En una sala de espera, un grupo de personas está esperando tomar un barco para abandonar Londres y salir rumbo a Estados Unidos. Un hombre se dirige a un encargado para solicitar un visado, pero le dicen que no se lo pueden conceder hasta pasados seis meses. Cuando sale del lugar, ve cómo el coche que transporta a los viajeros es bombardeado. De regreso a su casa, decide suicidarse con el gas, y entonces llega su esposa. De pronto, ambos se ven a bordo del barco que pretendían coger. Y se dan cuenta de que están muertos…
Dirección: Edward A. Blatt. Producción: Warner Bros. Productor: Mark Hellinger. Productor ejecutivo: Jack L. Warner. Guion: Daniel Fuchs, según la obra teatral «Outward Bound» de Sutton Vane. Fotografía: Carl E. Guthrie. Música: Erich Wolfgang Korngold. Montaje: Rudi Fehr. Dirección artística: Hugh Reticker. Intérpretes: John Garfield (Tom Prior), Paul Henreid (Henry Bergner), Sydney Greenstreet (reverendo Tim Thompson), Eleanor Parker (Ann Bergner), Edmund Gwenn (Scrubby, el camarero), George Tobias (Pete Musick), George Coulouris (Mr. Lingley), Faye Emerson (Miss Maxine Russell), Sara Allgood (Mrs. Midget), Dennis King (reverendo William Duke), Isobel Elsom (Genevieve Cliveden-Banks), Gilbert Emery (Benjamin Cliveden-Banks), Lester Matthews (despachador), Patrick O’Moore (empleado)… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1944. Duración y datos técnicos: 121/112 min. B/N 1.37:1.
El tema de la gente que ha muerto y no es consciente de su condición es lugar común en gran parte del cine fantástico de los últimos años, pero como podemos ver por este ejemplar, la idea viene de lejos, al menos desde la obra teatral de 1924 en que se inspira este film y la primera versión cinematográfica de ella, en 1930. Como es fácil de adivinar sin conocer la obra, y viendo la fecha de rodaje de este film, el entorno bélico en que se ambienta fue introducido para contextualizarlo, pues en el original (y en la película previa) no se daba este hecho. Otros cambios introducidos en esta versión es que ningún personaje era consciente de que estaba muerto hasta bien avanzada la obra, mientras que aquí Henry y Ann lo saben desde el principio. Además, estos dos no eran matrimonio, sino una pareja de amantes que no podían estar unidos y ella no puede divorciarse, por lo cual huyen en el barco para estar juntos.
En su biografía, Paul Henreid comentó[1] que el hecho de desvelar desde el principio que los personajes están muertos era un error y “eliminaba la misteriosa cualidad de la obra”. Además, refería que el director era “un tipo agradable pero inexperto”. Respecto al primero de los comentarios, sin conocer el original teatral es difícil calibrarlo, pero cierto es que resulta un tanto arriesgado desvelar ese elemento tan pronto, si bien el momento en que la pareja aparece en el barco, el modo en que están fotografiados en ese pasillo interminable, y en especial la música de Korngold en ese instante, proporciona a la escena una atmósfera impresionante. Y acerca del comentario del director, sobre su carácter no podemos entrar, pero su inexperiencia es claramente visible.
Edward A. Blatt (1903-1991) nació en lo que ahora es Polonia y emigró a Estados Unidos, donde desarrolló una carrera teatral, debutando en 1929 en Broadway. En 1932 fue productor asociado del clásico Adiós a las armas (A Farewell to Arms, Frank Borzage) y en los años cuarenta fue contratado por la Warner, donde trabajó como director de diálogos en nueve películas, como Murieron con las botas puestas (They Died with Their Boots On, Raoul Walsh, 1941) o La extraña pasajera (Now, Voyager, Irving Rapper, 1942) ―este, otro film sobre un viaje en un barco donde aparece Paul Henreid―, y dirigió tres películas, siendo la presente la primera, seguida del drama bélico Escape in the Desert (1945) y del drama judicial Smart Woman (1948).
Ciertamente, los orígenes teatrales de la obra pesan negativamente sobre el resultado de la película. Por un lado, existe una tremenda supeditación al texto, con una sucesión interminable de diálogos que saturan el film, y un buen ejemplo es la excesiva verborrea del personaje de Tom Prior, a quien interpreta John Garfield, llena de frases grandilocuentes y en exceso literarias. Cierto es que, al estar la acción supeditada al interior de un barco, “airear” la obra ―como es norma en una adaptación cinematográfica de un original teatral― se hace difícil, pero el centrar toda la acción en prácticamente dos cuartos adyacentes agarrota también los resultados. Los escasos momentos en que los personajes se sitúan junto a la borda poseen un aire mágico, al vérselos perennemente rodeados de una niebla espesa e inamovible, lo que semeja que están en una especie de limbo.
Por supuesto que para que los personajes no perciban que están muertos no deben tener ningún indicio físico de ello, pero resulta curiosa la insistencia en las reacciones en ese sentido que perciben todos, sintiendo frío o cansancio, o esa obstinación alrededor de la cena. Es como si el proceso de la muerte no fuera un estadio espiritual sino también físico, lo cual se acrecienta por la confirmación final del destino que depara a los personajes. Pero lo realmente significativo del film es su tesis referente a que uno mismo va forjando a lo largo de su vida el infierno o el cielo al que finalmente estará destinado. Atractivos los varapalos que destina a los personajes más antipáticos de la trama, ese industrial que piensa que todo se puede comprar con dinero, o esa mujer que supedita la valía de la gente a su estirpe social.
El film también se divide claramente en dos actos (la obra original es en tres, y se puede adivinar dónde acaba cada uno de ellos), separados además con un fundido a negro algo más alargado de lo habitual. Es una lástima, como decíamos, de lo espeso que es el resultado del primer acto, aunque después la intensidad emocional del film es tal que sube bastantes enteros. Además, se dan elementos que también ayudan a elevar la función. Uno de ellos es, por supuesto, ese maravilloso plantel de actores y actrices, donde cabría destacar sobre todo, tal vez, a Paul Henreid, quien únicamente con la mirada es capaz de transmitir un sinfín de emociones. Por otro lado, por supuesto, tenemos la magistral partitura del mítico compositor Erich Wolfgang Korngold ―quien consideraba este su trabajo favorito―, una presencia casi constante pero que no satura, y confiere el aura sobrenatural necesaria a momentos imprescindibles. Y está, desde luego, el interés intrínseco de la trama, con ese grupo de viajeros de un barco que van con destino al más allá. E incluso el director, pese a su evidente inexperiencia y supeditarse en cierta manera simplemente en retratar una obra teatral, a veces exhibe cierta visión cinematográfica, como el modo de acercar la cámara a los personajes cuando estos perciben una experiencia impactante, usando, en fin, el tomavistas para transmitir experiencias sensoriales.
Anécdotas
- Título de rodaje: Outward Bound.
- El director de diálogos es el posterior realizador de serie B Frederick De Cordova.
- La obra «Outward Bound» debutó en Broadway en Nueva York el 7 de enero de 1924 y finalizó en mayo de 1924 tras 144 representaciones. El reparto del estreno incluía a Dudley Digges, Leslie Howard, J. M. Kerrigan, Alfred Lunt y Beryl Mercer. Hubo una reposición en Broadway en 1938 dirigida por Otto Preminger.
- En España, la obra se estrenó en el teatro Reina Victoria, de Madrid, el día 28 de abril de 1926.
- A veces se ha referido erróneamente que la presente es un remake de la película Las tres luces (Der müde Tod, Fritz Lang, 1921).
- Otras versiones de la obra teatral:
Outward Bound (Robert Milton, Ray Enright, 1930).
Outward Bound (1947) [telefilm].
The Ford Theatre Hour: “Outward Bound” (Marc Daniels, 1949) [episodio serie TV].
Broadway Television Theatre: “Outward Bound” (1952) [episodio serie TV].
Front Row Center: “Outward Bound” (Fletcher Markle, 1955) [episodio serie TV].
Überfahrt (Karl Peter Blitz, 1955) [telefilm; Alemania].
ITV Television Playhouse: “Outward Bound” (1956) [episodio serie TV].
Überfahrt (Walter Rilla, 1963) [telefilm; Alemania].
Estudio 1: “El viaje infinito” (Pedro Amalio López, 1966) [episodio serie TV; España].
Los portales del edén (Haunts of the Very Rich, Paul Wendkos, 1972) [telefilm].
- Estrenada en Estados Unidos el 20 de mayo de 1944.
Bibliografía
El viaje infinito: comedia en tres actos; por Sutton Vane; traducción de Luis Gabaldón y Enrique F. Gutiérrez-Roig. Estados Unidos: Nabu Press, 2011. T.O.: Outward Bound (1924).
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***½
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Henreid, Paul; Fast, Julius (1984). Ladies man: an autobiography. St. Martin’s Press. págs. 166-167.