Hace unos pocos meses aparecía, de forma tan tímida como rotunda, Isla de Nabumbu, una editorial que parecía, en teoría, especializada en el cómic, y la reedición de clásicos imperecederos. Después nos sorprendió con un cambio de rumbo como fue publicar una antología de relatos de terror españoles del siglo XIX, Los muertos la tumba dejan. Y después se lanzó al neopulp con una serie llamada «Amenazas», con una diversidad de escritores españoles, una saga de aventuras de una especie de supergrupo de lo sobrenatural… Tamaña audacia merecía conocer más a fondo todo ello y, en especial, al responsable de cometer esa locura. Su nombre es Javier Alcázar, y aquí habla para nosotros…
Antes de crear la editorial, coordinaste la edición por parte de la Asociación Cultural Tebeosfera de diversos volúmenes, como es un libro sobre el gran Jan, Jan, el genio humilde, o dos tomos con Cuentos de Din Don, así como dos libros de colección «Bocadillos de Tebeosfera», La legislación sobre historieta en España y Las caras de la guerra. ¿Por qué esas obras en concreto, y cómo fue tu labor en ellas?
En Tebeosfera llevábamos varios años trabajando en la teoría sobre el humor gráfico y la historieta en nuestra página web, y desde que creamos oficialmente la Asociación Cultural Tebeosfera en 2009 queríamos publicar libros en papel relacionados con el tema. A mí siempre me ha gustado mucho la obra de Jan y la calidad humana del autor, así que me pareció una idea estupenda coordinar un libro sobre él contando con algunos de los mejores teóricos del país, contando entre ellos con verdaderos expertos en Jan (como Quim Zafra, Carlos de Gregorio o David Fraile). Costó un gran esfuerzo sacarlo adelante, pero al mismo tiempo fue un trabajo muy gratificante porque conseguimos aportar un montón de información (ordenada) sobre el autor y su obra, ofreciendo datos y mostrando ilustraciones e historietas que nunca se habían visto en España. Y el trabajo se ha visto recompensado, porque ha sido uno de los libros de ACyT que mejor respuesta ha tenido entre los lectores, agotando la primera edición. Precisamente durante la realización del libro conseguimos descubrir mucho material de la época que Jan pasó en Cuba, inédito en España, y contando con la labor cuasi mágica de Antonio Moreno restaurando historietas decidimos sacar dos álbumes donde se recogían las versiones de cuentos clásicos que aparecieron en los sesenta en la revista cubana Din Don. Lamentablemente, parece que estas historietas no han llamado tanto la atención, y aunque queda mucho material por recuperar me temo que ACyT seguirá dedicándose por ahora a la elaboración de textos teóricos.
La colección Bocadillos de Tebeosfera tenía la pretensión de ser una colección de libros de bolsillo, a un precio económico, con temas interesantes pero de corta extensión que no requirieran de un acompañamiento gráfico abundante. El libro sobre la legislación sobre historieta en España me parecía una obra imprescindible; yo mismo he tenido que recurrir muchas veces a documentos legales para poder obtener explicaciones sobre las actividades editoriales, y me parecía interesante que todo lo que existía sobre el tema estuviera recogido en una misma obra. Se lo propusimos a Ignacio Fernández Sarasola, que ya había colaborado con Tebeosfera en extensos artículos sobre legislación (es catedrático en derecho constitucional) y entregó una obra que al mismo tiempo que era densa en su contenido era tremendamente divulgativa. Hace poco hemos publicado otra monumental obra suya, El pueblo contra los cómics, donde analiza la censura en los tebeos en todo el mundo. Una obra excepcional.
En 2019 queríamos publicar algo relacionado con el aniversario del fin de la Guerra Civil, y Tomás Ortega nos ofreció este ameno repaso por algunas de las obras que la trataron en cómic. Tengo que decir que ambos libros han agotado sus respectivas primeras ediciones, también.
Simplemente Jan
Por cierto, y antes de trabajar con Tebeosfera (con quienes sigues unido), ¿qué hacías? ¿Quién era Javier Alcázar?
En realidad soy un ente extraterrestre del planeta Omnicrón III, tentaculado, que llegó a la Tierra en 1528 y que, tras encariñarse con sus intelectualmente atrasados habitantes, ha ido reencarnándose en diferentes cubiertas humanas, la última una señora de avanzada edad con rulos y uñas largas.
¡Mira que lo sospechaba…!
La otra versión es que soy un aficionado a los tebeos y al terror desde pequeño, muy inquieto en el tema de la investigación sobre estas materias, que ya publicó un fanzine sobre literatura de terror a finales del siglo pasado (la efímera La Ventana) y que después pudo entrometerse en el campo teórico de la historieta gracias a Manuel Barrero. Una cosa llevó a la otra y aquí estamos. Tentaculado.
Y después se te ocurre crear Isla de Nabumbu. ¿Por qué? ¿Qué te impulsó a crear una editorial, en lugar de seguir ofreciendo la coordinación de las ideas que te interesaran a Tebeosfera, o algún otro organismo o editorial?
Eso me pregunto yo a diario… El impulso inicial para fundar la editorial fue la intención de publicar obras de Rafael Aura León, lo que pomposamente hemos llamado «Proyecto Auraleón». El autor empezó a intrigarme (ya me gustaba de antes) cuando coordiné el número 5 de la segunda época de Tebeosfera, dedicado al cómic de horror, en 2009-2010. En aquella ocasión pude realizar una investigación bastante extensa sobre Auraleón, y me di cuenta de lo olvidado que estaba actualmente y lo llamativo que esto me parecía, habiendo sido un autor tan prolífico, tan ampliamente publicado y tan bueno. Así que me propuse publicar su obra, pero no quería enredar a la Asociación en un proyecto escasamente lucrativo y complejo de realizar, que no estaba orientado a la teoría de los tebeos (ya comenté párrafos atrás que no habíamos tenido muy buena experiencia publicando tebeos en ACyT) por lo que decidí financiarlo con mis propios medios.
Una muestra del maravilloso trabajo que hacía Auraleón
Por cierto, y a tenor de parecer un inculto, pero ¿de dónde sale el nombre de la editorial?
Eso es un misterio que no puedo revelar aquí, y que requiere de la pericia del lector… Sólo daré dos pistas: Angela Lansbury y David Tomlinson.
¡Ajajá! Bien, lo primero que publicaste, y siguiendo la onda de tu interés por el cómic que practicabas en Tebeosfera, es publicar un volumen dedicado al gran artista Auraleón, Caos, al que siguió otro, Viaje al infierno. ¿Por qué él y no otro?
Ya he comentado que, aunque conocía al autor de mis tiempos de lector del Creepy de Toutain, al investigar su figura me fascinaron varias de sus características: su carrera prolífica, su adhesión a una misma agencia y editorial (la de Toutain), su compleja técnica y, lo más llamativo: su desaparición del medio y su olvido por parte de todo el mundo… Me parecía una injusticia (otra más del mundo de la historieta en España) que había que reparar. Curiosamente, de los autores que Toutain promocionó en su momento, fue el único que no consiguió recuperar su obra en libro (no me preguntes por qué). Así, los libros que ha publicado Isla de Nabumbu son los primeros que han reunido material de Aurelón en exclusiva.
El proyecto Auraléon lo planteamos en principio como una trilogía de libros; descartamos el material producido para Warren, que está enmarañado en una complicada red de derechos de autor, y decidimos publicar el material que realizó en exclusiva para España: un primer libro con obra propia, recopilando las historietas que publicó en la revista 1984 y que aglutinamos con el título de Caos y otras historias fantásticas, una rareza porque fue la única vez que Auraleón elaboró sus propios guiones, y con un acabado gráfico espectacular. El segundo, la serie de sindicación con guion de Carlos Echevarría que se publicó en Creepy, Viaje al infierno. Y un tercer libro “biográfico”, donde repasamos sobre todo su vida a través de su obra, y que esperamos poder publicar en 2020.
Estas obras de Auraleón cuentan con la colaboración de su familia, y además han disfrutado de una concienzuda labor de restauración. ¿Puedes contarnos cómo fue el proceso en ambos casos?
Inicialmente hicimos todo el trabajo sin contar con sus familiares, porque después de años de búsqueda no conseguimos encontrar a nadie emparentado con Auraleón. Curiosamente, mientras estábamos promocionando el primer libro, a través de un amigo editor contacté con un familiar vivo, que nos ha apoyado en todo momento. Lamentablemente no es un familiar muy cercano, y puede aportar poco al conocimiento de la figura del autor, aunque sí nos ha indicado alguna pistas sobre las que investigar y que esperamos puedan aparecer en el libro biográfico.
Sobre la restauración, tengo que decir que Isla de Nabumbu no existiría sin contar con la colaboración de Antonio Moreno, mi grafista, diseñador, restaurador y todo lo que tenga que ver con hacer un libro bonito. Antes de comenzar le pregunté si estaba dispuesto a ayudarme en esta ardua tarea e, iluso de él, me dijo que sí. El hecho de que Auraleón muriera hace tanto tiempo y no tenga familiares que hayan recogido su obra hace que encontrar originales suyos sea una pesadilla, sobre todo los que no realizó para Warren. Así que, para elaborar Caos, tuvimos que partir de escaneos de alta calidad de los materiales impresos, editados en revistas de casi cuarenta años de antigüedad, y proceder a restaurar después página a página, viñeta a viñeta y casi línea a línea. No solo se trataba de obtener unas páginas “limpias” que se pudieran imprimir con las técnicas de hoy, sino que el bueno de Auraleón lo había dado todo en ese trabajo con abundantes ilustraciones realizadas con lápiz difuminado, una pesadilla a la hora de recuperar. Un trabajo ímprobo que ni yo ni los aficionados al buen cómic podremos jamás agradecer suficientemente a Antonio.
Viaje al infierno, aunque partía también del material impreso en las revistas, fue más fácil porque se trataba de un dibujo realizado únicamente con trazos de tinta.
También has editado otro cómic, Mata-Hari. ¿Qué nos puedes contar sobre él?
En nuestra tarea de recuperar obras y autores significativos caímos en la cuenta de que esta obra, de Andreu Martín y Marika, y que también se publicó en una revista de Toutain (Totem el comix), no había llegado a recopilarse en libro y también había sido relegada al olvido. Contactamos con los autores por si estaban interesados en su publicación, con las circunstancias de nuestra modesta editorial, y les gustó la idea. Teníamos la suerte en esta ocasión de que Marika conservaba los originales de las páginas, lo que favoreció nuestra decisión porque habíamos quedado un poco “quemados” del esfuerzo de los dos libros anteriores. También tuvieron que retocarse y rotular de nuevo, pero el resultado creo que ha sido espectacular. El proceso no ha sido del todo fácil ni barato, pero merece la pena contemplar cómo lucen esas páginas a color y en gran formato. Un lujo como editor que espero sea también un lujo para los lectores. Comenzamos la promoción a finales de 2019, y la continuamos este año por varias ciudades españolas. Es un placer poder contar con Marika, una persona que ha estado participando en este mundillo desde hace muchos años, que ha estado metida en todos los frentes de progreso y que ahora desempeña una importante labor divulgativa y feminista.
Y justo después, cambias totalmente de enfoque, y sacas una antología de relatos de terror españoles del siglo XIX, Los muertos la tumba dejan, que preparó Armando Boix. ¿Cómo se te ocurrió un cambio tan drástico? ¿Tenías en mente desde el principio esa variedad de objetivos, o simplemente te llegó y te gustó?
Tengo que decir que soy desde chico un aficionado a la literatura de terror, y que siempre me había apetecido editar libros de género (el fanzine La Ventana estaba dedicado precisamente a la literatura de horror). Quería probar a editar algo que coincidiera con el Día de Difuntos, y contacté con Armando Boix, que ya tenía prevista esta antología hace tiempo para otra editorial, pero que no fructificó. Me pareció muy interesante porque la mayoría de los relatos eran poco o nada conocidos, y solamente la introducción que hace Armando ya merece la pena. A pesar del a veces recargado estilo del siglo XIX, los relatos son muy amenos y el libro se lee casi del tirón. Tuvimos que dejar de lado varios textos (la antología original ocupaba el doble de páginas) y Armando entendió que, como tentativa inicial, era necesario. Es un producto arriesgado, que se aleja un poco de los gustos actuales de los lectores, pero como todo lo que hemos editado lo consideramos necesario.
La antología es excelente, y cubre un vacío temático muy importante. ¿Tienes previsto publicar más volúmenes en esa onda?
Como siempre, todo depende de las ventas. Si tuviera que decidirme en este preciso momento tomando como referencia las ventas y la repercusión hasta la fecha, te respondería que NI LOCO. Pero tenemos que dejar que los libros tengan su evolución y su historia natural, dejar hacer al boca a oreja, insistir en la promoción y tener confianza en que el producto es bueno. Quedan relatos por publicar, y muchos autores que necesitan de recuperación… Si los lectores lo quieren, lo tendrán.
Y otro cambio drástico llega con la serie «Amenazas», novelas muy parecidas a los bolsilibros, protagonizadas por personajes comunes, y escritas por distintos autores. De momento han salido dos volúmenes, obra de Raúl Montesdeoca y de Xavier Marturet, y está a puntísimo el tercero, que ahora está escrito por tres autores juntos, los referidos más J. J. Arnau. De nuevo hay que preguntar: ¿por qué? ¿Qué te pareció interesante del proyecto como para lanzarte?
Yo no creo que sean cambios tan “drásticos”, sino una evolución con cierta lógica. Estamos acostumbrados a compartimentarlo todo (que puede que sea lo mejor para el éxito editorial), pero nosotros hemos pasado de publicar tebeos de horror y fantasía, tebeos para adultos, después libros de horror y ahora libros de horror y misterio de tono neopulp. Quizás los públicos sean diferentes, pero a nosotros nos gusta todo lo que publicamos.
Este proyecto surgió en el grupo de Facebook «Proyecto Pulp». Su creador, Raúl Montesdeoca, publicó una entrada donde hablaba de lo longevas que eran algunas series pulp en otros países, y de lo bonito que sería poder contar con una serie así en España. Lanzó el reto de crear una serie por el estilo, con autores autóctonos, y pensó (otro iluso) que aparecería un editor loco dispuesto a llevarlo a cabo. Tras hablar con él y reunir a un grupo de afines para crear el consejo editorial (el propio Raúl, Xavier Marturet y Javier Arnau), iniciamos el proyecto. Particularmente me parece un reto maravilloso: libros con textos originales elaborados por autores de solvencia, con portadas también originales, un diseño elegante y atractivo, un precio ajustadísimo, una periodicidad fija… Crear un nuevo universo ambientado en nuestro país con imbricaciones de todos los universos fantásticos que queramos manejar, y la posibilidad de colaboración con multitud de escritores e ilustradores… No sé a ti, a mí me parece una cosa bastante inusual en nuestro mercado editorial y muy ilusionante.
Y a mí, y a mí… ¿Tiene la serie un recorrido programado, con un final concreto, o se seguirá publicando mientras los compradores respondan?
Mi compromiso inicial con los autores era (y es) publicar los seis primeros números iniciales, con periodicidad mensual, INDEPENDIENTEMENTE de cómo fueran las ventas. Muchas veces este tipo de productos pasa desapercibido al principio y requiere de una insistencia en la promoción o de una seguridad en su recorrido (de ahí la idea de producir seis números desde el principio). Creemos que los libros son los suficientemente atractivos y asequibles para los lectores de género (o los que quieran acercarse a él, que es nuestra máxima aspiración), y confiamos en que la difusión que hagan los propios lectores podrá hacer que la serie tenga éxito. Sería raro que una serie extranjera de las mismas características fuera un bestseller y que, en cambio, algo producido aquí tuviera que cerrar por no alcanzar un mínimo para sobrevivir. Algunos amigos editores me han comentado en privado el error de sacarlo a un precio tan bajo, porque teóricamente los compradores serían los mismos a un precio más alto pero también el coste de producción se recuperaría antes (o al menos, se recuperaría); veremos. Como dije antes, todo depende de la respuesta de los lectores. Si tras la primera tanda de títulos no vemos interés por parte del público, quizás no merezca la pena seguir.
¿Y tienes previsto, igualmente, algo en similar onda, tal vez con otro grupo de personajes y/o autores?
Lo dicho: si este “experimento” sale bien, si los lectores quieren aventuras de evasión en universos propios con textos bien hechos, publicadas en libros bien producidos con ilustraciones atractivas, lo haremos. No solamente de horror vive el ser humano…
Aparte de ese volumen tres de «Amenazas», que seguramente ya estará a la venta cuando esté publicada esta entrevista, ¿qué más cosas tienes previstas editar de forma inminente?
Lo más inmediato, continuar la serie «Amenazas» al menos hasta su número 6; producir una serie mensual en la que interviene tanta gente es agotador, y no deja mucho tiempo para otras cosas. Pero estamos trabajando también en el libro biográfico sobre Auraleón, que es lo que nuestras humildes cuentas nos permiten este año (a no ser que demos con un bestseller que nos permita editar lo que queramos).
Esto es obra de Isidre Monés
¿Y para más adelante, y que se pueda contar?
Uf, tantas cosas en mente… Estamos negociando con los editores norteamericanos que tienen derechos sobre el material Warren para publicar parte del trabajo que realizó Auraléon para sus publicaciones, pero son duros de pelar. También nos gustaría publicar un libro con las ilustraciones que Isidre Monés realizó en los años ochenta para los juegos de mesa de CEFA, un proyecto muy bonito pero muy complicado de hacer (y muy caro). Iniciar una serie de libros de ilustración sobre autores españoles tan abandonados, al estilo de los que por ejemplo edita Manuel Auad en Estados Unidos (¿alguien tiene originales de Noiquet?). Recuperar y/o dar a conocer a los autores filipinos, con auténticas joyas en su haber (¿alguien dijo Álex Niño?). Nos gustaría (ay) seguir con «Amenazas», y que dure…
Has sacado, de momento, tres tipo de publicaciones de talante bien distinto. ¿A qué otro tipo de ediciones estás abierto?
¡Cualquier cosa! Publicaciones periódicas para un público infantil (una locura), revistas de horror (¡doble locura!), tebeos para iniciar a neófitos, publicaciones teóricas sobre historieta… siempre con la intención de recuperar a autores olvidados y de fomentar la lectura. ¡Casi ná!
Por último, ¿deseas añadir algo más?
¿Te parece poco…? Solo agradecerte la oportunidad de esta entrevista, y la confianza de nuestros lectores en nuestros libros y tebeos (¡hemos estrenado página web, echadle un vistazo en www.isladenabumbu.com!).
Carlos Díaz Maroto