serie de elementos que suponen echarse en cara un sinfín de circunstancias difusas. Se suma a ello un mensaje, muy americano, sobre el afán de superación. Haley es una buena nadadora, pero siempre hay un detalle final que hace que no logre llegar al último extremo las expectativas que ofrece. Por supuesto, el percance que ahora pasará servirá para que sublime esa limitación. En este sentido, resulta muy divertido el hecho de que el padre de Haley le diga que ella puede nadar mucho más rápido que los aligátores: estos nadan a veinte millas por hora, mientras que Michael Phelps, medallista olímpico, lo hacía a seis millas por hora. Pero la coherencia, por supuesto, no es la moneda común en este film.

CRAWL

Es curioso cómo en historias tan minimalistas como la presente no se esfuerzan por concebir un guion especialmente sólido, sin fisuras, y por el contrario reúnen un cúmulo de tópicos y a tirar. En efecto, la pareja de hermanos compuesta por Michael y Shawn Rasmussen ―y que ya dieron muestras de su talento en Encerrada (The Ward, 2010), posiblemente lo peor de John Carpenter― no busca complicarse la vida, y acumulan situaciones inverosímiles con total desparpajo, seguros de que las escenas emocionantes con los bichillos salvarán la situación.

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Dirige el sobrevalorado Alexandre Aja tomándose el guion muy en serio, sin aportar algo de humor para que aligere un poco el tono solemne que en nada favorece a una situación tan poco consistente. Además, su forma de saturar la narración por medio de primeros planos y tomas desenfocadas afean enormemente el formato panorámico, que de otra manera hubiera lucido de una forma apreciable. En definitiva, nos encontramos ante el clásico film de terror efectuado para consumo en centros comerciales por parte de espectadores no demasiado interesados en el género, o también para amantes del mismo sin mucho rigor analítico.

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Anécdotas

  • Título en Argentina y México: Infierno en la tormenta.
  • El rodaje tuvo lugar en Belgrado, Serbia.
  • La película se inspira en un suceso real que aconteció con un aligátor durante el huracán Florence.
  • Los sótanos son muy, muy raros en Florida, debido a las características del terreno.
  • Estrenada en Estados Unidos el 12 de julio de 2019. En España se estrenó el 23 de agosto de 2019.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: *

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra