La princesa Andrómeda es la hija del rey Cefeo, que ha conseguido una victoria contra los dioses. El vengativo dios del inframundo, Hades, exige que Andrómeda sea ofrecida como sacrificio o desatará al Kraken contra Argos. El rey Cefeo, desesperado, pide al semidiós Perseo que encuentre la forma de derrotar al Kraken. Perseo acepta el reto porque Hades fue el responsable de la muerte de su familia. Descubre que la forma de matar al Kraken pasa por conseguir la cabeza de la gorgona Medusa.
Dirección: Louis Leterrier. Productores: Kevin De La Noy, Basil Iwanyk para Warner Bros. Pictures, Legendary Pictures, Thunder Road Pictures, The Zanuck Company. Guión: Travis Beacham, Phil Hay, Matt Manfredi, según el guión de Beverley Cross. Fotografía: Peter Menzies Jr. Música: Ramin Djawadi. Efectos especiales: CEG Media, Cinesite, Framestore, Moving Picture Company, Neil Corbould Special Effects, Prime Focus View-D, The Visual Effects Company. Montaje: David Freeman, Vincent Tabaillon. Intérpretes: Sam Worthington (Perseo), Liam Neeson (Zeus), Ralph Fiennes (Hades), Jason Flemyng (Calibos / Acrisio), Gemma Arterton (Io), Alexa Davalos (Andrómeda), Tine Stapelfeldt (Danae), Mads Mikkelsen (Draco), Luke Evans (Apolo), Izabella Miko (Atenea), Liam Cunningham (Solón), Pete Postlethwaite, Elizabeth McGovern, Alexander Siddig, Danny Huston, Hans Matheson, Ashraf Barhom, Mouloud Achour, Ian Whyte, Nicholas Hoult, Vincent Regan, Polly Walker, Katherine Loeppky, Luke Treadaway, Sinead Michael, Ross Mullan, Robin Berry, Graham Hughes, Martin McCann… Nacionalidad y año: Estados Unidos, Reino Unido 2010. Duración y datos técnicos: 107 min. – color- 2.39:1 – 2D / 3D – Technicolor – Panavision – 35 mm.
Casi veinte años después de su estreno, Furia de titanes (Clash of the Titans, 1981, Desmond Davis) fue objeto de un remake, aunque el proyecto provenía de ocho años atrás. Inicialmente, tras anunciarse a John Glenn y Travis Wright, el equipo detrás de La conspiración del pánico (Eagle Eye, 2008), de D. J. Caruso, el guionista fue el entonces debutante Travis Beacham —antes de este guion, se llegarían a rodar dos cortos escritos por él, así como el film Dog Days of Summer (2007), de Mark Freiburger—, pero su trabajo fue revisado a fondo hacia 2005 por Lawrence Kasdan —El Imperio contraataca, En busca del arca perdida, como guionista, Fuego en el cuerpo, Wyatt Earp como director—, que se supone también iba a dirigir, pero su labor alcanzó un tono que habría gozado de la clasificación R, lo cual equivalía a que el público adolescente, el mayoritario, no podría entrar a ver la película. Así pues se contrató a un nuevo equipo (Kasdan no figura en los créditos definitivos, Beacham sin embargo sí), y volvieron a repasar el libreto originario el tándem Phil Hay y Matt Manfredi, responsables del drama romántico Amor loco, amor prohibido (Crazy/Beautiful, 2001), de John Stockwell, la historia del film de acción con Jackie Chan El esmoquin (The Tuxedo, 2002), de Kevin Donovan, y la película de ciencia ficción Æon Flux (Æon Flux, 2005), de Karyn Kusama.
Una vez completado un libreto al gusto de los productores, el director que se puso a cargo del proyecto fue Stephen Norrington (después de que Robert Rodríguez y Sam Raimi decidieran rechazar el encargo), responsable de la pésima película de vampiros de la Marvel Blade (Blade, 1998), así como de otro destrozo proveniente de un espléndido cómic, La liga de los hombres extraordinarios (The League of Extraordinary Gentlemen, 2003). Sin embargo, Norrington no había visto el film originario, y no estaba seguro de poder llevar a buen puerto esta nueva versión; Louis Leterrier, gran admirador de la película original, le pidió que le cediese el puesto, y este le fue concedido sin necesidad de insistir mucho. Leterrier había sido responsable de dos filmes de acción con Danny the Dog (Danny the Dog, 2005) y Transporter 2 (Transporter 2, 2005), y se había hecho igualmente cargo de una adaptación de un cómic, El increíble Hulk (The Incredible Hulk, 2008). Leterrier insistió en diversas ocasiones en que se involucrara a Harryhausen en este proyecto, pero nuestro hombre se consideraba retirado y no quería volver a trabajar en el cine. El rodaje de exteriores, como en algunas de las películas de Ray, tuvo lugar en las islas Canarias, concretamente en el Parque Nacional del Teide y Los Gigantes, en Tenerife, las dunas de Maspalomas, en Gran Canaria, y diversas localizaciones de Lanzarote, así como en Etiopía, Islandia y Gales, y también en los estudios Shepperton y Pinewood en Inglaterra.
La partitura musical la compuso Craig Armstrong (Love Actually, El increíble Hulk), pero fue reemplazado a petición de los productores por Ramin Djawadi (Iron Man, Prison Break), y como Perseo tenemos ahora a Sam Worthington. Respecto a la película previa, el actor refiere: «La vi antes de que empezáramos a filmar para tener una idea de qué trataba, pero, para serte sincero, nunca pude terminar de verla. Es curioso porque mucha gente me dijo que era su película favorita, y sin embargo puedo asegurarte que no está a la altura de Casablanca». Lo dice alguien que ha protagonizado joyas del cine como Terminator Salvation (Terminator Salvation, 2009), de McG, o Avatar (Avatar, 2009), de James Cameron, no lo olvidemos. Y respecto al trabajo de Harryhausen comenta: «Tiene sus méritos, y para aquellos tiempos la animación en stop-motion estaba muy bien. Pero nunca sentí ninguna pena por hacer un remake porque me parece que los efectos especiales que tenemos hoy en día pueden llevar la historia a otro nivel»[1]. Por su parte, el guionista Travis Beacham declara: «Nos inspiramos en el mito original, evidentemente, pero reinterpretándolo de arriba abajo. Lo bueno de los mitos es que permiten distintas lecturas. Nuestro Perseo no acepta su condición de héroe con origen divino. Quiere ser un hombre corriente, luchar como un hombre corriente. Ése es su dilema personal. Por otro lado, los dioses se han dado cuenta de que cada vez tienen menos importancia y de que las criaturas que ellos crearon, los hombres, se están rebelando contra su condición. Si nadie cree en ellos, los dioses corren el peligro de desaparecer»[2].
Cuando el estreno estaba ya cerca, el enorme éxito de la lastimosa Avatar incitó a los productores a realizar una versión 3D a partir de la copia 2D, que era como se había rodado; algunas escenas de acción, para no marear al público, se dejaron sin embargo planas, y parece ser que la labor de «tridimensionar» el film, realizada en su mayor parte en la India, no fue muy del agrado de los diseñadores de los efectos visuales. Todo ello condujo a un retraso de un mes sobre las fechas previstas, y su estreno definitivo en Estados Unidos se produjo el 2 de abril de 2010, mientras que en España se adelantó unos pocos días, el 31 de marzo.
La película, efectivamente, puede considerarse un remake de la versión previa en el sentido estricto, antes que una mera y diferente aproximación al mito de Perseo[3], pues la dependencia para con el guion previo es abundante: tenemos apariciones del Kraken, Calibos y los escorpiones, creaciones originales para el film de Harryhausen, y una estructura en la historia que sigue con moderada fidelidad la de Beverley Cross, aunque por el camino se varíen ciertos elementos, se adelanten o retrasen otros o se añadan unos nuevos. Comoquiera que Harryhausen, en su idea original, tomó los mitos griegos a su conveniencia, reinterpretándolos a su modo, no veo pertinente juzgar de manera negativa la presente por hacer exactamente lo mismo. Aún con todo, algunas precisiones caben apuntar: aquí, el enfrentamiento entre Zeus y Hera ha desaparecido (esta es vislumbrada escasos segundos en el Olimpo, y se supone que es ella porque está sentada a la derecha de Zeus, aunque no tiene participación alguna) y en su lugar se plantea otro diferente, entre Zeus y su hermano Hades, cristianizando de paso ambos personajes, haciendo de uno el regente de los cielos y al otro de los infiernos o el inframundo en el sentido judeocristiano, cuando el concepto de «bien» y «mal» aplicado a los dioses griegos no sería del todo atinado. Por lo demás, cabe destacar la aparición de djinns, los genios de la mitología árabe, si bien aquí son una especie de beduinos del desierto practicantes de las artes oscuras, y que van supliendo sus miembros, su cuerpo en realidad, por relevos vegetales.
A nivel de guion, en todo caso, lo más llamativo, dejando a un lado esos elementos accesorios, y amén de unos diálogos chuscos y grandilocuentes a un tiempo, es el enfoque que se le ha querido dar a una historia de fantasía ambientada en épocas remotas, otorgándole una orientación moral acorde a nuestros tiempos, con Perseo buscando emanciparse de la supeditación a la figura paterna y forjar su destino por sí mismo, en un teórico intento de profundización psicológica en contraposición con el tono ligero con que está desarrollado después todo. Es curioso también el enfoque que se ha otorgado al personaje de Andrómeda, pues en bastantes aspectos está más cercano de la Hepatia de Ágora (2009), de Alejandro Amenábar. El diseño de producción aporta un atractivo tono oscuro y lóbrego, que resalta la belleza de los agrestes paisajes canarios, pese a que el intento de afeamiento global, con los personajes siempre sucios, semeja un tanto forzado.
La puesta en escena de Leterrier es correcta en las secuencias de transición, pero los momentos espectaculares están pésimamente rodados, sometidos a la costumbre espasmódica del cine de acción actual, donde no se vislumbra nada, y en un momento dado hasta se aplica un ralentí al estilo de Matrix (The Matrix, 1999), de las hermanas Wachowski, amén de verse subrayados por una machacona música. El plato fuerte del film, tal como está resuelto, es el enfrentamiento con los escorpiones (que aquí se adelanta casi al principio, en contraposición con el título clásico), pese a los inconvenientes referidos, solventándose con moderada efectividad, mientras que la escena con la Gorgona carece de la suficiente tensión y fuerza y no puede sino considerarse decepcionante, así como el clímax con el Kraken, muy aparatoso en apariencia pero que en realidad poco sobrelleva a efectos narrativos.
Respecto a los personajes fantásticos que ofrece esta nueva versión, tenemos los escorpiones, bien resueltos desde un sentido técnico, si bien se ha buscado la desmesura ofreciéndolos paulatinamente más y más grandes, amén de resultar muy parecidos a los bichos extraterrestres que aparecían en Las brigadas del espacio (Starship Troopers, 1997), de Paul Verhoeven. La Gorgona, igual que los previos, es una visión hipertrofiada de la que aparecía en la cinta original, una mujer serpiente de varios metros de longitud, si bien aquí luce una fría belleza, y carece de la fuerza tenebrosa del muñeco de Harryhausen; se trata, por supuesto, de una imagen generada por ordenador con el rostro de la modelo Natalia Vodianova. Pegaso, que luce de un negro azabache, quizás sea en el sentido estricto la criatura mejor acabada, con unas enormes y lustrosas alas. Las Brujas Estigias mejoran sustancialmente a las que aparecían en el film previo, donde excelentes actrices veían sus rostros tapados, literalmente, por pegotes de maquillaje. En cuanto al Kraken, una versión muy libre del de Harryhausen, adquiere resonancias casi lovecraftianas, aunque poco provecho se extrae de él. También tenemos la comparecencia de arpías como servidoras de Hades, que apenas se vislumbran por la hiperaceleración de sus escenas, aunque recuerdan enormemente a las mujeres vampiro de Van Helsing (Van Helsing, 2004), de Stephen Sommers, y las apariciones del propio Hades, con una negra neblina que se va consolidando, de nuevo imprimen al espectador sensaciones de déja vu con respecto a títulos previos, que es una emoción que asalta, en verdad, durante todo el visionado de la película (y no, por supuesto, con relación a la de Harryhausen, sino a realizaciones más actuales).
El resultado, pues, es una obra plúmbea y carente de intensidad, muy superficial en lo que respecta a los personajes, pese a sus pretensiones, con un tono más cercano al cine de superhéroes que al mitológico, y con un reparto solvente sobre el papel pero apático en pantalla, típico ejemplo de film palomitero actual sin emoción, intensidad ni, mucho menos, magia.
Anécdotas
- La Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films nominó la presente a un premio Saturn en la categoría de mejor película de fantasía. Ese mismo año, la Alliance of Women Film Journalists le otorgó una mención especial como «remake que nunca debería haberse realizado». En los premios Razzie fue candidata a «peor uso erróneo del 3-D» y pero precuela, remake, rip-off o secuela. Y en los premios Yoga consiguió el concerniente a peor actor extranjero para Ralph Fiennes.
- Emma Thompson estuvo a punto de hacer un cameo accidental no acreditado en esta película mientras visitaba a su amigo Liam Neeson en el plató.
- El idioma de los Djinn es en realidad el árabe.
- Las sandalias de Sam Worthington son unas Nike Trainers con los dedos del pie pintados. No llevaba sandalias porque necesitaba calzado para realizar bien las acrobacias.
- La palabra Kraken (monstruo marino) es noruega/sueca, no griega. Los primeros borradores del guion consideraron cambiarlo por su homólogo hebreo Leviatán (famoso por el himno bíblico de Job 41). Se cambió de nuevo a Kraken como homenaje a la frase original de la versión de 1981: «¡Liberad al Kraken!». Sorprendentemente, nunca se consideró el nombre griego de la criatura, Cetus.
- Las Brujas Estigias en realidad fueron interpretadas por hombres.
- La conversión a 3-D costó diez millones de dólares.
- Secuela: Ira de titanes (Wrath of the Titans, Jonathan Liebesman, 2012).
- Estreno: 31 de marzo de 2010 (España); 2 de abril de 2010 (Estados Unidos; Reino Unido).
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: *
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] En la entrevista realizada por Gabriel Lerman para la revista Imágenes de Actualidad, nº 301, abril de 2010; pág. 94.
[2] En el artículo «Los dioses se han vuelto locos», de Pedro Calleja. En Metrópoli, suplemente de El Mundo nº 309 (2 a 8 de abril de 2010); pág. 8.
[3] Como, por ejemplo, la co-producción hispano-italiana El valle de los hombres de piedra / Perseo e Medusa / Perseo l’invicibile (1962), de Alberto de Martino.
Un pequeño detalle, se realizó casi 30 años después de la original, no 20.
Hubiese sido muy interesante ver la versión de Kasdam, cuando está inspirado hace excelentes guiones y una versión R podría dar algo que mereciera la pena,
Por otra parte la película totalmente mediocre.
Sam Worthington tuvo, a mi entender, un boom inexplicable en los 2010 donde se le veía en toda superproducción me parece que no es buen actor, lo demuestra el que hoy basicamente esté relegado a la serie Avatar (y todo porque es el protagonista de la primera, si no a lo mejor ya no contaban con él)
Sería interesante una crítica de las pelis de Avatar, al parecer tenemos la misma opinión de la primera, la segunda ni me molesté en verla.
Un saludo
¡No recordaba que hubiera dado una secuela!