Una expedición al Ártico descubre congelado en el hielo a un señor. Lo trasladan a París, lo descongelan con cuidado y descubren que el corazón vuelve a latir. Desapareció en 1910, y ahora ha regresado a 1970. Intentarán que el choque emocional de ese hecho no le provoque ninguna reacción negativa, y procurarán rodearle de un entorno conocido. Sin embargo, los descendientes de ese hombre desean integrarlo a su familia.
Dirección: Édouard Molinaro. Producción: Gaumont International, Rizzoli Film. Productores: Jean Le Duc, Angelo Rizzoli. Productor delegado: Alain Poiré. Guion: Jacques Vilfrid, Jean Bernard-Luc, Louis de Funès, Jean Halain (adaptación y diálogos), según la obra teatral de Jean Bernard-Luc. Fotografía: Marcel Grignon, Raymond Pierre Lemoigne. Música: Georges Delerue. Montaje: Monique Isnardon, Robert Isnardon. Diseño de producción: François de Lamothe. Intérpretes: Louis de Funès (Hubert de Tartas), Michael Lonsdale (profesor Édouard Loriebat), Claude Gensac (Edmée de Tartas), Bernard Alane (Paul Fournier), Annick Alane (Madame Crépin-Jaujard, madre de Evelyne), Olivier De Funès (Didier de Tartas), Eliette Gensac [acreditada como Eliette Demay] (Evelyne Crépin-Jaujard), Martine Kelly (Sophie), Jacques Legras (abogado), Pascal Mazzotti (profesor Bibolini), Claude Piéplu (Secretario General del Ministerio del Interior), Paul Préboist (Charles), Yves Vincent, Evelyne Dassas, Monita Derrieux, Robert Le Béal, Harry-Max, Max Montavon, Carlo Nell, Virginie Vignon, Paul Bisciglia, Adrien Cayla-Legrand, Evelyne Dress, Michel Duplaix, Sébastien Floche… Nacionalidad y año: Francia, Italia 1969. Duración y datos técnicos: 80 min. color 2.35:1.
La temática del ser humano congelado en el hielo y devuelto a la vida es tan vieja como el propio cine. Ya en tiempos del mudo, The Man from Beyond (Burton L. King, 1922), nos ofrecía nada menos que al mago y escapista Harry Houdini como el hombre regresado del pasado. En Return of the Ape Man (Phil Rosen, 1944), los científicos Bela Lugosi y John Carradine logran despertar también a un cavernícola congelado en los hielos. Con una base más científica que las precedentes tenemos Iceman [vd/tv: El hombre del hielo, Fred Schepisi, 1984]. Y en clave más humorística tenemos El hombre de California (Encino Man, Les Mayfield, 1992), aunque hay que reconocer que, en ese aspecto, también tenemos vuelto de los hielos al marveliano Capitán América, o también al extraterrestre de El enigma… ¡de otro mundo! (The Thing from Another World!, Christian Nyby, Howard Hawks, 1951) o el monstruo prehistórico de El monstruo de tiempos remotos (The Beast from 20,000 Fathoms, Eugène Lourié, 1953).
Hibernatus es una obra teatral del francés de origen guatemalteco Jean Bernard-Luc ―famoso sobre todo por El complejo de Filemón (Le complexe de Philémon, 1950)―, estrenada en 1957, y que trata el tema en clave de humor. Parece ser que fue representada en España como El abuelo tiene 30 años, e incluso tuvo una versión televisiva en el espacio Novela. El actor francés Louis Germain de Funès de Galarza (1914-1983) ―hijo de padre sevillano y madre de origen español y portugués― era toda una estrella de la comedia del país cuando decidió adaptar la citada obra con Hibernatus: El abuelo congelado (Hibernatus / Louis de Funes e il nonno surgelato, 1969). Venía de hacer El gendarme se casa (Le gendarme se marie, Jean Girault, 1968), tercera entrega de la célebre saga, e imagino que buscaba variar enfoques con esta historia. La presente iba a ser dirigida inicialmente por el propio Jean Girault, pero la productora Gaumont optó por Édouard Molinaro, que ya había dirigido a Louis de Funès en otra película basada en una obra teatral, Una maleta, dos maletas, tres maletas (Oscar, 1967) con éxito.
Louis de Funès declaró que no se sentía muy cómodo con Édouard Molinaro, porque no se reía durante las escenas interpretadas por el actor, que necesitaba reacciones y un público. Por su parte, Molinaro manifestó sobre el actor: «Fue una pesadilla desde la escritura de la película. Hicimos ocho versiones del guion, que De Funès rechazó una tras otra. Peor que eso: comenzamos a filmar la octava adaptación, o la novena, y, después de ocho días de rodaje, decidió volver a… ¡la primera! Era una estrella, él era el jefe. El enfrentamiento fue muy tenso, en una situación de paz armada. (…) Como iba mal, quería irme antes de que terminara el tiroteo. Fue Louis quien quería que me quedara. Yo era un prisionero». Esta fue la última vez que ambos trabajaron juntos. En la obra de teatro original, por cierto, el protagonista, Hubert de Tartas, es un director de cine, que aquí es cambiado por un industrial.
Recuerdo que, de pequeño, vi diversas películas de Louis de Funès, y no me hacía demasiada gracia su histerismo. Vuelta a ver esta cinta, de la que solo recordaba el plano final de la televisión, debo constatar que, tal como sucede con Édouard Molinaro, no me río con él, y toda la obra está centrada en el humor que provoca, basado en gritos constantes y una enajenación perenne. Hay otros elementos dispersos que tienen una leve gracia, cuando no es De Funès quien lo convoca, pero tampoco son demasiado destacados. La puesta en escena de Molinaro, por lo demás, es agreste y primitiva, con saturación de zooms que afean la composición, y se limita a retratar las supuestas gracietas del sobrevalorado actor. La película, tal cual, podría ser igual a lo que hacía por esas mismas fechas en España un intérprete como Paco Martínez Soria a las órdenes de Pedro Lazaga, solo que este era mejor director.
De Molinaro he visto pocas películas: Vicios pequeños (La cage aux folles / Il vizietto, 1978), también basada en una obra teatral (de Jean Poiret), un típico vodevil de enredo, divertido y que funciona, sobre todo, por su excelente plantel interpretativo; y La jaula de las locas (La cage aux folles II / Il vizietto II, 1980), secuela de la previa, añadiendo una intriga de espionaje poco inspirada, y cayendo en la homofobia que la previa evitaba. Lo realmente curioso del caso es que la construcción base de la historia de Vicios pequeños se asemeja mucho a la de Hibernatus: El abuelo congelado. Así, básicamente, ambas películas se centran en dos familias que se van a unir por medio del matrimonio de los hijos, y de pronto surge un elemento que hace peligrar ese hecho (un abuelo congelado en una, un padre gay en otra); a partir de ahí, se montará un engaño para intentar salvar la situación. En ambas películas, además, hay un criado extravagante que sirve como elemento cómico alternativo (el de la presente parece un clon de Buster Keaton). No sé si otras películas de Molinaro se acogerán a esa fórmula, pero es curioso el hecho.
Volviendo a Hibernatus, cabe resaltar la circunstancia de que el encontrado es abuelo de la esposa del personaje que interpreta Louis de Funés. Pues bien, será este último el convocado e informado del hecho, en lugar de la interesada, lo cual muestra un evidente trasfondo machista por parte de los guionistas: el marido es el primero que ha de saberlo, y después, a su modo, se lo explicará a la mujer, que nunca se sabe cómo puede reaccionar.
En el aspecto de la ciencia ficción, al principio, cuando los médicos se hacen cargo del congelado, más o menos se intenta que siga cierta lógica científica[1]. Hay una frase interesante, cuando se menciona que el futuro de la raza humana está en el espacio, y que los largos viajes en busca de nuevas colonias habrán de hacerse en estado de hibernación. Entre los pocos elementos de interés cabe mencionar también que, al final, Louis de Funès estalla ―bueno, en realidad está estallando durante toda la película― y desvela la verdad al congelado, amenazando con enseñarle la televisión. Todos van contra él y se inicia una persecución, quedando el abuelo solo en el cuarto, frente al mueble cerrado que, se supone, contiene ese elemento tan turbador. Se acerca temeroso a él, lo abre con una llave y ahí está el televisor. El tono de inquietud del momento está bastante conseguido. Después, enciende el aparato sin la menor dificultad, sabiendo cómo hacerlo, y justo están poniendo un montaje de imágenes de la historia de la aviación, comenzando en 1910 y terminando en el presente.
Anécdotas
- La obra teatral en que se basa, titulada igualmente Hibernatus, debutó en el Théâtre de l’Athénée, el 26 de enero de 1957, con protagonismo de Pierre Mondy.
- El actor Olivier De Funès, que interpreta al hijo de Louis de Funès, es realmente hijo de él, aunque obsérvese cómo el apellido es acreditado de forma ligeramente distinta. Guapo pero sosete, su padre intentó lanzarle como actor, y lo sacó en seis de sus películas, pero no cuajó. Consciente de ello, abandonó el cine y cumplió sus sueños de convertirse en piloto de líneas aéreas para Air France.
- Otras versiones de la obra teatral:
Novela: “El abuelo tiene 30 años” (3 de febrero de 1969) [miniserie dentro de serie; España].
L’adorable femme des neiges (2003), de Jean-Marc Vervoort [telefilm].
- Estrenada en Francia el 10 de septiembre de 1969. En España se estrenó el 4 de mayo de 1970, en Madrid, y el 21 de septiembre, en Barcelona, en los cines Diagonal Cinema y Palacio Balaña. Y tuvo una reposición el 30 de agosto de 1982.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: *
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Curiosamente, el autor de la obra de teatro original, Jean Bernard-Luc, en la última etapa de su carrera se volcó hacia la literatura de ciencia ficción con elementos de biología; incluso fue nominado en el Festival de Novela Fantástica de Avoriaz (1981).