Todo pasó. Las bombas estallaron, y la nube radiactiva acabó con la especie humana, dejando sus edificaciones en pie. Una mujer, superviviente, vaga hasta la casa en el campo que tenía una tía suya, y allí encuentra a un hombre que ha tomado el lugar. Pronto, otras tres personas se les unirán, e intentarán reconstruir un remedo de sociedad.

Dirección: Arch Oboler. Producción: Arch Oboler Productions para Columbia Pictures. Productor: Arch Oboler. Guion: Arch Oboler. Fotografía: Sid Lubow, Louis Clyde Stoumen. Música: Henry Russell, [William Lava, Charles Maxwell, sin acreditar]. Montaje: John Hoffman, Ed Spiegel, Arthur Swerdloff. Diseño de producción: Arch Oboler. FX: Gus Bayz (efectos de sonido). Intérpretes: William Phipps (Michael), Susan Douglas Rubes (Roseanne Rogers), James Anderson (Eric), Charles Lampkin (Charles), Earl Lee (Mr. Barnstaple). Nacionalidad y año: Estados Unidos 1951. Duración y datos técnicos: 91 min. – B/N – 1.37:1 – 35 mm.

 

Arch Oboler (1907-1987) fue un personaje muy singular, un hombre proveniente de la radio que, pasado al cine, realizó una serie de obras que basculaban entre la espectacularidad y la trascendencia. Sus primeras películas fueron una serie de adaptaciones de guiones radiofónicos suyos; la idea de Five (1951) procede precisamente de un guion de radio que Oboler escribió muchos años antes, y que protagonizó en las ondas nada menos que Bette Davis. Después de la presente, Oboler realizó Bwana, el diablo de la selva (Bwana Devil, 1952), con Robert Stack y Barbara Britton, película de aventuras selváticas que tiene el honor de ser la primera en inaugurar en esa década la moda del cine en tres dimensiones o 3D —mas no la primera película en relieve de la historia, como se suele citar muchas veces de forma errónea—, lo cual da una clara idea de la clase de arte que interesaba al pequeño genio (medía poco más de metro y medio).

Five es una película de escaso presupuesto, pero no importa. Los momentos iniciales muestran planos de archivo de las grandes ciudades del mundo, a las que se superponen imágenes de nubes tóxicas, sonido de sirenas de bombardeo aéreo, y una música dramática. El resultado funciona a la perfección, y otorga una sensación de realidad abrumadora. A continuación vemos a una mujer vagando por una carretera comarcal, sucia y con las ropas destrozadas, y conmocionada por el hecho acontecido. No necesitamos más. Entramos en la narración sin problemas.

Poco a poco se nos van presentando los cinco personajes (seis, con el bebé que vendrá) que representan el microcosmos de una sociedad que ya no existe. Los sentimientos humanos van brotando: abnegación, generosidad, lujuria, prejuicios, egoísmo… Todos somos así, y en ese grupo (que en cierto modo supone una parábola, pues la casualidad de coincidencia de los personajes se hace un tanto improbable, y hay que tomarlo pues como tal) vemos proyectadas las virtudes y los defectos de una sociedad que con su comportamiento ha provocado ese final a partir del cual se ha de comenzar de nuevo.

Es sorprendente cómo Oboler, siendo un hombre de radio, no bombardea la película de verborrea constante, y solo en momentos ocasionales hace declamar a los actores «grandes» palabras; en ese sentido, bellísima la escena en la cual Charles Lampkin declama el poema Creation, obra de James Weldon Johnson, magnificado por la excelente interpretación del actor y la fuerza de los planos.

Precisamente esto último es otra de las cosas que sorprenden, la capacidad de composición visual que detenta el director, ofreciendo cada imagen un nervio inusitado, dividiendo las imágenes en planos siempre significativos, forzando la perspectiva en ocasiones para intensificar las sensaciones; véase, en ese sentido, un plano de la pelea entre Eric y Charles, con Rosseana caída en el suelo, filmado desde el mismo suelo, con el rostro de ella en escorzo y ellos luchando al fondo, con la profundidad de campo magníficamente empleada. O las impresionantes imágenes de los periódicos desvelando lo sucedido, y cómo van siendo enturbiadas por la lluvia.

Sin ánimo de desvelar excesivas cosas, digamos que se trata de una película triste y pesimista, pero con un hálito de esperanza. Aquí no hay criaturas mutantes, solo seres humanos, con sus defectos y sus contradicciones. Quizás a gran parte del público puede parecer lenta, pues «únicamente» se centra en las reacciones de unos personajes ante la situación dada. Los magníficos actores, prácticamente desconocidos, la emocionante música, la potencia del discurso y la fuerza vibrante de las imágenes ayudan a conformar la primera película rodada de una temática, la del día después, que con posterioridad sería abordada infinidad de veces con rumbos que ya están aquí esbozados.

En la época de su estreno, tanto crítica como público la rechazó por considerarla inverosímil en su planteamiento. Cuánta ceguera. Cuánta estupidez. Casi setenta y cinco años después, esperemos que su advertencia no siga cayendo en saco roto.

 

Anecdotario

  • Títulos alternativos: 5ive / Five: A Story About the Day After Tomorrow.
  • Título en Argentina y México: Los últimos cinco.
  • En 1952 la Writers Guild of America la nominó en la categoría de mejor guion de bajo presupuesto.
  • Presupuesto estimado: 75.000 dólares.
  • Rodada en la residencia de invitados del propio director, llamada «Cliff House», y diseñada nada menos que por Frank Lloyd Wright. Las escenas exteriores se rodaron en su propiedad y en otros lugares cercanos de las montañas de Santa Mónica. La «Cliff House» se quemó por completo —solo quedaron los cimientos y la chimenea— en el «Woolsey Fire» de 2019, que arrasó la zona.
  • Los actores se hacían su propio maquillaje y usaban su propio vestuario.

  • Oboler requirió como ayudantes a cinco estudiantes de cine de la Universidad del Sur de California.
  • El versículo que aparece en pantalla justo después del rótulo de presentación y las imágenes de las explosiones atómicas es del Salmo 103:16 de la Biblia (versión del rey Jaime): «El viento mortal pasa sobre ella / Y se va; / Y su lugar / No la conocerá más…» La palabra «mortal» no aparece en la Biblia y está añadida.
  • No hay rótulo «The End». El siguiente versículo bíblico parafraseado de Apocalipsis 21 aparece en pantalla justo antes de los créditos finales: «Y vi un cielo nuevo / Y una tierra nueva… / Y no habrá más muerte / No más pesar… No más lágrimas… / ¡Helo aquí! Yo hago nuevas todas las cosas».
  • Estrenada en Estados Unidos el 25 de abril de 1951, en una premier en Nueva York, luego otra premier en Los Ángeles el 28 de agosto de 1951, y finalmente una distribución general en octubre de 1951. En España no se vio hasta su edición en DVD en la colección L’Atelier 13 distribuida por Absolute Distribution en 2009.

 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ****

• bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra