Tres cuentos infantiles nos son narrados: “La sirenita” de Hans Christian Andersen, “Los tres pelos del diablo” de Jakob y Wilhelm Grimm y El mago de Oz de L. Frank Baum
Dirección: Eloy de la Iglesia. Producción: Madrid-14, Pan Latina Films. Productor: Manuel Caño Sanciriaco. Guion: Eloy de la Iglesia, Fernando Martín Iniesta. Música: Fernando García Morcillo. Fotografía: Santiago Crespo. Decorados: Eduardo Torre de la Fuente. Montaje: Francisco Jaumandreu. FX: Fernando Florido, Manolita Novoa (maquillajes). Intérpretes: «La doncella del mar»: Dyanik Zurakowska (Coralina), José Palacio (príncipe Marinero), Sergio Mendizábal (rey), Argentina Cases (princesa), Antonio Casas (Neptuno), Marisol García; «Los tres pelos del diablo»: Juan Diego (Tomasín), Javier Loyola (rey), Lola Losada (princesa), Cris Huerta (Otton), Camino Delgado (reina), Tomás Blanco (diablo), Ricardo Díaz, Carmen Luján, Víctor Merás, Magda Rotger, Antonio Requena; «El mago de Oz»: Maribel Martín (Silvia), Manuel Andrés (León Cobarde), Javier de Campos (Espantapájaros), Italo Ricardi (Hombre de Hojalata), Antonia Mas (madre), Luis Prendes (Mago de Oz), Regina de Julián, Julián Duque, Pilar Vela, Marisa Naya, Fabián Conde, Mari Paz Ballesteros, Manuel Canseco, Blaki, Enrique Paredes, Luis González Páramo, Manuel Prados, Euquerio Olmos, José Luis Alonso; José Bódalo [sin acreditar], Eloy de la Iglesia (presentador)… Nacionalidad y año: España 1966. Duración y datos técnicos: 80 min. Color-sepia 2.35:1.
Los inicios de Eloy de la Iglesia en el mundo del arte fueron por medio del teatro amateur y los cortos en 8 mm. Entra en TVE como guionista para la serie Nuestros amigos los libros (1964), tres de cuyos episodios —de los que hizo “veintitantos”, según él mismo manifestó[1]— servirían de base para este su primer largometraje, Fantasía… 3 (1966), centrándose en narraciones infantiles.
El film adapta tres cuentos, “La doncella del mar” (más conocido ahora como “La sirenita”), de Hans Christian Andersen, “Los tres pelos del diablo”, de Jakob y Wilhelm Grimm, y El mago de Oz, de L. Frank Baum —este último ya lo había llevado para entonces también al teatro—. Por aquella época existían grandes ayudas de financiación para el rodaje de largometrajes para la infancia —recuérdese que, en ese momento, el hoy prestigioso Festival de Cine de Gijón se denominaba Certamen Internacional de Cine y TV para niños, y tenía gran predicación—, si bien luego no recibían iguales facilidades para su estreno.
Todo arranca con una presentación del propio Eloy, virada al sepia, que da pie a la primera historia, donde Coralina es una sirena que está enamorada de un príncipe desde que, un año atrás, ella le salvara la vida. El rey Neptuno le concede volverse humana para amar al príncipe, mas si este se casa con otra mujer, ella morirá al día siguiente… De la Iglesia mencionó su nula experiencia a la hora de enfrentarse con su opera prima, aunque sorprende la elegancia de su planificación, donde cada escena comienza con un travelling lateral. Los efectos especiales son bastante económicos: la cola de las sirenas está hecha con una tela metalizada muy obvia; la conversión de Coralina en humana se realiza desviando la cámara y realizando un paro de imagen; el barco en el que viajan es claramente un juguete, aunque el director tiene la inteligencia de rodar todas las tomas en un plano en picado para disimularlo. La historia se halla teñida de un triste romanticismo, acaso por ello la interpretación de todo el elenco sea tan apática.
La segunda historia presenta a Tomasín, muchacho de quince años interpretado por Juan Diego, al que se le ha predestinado que contraerá matrimonio con la hija del rey, nacida el mismo día que él. Para ello, el monarca le reta a traerle los tres pelos dorados del diablo. El tono de la presente historia es muy distinto al de la previa, y es más bien una vivaz aventura con un humor desenfadado. Lo mejor es el gran Tomás Blanco interpretando al diablo, vestido todo de rojo, con dos cuernos y una enorme pluma en el gorro, y un sempiterno cascarrabias. Juan Diego, que en la fecha de rodaje contaba con cerca de veinticuatro años de edad, se muestra bisoño en experiencia, aunque consigue dar un tanto el pego como adolescente vitalista.
La tercera, al fin, es El mago de Oz, como se ha dicho, y esta vez De la Iglesia lo tenía más difícil, pues resultaba inolvidable la versión hollywoodiense con Judy Garland. Aquí, de hecho, también hay canciones y… En fin, corramos un tupido velo. Por lo demás, se trata de la peor de las tres historias, al ser la que aporta una visión más babosamente infantil. Silvia (y no Dorothy) se pierde en el bosque, y sus amigos, el hombre de lata, el espantapájaros y el león —caracterizados de forma muy similar a los de la película dirigida de manera oficial por Victor Fleming, pero en pobre—, intentarán ayudarla a encontrar el camino de vuelta. Lo más llamativo de esta adaptación es que el cuento original de Baum tenía una estructura y unas raíces muy distintas a los clásicos de los Grimm y Andersen y, sin embargo, los guionistas lo aclimatan en tono a los dos previos, otorgándoles el ambiente medieval, y creando con ello cierta unidad de estilo. En el aspecto negativo antes referido está el hecho de que el mensaje sea restregado en la cara del espectador, en lugar de hallarse en un segundo nivel de lectura como acontecía en los previos. La frase que se refiere a la bruja, “No es mala, solo está equivocada”, solo puede provocar la carcajada, y la parrafada final declamada a Dios frente al crepúsculo hace inducir el sonrojo. Por suerte, es Luis Prendes, que hace del Mago de Oz, quien la pronuncia, y su talento interpretativo hace que el resultado, con todo, no sea tan empalagoso. Cabe referir que, cuando acaba la escena de la bruja, parece haber un brusco salto de montaje, por lo que es posible que el film fuese resumido en ese instante.
El resultado es una película que, por supuesto, a los niños de hoy no les interesará lo más mínimo. Reservada queda para cinéfilos concienciados, estudiosos de la carrera de De la Iglesia, del fantástico español, y/o interesados en el proceloso mundo del cine infantil en España.
Anécdotas
- Como segundo operador tenemos al posterior magnífico director de fotografía Teo Escamilla.
- Lugares de rodaje: Cuevas del Águila, Arenas de San Pedro, en Ávila; Fuenterrabía, Zarauz e Irún, en Guipúzcoa; Jadraque, en Guadalajara; San Martín de Valdeiglesias, en Madrid, y capital.
- Salvo error, en cines se estrenó en Sevilla en sesión especial el domingo 18 de marzo de 1973.
Bibliografía
“La sirenita”. Inc. en La sirenita y otros cuentos; por Hans Christian Andersen; traducción de Enrique Bernárdez. Madrid: Compañía Europea de Comunicación e Información, 1991. Colección: Biblioteca de El Sol; nº 213. T.O.: “Den lille Havfrue” (1837).
“Los tres pelos de oro del diablo”. Inc. en Cuentos; por Jakob y Wilhelm Grimm; traducción de Pedro Gálvez. Madrid: Alianza, 1980. Colección: El Libro de Bolsillo; nº 617. T.O.: “Der Teufel mit den drei goldenen Haaren” (1840).
El mago de Oz; por L. Frank Baum; traducción de Herminia Dauer. Madrid: Penguin Clásicos, 2017. Colección: Penguin Clásicos; s/n. T.O.: The Wizard of Oz (1900).
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
[1] Conocer a Eloy de la Iglesia; por Carlos Aguilar… [et al.]. Donostia-San Sebastián: Euskadiko Filmategia = Filmoteca Vasca: Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián, [1996].